1. MEMORIA HISTÓRICA
El Holocausto
pasó por España
Entre 20.000 y 35.000 judíos europeos lograron salvarse de la
persecución de Hitler huyendo a través de la Península con el apoyo de
españoles anónimos. Tres supervivientes cuentan su historia a EL PAÍS
El 27 de enero pasado se conmemoró en Mundial (1939-1945). Paul Buchinger podía
Por JESÚS DUVA Europa el Día de la Memoria del Holocausto haber sido uno de ellos, pero se libró de la
y la Prevención de los Crímenes contra la muerte gracias a que pudo escabullirse a
M
iles de judíos —entre Humanidad, fecha escogida en recuerdo de tiempo. “Mi familia vivía en Limoges (Fran-
ellos gran número de la liberación del campo de concentración cia). Vivíamos escondidos por miedo a los
niños— escaparon del de Auschwitz (el 27 de enero de 1945). En nazis. Un día de 1944, un joven judío ofreció
terror nazi a través de España se ha recordado durante la semana a mis padres la posibilidad de pasar a sus
España. Hay historiado- pasada a los salvados y a sus salvadores. hijos a España a través de los Pirineos. El 25
res que calculan que en- Se calcula que un millón y medio de ni- de mayo de 1944 mis hermanos y yo cogi-
tre 20.000 y 35.000 judíos huyeron del geno- ños fueron asesinados durante el Holocaus- mos un tren a Toulouse”.
cida Adolf Hitler cruzando el territorio espa- to en la Alemania nazi de la Segunda Guerra “En junio, nos llevaron a Perpiñán y des-
ñol a partir del año 1940. Lo hicie- de allí a la frontera. Un grupo de
ron aprovechando la tolerancia ocho niños fuimos entregados a
del régimen del dictador Franco, dos catalanes que contrabandea-
que sin embargo tuvo buen cui- ban mercancías y pasaban refu-
dado de que ninguno de ellos giados. Estuvimos dos días dan-
echara raíces, sino que simple- do vueltas por el monte hasta cru-
mente utilizaran España como zar la frontera. Dormíamos en co-
una escala en su éxodo. bertizos y bebíamos agua de los
Paul Buchinger, hoy residen- arroyos”, recuerda Buchinger
te en Estrasburgo, y Charles Da- con dolor.
vid, domiciliado en París, fueron Una vez en España, el peque-
dos de esos niños que se zafaron ño fue separado de su hermano.
del ogro nazi pasando a España. El grupo fue dispersado y cada En la foto grande, Paul Buchinger, con boina, junto al
Ambos formaron parte de la mis- niño fue llevado a una granja. Al doctor Samuel Sequerra y otros niños judíos, en
ma expedición, en 1944, pero su día siguiente, cada campesino se Barcelona en 1944. Abajo, un grupo de chiquillos
existencia siguió diferentes cami- ocupó de trasladar a su protegi- huidos de Francia, reunidos en una villa de Barcelona.
nos y hasta hace poco más de un do hasta el tren, que conduciría En la otra imagen, el dictador Oliveira Salazar saluda
en Lisboa a Buchinger, a su hermano y a otros
año no volvieron a encontrarse. al grupo hasta Barcelona. “Nos
compañeros. Fotos: Archivo de Paul Buchinger
Hoy, a pesar de ser septuagena- dijeron”, relata, “que debíamos
rios, conservan en su memoria estar muy calladitos durante el
recuerdos muy vívidos de su fu- trayecto, que no hablásemos y dre en Toulouse en mayo de 1944. Su madre
gaz travesía por la Península: la que hiciésemos como que dor- fue deportada a Auschwitz mientras que él
colaboración de los pasadores de míamos para que nadie se entera- fue llevado poco después a la frontera fran-
frontera, los granjeros que les es- se de que éramos extranjeros. Pe- co-española junto con una docena de niños
condieron durante unos días, ro el trayecto era largo y era muy más. Desde allí fueron llevados a Andorra y
sus paseos por la plaza de Catalu- difícil callar a los más pequeños”. Lleida, donde recibieron ropa y alojamien-
ña de Barcelona y el Tibidabo, la Los chiquillos fueron recibi- to. A continuación fueron conducidos al or-
ropa limpia, las naranjas, el cho- dos en Barcelona por el doctor fanato de Barcelona y de allí a Cádiz, donde
colate… y esa crema untuosa Samuel Sequerra, un prominen- embarcaron en el buque portugués Guiné,
que ellos llamaban beurre y que te judío residente en Lisboa, emi- que les trasladó a Israel.
los españoles se empecinaban sario de la American Jewish Joint David permaneció cinco años en Israel y
en llamar mantequilla. Todo un Distribution Committee (Joint), después regresó a Francia, donde se reen-
lujo para unos niños forzados a una organización fundada en contró con sus dos hermanos y con sus pa-
huir de sus casas y en un país 1914 para ayudar inicialmente a dres (su madre, prisionera en el campo de
—España— que acababa de salir los judíos de Europa Oriental y Theresienstadt, cerca de Praga, fue liberada
de una cruenta Guerra Civil. de Palestina a causa del estallido por soldados rusos). Al cabo de tantos años,
Siegfried Meir, otro niño ju- de la Primera Guerra Mundial. una de las cosas que Charles David recuer-
dío que perdió a sus padres en el Fueron llevados a una pensión da de su odisea es que en Lleida “había
terrible campo de exterminio de de Barcelona. “Me abrió la puer- muchos mutilados” de la Guerra Civil.
Auschwitz, fue prohijado por un ta un chico que se desmayó nada La historia de Siegfried Mier, que residía
republicano español en Mau- más verme. ¡Era un vecino mío en Francfort (Alemania), es diferente, pero
thausen. Y eso le cambió la vida. que había salido de Limoges un en ella también tiene un papel protagónico
“Se llamaba Saturnino Navazo mes antes! Después nos llevaron un español. El pequeño Meier, travieso y
Tapias. Soy agnóstico, pero creo a una villa, alquilada por la Joint. rebelde desde su más tierna infancia, fue
que Navazo era un santo. Él me Era una especie de orfanato en el deportado, junto con sus padres, al campo
hizo salir del agujero”, afirma Charles David abraza a Paul Buchinger en la Residencia de Estudiantes de que permanecimos durante tres de exterminio de Auschwitz cuando tenía
Meir, que a sus 75 años tiene as- Madrid el pasado miércoles. Abajo, Siegfried Meir. Foto: Claudio Álvarez meses. Allí nos enseñaron geogra- sólo siete años (“me han dicho que debía
pecto de elegante play boy, con fía, historia y hebreo. Podíamos tener esa edad por el número que a mí me
barba y larga cabellera blanca. hacer lo que quisiéramos. Por tatuó la SS en un brazo”, dice).
El Holocausto —o el espectro del Holo- ejemplo, ir de excursión al Tibidabo”, dice “Llegamos a Auschwitz-Birkenau y los
causto— también pasó por España, aunque Buchinger con un punto de nostalgia. hombres que desnudaban a los prisioneros
la inmensa mayoría de los españoles no se “Un grupo de ocho niños En agosto de 1944, el presidente de la le dijeron a mi madre: ‘Esconda al niño por-
enteraron de que las víctimas eran judíos. Cruz Roja Española pidió que se proveyera que si le ven los nazis le llevan a la muerte’.
Para ellos, aquellos hombres, mujeres y ni-
fuimos entregados a dos de documentación a un grupo de “niños Así estuve dos meses oculto en una de aque-
ños escuálidos y atemorizados que llegaban catalanes que hacían apátridas”, entre los que estaba Buchinger.
Y así fueron trasladados a Estoril (Portugal)
llas literas colectivas hasta que mi madre
murió a causa del tifus”, rememora Mier.
del otro lado de los Pirineos no eran más
que refugiados. Y para la Cruz Roja y el régi- contrabando de mercancía y desde allí a Cádiz, Gibraltar, Tánger y Hai- “Después, los demás presos me dijeron que
men de Franco eran “apátridas”. Así que fa (Israel), donde llegó una expedición de 50 no podían seguir ocultándome y me aconse-
nadie entendió jamás aquella paranoia fran- y pasaban a refugiados” niños y 350 adultos. jaron que me presentara al recuento de pri-
quista del “contubernio judeomasónico”. Charles David fue detenido con su ma- sioneros. Y así lo hice. A los alemanes les caí
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2. MEMORIA HISTÓRICA
gran mentira”, remacha Avni. En contraste
con la posición de Franco, el dictador portu-
gués Antonio de Oliveira Salazar sí permitió
el establecimiento de judíos en su país.
“Los guardias civiles atendían correctísi-
mamente a los fugitivos judíos. Y hay, inclu-
so, el caso de un rabino francés que nada
más cruzar la frontera se identificó como
judío y, cuando fue llevado preso a Pamplo-
na, los funcionarios de la cárcel pusieron en
su ficha: “israelí”. Los españoles veían a los
judíos como extranjeros. El drama de la per-
secución nazi no estaba presente entre los
españoles”, declaran a dúo los estudiosos
Avni y Rother. Y agregan que, en su opinión,
la ayuda de los españoles a las víctimas se
basó en la solidaridad humana: “No tiene
rasgos de lucha contra el antisemitismo”.
Sin embargo, hay casos que parecen indi-
en gracia y me convirtieron en su mascota, el barracón de los republicanos españoles. Hebrea de Jerusalén y autor del libro Espa- car un mayor compromiso. Casos como el
hasta tal punto que me hicieron un pijama “Entre ellos estaba Saturnino Navazo Ta- ña, Franco y los judíos, y el historiador de Lola Touza Domínguez, una cantinera
de rayas a medida”, cuenta hoy en Madrid, pias, que me aconsejó: ‘Di que eres mi hijo. Bernd Rother, de la Fundación Willy Brandt de Rivadavia (Ourense), quien, junto con
como si eso le estuviera sucediendo ahora Si te preguntan, dices que vives en la calle de Berlín, autor de Franco y el Holocausto, sus hermanas Amparo y Julia, era el último
mismo. “¡Me ocurrieron cosas surrealis- de Don Quijote, número 49, de Cuatro Cami- coinciden en que al dictador “le resultaba eslabón de una cadena que desde 1941 en-
tas…!”, añade. nos, en Madrid’. En 1945, al ser liberado de indiferente el tránsito de judíos a través de cubrió a cientos de judíos en su éxodo des-
“Al cumplir nueve años, me sacaron del Mauthausen, me fui a Toulouse con Navazo España”. Sin embargo, el régimen franquis- de los Pirineos hasta Portugal.
campo de mujeres y me llevaron al de hom- y otros. Allí, cuando tenía 14 años, aprendí ta se cuidó mucho de impedir el asenta- Hay casos como el del vigués Eduardo
bres, donde cogí el tifus. Me metieron en el el oficio de sastre. En Auschwitz sólo estaba miento de estas personas, como lo prueba Martínez Alonso, que participó en la evacua-
barracón de los mellizos, en el que el doctor hecho para robar. Navazo me convirtió en el hecho de que no permitía entrar a ningún ción de judíos a través de Galicia, aprove-
Mengele hacía sus experimentos. Allí me pu- una buena persona y comprendió por qué nuevo contingente de refugiados hasta que chando su condición de médico de la emba-
sieron muchas inyecciones, pero Mengele yo era un ladrón. Yo siempre quise demos- el anterior no hubiera abandonado el territo- jada británica en Madrid. Muchos de ellos
no lo debía hacer tan mal porque jamás he trarle que reconocía lo que había hecho por rio español. “Al terminar la Guerra Civil, eran refugiados que habían dado con sus
estado enfermo”, rememora el setentón mí. Ese hombre, que murió a los 80 años, Franco se vanagloriaba de haber salvado a huesos en el campo de concentración de
Meir, entre socarrón y sarcástico. Su padre fue un padre para mí y jamás me pegó pese miles de judíos sefardíes, pero eso es una Miranda de Ebro (Burgos) tras haber entra-
murió reventado a patadas de los nazis. a que le hice cosas horribles”, declara Meir. do en España huyendo de la barbarie nazi.
Cuando entraron las tropas rusas en Con el correr del tiempo, el niño de Aus- El pasado 17 de diciembre, España pasó a
Auschwitz, Meir fue subido a un convoy chwitz se instaló en Ibiza, donde se enrique- ser miembro del Grupo de Trabajo de Coope-
que fue atacado por partisanos yugoslavos, ció con una cadena de restaurantes y varias ración Internacional para la Educación, Me-
lo que obligó a él y a otros muchos prisione- tiendas de moda ad lib —“copiaba la ropa El franquismo impidió moria e Investigación del Holocausto, cono-
ros a seguir camino a pie. Sin que sepa muy india de las chicas que venían de Katman- cido por las siglas ITF (International Task
bien cómo, dio con sus huesos en el campo dú”—; fue cantante de cierto éxito, amigo
el asentamiento de Force). En las próximas semanas, la embaja-
de concentración de Mauthausen (Austria),
donde de nuevo cayó en gracia a los carcele-
del músico Georges Moustaki, y actor frus-
trado porque “los directores de cine le veían
judíos, en contraste con dora especial para las Relaciones con las Or-
ganizaciones Judías, Ana Salomón, hará un
ros tras presenciar la rabieta que cogió triste” pese a su aspecto de galán glamuro- lo que hizo el dictador llamamiento a quienes ayudaron en España
cuando pretendían raparle el pelo. Tan sim- so. “Hoy estoy arruinado”, confiesa con su a los judíos a escapar del Holocausto. El obje-
pático les pareció el chico que le vistieron mirada acuosa tras las gafas. Salazar en Portugal tivo: recabar su testimonio y recuperar parte
con un traje de bombero y le metieron en Haim Avni, profesor de la Universidad de la memoria histórica colectiva.ț
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