13. -¿Por qué Denver tiene tanto dinero
y ustedes tan poco? –preguntaba a la gente
del pueblo-. Eso no está bien.
14. Pronto los habitantes de Berton
comenzaron a opinar lo mismo.
Ya no estaban contentos.
15. Un día, mientras tomaba un café
en el pueblo, Denver alcanzó a escuchar
lo que la gente decía sobre él.
16. Pocos días después, convocó a todo
el pueblo al teatro principal.
La gente no sabía qué esperar.
17. -Sé lo que han estado diciendo de mí –anunció-. Estoy
de acuerdo. He vendido todo y dividido el dinero en
partes iguales para repartirlo entre todos nosotros.
18. -¿Qué harás con tu parte? –le preguntaron.
-Me iré y me dedicaré a pintar – respondió.
19. Regocijándose por su suerte, los habitantes
de Berton salieron de vacaciones,
y a gastar y a gastar y gastar.
20. Denver rentó un pequeño estudio
en un pueblo llamado Mardel.
Ahí pintaba, y era muy feliz.
21. Cuando se acabaron su dinero, los habitantes
de Berton regresaron a casa. La vida no era
tan buena como antes. No estaba Denver.
22. Denver era popular en Mardel.
Se había vuelto famoso y vendía
sus pinturas en mucho dinero.
23. Gracias a Denver, Mardel también e había vuelto
famoso y recibía muchos visitantes.
Los negocios prosperaban. Todos eran felices.
24. Denver se volvió rico de nuevo.
Lo suficientemente rico para contratar
a alguien que le ayudara con la limpieza.
25. ¿Y el forastero? Aún deambulaba por los pueblos
sembrando el descontento. Si algún día
te encuentras con él, no escuches lo que te diga.