1. EL MARXISMO
“Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja
Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma...
La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de la lucha de
clases...
La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad
feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las viejas clases,
las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas...
El objetivo inmediato de los comunistas es el mismo que el de todos los demás
partidos proletarios: constitución de los proletarios en clase, derrocamiento de la
dominación burguesa, conquista del poder político por el proletariado...
La propiedad privada burguesa moderna es la última y más acabada expresión del
modo de producción y de apropiación de lo producido basado en los antagonismos de
clase, en la explotación de los unos por los otros.
En este sentido, los comunistas pueden resumir su teoría en esta fórmula única:
abolición de la propiedad privada...
¿Es que el trabajo asalariado, el trabajo del proletario, crea propiedad para el
proletario? De ninguna manera. Lo que crea es capital, es decir, la propiedad que explota al
trabajo asalariado y que no puede acrecentarse sino a condición de producir nuevo trabajo
asalariado para volver a explotarlo. En su forma actual la propiedad se mueve en el
antagonismo entre el capital y el trabajo asalariado...
Los obreros no tienen patria... Mas, por cuanto el proletariado debe en primer lugar
conquistar el poder político, elevarse a la condición de clase nacional, constituirse en
nación... aunque de ninguna manera en el sentido burgués...
El proletariado se valdrá de su dominación política para ir arrancando gradualmente
a la burguesía todo el capital, para centralizar todos los instrumentos de producción en
manos del estado, es decir, del proletariado organizado como clase dominante, y para
aumentar con la mayor rapidez posible la suma de las fuerzas productivas.
Esto, naturalmente, no podrá cumplirse al principio más que por medio de una
violación despótica del derecho a la propiedad y de las relaciones burguesas de
producción... Una vez que en el curso del desarrollo hayan desaparecido las diferencias de
clase y se haya concentrado toda la producción en manos de los individuos asociados, el
poder público perderá su carácter político. El poder político, hablando propiamente, es la
violencia organizada de una clase para la opresión de otra. Si en la lucha contra la
burguesía el proletariado se constituye indefectiblemente en clase; si mediante la revolución
se convierte en clase dominante y, en cuanto clase dominante, suprime por la fuerza la
viejas relaciones de producción, suprime, al mismo tiempo que estas relaciones de
producción, las condiciones para la existencia del antagonismo de clase y de las clases en
general, y, por tanto, su propia dominación como clase...” (Manifiesto del Partido
Comunista, 1848)
2. Las aportaciones de Lenin
Vladimir Ilich Ulianov (1870-1924)
“La idea de educar de manera sistemática a las masas en esta idea... de la
revolución violenta está en la base de toda la doctrina de Marx y Engels... Una revolución
es con toda seguridad la cosa más autoritaria que existe, un acto por el cual una parte de la
población impone a la otra su voluntad a tiros de fusil, a ballonetazos y a cañonazos,
medios autoritarios, si los hay. Le es forzoso al partido que ha triunfado mantener su
dominación por el temor que sus armas inspiran a los reaccionarios... Así, pues, una de
dos: o bien los antiautoritarios no saben ellos mismos lo que dicen, y en este caso no crean
más que confusión, o lo saben, y en este caso traicionan la causa del proletariado. En los
dos casos sirven únicamente a la reacción...”
“Recuento y control: he aquí lo esencial para la organización, para el
funcionamiento regular de la sociedad comunista en su primera fase. En ella todos los
ciudadanos se transforman en empleados asalariados del Estado, constituido por los
obreros armados... Todo consiste en obtener que trabajen en la misma medida, que
observen exactamente la misma medida de trabajo y que reciban en la misma medida. El
recuento y en control en todos estos dominios han sido simplificados hasta el extremo por
el capitalismo, que los redujo a las operaciones más simples de vigilancia y registro...
Cuando la mayoría del pueblo proceda por sí misma y por todas partes a este recuento, a
este control de los capitalistas (transformados entonces en empleados) y de los señores
intelectuales que hayan conservado todavía hábitos capitalistas, este control se hará
verdaderamente universal, general, nacional, y nadie podrá ya sustraerse a él. Toda la
sociedad no será ya más que una gran oficina y un gran taller, con igualdad de trabajo e
igualdad de salario...
Cuando haya desaparecido la esclavizante subordinación de los individuos a la
división del trabajo y, con ella, el antagonismo entre el trabajo intelectual y el trabajo
manual...; cuando con el desarrollo múltiple de los individuos las fuerzas productoras
crezcan y todas las fuentes de la riqueza colectiva broten con abundancia, solamente
entonces el estrecho horizonte del derecho burgués podrá ser completamente superado y
la sociedad podrá inscribir en sus banderas: De cada uno según sus capacidades, a cada
uno según sus necesidades...”
(Textos de El Estado y la Revolución, 1917)