1. 13 DE MARZO DEL 2011
el Periódico AA cuaderno del domingo 11
LA HISTORIA DEL ÚLTIMO COMBATIENTE RUMANO DE LA GUERRA CIVIL
E. S.
dad transilvana de Cluj, entonces
Por EDUARDO SALCEDA bajo dominio del régimen fascis-
ta húngaro.
uando en julio de Permaneció escondido en casa
C
1936 se produjo el de unos amigos hasta que el 15
golpe militar en de enero de 1943 fue descubierto
España, más de y enviado a un campo de trabajo
medio millar de forzado en el frente ucraniano,
rumanos empren- donde estuvo recluido hasta que
dieron un largo camino de más fue liberado por el ejército so-
de dos mil kilómetros para defen- viético en julio de 1944.
der a la República y la libertad de El nueve de marzo de 2009 An-
los españoles. Esta es la historia drei Micu adquirió la nacionali-
de uno de ellos, el único que to- dad española en virtud de la dis-
davía vive. posición de la ley de Memoria
Andrei Micu nació el 24 de ju- Histórica que permite a los anti-
lio de 1912 en Rapoltul Mare, un guos brigadistas ser oficialmente
pequeño pueblo de Transilvania, españoles sin necesidad de re-
entonces parte integrante del Im- nunciar a su nacionalidad de ori-
perio austro-húngaro, dentro del gen. La ceremonia en la Embaja-
seno de una modesta familia de da de España en Bucarest fue
origen judío-alemán. En 1927, muy emocionante y llena de bue-
siendo solo un enclenque quin- nas y bonitas palabras y agradeci-
ceañero lampiño, decidió ingre- mientos por parte de las autori-
sar en el todavía minoritario Par- dades españolas.
tido Comunista de Rumanía. A veces las distinciones dan
El compromiso político de Mi- prestigio a las personas que las re-
cu estaba marcado sin duda por ciben, pero en otras ocasiones es
las experiencias de cárcel y repre- el hombre el que da prestigio a
sión sufridas por sus padres –que las instituciones que las otorgan.
él también padecería en un par Con la ley impulsada por el Go-
de ocasiones siendo menor de bierno de José Luis Rodríguez Za-
edad–, y la conciencia de explota- patero en la mano, no es difícil
ción que desarrolló trabajando ahora acordarse de las célebres
desde los trece años como apren- palabras pronunciadas por el Pre-
diz de carpintero en el negocio sidente de Gobierno Juan Negrín
de un cruel y avaro patrón. en la despedida de los brigadis-
Durante el verano de 1936 rea- tas: «El gobierno español quisiera
Andrei Micu, en una imagen tomada en julio del 2010 en el que entonces era su apartamento.
Brigadista
Micu luchó en Samper En marzo del 2009
de Calanda, en la obtuvo la nacionalidad
frustrada toma de española, pero se ha
Zaragoza y en el tenido que conformar
helador frente de Teruel con los homenajes
lizó diversas actividades de apoyo testimoniaros de una manera di-
para siempre
para el Comité de Ayuda a la recta su agradecimiento. Vuestro
República Española y justo un espíritu y el de vuestros muertos
año después inició su viaje clan- nos acompaña y quedan unidos
destino a España, vía París. Tras para siempre a nuestra historia.
cruzar la frontera franco-españo- El gobierno de la República reco-
la por Figueras, en julio de 1937, nocerá y reconoce a los interna-
viajó hasta el centro de instruc- cionales, que tan bravamente
ción de las Brigadas Internaciona- han luchado con nosotros, que ya
les en Albacete. Andrei Micu es el último superviviente de los milicianos rumanos que pueden decirse connaturales
Más de 70 años después y pese
a su avanzada edad, Andrei Micu
lucharon por la República. Con casi cien años, malvive en una residencia nuestros, el derecho a reclamar,
una vez terminada la guerra, la
recuerda casi uno por uno todos
los detalles. De figura enjuta y
de ancianos sin saber si tiene derecho a una ayuda del Gobierno español. ciudadanía española. Con ello
nos honraremos a todos».
barba rala, posee un aspecto de Pero terminados los aplausos,
hombre duro y bragado por la vi- la batalla de Zaragoza, en el in- la orden de retirada. Desfiló el 28 miles de españoles, el desprecio las buenas palabras, homenajes y
da, con una mirada limpia e inte- tento infructuoso de tomar la ca- de octubre en Barcelona ante de las autoridades francesas y su recuerdos, la realidad del último
ligente. En todas sus conversacio- pital de Aragón. Azaña, Negrín, Companys o política de contención con el fas- brigadista rumano es otra. Ac-
nes sobre la guerra española, Cada vez que cuenta esta histo- Ibárruri; pero, sin embargo, no se cismo de Hitler: hasta marzo de tualmente el nonagenario Andrei
siempre está presente su paso por ria entona en un perfecto es- marchó del país inmediatamen- 1941 pasó por los campos de con- Micu malvive con más de un pro-
las tierras de Aragón. pañol, aprendido durante la gue- te. Se quedó para formar parte centración de Saint Cyprien, Ar- blema de salud en una modesta
Emociona escuchar de sus pro- rra, la canción Bandera Roja a Zara- del contingente militar que trató gele sur Mer, Gurs y Vernet. residencia de ancianos cerca de
pios labios el relato de cómo, tras goza. O cuando describe con toda de coordinar la desbandada de la La particular odisea de Micu se su localidad natal con las fuerzas
una mínima y precaria instruc- clase de adjetivos el frío que sin- retirada hacia Francia. fue complicando poco a poco. justas para luchar por conseguir
ción, fue integrado dentro de la tió durante la segunda parte de la La conversación es especial- Tras el maltrato brindado por una ayuda del Gobierno español.
compañía de ametralladoras del batalla de Teruel, tratando de fre- mente emotiva cuando narra su Francia, en marzo de 1941 fue de- La vida de Andrei Micu avanza
batallón Djakovici (constituido nar la contraofensiva rebelde. marcha de España, cuando se portado al campo de trabajos for- más rápido que el papeleo y la
por brigadistas búlgaros, yugosla- Durante la guerra sufrió diver- describe a sí mismo cruzando la zados alemán de Chemnitz, don- burocracia, pero el viejo brigadis-
vos y rumanos) y transferido jun- sas heridas que curaron y pérdi- frontera el 9 de febrero de 1939 de permaneció hasta su fuga ta, con tanta paciencia como mo-
to a otros quince compatriotas das irreparables e incurables de con los ojos anegados de lágri- –gracias a la ayuda de unos anti- destia, no pierde la esperanza de
rumanos al frente de Samper de compañeros y amigos, pero uno mas de rabia e impotencia por no fascistas alemanes– en diciembre ver algún día reconocida por
Calanda, en agosto de 1937; y de los momentos más duros fue haber podido hacer nada más. Lo de 1941. Recorrió furtivamente completo su lucha por la libertad
cómo poco más tarde, en octu- cuando supo que el 23 de sep- que le esperaba en Francia no era Dresde, Viena y Budapest hasta de una tierra que nunca ha deja-
bre, luchó en la segunda fase de tiembre de 1938 habían recibido mejor. Sufrió, como tantos otros llegar en febrero de 1942 a la ciu- do de sentir como suya. H