Este documento ofrece consejos para encontrar la felicidad y la paz interior. En 3 oraciones o menos, anima al lector a dar gracias por lo que tiene en lugar de quejarse, perdonar a otros en lugar de guardar rencor, y bendecir en lugar de maldecir. Recomienda concentrarse en acciones positivas como sonreír y repetir el nombre de Dios cuando se sienta desesperado. El objetivo general es enseñar al lector que Dios siempre está con él y que cambiando su perspectiva y comportamiento puede superar la tristeza.
2. Amado Corazón:
Tú no estás solo.
Jamás lo has estado y nunca lo estarás.
Dios está contigo en cada segundo de tu vida más cerca que
tus propios pensamientos.
Sólo es tu idea la que te hace creer que Dios te puede
abandonar,
pero eso es imposible.
Déjame explicártelo:
Dios está en el aire que estás respirando y te da la vida.
Si te pones la mano en el corazón,
verás que ese latido de vida es Dios en tu corazón.
El sol que nos viene a alumbrar cada mañana
es una bendición de Dios para ti, para que vivas y seas feliz.
3. ¡Tú no tienes por qué estar triste nunca!
El estado natural del hombre es la alegría.
Lo que pasa es que vivimos quejándonos por todo lo malo
en vez de dar gracias por todo lo bueno que tenemos,
y esto nos entristece.
!Comienza ya!
a dar gracias por el aire que respiras,
por cada objeto de vestir o de adorno que llevas en el cuerpo;
por cada pedacito de comida que te llevas a la boca,
por cada canción que te sabes.
Cada vez que pienses en quejarte,
busca algo por lo cual dar gracias a Dios.
Acostúmbrate a decir "Gracias, Padre" por todo.
Verás cómo comienza a cambiar tu mundo.
4. Comienza a sonreírle a todo
Ya que
(no importa lo que la gente pueda decir)
es mejor sonreír que estar mal encarado.
Sonríele al policía, al médico, al abogado;
al barrendero, al ascensorista, al cajero;
a los que cocinan, al chofer, a la enfermera.
Sonríele al mundo
y verás que el mundo te sonreirá de vuelta.
El rencor y el odio es la madre de la infelicidad.
5. !Comienza a perdonar ya!
A todo el mundo,
no importa lo que te hayan hecho o dicho.
Eso es problema del que condena, el tuyo es el de perdonarlos.
Diles: <te doy mi amor y perdón>.
Si hablan mal de ti, si te critican o te condenan...
eso no importa.
De los más grandes seres se han dicho las peores cosas.
Piensa "Si eso es lo que dicen, ¿dónde está lo que hacen?
Yo soy un ser que hago y sólo me entiendo con los que hacen,
no con los que dicen.
Decir... pues, cualquiera "dice":
para hacer hay que saber, y yo soy un ser de acción“.
6. Si has perdido algo
O te han robado... o lo has perdido todo,
eso tampoco importa.
Acuérdate que lo verdaderamente valioso y eterno en ti
nadie te lo puede quitar.
Me refiero a tu Ser
y tu derecho soberano de sentir y de pensar.
<Lo maravilloso de cuando todo se pierde es que
solamente nos queda Dios>.
7. Acostúmbrate a bendecir
En vez de maldecir o decir malas palabras, y verás
que las cosas se transforman.
Di constantemente
"Dios te Bendice"
a todas las cosas y a todas las personas,
no importa lo que sean, hagan o digan.
Cada vez que no sepas qué hacer y estés desesperado
y no te acuerdes de nada,
repite simplemente el nombre de Dios
tantas veces te sea necesario... y...
¡verás milagros!