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USAR LA BIBLIA PARA TOMAR DECISIONES
No hay lugar a duda. Hoy en día nos enfrentamos a más decisiones que nunca.
Vivimos en una cultura de opciones múltiples.
El problema es que a veces una decisión que aparentemente es insignificante o trivial puede causar
un impacto importante que cambia el rumbo de su vida.
A veces unas pequeñísimas decisiones son como una puerta gigante que gira sobre bisagras
diminutas.
Hay ocasiones cuando una pequeña decisión puede cambiar por completo la dirección de su vida.
Recuerdo una vez llevé a mi hermana Cecilia a la Universidad a las 6:30 dela mañana, y cuando
guardé el carro en el parqueadero, me di cuenta que había dejado su bata… en ese momento, una
linda chica estaba bajando de su camioneta con una bata en la mano y pensé debe ser una
compañera, así que la abordé y le pregunte… resulto que no tenía nada que ver, pero… tuvimos un
noviazgo largo de Siete años… y ella me decía, “mi amor.. nos casamos? Y yo le decía: sí… pero
con quien? Bueno… ahora es mi esposa..
Y si tuviera que decidir nuevamente con quien casarme, no dudaría en hacerlo con ella…
A veces me pregunto qué tal si no hubiera sido buen hermano y no hubiera llevado a mi hermanita a
la Universidad aquel día??
No tenía nada que ver con mi hermana, pero en los giros del destino.
Es lo que Dios había planeado. Finalmente, su hermano se casó con mi hermana… y hoy está aquí
con nosotros, pues vive en España, es el padre de Juan David quien está en Montana, preparándose
para servirle al Señor..
Esta semana hice un poco de investigación acerca de algunas decisiones verdaderamente malas en
la historia.
Sam Phillips le vendió una pequeña compañía de grabación de discos a la compañía RCA en
1955 por $35,000. Esta venta incluía los derechos exclusivos con un joven llamado Elvis Presley,
de manera que sin saberlo, Sam perdió el derecho a un porcentaje de los ingresos de más de un
billón de discos. Mala decisión.
Tom Selleck rechazó el papel de Indiana Jones. Mala decisión.
En 1936 Joe Schuester y Jerry Segal vendieron los derechos de Superman por $65 cada
uno. Mala decisión.
Ingrith Betancourt, decidió ir al Caguanm, los soldados le advirtieron que no pasara pero,
decidió seguir. Mala decisión
Ingrith Betancourt, Decidió demandar al gobierno colombiano por 15.000 Millones… Mala
decisión
Un ladrón en Cartagena intentó robar dos langostas vivas y decidió meterlas adentro de sus
pantalones. Mala decisión.
En Alemania un roba bancos sacó una pistola y exigió dinero. La empleada bancaria le dijo
que tenía que ver su identificación. Así que él sacó su identificación y se llevó el efectivo pero dejó
su identificación. Mala decisión.
Esa chica de secundaria que le dijo a Bill Gates, “Debe escoger—¡o yo o la computadora!”
Hacer una breve pausa antes de contestar la pregunta de su esposa, “Me veo gorda en este
vestido?” Muy mala decisión.
¿Cuál es la clave para hacer decisiones sabias? Escuche a Dios.
Proverbios 2:5, 9 “Si quiere más comprensión y discernimiento...pronto aprenderá la importancia
de reverenciar al Señor y confiar en Él. Les enseña a discernir entre el bien y el mal, y a tomar
siempre la decisión correcta.”
Si quiere hacer decisiones acertadas, escuche a Dios.
Esta mañana tengo un mensaje muy práctico para usted.
Veremos seis criterios bíblicos y prácticos para evaluar una decisión.
Alguien me preguntó, “¿Cómo se sabe cuándo Dios le está hablando?
¿Cómo se sabe que no lo está inventando uno mismo?
¿Cómo se sabe lo que Dios quiere que uno haga?”
Hoy vamos a ver algunas respuestas—seis principios o criterios para tomar decisiones.
Padres de familia, es preciso que les enseñen estos principios a sus hijos.
Con ellos podrá saber lo que Dios quiere que usted haga.
Hay otros muchos en la Biblia pero estos son los seis principios básicos.
1. LA PRUEBA IDEAL
La prueba ideal: ¿Está esto en armonía con la Palabra de Dios?
Con respecto a lo que estoy a punto de hacer: ¿dice Dios en la Biblia que está bien hacerlo?
Esta siempre debe ser la primera prueba que uno debe hacer.
¿Qué dice Dios al respecto? En la vida uno tiene que decidir cuál va a ser su máxima autoridad.
En realidad, ésta se reduce a sólo dos opciones:
1) La Palabra de Dios va a ser la autoridad sobre la cual va a basar sus decisiones en la vida. o
2) El mundo será lo que va a determinar sus decisiones.
La Palabra o el mundo. Lo que dice Dios o lo que dicen otras personas.
Si usted basa su vida en la opinión popular de lo que actualmente está de moda, siempre va a ser
anticuado porque esta opinión cambia constantemente.
Lo que era de moda ayer no lo es hoy y lo que es de moda hoy no lo será mañana.
Así que las opiniones del mundo cambian con bastante frecuencia.
Tiene un cimiento muy cambiadizo.
No tiene principios para guiar su vida si sólo está basada en la cultura, lo políticamente
correcto o en encuestas de opiniones.
Por el otro lado, si usted basa su vida en la Palabra de Dios, la verdad nunca cambia.
La verdad siempre es veraz.
De manera que si Dios dijo hace 10,000 años que algo era malo, también era malo hace 5000 años.
Fue malo hace 500 años; es malo hoy y será malo 1000 años en el futuro.
No me importa lo que dicen las encuestas de opiniones.
No me importa lo políticamente correcto.
Ni le doy importancia a lo que nos dicen por la televisión u otros medios de comunicación.
Si Dios dice que es malo, es malo. Siempre ha sido malo y siempre lo será.
Si Dios dice que es bueno, siempre será bueno.
Así que usted puede elegir entre construir su vida sobre un cimiento movedizo que constantemente
cambia (las opiniones del mundo) o construir su vida sobre lo que Dios dice que nunca varía, lo
cual le da una cimiento sólido aunque todo lo demás esté fluctuando.
Dios ha establecido el universo con ciertas leyes. Hay leyes físicas.
Las conocemos; por ejemplo, la ley de la gravedad, una ley del universo.
Lo que sube tiene que bajar. Hay leyes morales y leyes espirituales.
Dios construyó el universo alrededor de estas leyes.
No no porque El sea un Dios caprichoso que arbitrariamente dijo, “Voy a inventar unas leyes”.
Sino para que todas seanpara beneficio del hombre.
Cuando éste coopera con los principios de este universo, tiene éxito. La vida es más fácil.
En cambio si rechaza, se rebela, desobedece y no hace caso de los principios de Dios, es usted
quien va a sufrir. Usted nunca quebranta las leyes de Dios. Ellas lo quebrantan a usted.
Si subo al techo de un edificio y salto, no quebranto la ley de la gravedad; sino que ésta me
quebranta a mí. Lo mismo es cierto con las leyes morales y espirituales.
No puede desdeñar a Dios y salir ileso. Inevitablemente llegará el día de entregar cuentas.
Cuando usted infringe los principios de Dios se está buscando problemas.
Entonces la primera pregunta en una decisión es ¿qué dice Dios al respecto? Si Dios dice que está
bien, entonces, lo haré. Si Dios dice que no está bien, no lo hago.
No importa lo que dice u opina otra persona o si el 99% de la gente lo está haciendo.
Si Dios lo prohíbe, yo no lo voy a hacer.
Recientemente tuve que subir al desván de nuestra casa y encontré la bombilla quemada.
Mientras iba caminando en la oscuridad, mi cabeza golpeó contra una viga una y otra vez. Pensé,
“¡Necesito una linterna!”
Hay ocasiones en la vida cuando está tomando una decisión y siente estar en la oscuridad sin saber
qué hacer. “¿Hago esto o hago aquello?” ¿A, B, C, D o E? Está en la oscuridad hasta que consigue
una linterna para la vida. ¿Cuál es ésta? Es la Biblia.
“Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.”
Es la linterna para la vida, el manual del dueño para la vida.
La Biblia dice que está allí para el beneficio del hombre.
Entonces usted pregunta, ¿ lo que estoy a punto de hacer está en armonía con la Palabra de Dios?
Seamos honestos. A veces comprender los principios de Dios es muy difícil.
Desde un punto de vista humano no tiene sentido.
Esta semana estaba hablando con alguien que dijo, “¿Por qué dice Dios que el sexo es únicamente
para la pareja casada, que no se debe tener sexo con alguien con quien uno no está casado?”
Yo le podría dar nueve o diez buenas razones para esto. Hay muchos principios como ¿por qué
dice Dios que el primer diez por ciento que ganamos se lo debemos retornar a Él como diezmo?
Permítame compartir un secreto con ustedes.
No es necesario comprender los principios de Dios para ser bendecido por ellos.
Solo tiene que seguirlos y obedecerlos.
No tiene que comprender por qué Dios dice lo que dice. Dios es Dios y usted no lo es.
Él puede establecer cualquier regla que quiera porque Él es el creador y usted no lo es.
Pero si usted coopera con estos principios aun cuando no los entienda, y los obedece, va a recibir la
bendición.
No comprendo la electricidad. No entiendo como funciona, pero esto no me detiene de hacer uso
de ella.
Enciendo las luces y escucho un CD y la televisión.
Recibo todas los beneficios de la electricidad sin entenderla.
No entiendo el computador almacena todo ese cúmulo de información que le cargo, pero sin
embargo, lo uso y me beneficio con ello.
No sé cómo funciona la internet, no sé cómo viajan las ordenes que escribo, cuando voy a buscar
algo, no sé cómo esa instrucción viaja a tal velocidad y hace un scan por todos los computadores del
mundo conectados a la red y me da resultados en milésimas de segundos! Es increíble! Pero me
beneficio de esto.
No tiene que saber por qué Dios ha dicho lo que dice en la Biblia para recibir el beneficio de
ello. Lo único que tiene que saber es, “Si yo lo sigo, Él lo hizo para mi beneficio y voy a recibir
la bendición como resultado. Si no hago caso, soy yo quien va a sufrir.”
La tentación más antigua conocida por el hombre es la tentación de dudar de la palabra de
Dios. Siempre que encontramos algo en la Biblia que no nos parece o cuando pensamos que es un
tanto restrictivo o anticuado o pasado de moda, entonces empezamos a dudar de la palabra de Dios
y empezamos a decir, “¿Realmente dice la Biblia que uno no debe hacer esto? ¿En realidad dijo
Dios que...? ¿Verdaderamente quiso Dios decir que...?” Bueno… quizás para esa época fue lo
mejor, pero los tiempos han cambiado.
En cualquier momento que empieza a hacerse estas preguntas, ha caído en la trampa más vieja del
mundo.
Fue la tentación original de Satán, la que usó con Adán, el primer ser humano.
Un día el diablo llegó con Adán y le dijo, “¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún
árbol del jardín?” ¿Qué estaba haciendo Satanás? La tentación más antigua es la tentación de
dudar de la palabra de Dios.
Siempre que duda de la palabra de Dios se está metiendo en problemas.
Siempre que duda de la palabra de Dios está dudando de su amor. “Dios, pienso que Tú no me
amas. No creo que Tú sabes qué es lo mejor para mí.” Y con esto, usted se está deslizando por un
sendero muy resbaladizo.
Entonces, al tomar una decisión, la primera prueba es, “¿Qué dice Dios al respecto?
2. LA PRUEBA DE INTEGRIDAD
“¿Desearía que todo el mundo supiera de la decisión que estoy tomando?” Si está tomando una
decisión y le preocupa que otras personas se enteren de su decisión, entonces lo más seguro es que
esto indica que es una mala decisión. Porque malas decisiones siempre conducen a secretos y
estas clases de secretos siempre resultan en sufrimiento en la vida.
Proverbios 10:9 “Quien se conduce con integridad, anda seguro; quien anda en malos pasos será
descubierto.”
Hay que darse cuenta que no dice “puede ser descubierto” o aun “hay una alta posibilidad de que
sea descubierto”. ¡Será descubierto! Así que cuando está por tomar una decisión, hay que hacer la
prueba de integridad.
Todos hemos visto cómo sucede esto. Está por tomar una mala decisión.
Ya sabe que es una mala elección, sabe que no es la opción que debe escoger, pero antes de tomar la
decisión usted racionaliza, “Lo voy a hacer porque nadie lo sabrá.” Inmediatamente en el
momento que escoge este camino, empieza a pensar, “¡Alguien me va a descubrir!”, y siente el
miedo que resulta de este pensamiento.
Esto se presenta cuándo ha violado esta prueba de integridad.
La prueba de integridad es que su vida pública y su vida privada concuerden.
Lo que está en su corazón y lo que está en su vida son una sola cosa.
Su caminar y su hablar, lo que dice y lo que hace estánen armonía el uno con el otro.
La verdad es que, al hablar de integridad, aun cuando logra engañar a todo el mundo, no
puede engañarse a sí mismo. Si viola su propia conciencia, hay un precio que pagar.
Santiago 4:17 “El que sabe hacer lo bueno y no lo hace, está en pecado.”
Si sé hacer lo correcto pero violo mi conciencia y escojo no hacerlo, es pecado.
Así que una pregunta que debe hacerse al tomar una decisión es “¿Puedo hacer esto sin
remordimientos?” Porque cada vez que viola su conciencia cae en un gran error.
A veces pensamos de la siguiente forma:
Sabemos que estamos a punto de hacer algo malo. Sabemos que no debiéramos hacerlo.
Pero este pensamiento viene a la mente. “Aunque no sea correcto, y yo sé que no estoy haciendo
lo correcto, lo voy a hacer de todos modos porque yo sé que Dios me perdonará. Él es un Dios
de perdón.”
¿Qué clase de tonto piensa usted que es Dios?
Que yo pueda proseguir a tomar una decisión de hacer algo que Él dice que es malo y que no vaya a
haber consecuencias en mi vida. Esta es la única razón por la cual Él no desea que tome esa
decisión. Es porque Él me ama y no porque Él quiere que no disfrute.
Hay consecuencias para toda decisión.
Y cada decisión mala siempre deja cicatrices en nuestra vida. Como pastor he visto una y otra vez a
personas quienes han tomado malas decisiones. Estas personas estaban conscientes de que eran
decisiones equivocadas y ellas encontraron que la ley bíblica y la ley de la naturaleza—lo que
siembra, eso cosechará—se cumplieron otra vez en su vida. Así es como funciona la vida.
¿Significa esto que Dios no nos perdona por las malas cosas que hacemos? Por supuesto que Él nos
perdona. Él es un Dios de gracia y perdón.
Pero este perdón no nos libra del dolor y de las consecuencias que resultan de las malas decisiones.
Puede ser perdonado y todavía vivir con remordimientos.
Puede ser perdonado y aun tener que encarar el dolor.
Puede ser perdonado y todavía luchar con una baja auto-estima como resultado de la decisión.
Puede ser perdonado y todavía tener la relación con otro quebrantada por la decisión que tomó.
Puede ser perdonado y aun así perder los premios.
Cuando pensamos en las cosas que claramente son malas, es más fácil que con las áreas grises.
¿Cómo puede usar la prueba de integridad para decidir en las áreas grises?
Romanos 14:14b “Si alguien piensa que es malo [comer de la carne ofrecida a los ídolos], no
debe comerla, porque sería malo si lo hiciera.”
Este versículo dice simplemente que si hay duda, no lo haga.
Es una violación de la prueba de integridad. Lo que no viene de fe en nuestra vida, es pecado.
3. LA PRUEBA DE MEJORAMIENTO
Él está diciendo que hay algunas cosas que no son necesariamente malas, simplemente no son
necesarias. No son esenciales.
No es un asunto entre lo bueno y lo malo sino entre lo bueno y lo mejor.
La mayoría de elecciones que hace en la vida en realidad no están entre lo verdaderamente bueno y
lo verdaderamente malo.
No se levanta por la mañana y se pregunta, “¿Leeré mi Biblia o me voy a convertir en un terrorista
internacional?” Esa clase de asuntos ni se le ocurre. “¿Debería orar o convertirme en drogadicto?”
Estas no son decisiones que tenga que hacer.
La decisión es ¿qué es verdaderamente lo mejor en mi vida? Hay muchas cosas que no
necesariamente son malas, son neutrales, moralmente hablando.
Pero efectivamente no son necesarias. Necesita ir a una norma más alta y preguntarse, “¿Me hará lo
que estoy a punto de hacer una mejor persona?” Ésta es la prueba de mejoramiento.
Recuerdo que hace muchos años cuando Montse estaba amamantando a nuestro bebé, el siempre
tenían hambre como a medio día, de manera que ella se sentaba para amamantarlos y encendía la
televisión. ¿Qué programación había a esa hora? Telenovelas. Ella empezó a ver una telenovela
mientras los alimentaba. Obviamente las telenovelas vienen una tras otra. Una conduce a otra. De
pronto ella miraba dos y, pasado un tiempo, tres. ¡Y esos bebés estaban engordando!
Después de un tiempo ella se dio cuenta de que ya no estaba haciendo esto por los bebés.
En efecto ella estaba acomodando su horario para asegurarse de poder ver sus programas.
Ella empezó a buscar excusas como, “Plancharé durante este tiempo” o “arreglare el closer ” o
cualquier cosa donde estaba la televisión.
Realmente ella empezó a conectarse con las vidas de personas ficticias.
De repente llegó a estar íntimamente interesada en la vida de personas que no existían.
Ella dijo que un día algo, era como si le arrojaran un balde de agua fría. Ella se dijo, “¡Estoy
desperdiciando mi vida! ¡Esto es un desperdicio total de mi vida y mi tiempo!
Esto no me está transformando en una mejor persona.
No me está ayudando ser una mejor madre. Ni me hace una mejor esposa. No tiene valor alguno.
Me estoy preocupando por personas que ni siquiera existencuando hay muchas personas
reales de quienes podría preocuparme.”
Comprendo que estoy por meter la pata, pero lo voy a decir de todos modos. Algunos de ustedes,
su vida gira alrededor de ciertos programas de la televisión. Y están desperdiciando sus vidas.
Están más enterados de la vida de unos personajes ficticios de la televisión que de las de Pablo y
Pedro y los demás discípulos y Jesús y de lo que Dios quiere que hagan con sus propias vidas.
Están desperdiciando sus vidas. No les ayudará a serpersonas mejores.
Algunos de ustedes están leyendo novelas de mala calidad que no deberían de estar leyendo.
Están llenando sus mentes con toda clase de basura. Algunos están leyendo novelas que no son
malas en sí sólo que no tienen valor. Están pasando horas y horas en un mundo que no existe y esto
de ninguna manera, les hace personas mejores. O están leyendo revistas que nada edifican.
Me asombra cuántos cristianos saben tantas cosas triviales acerca de personas famosas.
Leen todas esas revistas acerca de personas célebres; saben con quiénes están saliendo, quién fue a
qué estreno con quién, qué clase de ropa llevaba y así sucesivamente.
Estas personas viven vidas superficiales y ustedes están invirtiendo sus vidas leyendo acerca de
ellos en lugar de hacer valer sus vidas. Es un despilfarro.
Yo sé que algunos de los hombres aquí presentes estándiciendo, “¡Dales duro,!”
Bueno, ahora les toca a ustedes. Algunos de ustedes pasan media vida sentados en el sofá.
Desde el momento que llegan a la casa el viernes hasta el amanecer del lunes están pegados a ESPN
viendo los deportes. Saben más de los de la selección, de lo que sabe de su propias esposas. Y
están despilfarrando sus vidas.
¿Son malignas estas cosas? No. ¿Son malas? No.
¿Simplemente son un desperdicio de su tiempo si están pasando mucho tiempo con ellas?
¡Absolutamente! ¿Harán de ustedes personas mejores? ¡Por supuesto que no! De ninguna manera
les ayudarán a ser personas mejores. Están dando sus vidas por algo que tiene poca importancia.
Muchas actividades en la vida son moralmente neutrales. No son ni buenas ni malas.
Solo que no traen beneficio. Usted dice, “No hay nada mal en esto.” Tiene razón pero ésta es la
pregunta equivocada. No son necesarias. La pregunta no es si hay algo mal en esto. La pregunta
es si está haciendo de mí en una mejor persona. ¿Estoy aprovechando lo mejor de mi vida?
Quiero advertirles. Ninguno de nosotros podemos acercarnos a la Biblia en una forma neutral.
Cuando llegamos a la Biblia para leerla, siempre la leemos con nuestras predisposiciones, con
nuestros antecedentes, nuestro temperamento.
Nos gusta sacar de la Biblia lo que deseamos que diga en lugar de permitir que nos hable.
Así que si somos ricos, nos gusta encontrar los versículos en que dicen que está bien ser rico.
Buscamos los versículos que nos gustan y dejamos pasar por alto los demás. En lugar de llegar a la
palabra de Dios con una actitud humilde y decir, “Dios, Tú sabes lo que es mejor para mí. Tú sabes
lo que es correcto para mí y yo voy a cumplir con lo que Tú digas si tiene sentido o no para mí,
porque quiero ser una persona mejor.” Usted se somete humildemente a lo que Él dice.
4. LA PRUEBA DE INDEPENDENCIA
Para esta prueba hay que hacerse esta pregunta, “¿Esto podría resultar adictivo para mí?
¿Esto podría llegar a controlar y dominar mi vida?”
No importando qué tan divertida sea una actividad, si empieza a dominar su vida y a convertirse en
una adicción, es una mala decisión.
No importando qué tan de moda sea, si le llega a controlar, es una mala decisión.
No importando que tan bueno sea para otra persona, si domina su vida, si empieza a controlarlo, es
una mala decisión.
1 Corintios 6:12b “Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna.”
Voy a decidir no dejar que nada domine mi vida.
No permitiré que cosa alguna se adueñe de mí, que me consuma, que controle mi vida.
¿Por qué es tan importante? Porque lo que domina su vida, con el tiempo, llega a sersu dios.
Los Diez Grandes—los Diez Mandamientos de Dios—en el primero Dios dijo, “No tengas otros
dioses aparte de mí.” Él sabía qué tan fácilmente podríamos hacer esto. Él sabía que
quedaríamos adictos a nuestros ídolos.
Nosotros pensamos que ídolos son esas pequeñas estatuas de piedra que la gente en aquel entonces
colocaba en un estante y adoraba. Pero todavía tenemos ídolos hoy. Adoramos los pequeños
símbolos en nuestro carro que es diferente del de los de otras personas o el símbolo en nuestra
camisa o la oficina de la esquina. Hay muchas cosas que pueden llegar a ser aditivas hoy.
¿Puede llegar a ser dominado por su trabajo? Por supuesto que sí. ¿Puede ser controlado por el
sexo? Claro. ¿Dinero? ¿Puede ser consumido por el Internet hora tras hora? Desde luego.
Actualmente existen más de 2000 cosas a las cuales uno puede llegar a ser adicto o enviciado.
Puede llegar a ser dominado por casi cualquier cosa. Algunos de ustedes son adictos al
chocolate. ¡Cualquier cosa puede llegar a ser un vicio!
Está pensando en chocolate todo el tiempo. Y se encuentra manejando enfrente de la Fábrica
Nacional de Chocolate” y baja la ventana de su carro sólo para olfatear el olor a chocolate.
No va a entrar, sólo va a pasar de largo. Se demora en los anuncios de chocolate en el periódico.
Es todo lo que sabe. Ha empezado a dominar su vida.
¿Cómo saber si ha caído en esta clase de vicio? ¿Cómo saber si algo ha empezado a dominar su
vida? La pregunta número uno para hacerse es: ¿Qué es lo que más ocupa mis pensamientos?
Cuando está a solas, cuando está relajado, ¿en qué piensa una y otra vez?
Nos cuesta admitir que hay cosas que han empezado a dominar nuestras vidas.
Es muy difícil ser honesto consigo mismo. Si en este momento en su mente está pensando, “Esto o
aquello no me está dominando. No podría ser eso.” ¿Sabe qué? Probablemente lo es.
Probablemente esta es la cosa contra la cual está luchando.
Pablo dice, “He decido que no voy a permitir que cosa alguna controle mi vida así.”
1 Corintios 6:12 “Hay ciertas cosas que en sí no son malas, que no están prohibidas, pero que no
me convienen. Aunque me esté permitido hacerlo, no hago nada que luego pueda dominarme.”
Sólo Cristo debería tener el primer lugar en nuestras vidas. Él es el único digno de estar en ese
lugar en nuestras vidas. Cualquier otra cosa que pongamos en primer lugar, eventualmente llegará a
dominar, controlar y arruinar nuestras vidas. Pero cuando ponemos a Cristo en primer lugar en
nuestras vidas, Él es quien nos anima, nos capacita y nos habilita para la vida. Por eso esta
prueba de independencia, “¿Puede llegar a dominar mi vida?”, es una pregunta tan importante
al hacer grandes decisiones.
5. LA PRUEBA DE INFLUENCIA
¿Causará daño a otras personas? Uno de los mayores errores que cometemos en la vida es el de
olvidar cuánta influencia tienen nuestras acciones sobre otras personas, cómo afectan a los de
nuestro alrededor. Diariamente usted está tentado a tomar decisiones que pueden ser lo mejor para
usted pero que podrían causar un efecto devastador sobre las personas a su alrededor. Necesita
tomar esta quinta prueba, “¿Causará daño a otras personas?”
Esto contrasta con nuestra cultura. Nuestra cultura nos enseña a pensar únicamente en uno mismo.
Considere lo que usted necesita, lo que usted desea. La verdad es que Dios espera que piense en
más que sí mismo. La Biblia dice que algún día va a ser juzgado por Dios sobre cómo sus
decisiones afectaron a otras personas. No a usted sino a otras personas. Porque para Dios esto es
muy serio.
Romanos 14:12-13 “Cada uno tendrá que dar cuentas a Dios de sus actos... Traten de vivir de tal
manera que ningún hermano se tambalee al verlos haciendo algo que crea incorrecto.”
Pueda ser que no le guste oír esto, pero sea que le guste o que no, otros lo están observando.
Todo el tiempo. Otras personas lo están observando. No hay tal cosa como, “Sólo me afecta a mí.”
Esa es una mentira. Cada cosa que hace tiene un impacto sobre otra persona sea directa o
indirectamente. Todos estamos en este barco llamado humanidad.
Y si estamos en este barco juntos y yo decido perforar un hoyo en el fondo del barco, ¿afectará a
otro además de mí? Todos serán afectados por el hoyo que perforé.
Los de ustedes que son padres deberían de estar especialmente conscientes de que los ojos pequeños
siempre los están observando.
Por eso hay que tener mucho cuidado con lo que dicen y lo que hacen porque tienen influencia no
sólo sobre su vida sino también sobre la próxima generación.
Hay que darse cuenta de que sus hijos los están observando.
Hay que mostrar respeto hacia la autoridad.
Si un policía lo detiene por una infracción, aunque él está equivocado, debe mostrarle respeto.
Aunque esa persona en una posición de autoridad sea brusco o descortés hacia usted, hay que
mostrarle respeto.
Porque usted sabe que sus hijos lo observan, no se reporta enfermo al trabajo cuando su familia sabe
que irá al “Estadio”.
No trae útiles que ha robado de la oficina a la casa para beneficio personal.
No se jacta delante de sus hijos de todas las maneras que ha encontrado para dejar de pagar sus
impuestos.
Y cuando está sentado frente a la televisión y ellos están en el mismo cuarto, hay ciertos programas
que se saltea porque a pesar de que son cosas que no le afectan a usted, podrían ser demasiado
fuertes para los ojos de los chiquitos. Me asombra hoy ver que hay hasta comerciales que no son
aptos para los niños. Promociones para los programas muestran las escenas más obscenas para
invitarlo a ver el programa.
Si usted se detiene allí o en uno de esos programas de entrevistas donde un tipo grotesco o
caprichoso está defendiendo su estilo de vida, usted no más piensa que es raro o excéntrico.
No le afecta tanto porque tiene el juicio para juzgarlo. Pero un niño pequeño está sentado allí
viéndolo.
Me consterna lo que la gente permite que sus hijos miren. No sólo en la televisión sino también en
el cine. Veo a parejas entrando en un cine para adultos (que es una palabra mal usada). Es ridículo.
Adulto quiere decir pornográfico. Llevan a niños pequeños a ver cosas que sus ojos nunca deberían
de ver. Tendrán que dar cuentas a Dios por esto. Usted dice, “No puedo controlar lo que mis hijos
vean.”
Sí lo puede hacer en su propia casa. Les puede decir lo que pueden o no pueden ver en el cine.
Usted dice, “Tienen que tomar sus propias decisiones.” Sí, cuando ya estén grandes y vivan
independientemente. Mientras que vivan bajo su techo, usted tiene el derecho de decirles lo que
pueden o no pueden ver. Si usted no lo hace, cuando llegue al cielo va a pasar un buen rato
explicándole a Dios por qué permitió que sus hijos llenaron sus mentes con basura. Usted es el
responsable de eso.
La pregunta de influencia dice, “¿Cómo puede lo que estoy haciendo dañar a otra persona?” Como
vecino debe preguntarse, “¿Soy yo un buen vecino para la gente que vive cerca de mí?”
Les voy a confesar. Los que viven en mi área, he hecho una resolución. Voy a entrar la basura
después de un día si no la recogen. Les prometo que no los voy a dejar en la calle más de un día de
aquí en adelante. ¡Dios me tuvo que corregir a través de mi propio sermón!
Como cristiano, obviamente debería preocuparle cómo vive porque tiene una influencia sobre otras
personas. El otro día estaba yo en “El Exito” comprando equipo electrónico. Saqué mi tarjeta de
crédito y el joven ingresó los números en su computadora. No fue aceptada y él estaba probando
una y otra cosa durante unos diez minutos. Entonces él la llevó al área de servicio al cliente y ellos
intentaron por otros diez minutos. Finalmente ellos llamaron al gerente y él tomó el teléfono e hizo
una llamada. Esto se llevó por lo menos treinta minutos. Ellos cerraron la caja y todas las personas
que estaban en la cola pasaron a otro cajero y yo todavía estaba allí esperando. Después de unos
treinta minutos el gerente o su asistente me llamó y me dijo, “¿Podría hablar con esta persona que
tenemos en la línea telefónica?” Es un señor de Visa. Él me dijo, “Usted está usando una tarjeta de
crédito que fue robada.” Le respondí, “No, está equivocado. Léame el número que ellos le dieron.”
Cuando me lo leyó, tenía un dígito equivocado. El joven había ingresado el número erróneamente.
Ahora, ¿tenía yo el derecho de estar molesto? Sí. ¿Tenía el derecho de sentirme frustrado? Sí.
¿Tenía el derecho de decirles que su servicio al cliente era deficiente y de enojarme? Sí. Pero si
hubiera actuado así, de plano en ese momento, alguno de ustedes se me hubiera acercado diciendo,
“Pastor, quiero presentarle a mi mamá.” ¡Ya no tengo la libertad de enojarme en público! ¡No más
vengo aquí los fines de semana y me desquito con ustedes!
La gente lo está observando a usted también. Habrán momentos en la vida cuando el mesero en un
restaurante o el ayudante en la gasolinera, o un vendedor le va a tratar groseramente o con falta de
respeto y cada célula de su cuerpo tendrá ganas de responder de la misma forma. Querrá contestarle
toscamente.
Pero no lo haga. Porque sin duda alguna allí cerca de usted va a estar una persona que estaba
sentado detrás de usted en el culto la semana anterior quien no es un creyente y él va a decir, “¡Si
así son los creyentes, olvídelo!” Hay una palabra para esto. ¡Hipócrita!
No puede llevar su vida como le da la gana.
Tiene que estar consciente de cómo su conducta afecta a otras personas. Eso es muy importante.
Como mejor pueda, estoy tratando de vivir mi vida de manera que la gente tendrá que fabricar cosas
acerca de mí si me quiere acusar de mala conducta. Esta es mi meta y espero que sea la suya
también. La gente tendrá que fabricar cosas para acusarlo porque no tendrá acusaciones verídicas
para usar en su contra.
Romanos 15:1 dice, “Aun cuando creamos que a Dios lo tiene sin cuidado el que lo hagamos, no
debemos hacerlo por el simple hecho de que nos plazca. Debemos llevar sobre nuestros hombros
la responsabilidad de velar por las dudas y los temores de los que piensan que aquello es
incorrecto.”
Personas maduras limitan su libertad para el beneficio de otros. Personas inmaduras no lo
hacen. ¿Por qué ustedes hacen esto? ¿Porque tiene temor de lo que otros van a pensar? Por
supuesto que no.
Lo hacen por amor. Lo hacen porque es la manera amorosa de actuar.
La señal de madurez es que al considerar sus decisiones, toman en cuenta cómo van a afectar a
todas las personas a su alrededor, y no únicamente a sí mismos. En las situaciones donde no hay
una distinción clara entre lo bueno y lo malo, esas áreas grises que mencioné anteriormente, ¿qué
van a hacer? Se preguntan, “¿Cómo va a afectar a otros?”
6. LA PRUEBA DE INVERSIÓN
¿Es el mejor uso de mi vida? O, incluso, ¿es el mejor uso de mi tiempo?
Efesios 5:15-17 “Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como
sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto,
no sean insensatos sino entiendan cuál es la voluntad del Señor.”
Si desea hacer el mejor uso de su vida, si quiere que su vida cuente para algo, si quiere hacer un
impacto con su vida, tiene que hacer una cosa. Tiene que tomar el control de su tiempo. Su
tiempo es su vida.
Si no aprende a ser un buen mayordomo de su tiempo, no va a lograr mucho en esta vida. Tiene
que aprender a administrar su tiempo si quiere sacar el mejor provecho de su vida. Su tiempo es su
vida.
Todos nosotros tenemos la misma cantidad de tiempo cada semana—168 horas. La persona del
mayor éxito y la del peor fracaso en esta vida tuvieron la misma cantidad de tiempo que usted. Es
cómo lo usa. El tiempo es más importante en su vida que el dinero. Siempre puede acumular más
dinero, pero no más tiempo. Sólo se le ha asignado cierta cantidad de días en este mundo, y si los
desperdicia, los ha perdido. Si malgasta su tiempo, está malgastando su vida. Si “mata” tiempo,
está cometiendo suicidio. Su tiempo es su vida. Hay que detenerse y preguntar, “¿Es ésta la mejor
inversión de mi tiempo? ¿Estoy aprovechando al máximo mi vida?”
Hay muchas actividades que no realizo. He elegido no realizarlas y no porque sean malas. No lo
son. No porque sean sospechosas o malignas. No lo son. No porque no sean placenteras. Sí son
placenteras. Yo he elegido no realizarlas porque quiero aprovechar al máximo mi tiempo
cumpliendo el propósito de Dios para mi vida. Para cumplir la misión de vida por la cual Él me
envió aquí.
Si no puede descubrir la misión de su vida, si no comprende el propósito de su vida, si nunca ha
entendido por qué Dios le puso en este mundo, no tiene base alguna sobre la cual tomar sus
decisiones. Está haciendo las decisiones así como así. Haga esto hoy, lo otro mañana. Está
deslizándose cuesta abajo por la vida. No tiene un objetivo dominante si no sabe hacia dónde
quiere ir, cualquier camino lo puede llevar. Si no reconoce la misión principal de su vida, su
propósito por el cual Dios le ha puesto en este mundo, no tiene una base para sus decisiones.
Si quiere que su vida cuente, debe estar enfocada en una misión. La luz enfocada o concentrada
tiene una potencia tremenda. Llega a ser un lásar. Puede partir toda clase de materiales. La luz
esparcida no tiene esta potencia. Y una vida disipada no tiene potencia alguna. Entre más enfocada
está su vida, más potente será.
Esto es tan importante. Hemos impartido dos series sobre este tema. Lo llamo la vida dirigida por
propósito. Puede conseguir esta serie en cassette y escucharla otra vez. La Clase 401, que voy a
estar impartiendo al final de este mes y el mes próximo, para ustedes que han completado el 101,
201 y 301, una parte de esa clase trata de cómo empezar a encontrar su misión en la vida. Es
importante. Lo más importante en la vida es conocer a Jesucristo. Lo segundo en importancia es
conectarse con una familia espiritual. Lo tercero es descubrir su propósito en la vida. Los primeros
dos le ayudarán a encontrar el tercero.
No tiene tiempo para hacerlo todo. Las buenas noticias son que Dios no espera que lo haga todo.
No lo espera. Así que no tiene que sentirse culpable. Encima de eso, sólo hay unas pocas cosas que
realmente valen la pena.
Las personas eficaces determinan lo que es esencial en la vida y lo que es trivial y le dedican más
tiempo a las cosas esenciales y menos tiempo a las cosas de poca importancia. No puede eliminar
todo lo trivial de su vida pero sí puede reducir el tiempo que le dedica. Esto suena muy fácil al
hablarlo pero honestamente es bastante difícil. No es fácil. Frecuentemente es difícil escoger entre
lo mejor para mi vida y lo que es más fácil para mi vida. No es fácil escoger. Especialmente
cuando está cansada. Cuando uno está cansado, no quiere hacer lo óptimo. Quiere hacer lo que es
menos complicado, más fácil. Por eso si de verdad va a lograr algo en su vida, tiene que aprender a
descansar. Si no está descansado, permanece cansado todo el tiempo. Si está cansado todo el
tiempo, no tiene la capacidad mental, emocional, física y espiritual para decir, “Voy a hacer lo
correcto en lugar de hacer lo fácil.”
¿Qué estoy diciendo? Le estoy rogando como su pastor que no desperdicie su vida. No acepte una
vida de segunda clase. No pase por la vida sólo pasándola, meramente existiendo, no más copiando
a otros, arrastrado por la corriente. No fue colocado en esta vida sólo para pasar el tiempo. No fue
puesto en esta planeta sólo para flotar sin rumbo. Dios lo formó con un propósito. Lo creó para una
misión, con un propósito. Eso empieza con la pregunta, “¿Es esto el mejor uso de mi vida?”
Algunos de ustedes están tratando de determinar el plan de Dios para sus vidas. Nunca lo van a
descubrir hasta que dejen de hacer unas cosas que están tomando todo su tiempo, para que tengan
tiempo de escuchar a Dios. No desperdicien ni malgasten sus vidas.
Estos son seis principios. Hay muchos otros. Antes de concluir, quiero que ustedes escuchen la
historia de una persona que está tratando de poner estos principios en práctica.
Me gustaría compartir con ustedes cómo Dios me ha estado enseñando cómo tomar mejores
decisiones desde que he comprometido mi vida a Jesucristo. Cualquiera que me conoce sabe que
soy una persona impulsiva por naturaleza. Siempre me ha gustado hacer decisiones rápidamente.
De hecho por muchos años estaba orgulloso de mi tendencia de moverme rápidamente y formar
opiniones sin pensar. Pero he aprendido de mis errores que las decisiones rápidas no siempre son
buenas decisiones. Les podría relatar muchas historias de decisiones tontas que he hecho en mi
vida.
Por ejemplo, justamente antes de casarme con Cheryl, me mudé de Pittsburg a California y
llegué hasta aquí manejando un Cadillac nuevo. Dos semanas después de llegar, empecé a
sentirme inquieto y lo cambié por un Corvette nuevo. En menos de un año mis padres vinieron
a visitarnos y cambié el Corvette por un Continental. Mi manera de pensar era que necesitaba
un carro donde cupieramos todos. El comprar tres diferentes carros nuevos antes de cumplir
nuestro primer aniversario sin consultar con mi esposa obviamente califica como una mala
decisión. Causó una tensión innecesaria tanto en nuestra situación económica como en nuestra
relación de pareja.
Después de ocho años de casados las cosas habían pasado de mal en peor a pésimo. Mis
decisiones impulsivas habían producido una deuda en tarjetas de crédito de $50,000 y mucha
tensión en nuestro hogar. Entre más presión financiera sentíamos, más me mantenía fuera de
casa y más decisiones tontas tomaba. Para entonces, los dos estábamos listos para terminar con
nuestro matrimonio. Afortunadamente, Cheryl decidió persistir. Decidimos probar una iglesia
para buscar ayuda. Por varios fines de semana, salí a explorar yo solo. Una semana encontré
una iglesia llamada Alianza con Dios. Se reunía en el gimnasio de un colegio. Me encantó la
música y el pastor no estaba tan mal tampoco así que empezamos a asistir. Después de pocos
meses, Cheryl y yo aceptamos a Cristo. De hecho, ¡ yo lo acepté tres fines de semana seguidos
porque no sabía si las primeras dos veces eran suficientes! Al empezar a crecer espiritualmente
como nuevos creyentes, descubrí que Dios estaba cambiando mi manera de pensar.
Anteriormente mi lema siempre había sido, “Si yo no aseguro que esto suceda, nadie lo hará.”
Esa actitud me había motivado a muchas decisiones rápidas pero no siempre sabias. Pero
mientras pasaba más tiempo leyendo la Biblia y observando a otros hombres cristianos, empecé
a ser más tranquilo y menos impulsivo. Todavía tengo que crecer mucho pero el aprender a
hacer decisiones a través de orar, esperar y seguir los principios de Dios en la Biblia ha obrado
una gran diferencia en mi vida.
Déjeme darles cuatro áreas específicas. En primer lugar el involucrar a Dios en mis decisiones
ha beneficiado a mi matrimonio. Después de aceptar a Cristo, empecé a llegar a casa más
temprano por la noche. Yo no me sentía cómodo frecuentando los bares hasta muy noche. Cheryl
podía ver los cambios en mi vida pero todavía estaba haciendo decisiones impulsivas sin consultar
con ella. Esto seguía causando tensión entre nosotros. Para mí el punto decisivo vino un día
cuando leí el Salmo 32:8-9 “Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te
daré consejos y velaré por ti. No seas como el mulo o el caballo que no tienen discernimiento, y
cuyo brío hay que domar con brida y freno, para acercarlos a ti.” Me di cuenta que al no
escuchar a Dios ni a Cheryl me estaba portando como un mulo y no lo había reconocido.
Poco a poco y paso a paso, empezamos a conversar sobre nuestras decisiones juntos. Orábamos
acerca de las decisiones, tomando en cuenta juntos lo que Dios dice en la Biblia acerca de cada
asunto. Una cosa llegó a ser muy clara, cuandoquiera que tomaba una decisión sin Cheryl, nos
alejábamos. Cuando orábamos y tomábamos decisiones juntos basados en la palabra de Dios,
nos acercábamos. Lo mismo es cierto en mi relación con Dios. Cuando voy a Dios primero y
pruebo mis decisiones contra sus principios, siempre me acerco más a Él.
En segundo lugar, involucrar a Dios en mi proceso de tomar decisiones me ha ahorrado muchos
problemas. Por ejemplo, como todo hombre normal, al ver a una mujer atractiva una pequeña
lucha ocurre en mi mente. Tengo que escoger—cederme a la tentación o hace
r lo correcto. Lo que es útil para mí es cambiar rápidamente el enfoque: voy de la imagen de
fantasía a cómo afectaría a mi esposa, mis hijos y mis amigos si me rindiera a la tentación.
Pastor Rick lo llama la prueba de integridad. Me imagino la mirada devastada en los ojos de mi
esposa y considero cómo mis hijos perderían todo respeto hacia mí. Pienso en cómo mis buenos
amigos se sentirían decepcionados y acongojados por mi necedad. En ese momento me doy
cuenta que por nada, por ningún placer vale la pena causar todo esto. Entonces la sangre
regresa a mi cerebro y continúo con mi día.
El tercer beneficio de tomar decisiones basadas en la palabra de Dios es que Él ha bendecido
mis negocios y mis finanzas. Por medio del fracaso he aprendido que es mucho más fácil entrar
en una relación de negocios que salir de ella. Por otro lado, les puedo contar de cuando me
invitaron a ser un accionista de equidad en una compañía que estaba por ofrecer sus acciones al
público en otro estado. Parecía muy emocionante e hice varios viajes para verificarla. Esta vez
me propuse no tomar una decisión sin primero orar y buscar la dirección de Dios y amigos
cristianos sabios. Al probar la decisión contra los principios en la palabra de Dios, llegó a ser
muy claro que aunque significaría voltear la cara a mucho dinero y muchas acciones, debía
rehusar la oferta. La rehusamos y tanto Cheryl como yo nos sentimos aliviados y felices al
tomar la decisión correcta. El resultado de escuchar el consejo de Dios en lugar de seguir mis
impulsos—Dios me abrió unas oportunidades increíbles en los negocios. Si no le hubiera hecho
caso a los principios de Dios en tomar las decisiones, hubiera perdido todas estas grandas
oportunidades para hacer una diferencia con mi vida.
Finalmente un cuarto beneficio de seguir los principios de Dios es que me ha hecho crecer
espiritualmente. Durante los años de presión financiero causada por mis decisiones impulsivas,
Cheryl y yo aprendimos el principio de diezmar. Aprendimos el principio de Dios que debemos
devolverle el primer diez por ciento de todos nuestros ingresos a Dios con gratitud debido a que
todo vino de Él en primer lugar. Este fue un concepto nuevo y radical para nosotros. Pero tan
pronto oí este principio, estaba muy ansioso por empezar a diezmar inmediatamente. Con todas
nuestras cuentas por pagar mi esposa no compartía mi entusiasmo. En mi antigua manera de
vivir, hubiera dejado pasar por alto sus comentarios y lo hubiera hecho de todos modos. Pero
porque deseaba hacer la cosa correcta de la manera correcta, lo dialogamos juntos como pareja,
llamamos a la oficina de la iglesia y pedimos información más detallada acerca de lo que dice la
Biblia en cuanto al diezmo. La leímos juntos y juntos decidimos que no nos convenía no
diezmar porque deseábamos las bendiciones de Dios sobre nuestras vidas y finanzas. La
siguiente semana empezamos a diezmar y nunca hemos parado de hacerlo. Desde entonces,
Dios ha sido fiel en proveer para nosotros de tantas maneras y nuestra fe ha crecido a saltos. En
Malaquías 3:8 el Señor le invita a probarlo a través de diezmar y ver si Él cumplirá o no su
promesa. Cuando uno es fiel en hacer lo bueno aún en tiempos difíciles, Dios derrama tantas
bendiciones que uno no puede manejarlas todas.
Al concluir, quiero ser honesto y confesar que aprender a relajarme y confiar en Dios es una
lucha diaria. A veces parece que yo tomo dos pasos hacia adelante y tres pasos hacia atrás. En
los días cuando regreso a mi viaja manera de actuar, siempre resultan problemas. Un ejemplo es
que hace unos años tuve una operación grande del pie. Durante cinco semanas Cheryl y mis
hijos me llevaban al trabajo y me traían del trabajo. Un día desperté y dije, “Yo mismo voy a
conducir al trabajo.” Sentía mucha impaciencia al depender de otras personas para llevarme a
todas partes. Cheryl pensó que estaba bromeando. Le aseguré que tenía todo bajo control. Con
muletas, un bastón y el pie enyesado le expliqué cómo lo podía hacer. Ella me pidió que lo
reconsiderara. Esa mañana manejé a Newport Beach para un desayuno de trabajo. Después de
la junta, manejé a mi oficina, y me acerqué al estacionamiento para impedidos. Estaba usando
el bastón para presionar el gas y mi pie izquierdo para el freno. Al casi parar el carro se deslizó
mi bastón, apretó el pedal del gas hasta el fondo y salí volando encima de un arriate de concreto
de un metro de altura y fui a parar dentro del edificio de oficinas. Mi Mercedes nuevo estaba
tendido sobre el arriate con la parte de enfrente dentro del edificio. La gente salía del edificio
corriendo para ver si había habido un terremoto. Porque necesitaban dos grúas para extraer mi
carro, se quedó allí todo el día. Cuando la policía llegó, les aseguré que no estaba tomado, pero
durante todo el próximo mes Cheryl suavemente me recordó de mi “gran” decisión.
Todavía tengo mucho que aprender. No tengo ninguna intención de regresar a mi vieja manera
de tomar decisiones. Esta nueva manera funciona para mí y les animo a probarla.
Vamos a hacer un pequeño auto-examen en este momento. Apliquémonos estas pruebas
personalmente.
1.- La prueba Reina. ¿Está usted tentado a hacer algo que va en contra de la palabra de Dios? Ya
sabe que no debe hacerlo pero está considerando hacerlo de todas formas. No me cabe duda de que
alguien que está aquí está pensando dejar a su cónyuge. No lo haga. Ha tomado un voto delante de
Dios. ¿Está haciendo las cosas que sabe que Dios quiere que usted haga o está dilatando? ¿Qué le
ha dicho Dios que haga? ¿Cuál es un principio que dice que sabe qué debería hacer pero no lo está
haciendo? Está cometiendo un gran error.
2.- la prueba de integridad. ¿Quisiera que todos se enteraran? ¿Es usted precisamente lo que
aparenta ser? ¿Está viviendo una vida engañosa? Santo y pecador. Persona de domingo y persona
de entre semana. ¿Sabe de qué manera de comportarse pero no lo hace? ¿Aparea su caminar con su
hablar?
3.- la prueba de mejoramiento. ¿Está llenando su mente con materiales menos que óptimos?
Quizá usted debería ponerle “un gobernador” y no permitir que entre todo lo que ha estado
permitiendo entrar.
4.- la prueba de independencia. ¿Qué está fuera de control en su vida? ¿Su horario? ¿Su mal
genio? ¿Sus palabras? ¿Sus hábitos? Puede ser que toda manera de cosas está fuera de control.
¿Qué domina sus pensamientos la mayor parte del tiempo? ¿En qué es lo que más piensa? ¿Qué
hay en su vida que lo hace decir, “¡Yo podría dejar esto en cualquier momento!”, pero no lo ha
hecho. No puede sin la ayuda de Dios.
5.- La prueba de influencia. ¿Ha tomado en cuenta cómo sus acciones podrían estar dañando a
otras personas? O ¿no más está pensando en sí mismo?
6.- La prueba de inversión. ¿Está tan ocupado que no tiene tiempo para las cosas más
importantes? ¿Está invirtiendo su tiempo en las cosas que verdaderamente tienen importancia? O
¿está invirtiendo su tiempo en cosas que no van a perdurar cinco años, mucho menos cincuenta o
por la eternidad?
En un grupo de este tamaño no me cabe duda que hay muchas personas aquí esta mañana que
guardan secretos de decisiones malas que han tomado. Y la vergüenza que sienten, la culpa, la
pena, el remordimiento. Aún mientras estoy hablando, todo vuelve a su conciencia y sabe lo que
está pensando. Usted piensa, “¡Ojalá que no hubiera hecho eso!” Algunos de ustedes le han sido
infieles a su cónyuge. Algunos de ustedes han tenido un aborto. Algunos han mentido para
protegerse o algo peor.
¿Qué le dice Jesús? Aquí es lo que Jesús le diría, “No me importa lo que has hecho, las malas
decisiones que has tomado. Tú me importas. Tú tienes valor para mí.” Todos hemos tomado
decisiones equivocadas en nuestras vidas, decisiones muy tontas que han sido devastadoras tanto
para nosotros mismos como para otras personas. Jesús le diría esto hoy, “Te amo. Te perdonaré.
Te puedo restaurar. Incluso puedo revocar una parte del daño que has traído a tu vida y a las vidas
de otras personas por tus malas decisiones. Yo te recibiré con regocijo con mis brazos abiertos.
Morí por esas malas decisiones que hiciste. Su cuenta ya ha sido pagada en la cruz. Si vienes a mí
y me das todos los pedazos de tu vida, lo bueno, lo vergonzoso, lo feo, las partes embarazosas, no
más entrégamelas. Yo tomaré los pedazos y te devolveré mi paz. No solamente eso, te daré el
poder y la sabiduría para empezar a tomar decisiones sabias durante el resto de tu vida. No
decisiones malas que causan cicatrices y vergüenza sino decisiones sabias que dan satisfacción y
sentido a tu vida.”
¡Qué trato! ¿Quién podría rechazarlo? La decisión más importante que jamás vaya a tomar en su
vida es esta, ¿quién va a mandar en su vida? ¿Usted o Dios? Con usted no le está saliendo bien.
Por eso tiene muchos problemas y tanto estrés en su vida. Dele su vida a Dios.

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  • 1. USAR LA BIBLIA PARA TOMAR DECISIONES No hay lugar a duda. Hoy en día nos enfrentamos a más decisiones que nunca. Vivimos en una cultura de opciones múltiples. El problema es que a veces una decisión que aparentemente es insignificante o trivial puede causar un impacto importante que cambia el rumbo de su vida. A veces unas pequeñísimas decisiones son como una puerta gigante que gira sobre bisagras diminutas. Hay ocasiones cuando una pequeña decisión puede cambiar por completo la dirección de su vida. Recuerdo una vez llevé a mi hermana Cecilia a la Universidad a las 6:30 dela mañana, y cuando guardé el carro en el parqueadero, me di cuenta que había dejado su bata… en ese momento, una linda chica estaba bajando de su camioneta con una bata en la mano y pensé debe ser una compañera, así que la abordé y le pregunte… resulto que no tenía nada que ver, pero… tuvimos un noviazgo largo de Siete años… y ella me decía, “mi amor.. nos casamos? Y yo le decía: sí… pero con quien? Bueno… ahora es mi esposa.. Y si tuviera que decidir nuevamente con quien casarme, no dudaría en hacerlo con ella… A veces me pregunto qué tal si no hubiera sido buen hermano y no hubiera llevado a mi hermanita a la Universidad aquel día?? No tenía nada que ver con mi hermana, pero en los giros del destino. Es lo que Dios había planeado. Finalmente, su hermano se casó con mi hermana… y hoy está aquí con nosotros, pues vive en España, es el padre de Juan David quien está en Montana, preparándose para servirle al Señor.. Esta semana hice un poco de investigación acerca de algunas decisiones verdaderamente malas en la historia. Sam Phillips le vendió una pequeña compañía de grabación de discos a la compañía RCA en 1955 por $35,000. Esta venta incluía los derechos exclusivos con un joven llamado Elvis Presley, de manera que sin saberlo, Sam perdió el derecho a un porcentaje de los ingresos de más de un billón de discos. Mala decisión. Tom Selleck rechazó el papel de Indiana Jones. Mala decisión. En 1936 Joe Schuester y Jerry Segal vendieron los derechos de Superman por $65 cada uno. Mala decisión. Ingrith Betancourt, decidió ir al Caguanm, los soldados le advirtieron que no pasara pero, decidió seguir. Mala decisión Ingrith Betancourt, Decidió demandar al gobierno colombiano por 15.000 Millones… Mala decisión Un ladrón en Cartagena intentó robar dos langostas vivas y decidió meterlas adentro de sus pantalones. Mala decisión.
  • 2. En Alemania un roba bancos sacó una pistola y exigió dinero. La empleada bancaria le dijo que tenía que ver su identificación. Así que él sacó su identificación y se llevó el efectivo pero dejó su identificación. Mala decisión. Esa chica de secundaria que le dijo a Bill Gates, “Debe escoger—¡o yo o la computadora!” Hacer una breve pausa antes de contestar la pregunta de su esposa, “Me veo gorda en este vestido?” Muy mala decisión. ¿Cuál es la clave para hacer decisiones sabias? Escuche a Dios. Proverbios 2:5, 9 “Si quiere más comprensión y discernimiento...pronto aprenderá la importancia de reverenciar al Señor y confiar en Él. Les enseña a discernir entre el bien y el mal, y a tomar siempre la decisión correcta.” Si quiere hacer decisiones acertadas, escuche a Dios. Esta mañana tengo un mensaje muy práctico para usted. Veremos seis criterios bíblicos y prácticos para evaluar una decisión. Alguien me preguntó, “¿Cómo se sabe cuándo Dios le está hablando? ¿Cómo se sabe que no lo está inventando uno mismo? ¿Cómo se sabe lo que Dios quiere que uno haga?” Hoy vamos a ver algunas respuestas—seis principios o criterios para tomar decisiones. Padres de familia, es preciso que les enseñen estos principios a sus hijos. Con ellos podrá saber lo que Dios quiere que usted haga. Hay otros muchos en la Biblia pero estos son los seis principios básicos. 1. LA PRUEBA IDEAL La prueba ideal: ¿Está esto en armonía con la Palabra de Dios? Con respecto a lo que estoy a punto de hacer: ¿dice Dios en la Biblia que está bien hacerlo? Esta siempre debe ser la primera prueba que uno debe hacer. ¿Qué dice Dios al respecto? En la vida uno tiene que decidir cuál va a ser su máxima autoridad. En realidad, ésta se reduce a sólo dos opciones: 1) La Palabra de Dios va a ser la autoridad sobre la cual va a basar sus decisiones en la vida. o 2) El mundo será lo que va a determinar sus decisiones. La Palabra o el mundo. Lo que dice Dios o lo que dicen otras personas. Si usted basa su vida en la opinión popular de lo que actualmente está de moda, siempre va a ser anticuado porque esta opinión cambia constantemente. Lo que era de moda ayer no lo es hoy y lo que es de moda hoy no lo será mañana. Así que las opiniones del mundo cambian con bastante frecuencia. Tiene un cimiento muy cambiadizo. No tiene principios para guiar su vida si sólo está basada en la cultura, lo políticamente correcto o en encuestas de opiniones.
  • 3. Por el otro lado, si usted basa su vida en la Palabra de Dios, la verdad nunca cambia. La verdad siempre es veraz. De manera que si Dios dijo hace 10,000 años que algo era malo, también era malo hace 5000 años. Fue malo hace 500 años; es malo hoy y será malo 1000 años en el futuro. No me importa lo que dicen las encuestas de opiniones. No me importa lo políticamente correcto. Ni le doy importancia a lo que nos dicen por la televisión u otros medios de comunicación. Si Dios dice que es malo, es malo. Siempre ha sido malo y siempre lo será. Si Dios dice que es bueno, siempre será bueno. Así que usted puede elegir entre construir su vida sobre un cimiento movedizo que constantemente cambia (las opiniones del mundo) o construir su vida sobre lo que Dios dice que nunca varía, lo cual le da una cimiento sólido aunque todo lo demás esté fluctuando. Dios ha establecido el universo con ciertas leyes. Hay leyes físicas. Las conocemos; por ejemplo, la ley de la gravedad, una ley del universo. Lo que sube tiene que bajar. Hay leyes morales y leyes espirituales. Dios construyó el universo alrededor de estas leyes. No no porque El sea un Dios caprichoso que arbitrariamente dijo, “Voy a inventar unas leyes”. Sino para que todas seanpara beneficio del hombre. Cuando éste coopera con los principios de este universo, tiene éxito. La vida es más fácil. En cambio si rechaza, se rebela, desobedece y no hace caso de los principios de Dios, es usted quien va a sufrir. Usted nunca quebranta las leyes de Dios. Ellas lo quebrantan a usted. Si subo al techo de un edificio y salto, no quebranto la ley de la gravedad; sino que ésta me quebranta a mí. Lo mismo es cierto con las leyes morales y espirituales. No puede desdeñar a Dios y salir ileso. Inevitablemente llegará el día de entregar cuentas. Cuando usted infringe los principios de Dios se está buscando problemas. Entonces la primera pregunta en una decisión es ¿qué dice Dios al respecto? Si Dios dice que está bien, entonces, lo haré. Si Dios dice que no está bien, no lo hago. No importa lo que dice u opina otra persona o si el 99% de la gente lo está haciendo. Si Dios lo prohíbe, yo no lo voy a hacer. Recientemente tuve que subir al desván de nuestra casa y encontré la bombilla quemada. Mientras iba caminando en la oscuridad, mi cabeza golpeó contra una viga una y otra vez. Pensé, “¡Necesito una linterna!” Hay ocasiones en la vida cuando está tomando una decisión y siente estar en la oscuridad sin saber qué hacer. “¿Hago esto o hago aquello?” ¿A, B, C, D o E? Está en la oscuridad hasta que consigue una linterna para la vida. ¿Cuál es ésta? Es la Biblia. “Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.” Es la linterna para la vida, el manual del dueño para la vida. La Biblia dice que está allí para el beneficio del hombre. Entonces usted pregunta, ¿ lo que estoy a punto de hacer está en armonía con la Palabra de Dios? Seamos honestos. A veces comprender los principios de Dios es muy difícil. Desde un punto de vista humano no tiene sentido.
  • 4. Esta semana estaba hablando con alguien que dijo, “¿Por qué dice Dios que el sexo es únicamente para la pareja casada, que no se debe tener sexo con alguien con quien uno no está casado?” Yo le podría dar nueve o diez buenas razones para esto. Hay muchos principios como ¿por qué dice Dios que el primer diez por ciento que ganamos se lo debemos retornar a Él como diezmo? Permítame compartir un secreto con ustedes. No es necesario comprender los principios de Dios para ser bendecido por ellos. Solo tiene que seguirlos y obedecerlos. No tiene que comprender por qué Dios dice lo que dice. Dios es Dios y usted no lo es. Él puede establecer cualquier regla que quiera porque Él es el creador y usted no lo es. Pero si usted coopera con estos principios aun cuando no los entienda, y los obedece, va a recibir la bendición. No comprendo la electricidad. No entiendo como funciona, pero esto no me detiene de hacer uso de ella. Enciendo las luces y escucho un CD y la televisión. Recibo todas los beneficios de la electricidad sin entenderla. No entiendo el computador almacena todo ese cúmulo de información que le cargo, pero sin embargo, lo uso y me beneficio con ello. No sé cómo funciona la internet, no sé cómo viajan las ordenes que escribo, cuando voy a buscar algo, no sé cómo esa instrucción viaja a tal velocidad y hace un scan por todos los computadores del mundo conectados a la red y me da resultados en milésimas de segundos! Es increíble! Pero me beneficio de esto. No tiene que saber por qué Dios ha dicho lo que dice en la Biblia para recibir el beneficio de ello. Lo único que tiene que saber es, “Si yo lo sigo, Él lo hizo para mi beneficio y voy a recibir la bendición como resultado. Si no hago caso, soy yo quien va a sufrir.” La tentación más antigua conocida por el hombre es la tentación de dudar de la palabra de Dios. Siempre que encontramos algo en la Biblia que no nos parece o cuando pensamos que es un tanto restrictivo o anticuado o pasado de moda, entonces empezamos a dudar de la palabra de Dios y empezamos a decir, “¿Realmente dice la Biblia que uno no debe hacer esto? ¿En realidad dijo Dios que...? ¿Verdaderamente quiso Dios decir que...?” Bueno… quizás para esa época fue lo mejor, pero los tiempos han cambiado. En cualquier momento que empieza a hacerse estas preguntas, ha caído en la trampa más vieja del mundo. Fue la tentación original de Satán, la que usó con Adán, el primer ser humano. Un día el diablo llegó con Adán y le dijo, “¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?” ¿Qué estaba haciendo Satanás? La tentación más antigua es la tentación de dudar de la palabra de Dios. Siempre que duda de la palabra de Dios se está metiendo en problemas. Siempre que duda de la palabra de Dios está dudando de su amor. “Dios, pienso que Tú no me amas. No creo que Tú sabes qué es lo mejor para mí.” Y con esto, usted se está deslizando por un sendero muy resbaladizo. Entonces, al tomar una decisión, la primera prueba es, “¿Qué dice Dios al respecto?
  • 5. 2. LA PRUEBA DE INTEGRIDAD “¿Desearía que todo el mundo supiera de la decisión que estoy tomando?” Si está tomando una decisión y le preocupa que otras personas se enteren de su decisión, entonces lo más seguro es que esto indica que es una mala decisión. Porque malas decisiones siempre conducen a secretos y estas clases de secretos siempre resultan en sufrimiento en la vida. Proverbios 10:9 “Quien se conduce con integridad, anda seguro; quien anda en malos pasos será descubierto.” Hay que darse cuenta que no dice “puede ser descubierto” o aun “hay una alta posibilidad de que sea descubierto”. ¡Será descubierto! Así que cuando está por tomar una decisión, hay que hacer la prueba de integridad. Todos hemos visto cómo sucede esto. Está por tomar una mala decisión. Ya sabe que es una mala elección, sabe que no es la opción que debe escoger, pero antes de tomar la decisión usted racionaliza, “Lo voy a hacer porque nadie lo sabrá.” Inmediatamente en el momento que escoge este camino, empieza a pensar, “¡Alguien me va a descubrir!”, y siente el miedo que resulta de este pensamiento. Esto se presenta cuándo ha violado esta prueba de integridad. La prueba de integridad es que su vida pública y su vida privada concuerden. Lo que está en su corazón y lo que está en su vida son una sola cosa. Su caminar y su hablar, lo que dice y lo que hace estánen armonía el uno con el otro. La verdad es que, al hablar de integridad, aun cuando logra engañar a todo el mundo, no puede engañarse a sí mismo. Si viola su propia conciencia, hay un precio que pagar. Santiago 4:17 “El que sabe hacer lo bueno y no lo hace, está en pecado.” Si sé hacer lo correcto pero violo mi conciencia y escojo no hacerlo, es pecado. Así que una pregunta que debe hacerse al tomar una decisión es “¿Puedo hacer esto sin remordimientos?” Porque cada vez que viola su conciencia cae en un gran error. A veces pensamos de la siguiente forma: Sabemos que estamos a punto de hacer algo malo. Sabemos que no debiéramos hacerlo. Pero este pensamiento viene a la mente. “Aunque no sea correcto, y yo sé que no estoy haciendo lo correcto, lo voy a hacer de todos modos porque yo sé que Dios me perdonará. Él es un Dios de perdón.” ¿Qué clase de tonto piensa usted que es Dios? Que yo pueda proseguir a tomar una decisión de hacer algo que Él dice que es malo y que no vaya a haber consecuencias en mi vida. Esta es la única razón por la cual Él no desea que tome esa decisión. Es porque Él me ama y no porque Él quiere que no disfrute. Hay consecuencias para toda decisión. Y cada decisión mala siempre deja cicatrices en nuestra vida. Como pastor he visto una y otra vez a personas quienes han tomado malas decisiones. Estas personas estaban conscientes de que eran decisiones equivocadas y ellas encontraron que la ley bíblica y la ley de la naturaleza—lo que siembra, eso cosechará—se cumplieron otra vez en su vida. Así es como funciona la vida.
  • 6. ¿Significa esto que Dios no nos perdona por las malas cosas que hacemos? Por supuesto que Él nos perdona. Él es un Dios de gracia y perdón. Pero este perdón no nos libra del dolor y de las consecuencias que resultan de las malas decisiones. Puede ser perdonado y todavía vivir con remordimientos. Puede ser perdonado y aun tener que encarar el dolor. Puede ser perdonado y todavía luchar con una baja auto-estima como resultado de la decisión. Puede ser perdonado y todavía tener la relación con otro quebrantada por la decisión que tomó. Puede ser perdonado y aun así perder los premios. Cuando pensamos en las cosas que claramente son malas, es más fácil que con las áreas grises. ¿Cómo puede usar la prueba de integridad para decidir en las áreas grises? Romanos 14:14b “Si alguien piensa que es malo [comer de la carne ofrecida a los ídolos], no debe comerla, porque sería malo si lo hiciera.” Este versículo dice simplemente que si hay duda, no lo haga. Es una violación de la prueba de integridad. Lo que no viene de fe en nuestra vida, es pecado. 3. LA PRUEBA DE MEJORAMIENTO Él está diciendo que hay algunas cosas que no son necesariamente malas, simplemente no son necesarias. No son esenciales. No es un asunto entre lo bueno y lo malo sino entre lo bueno y lo mejor. La mayoría de elecciones que hace en la vida en realidad no están entre lo verdaderamente bueno y lo verdaderamente malo. No se levanta por la mañana y se pregunta, “¿Leeré mi Biblia o me voy a convertir en un terrorista internacional?” Esa clase de asuntos ni se le ocurre. “¿Debería orar o convertirme en drogadicto?” Estas no son decisiones que tenga que hacer. La decisión es ¿qué es verdaderamente lo mejor en mi vida? Hay muchas cosas que no necesariamente son malas, son neutrales, moralmente hablando. Pero efectivamente no son necesarias. Necesita ir a una norma más alta y preguntarse, “¿Me hará lo que estoy a punto de hacer una mejor persona?” Ésta es la prueba de mejoramiento. Recuerdo que hace muchos años cuando Montse estaba amamantando a nuestro bebé, el siempre tenían hambre como a medio día, de manera que ella se sentaba para amamantarlos y encendía la televisión. ¿Qué programación había a esa hora? Telenovelas. Ella empezó a ver una telenovela mientras los alimentaba. Obviamente las telenovelas vienen una tras otra. Una conduce a otra. De pronto ella miraba dos y, pasado un tiempo, tres. ¡Y esos bebés estaban engordando! Después de un tiempo ella se dio cuenta de que ya no estaba haciendo esto por los bebés. En efecto ella estaba acomodando su horario para asegurarse de poder ver sus programas. Ella empezó a buscar excusas como, “Plancharé durante este tiempo” o “arreglare el closer ” o cualquier cosa donde estaba la televisión. Realmente ella empezó a conectarse con las vidas de personas ficticias. De repente llegó a estar íntimamente interesada en la vida de personas que no existían. Ella dijo que un día algo, era como si le arrojaran un balde de agua fría. Ella se dijo, “¡Estoy desperdiciando mi vida! ¡Esto es un desperdicio total de mi vida y mi tiempo! Esto no me está transformando en una mejor persona.
  • 7. No me está ayudando ser una mejor madre. Ni me hace una mejor esposa. No tiene valor alguno. Me estoy preocupando por personas que ni siquiera existencuando hay muchas personas reales de quienes podría preocuparme.” Comprendo que estoy por meter la pata, pero lo voy a decir de todos modos. Algunos de ustedes, su vida gira alrededor de ciertos programas de la televisión. Y están desperdiciando sus vidas. Están más enterados de la vida de unos personajes ficticios de la televisión que de las de Pablo y Pedro y los demás discípulos y Jesús y de lo que Dios quiere que hagan con sus propias vidas. Están desperdiciando sus vidas. No les ayudará a serpersonas mejores. Algunos de ustedes están leyendo novelas de mala calidad que no deberían de estar leyendo. Están llenando sus mentes con toda clase de basura. Algunos están leyendo novelas que no son malas en sí sólo que no tienen valor. Están pasando horas y horas en un mundo que no existe y esto de ninguna manera, les hace personas mejores. O están leyendo revistas que nada edifican. Me asombra cuántos cristianos saben tantas cosas triviales acerca de personas famosas. Leen todas esas revistas acerca de personas célebres; saben con quiénes están saliendo, quién fue a qué estreno con quién, qué clase de ropa llevaba y así sucesivamente. Estas personas viven vidas superficiales y ustedes están invirtiendo sus vidas leyendo acerca de ellos en lugar de hacer valer sus vidas. Es un despilfarro. Yo sé que algunos de los hombres aquí presentes estándiciendo, “¡Dales duro,!” Bueno, ahora les toca a ustedes. Algunos de ustedes pasan media vida sentados en el sofá. Desde el momento que llegan a la casa el viernes hasta el amanecer del lunes están pegados a ESPN viendo los deportes. Saben más de los de la selección, de lo que sabe de su propias esposas. Y están despilfarrando sus vidas. ¿Son malignas estas cosas? No. ¿Son malas? No. ¿Simplemente son un desperdicio de su tiempo si están pasando mucho tiempo con ellas? ¡Absolutamente! ¿Harán de ustedes personas mejores? ¡Por supuesto que no! De ninguna manera les ayudarán a ser personas mejores. Están dando sus vidas por algo que tiene poca importancia. Muchas actividades en la vida son moralmente neutrales. No son ni buenas ni malas. Solo que no traen beneficio. Usted dice, “No hay nada mal en esto.” Tiene razón pero ésta es la pregunta equivocada. No son necesarias. La pregunta no es si hay algo mal en esto. La pregunta es si está haciendo de mí en una mejor persona. ¿Estoy aprovechando lo mejor de mi vida? Quiero advertirles. Ninguno de nosotros podemos acercarnos a la Biblia en una forma neutral. Cuando llegamos a la Biblia para leerla, siempre la leemos con nuestras predisposiciones, con nuestros antecedentes, nuestro temperamento. Nos gusta sacar de la Biblia lo que deseamos que diga en lugar de permitir que nos hable. Así que si somos ricos, nos gusta encontrar los versículos en que dicen que está bien ser rico. Buscamos los versículos que nos gustan y dejamos pasar por alto los demás. En lugar de llegar a la palabra de Dios con una actitud humilde y decir, “Dios, Tú sabes lo que es mejor para mí. Tú sabes lo que es correcto para mí y yo voy a cumplir con lo que Tú digas si tiene sentido o no para mí, porque quiero ser una persona mejor.” Usted se somete humildemente a lo que Él dice. 4. LA PRUEBA DE INDEPENDENCIA
  • 8. Para esta prueba hay que hacerse esta pregunta, “¿Esto podría resultar adictivo para mí? ¿Esto podría llegar a controlar y dominar mi vida?” No importando qué tan divertida sea una actividad, si empieza a dominar su vida y a convertirse en una adicción, es una mala decisión. No importando qué tan de moda sea, si le llega a controlar, es una mala decisión. No importando que tan bueno sea para otra persona, si domina su vida, si empieza a controlarlo, es una mala decisión. 1 Corintios 6:12b “Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna.” Voy a decidir no dejar que nada domine mi vida. No permitiré que cosa alguna se adueñe de mí, que me consuma, que controle mi vida. ¿Por qué es tan importante? Porque lo que domina su vida, con el tiempo, llega a sersu dios. Los Diez Grandes—los Diez Mandamientos de Dios—en el primero Dios dijo, “No tengas otros dioses aparte de mí.” Él sabía qué tan fácilmente podríamos hacer esto. Él sabía que quedaríamos adictos a nuestros ídolos. Nosotros pensamos que ídolos son esas pequeñas estatuas de piedra que la gente en aquel entonces colocaba en un estante y adoraba. Pero todavía tenemos ídolos hoy. Adoramos los pequeños símbolos en nuestro carro que es diferente del de los de otras personas o el símbolo en nuestra camisa o la oficina de la esquina. Hay muchas cosas que pueden llegar a ser aditivas hoy. ¿Puede llegar a ser dominado por su trabajo? Por supuesto que sí. ¿Puede ser controlado por el sexo? Claro. ¿Dinero? ¿Puede ser consumido por el Internet hora tras hora? Desde luego. Actualmente existen más de 2000 cosas a las cuales uno puede llegar a ser adicto o enviciado. Puede llegar a ser dominado por casi cualquier cosa. Algunos de ustedes son adictos al chocolate. ¡Cualquier cosa puede llegar a ser un vicio! Está pensando en chocolate todo el tiempo. Y se encuentra manejando enfrente de la Fábrica Nacional de Chocolate” y baja la ventana de su carro sólo para olfatear el olor a chocolate. No va a entrar, sólo va a pasar de largo. Se demora en los anuncios de chocolate en el periódico. Es todo lo que sabe. Ha empezado a dominar su vida. ¿Cómo saber si ha caído en esta clase de vicio? ¿Cómo saber si algo ha empezado a dominar su vida? La pregunta número uno para hacerse es: ¿Qué es lo que más ocupa mis pensamientos? Cuando está a solas, cuando está relajado, ¿en qué piensa una y otra vez? Nos cuesta admitir que hay cosas que han empezado a dominar nuestras vidas. Es muy difícil ser honesto consigo mismo. Si en este momento en su mente está pensando, “Esto o aquello no me está dominando. No podría ser eso.” ¿Sabe qué? Probablemente lo es. Probablemente esta es la cosa contra la cual está luchando. Pablo dice, “He decido que no voy a permitir que cosa alguna controle mi vida así.” 1 Corintios 6:12 “Hay ciertas cosas que en sí no son malas, que no están prohibidas, pero que no me convienen. Aunque me esté permitido hacerlo, no hago nada que luego pueda dominarme.”
  • 9. Sólo Cristo debería tener el primer lugar en nuestras vidas. Él es el único digno de estar en ese lugar en nuestras vidas. Cualquier otra cosa que pongamos en primer lugar, eventualmente llegará a dominar, controlar y arruinar nuestras vidas. Pero cuando ponemos a Cristo en primer lugar en nuestras vidas, Él es quien nos anima, nos capacita y nos habilita para la vida. Por eso esta prueba de independencia, “¿Puede llegar a dominar mi vida?”, es una pregunta tan importante al hacer grandes decisiones. 5. LA PRUEBA DE INFLUENCIA ¿Causará daño a otras personas? Uno de los mayores errores que cometemos en la vida es el de olvidar cuánta influencia tienen nuestras acciones sobre otras personas, cómo afectan a los de nuestro alrededor. Diariamente usted está tentado a tomar decisiones que pueden ser lo mejor para usted pero que podrían causar un efecto devastador sobre las personas a su alrededor. Necesita tomar esta quinta prueba, “¿Causará daño a otras personas?” Esto contrasta con nuestra cultura. Nuestra cultura nos enseña a pensar únicamente en uno mismo. Considere lo que usted necesita, lo que usted desea. La verdad es que Dios espera que piense en más que sí mismo. La Biblia dice que algún día va a ser juzgado por Dios sobre cómo sus decisiones afectaron a otras personas. No a usted sino a otras personas. Porque para Dios esto es muy serio. Romanos 14:12-13 “Cada uno tendrá que dar cuentas a Dios de sus actos... Traten de vivir de tal manera que ningún hermano se tambalee al verlos haciendo algo que crea incorrecto.” Pueda ser que no le guste oír esto, pero sea que le guste o que no, otros lo están observando. Todo el tiempo. Otras personas lo están observando. No hay tal cosa como, “Sólo me afecta a mí.” Esa es una mentira. Cada cosa que hace tiene un impacto sobre otra persona sea directa o indirectamente. Todos estamos en este barco llamado humanidad. Y si estamos en este barco juntos y yo decido perforar un hoyo en el fondo del barco, ¿afectará a otro además de mí? Todos serán afectados por el hoyo que perforé. Los de ustedes que son padres deberían de estar especialmente conscientes de que los ojos pequeños siempre los están observando. Por eso hay que tener mucho cuidado con lo que dicen y lo que hacen porque tienen influencia no sólo sobre su vida sino también sobre la próxima generación. Hay que darse cuenta de que sus hijos los están observando. Hay que mostrar respeto hacia la autoridad. Si un policía lo detiene por una infracción, aunque él está equivocado, debe mostrarle respeto. Aunque esa persona en una posición de autoridad sea brusco o descortés hacia usted, hay que mostrarle respeto. Porque usted sabe que sus hijos lo observan, no se reporta enfermo al trabajo cuando su familia sabe que irá al “Estadio”. No trae útiles que ha robado de la oficina a la casa para beneficio personal. No se jacta delante de sus hijos de todas las maneras que ha encontrado para dejar de pagar sus impuestos. Y cuando está sentado frente a la televisión y ellos están en el mismo cuarto, hay ciertos programas que se saltea porque a pesar de que son cosas que no le afectan a usted, podrían ser demasiado
  • 10. fuertes para los ojos de los chiquitos. Me asombra hoy ver que hay hasta comerciales que no son aptos para los niños. Promociones para los programas muestran las escenas más obscenas para invitarlo a ver el programa. Si usted se detiene allí o en uno de esos programas de entrevistas donde un tipo grotesco o caprichoso está defendiendo su estilo de vida, usted no más piensa que es raro o excéntrico. No le afecta tanto porque tiene el juicio para juzgarlo. Pero un niño pequeño está sentado allí viéndolo. Me consterna lo que la gente permite que sus hijos miren. No sólo en la televisión sino también en el cine. Veo a parejas entrando en un cine para adultos (que es una palabra mal usada). Es ridículo. Adulto quiere decir pornográfico. Llevan a niños pequeños a ver cosas que sus ojos nunca deberían de ver. Tendrán que dar cuentas a Dios por esto. Usted dice, “No puedo controlar lo que mis hijos vean.” Sí lo puede hacer en su propia casa. Les puede decir lo que pueden o no pueden ver en el cine. Usted dice, “Tienen que tomar sus propias decisiones.” Sí, cuando ya estén grandes y vivan independientemente. Mientras que vivan bajo su techo, usted tiene el derecho de decirles lo que pueden o no pueden ver. Si usted no lo hace, cuando llegue al cielo va a pasar un buen rato explicándole a Dios por qué permitió que sus hijos llenaron sus mentes con basura. Usted es el responsable de eso. La pregunta de influencia dice, “¿Cómo puede lo que estoy haciendo dañar a otra persona?” Como vecino debe preguntarse, “¿Soy yo un buen vecino para la gente que vive cerca de mí?” Les voy a confesar. Los que viven en mi área, he hecho una resolución. Voy a entrar la basura después de un día si no la recogen. Les prometo que no los voy a dejar en la calle más de un día de aquí en adelante. ¡Dios me tuvo que corregir a través de mi propio sermón! Como cristiano, obviamente debería preocuparle cómo vive porque tiene una influencia sobre otras personas. El otro día estaba yo en “El Exito” comprando equipo electrónico. Saqué mi tarjeta de crédito y el joven ingresó los números en su computadora. No fue aceptada y él estaba probando una y otra cosa durante unos diez minutos. Entonces él la llevó al área de servicio al cliente y ellos intentaron por otros diez minutos. Finalmente ellos llamaron al gerente y él tomó el teléfono e hizo una llamada. Esto se llevó por lo menos treinta minutos. Ellos cerraron la caja y todas las personas que estaban en la cola pasaron a otro cajero y yo todavía estaba allí esperando. Después de unos treinta minutos el gerente o su asistente me llamó y me dijo, “¿Podría hablar con esta persona que tenemos en la línea telefónica?” Es un señor de Visa. Él me dijo, “Usted está usando una tarjeta de crédito que fue robada.” Le respondí, “No, está equivocado. Léame el número que ellos le dieron.” Cuando me lo leyó, tenía un dígito equivocado. El joven había ingresado el número erróneamente. Ahora, ¿tenía yo el derecho de estar molesto? Sí. ¿Tenía el derecho de sentirme frustrado? Sí. ¿Tenía el derecho de decirles que su servicio al cliente era deficiente y de enojarme? Sí. Pero si hubiera actuado así, de plano en ese momento, alguno de ustedes se me hubiera acercado diciendo, “Pastor, quiero presentarle a mi mamá.” ¡Ya no tengo la libertad de enojarme en público! ¡No más vengo aquí los fines de semana y me desquito con ustedes! La gente lo está observando a usted también. Habrán momentos en la vida cuando el mesero en un restaurante o el ayudante en la gasolinera, o un vendedor le va a tratar groseramente o con falta de
  • 11. respeto y cada célula de su cuerpo tendrá ganas de responder de la misma forma. Querrá contestarle toscamente. Pero no lo haga. Porque sin duda alguna allí cerca de usted va a estar una persona que estaba sentado detrás de usted en el culto la semana anterior quien no es un creyente y él va a decir, “¡Si así son los creyentes, olvídelo!” Hay una palabra para esto. ¡Hipócrita! No puede llevar su vida como le da la gana. Tiene que estar consciente de cómo su conducta afecta a otras personas. Eso es muy importante. Como mejor pueda, estoy tratando de vivir mi vida de manera que la gente tendrá que fabricar cosas acerca de mí si me quiere acusar de mala conducta. Esta es mi meta y espero que sea la suya también. La gente tendrá que fabricar cosas para acusarlo porque no tendrá acusaciones verídicas para usar en su contra. Romanos 15:1 dice, “Aun cuando creamos que a Dios lo tiene sin cuidado el que lo hagamos, no debemos hacerlo por el simple hecho de que nos plazca. Debemos llevar sobre nuestros hombros la responsabilidad de velar por las dudas y los temores de los que piensan que aquello es incorrecto.” Personas maduras limitan su libertad para el beneficio de otros. Personas inmaduras no lo hacen. ¿Por qué ustedes hacen esto? ¿Porque tiene temor de lo que otros van a pensar? Por supuesto que no. Lo hacen por amor. Lo hacen porque es la manera amorosa de actuar. La señal de madurez es que al considerar sus decisiones, toman en cuenta cómo van a afectar a todas las personas a su alrededor, y no únicamente a sí mismos. En las situaciones donde no hay una distinción clara entre lo bueno y lo malo, esas áreas grises que mencioné anteriormente, ¿qué van a hacer? Se preguntan, “¿Cómo va a afectar a otros?” 6. LA PRUEBA DE INVERSIÓN ¿Es el mejor uso de mi vida? O, incluso, ¿es el mejor uso de mi tiempo? Efesios 5:15-17 “Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto, no sean insensatos sino entiendan cuál es la voluntad del Señor.” Si desea hacer el mejor uso de su vida, si quiere que su vida cuente para algo, si quiere hacer un impacto con su vida, tiene que hacer una cosa. Tiene que tomar el control de su tiempo. Su tiempo es su vida. Si no aprende a ser un buen mayordomo de su tiempo, no va a lograr mucho en esta vida. Tiene que aprender a administrar su tiempo si quiere sacar el mejor provecho de su vida. Su tiempo es su vida. Todos nosotros tenemos la misma cantidad de tiempo cada semana—168 horas. La persona del mayor éxito y la del peor fracaso en esta vida tuvieron la misma cantidad de tiempo que usted. Es cómo lo usa. El tiempo es más importante en su vida que el dinero. Siempre puede acumular más
  • 12. dinero, pero no más tiempo. Sólo se le ha asignado cierta cantidad de días en este mundo, y si los desperdicia, los ha perdido. Si malgasta su tiempo, está malgastando su vida. Si “mata” tiempo, está cometiendo suicidio. Su tiempo es su vida. Hay que detenerse y preguntar, “¿Es ésta la mejor inversión de mi tiempo? ¿Estoy aprovechando al máximo mi vida?” Hay muchas actividades que no realizo. He elegido no realizarlas y no porque sean malas. No lo son. No porque sean sospechosas o malignas. No lo son. No porque no sean placenteras. Sí son placenteras. Yo he elegido no realizarlas porque quiero aprovechar al máximo mi tiempo cumpliendo el propósito de Dios para mi vida. Para cumplir la misión de vida por la cual Él me envió aquí. Si no puede descubrir la misión de su vida, si no comprende el propósito de su vida, si nunca ha entendido por qué Dios le puso en este mundo, no tiene base alguna sobre la cual tomar sus decisiones. Está haciendo las decisiones así como así. Haga esto hoy, lo otro mañana. Está deslizándose cuesta abajo por la vida. No tiene un objetivo dominante si no sabe hacia dónde quiere ir, cualquier camino lo puede llevar. Si no reconoce la misión principal de su vida, su propósito por el cual Dios le ha puesto en este mundo, no tiene una base para sus decisiones. Si quiere que su vida cuente, debe estar enfocada en una misión. La luz enfocada o concentrada tiene una potencia tremenda. Llega a ser un lásar. Puede partir toda clase de materiales. La luz esparcida no tiene esta potencia. Y una vida disipada no tiene potencia alguna. Entre más enfocada está su vida, más potente será. Esto es tan importante. Hemos impartido dos series sobre este tema. Lo llamo la vida dirigida por propósito. Puede conseguir esta serie en cassette y escucharla otra vez. La Clase 401, que voy a estar impartiendo al final de este mes y el mes próximo, para ustedes que han completado el 101, 201 y 301, una parte de esa clase trata de cómo empezar a encontrar su misión en la vida. Es importante. Lo más importante en la vida es conocer a Jesucristo. Lo segundo en importancia es conectarse con una familia espiritual. Lo tercero es descubrir su propósito en la vida. Los primeros dos le ayudarán a encontrar el tercero. No tiene tiempo para hacerlo todo. Las buenas noticias son que Dios no espera que lo haga todo. No lo espera. Así que no tiene que sentirse culpable. Encima de eso, sólo hay unas pocas cosas que realmente valen la pena. Las personas eficaces determinan lo que es esencial en la vida y lo que es trivial y le dedican más tiempo a las cosas esenciales y menos tiempo a las cosas de poca importancia. No puede eliminar todo lo trivial de su vida pero sí puede reducir el tiempo que le dedica. Esto suena muy fácil al hablarlo pero honestamente es bastante difícil. No es fácil. Frecuentemente es difícil escoger entre lo mejor para mi vida y lo que es más fácil para mi vida. No es fácil escoger. Especialmente cuando está cansada. Cuando uno está cansado, no quiere hacer lo óptimo. Quiere hacer lo que es menos complicado, más fácil. Por eso si de verdad va a lograr algo en su vida, tiene que aprender a descansar. Si no está descansado, permanece cansado todo el tiempo. Si está cansado todo el tiempo, no tiene la capacidad mental, emocional, física y espiritual para decir, “Voy a hacer lo correcto en lugar de hacer lo fácil.”
  • 13. ¿Qué estoy diciendo? Le estoy rogando como su pastor que no desperdicie su vida. No acepte una vida de segunda clase. No pase por la vida sólo pasándola, meramente existiendo, no más copiando a otros, arrastrado por la corriente. No fue colocado en esta vida sólo para pasar el tiempo. No fue puesto en esta planeta sólo para flotar sin rumbo. Dios lo formó con un propósito. Lo creó para una misión, con un propósito. Eso empieza con la pregunta, “¿Es esto el mejor uso de mi vida?” Algunos de ustedes están tratando de determinar el plan de Dios para sus vidas. Nunca lo van a descubrir hasta que dejen de hacer unas cosas que están tomando todo su tiempo, para que tengan tiempo de escuchar a Dios. No desperdicien ni malgasten sus vidas. Estos son seis principios. Hay muchos otros. Antes de concluir, quiero que ustedes escuchen la historia de una persona que está tratando de poner estos principios en práctica. Me gustaría compartir con ustedes cómo Dios me ha estado enseñando cómo tomar mejores decisiones desde que he comprometido mi vida a Jesucristo. Cualquiera que me conoce sabe que soy una persona impulsiva por naturaleza. Siempre me ha gustado hacer decisiones rápidamente. De hecho por muchos años estaba orgulloso de mi tendencia de moverme rápidamente y formar opiniones sin pensar. Pero he aprendido de mis errores que las decisiones rápidas no siempre son buenas decisiones. Les podría relatar muchas historias de decisiones tontas que he hecho en mi vida. Por ejemplo, justamente antes de casarme con Cheryl, me mudé de Pittsburg a California y llegué hasta aquí manejando un Cadillac nuevo. Dos semanas después de llegar, empecé a sentirme inquieto y lo cambié por un Corvette nuevo. En menos de un año mis padres vinieron a visitarnos y cambié el Corvette por un Continental. Mi manera de pensar era que necesitaba un carro donde cupieramos todos. El comprar tres diferentes carros nuevos antes de cumplir nuestro primer aniversario sin consultar con mi esposa obviamente califica como una mala decisión. Causó una tensión innecesaria tanto en nuestra situación económica como en nuestra relación de pareja. Después de ocho años de casados las cosas habían pasado de mal en peor a pésimo. Mis decisiones impulsivas habían producido una deuda en tarjetas de crédito de $50,000 y mucha tensión en nuestro hogar. Entre más presión financiera sentíamos, más me mantenía fuera de casa y más decisiones tontas tomaba. Para entonces, los dos estábamos listos para terminar con nuestro matrimonio. Afortunadamente, Cheryl decidió persistir. Decidimos probar una iglesia para buscar ayuda. Por varios fines de semana, salí a explorar yo solo. Una semana encontré una iglesia llamada Alianza con Dios. Se reunía en el gimnasio de un colegio. Me encantó la música y el pastor no estaba tan mal tampoco así que empezamos a asistir. Después de pocos meses, Cheryl y yo aceptamos a Cristo. De hecho, ¡ yo lo acepté tres fines de semana seguidos porque no sabía si las primeras dos veces eran suficientes! Al empezar a crecer espiritualmente como nuevos creyentes, descubrí que Dios estaba cambiando mi manera de pensar. Anteriormente mi lema siempre había sido, “Si yo no aseguro que esto suceda, nadie lo hará.” Esa actitud me había motivado a muchas decisiones rápidas pero no siempre sabias. Pero mientras pasaba más tiempo leyendo la Biblia y observando a otros hombres cristianos, empecé a ser más tranquilo y menos impulsivo. Todavía tengo que crecer mucho pero el aprender a hacer decisiones a través de orar, esperar y seguir los principios de Dios en la Biblia ha obrado una gran diferencia en mi vida.
  • 14. Déjeme darles cuatro áreas específicas. En primer lugar el involucrar a Dios en mis decisiones ha beneficiado a mi matrimonio. Después de aceptar a Cristo, empecé a llegar a casa más temprano por la noche. Yo no me sentía cómodo frecuentando los bares hasta muy noche. Cheryl podía ver los cambios en mi vida pero todavía estaba haciendo decisiones impulsivas sin consultar con ella. Esto seguía causando tensión entre nosotros. Para mí el punto decisivo vino un día cuando leí el Salmo 32:8-9 “Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti. No seas como el mulo o el caballo que no tienen discernimiento, y cuyo brío hay que domar con brida y freno, para acercarlos a ti.” Me di cuenta que al no escuchar a Dios ni a Cheryl me estaba portando como un mulo y no lo había reconocido. Poco a poco y paso a paso, empezamos a conversar sobre nuestras decisiones juntos. Orábamos acerca de las decisiones, tomando en cuenta juntos lo que Dios dice en la Biblia acerca de cada asunto. Una cosa llegó a ser muy clara, cuandoquiera que tomaba una decisión sin Cheryl, nos alejábamos. Cuando orábamos y tomábamos decisiones juntos basados en la palabra de Dios, nos acercábamos. Lo mismo es cierto en mi relación con Dios. Cuando voy a Dios primero y pruebo mis decisiones contra sus principios, siempre me acerco más a Él. En segundo lugar, involucrar a Dios en mi proceso de tomar decisiones me ha ahorrado muchos problemas. Por ejemplo, como todo hombre normal, al ver a una mujer atractiva una pequeña lucha ocurre en mi mente. Tengo que escoger—cederme a la tentación o hace r lo correcto. Lo que es útil para mí es cambiar rápidamente el enfoque: voy de la imagen de fantasía a cómo afectaría a mi esposa, mis hijos y mis amigos si me rindiera a la tentación. Pastor Rick lo llama la prueba de integridad. Me imagino la mirada devastada en los ojos de mi esposa y considero cómo mis hijos perderían todo respeto hacia mí. Pienso en cómo mis buenos amigos se sentirían decepcionados y acongojados por mi necedad. En ese momento me doy cuenta que por nada, por ningún placer vale la pena causar todo esto. Entonces la sangre regresa a mi cerebro y continúo con mi día. El tercer beneficio de tomar decisiones basadas en la palabra de Dios es que Él ha bendecido mis negocios y mis finanzas. Por medio del fracaso he aprendido que es mucho más fácil entrar en una relación de negocios que salir de ella. Por otro lado, les puedo contar de cuando me invitaron a ser un accionista de equidad en una compañía que estaba por ofrecer sus acciones al público en otro estado. Parecía muy emocionante e hice varios viajes para verificarla. Esta vez me propuse no tomar una decisión sin primero orar y buscar la dirección de Dios y amigos cristianos sabios. Al probar la decisión contra los principios en la palabra de Dios, llegó a ser muy claro que aunque significaría voltear la cara a mucho dinero y muchas acciones, debía rehusar la oferta. La rehusamos y tanto Cheryl como yo nos sentimos aliviados y felices al tomar la decisión correcta. El resultado de escuchar el consejo de Dios en lugar de seguir mis impulsos—Dios me abrió unas oportunidades increíbles en los negocios. Si no le hubiera hecho caso a los principios de Dios en tomar las decisiones, hubiera perdido todas estas grandas oportunidades para hacer una diferencia con mi vida. Finalmente un cuarto beneficio de seguir los principios de Dios es que me ha hecho crecer espiritualmente. Durante los años de presión financiero causada por mis decisiones impulsivas, Cheryl y yo aprendimos el principio de diezmar. Aprendimos el principio de Dios que debemos devolverle el primer diez por ciento de todos nuestros ingresos a Dios con gratitud debido a que todo vino de Él en primer lugar. Este fue un concepto nuevo y radical para nosotros. Pero tan
  • 15. pronto oí este principio, estaba muy ansioso por empezar a diezmar inmediatamente. Con todas nuestras cuentas por pagar mi esposa no compartía mi entusiasmo. En mi antigua manera de vivir, hubiera dejado pasar por alto sus comentarios y lo hubiera hecho de todos modos. Pero porque deseaba hacer la cosa correcta de la manera correcta, lo dialogamos juntos como pareja, llamamos a la oficina de la iglesia y pedimos información más detallada acerca de lo que dice la Biblia en cuanto al diezmo. La leímos juntos y juntos decidimos que no nos convenía no diezmar porque deseábamos las bendiciones de Dios sobre nuestras vidas y finanzas. La siguiente semana empezamos a diezmar y nunca hemos parado de hacerlo. Desde entonces, Dios ha sido fiel en proveer para nosotros de tantas maneras y nuestra fe ha crecido a saltos. En Malaquías 3:8 el Señor le invita a probarlo a través de diezmar y ver si Él cumplirá o no su promesa. Cuando uno es fiel en hacer lo bueno aún en tiempos difíciles, Dios derrama tantas bendiciones que uno no puede manejarlas todas. Al concluir, quiero ser honesto y confesar que aprender a relajarme y confiar en Dios es una lucha diaria. A veces parece que yo tomo dos pasos hacia adelante y tres pasos hacia atrás. En los días cuando regreso a mi viaja manera de actuar, siempre resultan problemas. Un ejemplo es que hace unos años tuve una operación grande del pie. Durante cinco semanas Cheryl y mis hijos me llevaban al trabajo y me traían del trabajo. Un día desperté y dije, “Yo mismo voy a conducir al trabajo.” Sentía mucha impaciencia al depender de otras personas para llevarme a todas partes. Cheryl pensó que estaba bromeando. Le aseguré que tenía todo bajo control. Con muletas, un bastón y el pie enyesado le expliqué cómo lo podía hacer. Ella me pidió que lo reconsiderara. Esa mañana manejé a Newport Beach para un desayuno de trabajo. Después de la junta, manejé a mi oficina, y me acerqué al estacionamiento para impedidos. Estaba usando el bastón para presionar el gas y mi pie izquierdo para el freno. Al casi parar el carro se deslizó mi bastón, apretó el pedal del gas hasta el fondo y salí volando encima de un arriate de concreto de un metro de altura y fui a parar dentro del edificio de oficinas. Mi Mercedes nuevo estaba tendido sobre el arriate con la parte de enfrente dentro del edificio. La gente salía del edificio corriendo para ver si había habido un terremoto. Porque necesitaban dos grúas para extraer mi carro, se quedó allí todo el día. Cuando la policía llegó, les aseguré que no estaba tomado, pero durante todo el próximo mes Cheryl suavemente me recordó de mi “gran” decisión. Todavía tengo mucho que aprender. No tengo ninguna intención de regresar a mi vieja manera de tomar decisiones. Esta nueva manera funciona para mí y les animo a probarla. Vamos a hacer un pequeño auto-examen en este momento. Apliquémonos estas pruebas personalmente. 1.- La prueba Reina. ¿Está usted tentado a hacer algo que va en contra de la palabra de Dios? Ya sabe que no debe hacerlo pero está considerando hacerlo de todas formas. No me cabe duda de que alguien que está aquí está pensando dejar a su cónyuge. No lo haga. Ha tomado un voto delante de Dios. ¿Está haciendo las cosas que sabe que Dios quiere que usted haga o está dilatando? ¿Qué le ha dicho Dios que haga? ¿Cuál es un principio que dice que sabe qué debería hacer pero no lo está haciendo? Está cometiendo un gran error. 2.- la prueba de integridad. ¿Quisiera que todos se enteraran? ¿Es usted precisamente lo que aparenta ser? ¿Está viviendo una vida engañosa? Santo y pecador. Persona de domingo y persona
  • 16. de entre semana. ¿Sabe de qué manera de comportarse pero no lo hace? ¿Aparea su caminar con su hablar? 3.- la prueba de mejoramiento. ¿Está llenando su mente con materiales menos que óptimos? Quizá usted debería ponerle “un gobernador” y no permitir que entre todo lo que ha estado permitiendo entrar. 4.- la prueba de independencia. ¿Qué está fuera de control en su vida? ¿Su horario? ¿Su mal genio? ¿Sus palabras? ¿Sus hábitos? Puede ser que toda manera de cosas está fuera de control. ¿Qué domina sus pensamientos la mayor parte del tiempo? ¿En qué es lo que más piensa? ¿Qué hay en su vida que lo hace decir, “¡Yo podría dejar esto en cualquier momento!”, pero no lo ha hecho. No puede sin la ayuda de Dios. 5.- La prueba de influencia. ¿Ha tomado en cuenta cómo sus acciones podrían estar dañando a otras personas? O ¿no más está pensando en sí mismo? 6.- La prueba de inversión. ¿Está tan ocupado que no tiene tiempo para las cosas más importantes? ¿Está invirtiendo su tiempo en las cosas que verdaderamente tienen importancia? O ¿está invirtiendo su tiempo en cosas que no van a perdurar cinco años, mucho menos cincuenta o por la eternidad? En un grupo de este tamaño no me cabe duda que hay muchas personas aquí esta mañana que guardan secretos de decisiones malas que han tomado. Y la vergüenza que sienten, la culpa, la pena, el remordimiento. Aún mientras estoy hablando, todo vuelve a su conciencia y sabe lo que está pensando. Usted piensa, “¡Ojalá que no hubiera hecho eso!” Algunos de ustedes le han sido infieles a su cónyuge. Algunos de ustedes han tenido un aborto. Algunos han mentido para protegerse o algo peor. ¿Qué le dice Jesús? Aquí es lo que Jesús le diría, “No me importa lo que has hecho, las malas decisiones que has tomado. Tú me importas. Tú tienes valor para mí.” Todos hemos tomado decisiones equivocadas en nuestras vidas, decisiones muy tontas que han sido devastadoras tanto para nosotros mismos como para otras personas. Jesús le diría esto hoy, “Te amo. Te perdonaré. Te puedo restaurar. Incluso puedo revocar una parte del daño que has traído a tu vida y a las vidas de otras personas por tus malas decisiones. Yo te recibiré con regocijo con mis brazos abiertos. Morí por esas malas decisiones que hiciste. Su cuenta ya ha sido pagada en la cruz. Si vienes a mí y me das todos los pedazos de tu vida, lo bueno, lo vergonzoso, lo feo, las partes embarazosas, no más entrégamelas. Yo tomaré los pedazos y te devolveré mi paz. No solamente eso, te daré el poder y la sabiduría para empezar a tomar decisiones sabias durante el resto de tu vida. No decisiones malas que causan cicatrices y vergüenza sino decisiones sabias que dan satisfacción y sentido a tu vida.” ¡Qué trato! ¿Quién podría rechazarlo? La decisión más importante que jamás vaya a tomar en su vida es esta, ¿quién va a mandar en su vida? ¿Usted o Dios? Con usted no le está saliendo bien. Por eso tiene muchos problemas y tanto estrés en su vida. Dele su vida a Dios.