El documento describe las vacaciones del autor en el Campus Internacional de Esgrima Almería en el verano de 2010, donde recibió entrenamiento intensivo de esgrima de un maestro llamado Juan, con horarios que incluían ejercicio, entrenamiento técnico, comidas y descanso; al final del campamento hubo una fiesta de despedida con los nuevos amigos antes de irse con la sensación de que la experiencia había valido la pena y el deseo de volver.