El documento alienta a las personas a bendecir su casa y su ciudad, a no rendirse aunque estén en cautiverio o tiempos difíciles, y a orar por los líderes y la paz de su comunidad. También enfatiza que Dios es quien establece y derriba líderes y que cuando el pueblo se humilla, ora y busca a Dios, Él escuchará y sanará su tierra.