El poema anima al lector a centrarse en los aspectos positivos de la vida como las flores, horas doradas, estrellas y sonrisas en lugar de enfocarse en las hojas caídas, penas, sombras y lágrimas. También sugiere que la edad de una persona debería medirse por la cantidad de amigos que tiene y no por los años vividos, y que la amistad es algo que crece con el tiempo y la adversidad.