1. Tiburón Martillo
(Sphyrnamokarran)
La característica más llamativa de todas las especies de tiburones martillo es la
particular forma de la cabeza en forma de T, con los ojos y la nariz (orificios
nasales) situados en los extremos de la cabeza, gracias a lo cual el movimiento de
cabeza de lado a lado al nadar recorre con la vista todo a su alrededor e incluso lo
que queda a sus espaldas.
Las aletas pectorales se localizan detrás de las branquias, y la aleta caudal tienen la
punta negra. Casi toda la parte dorsal es gris o café, pero se vuelve blanca cerca de
la parte ventral.
El tamaño habitual es de 3,7 m, pero pueden alcanzar los 6 metros de longitud y
pesar casi media tonelada2 y son conocidos por eventuales ataques a humanos, si
bien éstos son poco frecuentes.
Su olfato es capaz, mediante lóbulos olfativos incrementados, de detectar una gota
de sangre a una distancia de un kilómetro y medio.
El tiburón martillo presenta contracoloración, es decir, un color oscuro en el lomo y
uno claro en el vientre. Visto desde abajo, el tiburón martillo se confunde con el
brillo de las aguas de la superficie; visto desde arriba, se confunde con el fondo
marino oscuro. La contracoloración es un tipo de mimetismo que permite al
tiburón sorprender a sus presas.