4. 0 A partir de 1890, las fábricas se sirvieron de sutilísimos hilos de metal,
con una temperatura dé fusión mucho mas alta. Fueron sucesivamente
experimentados el osmio, el tantalio, y, en 1906, el tungsteno, que
es hoy considerado el mejor porque, además de ser resistente, es
también un óptimo conductor de la electricidad. Para obtener filamentos
de muy pequeño diámetro, fue usada primero una mezcla de polvo de
tungsteno y sustancias adhesivas. Desde 1911, como consecuencia del
progreso de los procedimientos industriales, se consiguió trefilar el
tungsteno y aumentó la duración del filamento. Además se cambió la
disposición del filamento mismo en la ampolla. De esta manera, su poder
de absorción fue reducido a un vatio por bujía; de ahí el nombre de
“monovatio” dado a este tipo de lámpara.
5. 0 Otro paso adelante fue dado, en
1913, con un nuevo procedimiento.
Para aumentar la temperatura del
filamento, y para frenar la dispersión
de calor, se tuvo la idea de rellenar las
ampollas, en las que se había hecho el
vacío, con un gas inerte que no diese
lugar a alteraciones químicas. Se
obtuvo así el aumento de temperatura
deseado, pero fue más difícil limitar la
fuga de calorías. El
físico Langmuircomprendió que de
esto dependía la disposición del
filamento dentro de la ampolla, y
demostró que se podía alcanzar una
dispersión mínima de calor arrollando
el filamento en hélice sobre sí mismo.
6. 0 Una lámpara incandescente es un
dispositivo que
produce luz mediante el
calentamiento por efecto Joule de
un filamento metálico, en la
actualidad wolframio, hasta ponerlo
al rojo blanco, mediante el paso
de corriente eléctrica. Con la
tecnología existente, actualmente
se consideran poco eficientes ya
que el 95% de la electricidad que
consume la transforma en calor y
solo el 5% restante en luz.