3.
Para ello utilizamos:
Una botella de plástico de 2 litros, una
manguerita de caucho o de látex, una caja
de madera o telgopor, papel metalizado, un
mechero Bunsen, termómetro, silicona
sellante o resina tipo epoxi, restos de
materia orgánica (yerba, cáscara de papa,
agua, etc.), estiércol, agua hervida sin cloro,
una pinza o llave para cerrar la manguera,
una lámpara de escritorio con un foco de 45
o 60 W, que alumbre la botella muy cerca
con objeto de entregarle calor.
4. Procedimiento:
Introducir los restos orgánicos en la botella, el
estiércol y el agua hasta ocupar las ¾ partes de su
volumen.
Introducir, por el pico de la botella, unos pocos
centímetros de manguera sin tocar el agua.
Sella el pico de la botella para que quede
herméticamente cerrado y coloca la pinza o llave en
la manguera.
Conecta el extremo libre de la manguera a un
mechero bunsen.
5.
6.
7.
8. Introducir todo el sistema armado dentro de la
caja y, muy cerca de el, la lámpara encendida
con el fin de darle calor. Trata de mantenerlo a
una temperatura de aproximadamente 40°C.
Tápala con papel metalizado.
Luego de unos días, registra los cambios que
observas en el sistema.
Cuando observes que aumento la presión y
hay mucha espuma, abrí la llave de la
manguera unos segundos, para expulsar una
fracción del aire contenido, ahora rico en CO2
y pobre en O2 por la respiración aeróbica de
las bacterias presentes en el estiércol y volvé
a cerrar la llave o pinza.
9. A continuación, las bacterias continuaran la
fermentación sin O2, con la posible formación
de metano.
Abrí la llave y encende el mechero, si lo logras
es porque se esta liberando metano.