2. TELEGRAFO Los primeros equipos eléctricos para transmisión telegráfica fueron inventados por el norteamericano Samuel F. B. Morse en 1837, con su código básico llamado código Morse, transmitía mensajes mediante impulsos eléctricos que circulaban por un único cable. El aparato de Morse, que emitió el primer telegrama público en 1844, tenía forma de conmutador eléctrico. Mediante la presión de los dedos, permitía el paso de la corriente durante un lapso determinado y a continuación la anulaba. El receptor Morse original disponía de un puntero controlado electromagnéticamente que dibujaba trazos en una cinta de papel que giraba sobre un cilindro. Los trazos tenían una longitud dependiente de la duración de la corriente eléctrica que circulaba por los cables del electroimán y presentaban el aspecto de puntos y rayas. En el transcurso de los experimentos con dicho instrumento, Morse descubrió que las señales sólo podían transmitirse correctamente a unos 32 km. Más allá las señales se hacían demasiado débiles como para poder registrarlas. Morse y sus colaboradores desarrollaron un aparato de relés que podía acoplarse a la línea telegráfica a unos 32 km de la estación emisora de señales a fin de repetirlas automáticamente y enviarlas a otros 32 km más allá. El relé estaba formado por un conmutador accionado por un electroimán. El impulso que llegaba a la bobina del imán hacía girar un armazón que cerraba un circuito independiente alimentado por una batería. Este mecanismo lanzaba un impulso potente de corriente a la línea, que a su vez accionaba otros relés hasta alcanzar el receptor.
3. Consistían en redes que transmitían un mensaje desde el origen al destino, por medio de la repetición de ese mensaje a través de varias torres visualmente conectadas. la torre 1 recibe un mensaje de texto, que es transcrito a un código de señales luminosas, ya sean por hogueras o por medio de listones móviles. La torre 2, situada lejos de la primera pero manteniendo contacto visual con aquella, apunta el código observado y lo vuelve a retransmitir, esta vez a la torre 3 y así hasta que el mensaje llega a su destino. Antes de emitir un mensaje, la torre donde se iniciaba la comunicación, emitía un mensaje de alerta, esperando que el siguiente nodo pusiera sus “balizas "en posición de espera, a partir de entonces el emisor enviaba una serie de símbolos codificados, uno cada varios segundos, por medio del movimiento de las balizas colocadas en la cima de la torre. Cada configuración de baliza tenía un significado concreto, algo así como un código Morse visual. El receptor copiaba el mensaje y, tras recibirlo completo, se encargaba de repetírselo a la siguiente torre. Toda esta infraestructura necesitaba una red amplia de torres y, por supuesto, de alguien encargado de mantenerlas y de retransmitir los mensajes. Los equipos destinados a aquella pesada tarea debían estar atentos, durante las horas diurnas, a las balizas de la torre anterior o posterior, a la espera de la recepción de mensajes. Los operadores se limitaban a retransmitir lo recibido, no conocían el significado de los mensajes pues, comúnmente, se encontraban cifrados. La cosa tenía su complejidad, de noche casi no se utilizaba, aunque algunos tenían capacidad para emitir señales luminosas, las tormentas, la niebla, el viento, cualquier cambio meteorológico podía entorpecer la comunicación, los mensajes podían ser mal comprendidos o, incluso, no llegar a recibirse nunca. TELEGRAFO OPTICO
4. GRAHAM BELL (Edimburgo, Reino Unido, 1847-Beinn Bhreagh, Canadá, 1922) Científico y logopeda estadounidense de origen escocés, inventor del teléfono. Nacido en el seno de una familia dedicada a la locución y corrección de la pronunciación, Bell fue educado junto a sus hermanos en la tradición profesional familiar. Estudió en la Royal High School de Edimburgo, y asistió a algunas clases en la Universidad de Edimburgo y el University College londinense, pero su formación fue básicamente autodidacta. En un primer momento, el teléfono levantó todo tipo de comentarios irónicos, pero al revelarse como un medio de comunicación a larga distancia viable, provocó controvertidos pleitos por la comercialización de la patente. En 1880, recibió el premio Volta. El dinero obtenido con este premio lo invirtió en el desarrollo de un nuevo proyecto, el gramófono, en colaboración con Charles Sumner Tainter, uno de los primeros sistemas de grabación de sonidos conocido. Tras su muerte, acaecida en 1922, dejó como herencia dieciocho patentes a su nombre y doce más con sus colaboradores.
5. EL TELEGRAFO EN EUROPA 1836 - Morse inventó el telégrafo electromagnético en 1844. Marconi la telegrafía sin hilos..1851, una comisión de los estados europeos introdujo una serie de innovaciones destinadas a simplificar algunas de las signaturas del código, con lo que surgió el llamado Código Morse Internacional o Continental.La introducción del telégrafo en España se debe a José María Mathé, quien, en 1854, instaló la primera línea de telégrafos entre Madrid e Irún. 1886 el primer cable de telégrafo trasatlántico con éxito conectó Europa y América. El Telégrafo creó un cambio muy profundo en las comunicaciones El telégrafo óptico, como red planificada científicamente, nació en Europa en el siglo XVII, concretamente en 1684, de la mano del británico Robert Hooke, pero no se extendió hasta bien entrado el siglo XVIII, pues hasta ese momento la técnica era demasiado pobre. Francia fue el país donde se construyeron las redes más extensas y exitosas, a fin de cuentas, el primer telegrama que se recuerda llegó a París, desde Lille, tras recorrer más de doscientos kilómetros de distancia a través de una línea de veintidos torres de comunicación óptica.
6. ALEXANDER BAIN (Aberdeen, 1818-1903) Filósofo y pedagogo escocés. Ingresó en 1836 en el Mareschal College de su ciudad natal, y en 1840 alcanzó el grado de "magister artium". En 1841 enseñó filosofía moral en la universidad como profesor suplente, y en 1845 filosofía natural y matemáticas en Glasgow. Secretario del "Board of Health" de 1848 a 1850 y examinador en 1857 en la Universidad de Londres, volvió en 1860 a Aberdeen, donde se encargó de la cátedra de lógica hasta que, retirado de la enseñanza, llegó, en 1881, a rector del mismo centro universitario. Bain prosiguió la tradición filosófica de Hartley y Stuart Mill, y fue positivista y asociacionista. El mundo físico y el psíquico son para él dos aspectos de la misma realidad (paralelismo psicofísico), y no dos verdades distintas de orden diverso. Cree que todos los fenómenos de la psiquis, incluso los más elevados, como la inteligencia y la voluntad, se ven necesariamente determinados por las sensaciones primarias (musculares y orgánicas) situadas en la base de la conciencia. La psicología de Bain tiene el mérito de haber reunido muchos datos positivos; pero adolece, en cambio, del defecto que supone la falta de comprensión de la naturaleza abstracta y universal de los conceptos, y de la libertad volitiva. En pedagogía, se ocupó particularmente de problemas didácticos y disciplinarios, siempre desde el aspecto positivista, y publicó en 1879 Ciencia de la educación. Entre sus libros El sentido y el intelecto (1855) Las emociones y la voluntad (1859) Estudio del carácter (1861) Lógica deductiva e inductiva (1870) La mente y el cuerpo (1873) La ciencia de la educación (1879) Estudios sobre James Mill y Stuart Mill (1882)