1. B elgique
Muchos de los viajeros que visitan Bélgica pasan
por alto asomarse a la pequeña franja costera del
país (apenas 50 kilómetros), bañada por el Canal
de la Mancha. En la misma línea férrea que nos
lleva hasta Gante y Brujas, solo unos kilómetros
más adelante, llegaremos a Ostende, una preciosa
localidad bañada a orillas del Mar del Norte. No
lejos de allí, algo más al norte, está también la otra
joya de esta región: Knokke.
2. Ostende (en flamenco,
Oostende) es conocida
como “la reina de los
balnearios“. Se trata de
una ciudad pequeña,
que podemos recorrer
en un solo día. En
verano sus largas
playas de arena oscura
están repletas de
bañistas y amantes del
windsurf.
3. A lo largo del paseo junto al mar se levantan hoteles
y bloques de apartamentos, algunos realmente feos.
Sin embargo, entre ellas se esconden encantadores
restaurantes familiares donde se sirven deliciosos
platos marineros, como el sole a l´ostendaise
(lenguado al estilo de Ostende), los crevettes
(pequeños langostinos) y, como estamos en Bélgica,
los famosos moules (mejillones) con patatas fritas.
4. E ncanto de Ostende
El verdadero encanto de Ostende está en pasear por
su puerto y contemplar el furioso mar del Norte, tan
distinto a nuestro apacible y luminoso
Mediterráneo. En la parte vieja de la ciudad
destacan las torres de la Iglesia de San Pedro y San
Pablo y abundan los pequeños puestos donde se
vende pescado fresco (sobre todo salmón y
arenque), que podemos degustar allí mismo en
pequeños bocadillos.
6. B é l g ic a
En una ciudad como esta, dedicada al ocio, no podía
faltar un casino. Aquí se encuentra el más famoso
de Bélgica, un curioso edificio que alberga también
una interesante colección de arte.
Knokke, cerca de la frontera holandesa, es un resort
de playa todavía más famoso que Ostende, debido
sobre todo a la zona de Knokke-Zoute, un área muy
exclusiva de villas donde veranean los belgas más
pudientes. Esta ciudad no existió físicamente hasta
que la construcción de una serie de diques en el
siglo XVII posibilitó su poblamiento.
7. - En Knokke debemos visitar Albertstrand, la playa
más famosa de Bélgica, con un aire más
aristocrático que el de las arenas de Ostende.
También hay otros puntos interesantes como el
casino o el Butterfly Garden, un invernadero donde
revolotean cientos de mariposas de diversas
especies. Caminando se puede lelgar a la zona
húmeda de Zwin, una reserva natural de alto valor
ecológico que comparten Bélgica y Holanda.
8. Para acabar nuestra visita a Knokke es una
estupenda idea detenerse en Mother Siska y probar
sus deliciosos gofres con forma de cinco
corazones, famosos y apreciados en todo el país.
9. Este trabajo lo he hecho para los que
bayan o quieran ir a Belgica, Ostende.