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EN EL CIELO LO QUE SE JUEGA ES
BÉISBOL
Por: Prof. Fernando Román Miró
“ROBERTO CLEMENTE: LA HISTORIA JAMÁS CONTADA”
Esta es una novela biográficabasada en hechos reales y eventos
no comprobados, visualizadoen ideas de ficción desde el punto
de vista del autor. Recoge los 30 últimosdramáticosmeses de
la vida terrenal del astro boricua Roberto Clemente Walker,
dentro y fuera del terreno de juego.
Esta tercera edición,primera cibernética, se la dedico a mi
esposa Norma por su gran amor, pacienciay dedicaciónen la
revisión del libro. Sin su ayudano habría podidoser publicado.
También se lo dedico a mis hermosas hijas, Mara Michelley
María Fernanda,las luces de mis ojos y mis nietos, Brianna Lyn,
Josiah Jay, Leia Ann y AdalieCarmen que continuaránmi
existencia. Los amo a todos cada día, cada día.
Registro de la Propiedad Intelectual,Departamento de Estado,
Estado Libre Asociado de Puerto Rico Número de Inscripción:
92-08P-01C-200 ©
Library of Congress Cataloging-in-Publication Data
1992
CAPÍTULO 1
‘El Principio del Fin’
Día: enero 2 de 1973. Hora: casi las 6 de la mañana. Lugar: en
una playa en la costa norte de Puerto Rico. Atmósfera: el fin
del mundo para muchos…
‘Preparados para salir al aire’, casi tiene que gritar el director
del remoto de la televisión, frente a la playade Boca de
Cangrejos. ‘Conecta el micrófono… avanza, avanza que vamos
al aire… un momento, un momento, si por ahí sale el sol, la
toma la tenemos que hacerla hacia allá,muévete a tu derecha,
un poco más… okey, ahí mismo con el mar de fondo, muy
bien… vamos, vamos…’. El tono del director era gritando.
Todosestaban tensos, muy tensos. ‘Se hace tarde, gente…
vamos a grabar, preparado todo’, decía el director, mientras
golpeabasus manos con fuerza. El reportero, J.R. Montana
estaba listo, sudaba sin parar.
‘Corriendo cinta… 3, 2 y acción’, dice el director dándolela
señal a Montana. Este con voz temblorosa empieza diciendo;
‘Estamos en vivo, directamente frente a la playade Boca de
Cangrejos, donde Roberto Clemente y otras cuatro personas,
incluyendoel piloto y el co-piloto, se encuentran desaparecidos
desde anoche domingo, cuandoel avión DC-7 que se dirigía a
Nicaragua,se estrelló y se hundióa media milla de aquí’.
‘El aviónse hundiórápidamente,después de caer en picada
desde poca altura’, explicabaMontana de acuerdo con la
información que le habíallegado. ‘Dicen los testigos, que
desde que el avión se elevó de la pista no habíalogrado tomar
mucha altura y trataba de hacer una vuelta rutinaria,quizás con
la idea de volver al aeropuerto, cuandocayó al agua. Ese lugar
debe tener como 200 pies de profundidad,porlo menos’.
Seguía Montanacomentando y detrás de las cámaras,
centenares de personas se acercabana observar las
operaciones de rescate, cuandouna señora de 50 años cayó de
rodillasa unos pies detrás de Montanay comenzó a gritarle al
Cielo de porqué se lo había llevado. Golpeabala arena con sus
manos, llorabade angustia y rabia a la vez. No lo podíacreer.
Nadie podíacreer lo que habíapasado. Montanaque pudo
escuchar lo que la mujer habíagritado, trataba de mantener la
calma haciendoun esfuerzo y después de varios segundos, que
la señora acaparó el momento, prosiguió su reportaje, aunque
no con el temple que necesitaba.
‘Lograr “acercarsa”, perdón acercarse al lugardonde se hundió
el aviónha sido en vano, por el intenso oleaje que azotó el
litoral marítimo, donde ocurrió el accidente, casi todo el día de
ayer. Así mismo, en las primeras horas de la mañanade hoy,
una espesa neblina,está haciendo bien ardua la labora las
embarcaciones de rescate, poder continuarcon la búsqueda’.
‘Nos informan’, continúodiciendo Montana,‘que además de
Clemente iban en el vuelo, el pilotoJerry Hill, el co-piloto
Arthur Rivera y además el co-dueño de la empresa “American
Air Express”, que fletó los vuelos, el señor Francisco Matíasy el
señor Ángel Rafael Lozano. Este vuelo era el segundo de tres
viajes programados, para llevara Nicaragua la ayuda de todos
los puertorriqueños, después del terremoto allíacaecido el
pasado 23 de diciembre’.
‘6,000 muertos, 20,000 heridos y más de 3,000 familiassin
hogar, fue el saldo de esa horrible tragedia en Nicaragua’,
comentaba Montana,‘y para nosotros los puertorriqueños, una
herida que jamássanará. Como dato curioso, el señor Rivera
según informó el servicio telefónico de la compañía“American
Air Express”, seguía diciendoel reportero, ‘decidiórealizar el
viaje porque el co-piloto asignado,identificadocomo el Capitán
Sherr, se tardó en llegar al aeropuerto por razones increíbles,
que más parecían que su momento no habíallegado todavía’.
En ese momento llegan los helicópterospara tratar de
continuarcon los operativosde rescate y la muchedumbre a
orillasde la playa comienza a aplaudiry a gritar que lo hicieran.
Pero habíaalgo extraño en el ambiente. Mientrasmás se
acercaban, peor se poníael clima, creando confusión, histeria,
tristeza y frustración. Era como que del Cielo no querían que
nadie tocara aquel mar santo. Inmediatamenteque se alejaban
del lugarel equipo de rescate, la gente comenzaba a abuchear
y a rogar que continuaran,pero sin éxito.
‘Es casi imposible’,comentaba Montana,‘llegaral lugar exacto
por las condicionesmeteorológicasreinantes en este lugar.
Nos llega la siguiente información,que cuando se enteró de
que el Capitán Sherr no habíallegado, dijo que de surgir más
problemas; ya que el vuelo se habíademorado variashoras, se
dejaría el vuelo para el otro día’.
‘Aparentemente la disponibilidad delseñor Rivera al ofrecerse
como co-piloto’, decía Montanacon informaciónque él mismo
dudaba,‘facilitó la salida,que terminó trágicamente poco
después de iniciarse el vuelo’. ‘Personas allegadasal momento
de partir el avión’,continúo diciendoel reportero, ‘sintieron
aires de muerte en los alrededores y muchos pájaros volaban
sobre el lugar en forma de círculos. Esa noche los “coquíes” no
cantaron, nadie losescucho’.
El sol trataba de salir, pero las extensas neblinasde los Cielos
seguían interfiriendo en las operacionesde rescate, para que
las brigadaspudierantrabajarcómodamente en la búsquedade
los restos. La GuardiaCostanera ubicó la caída del avión a
media milla de la costa, frente a Punta Maldonado,en Boca de
Cangrejos. La torre de control del aeropuerto registró la salida
a las 9:22 de la noche del domingo. Segundos después,
mientras hacía el viraje rutinario y quizáspara intentarvolver,
el cuatrimotorde hélice cayó en picada. Esa era la verdad. La
verdad que dolía. Roberto Clemente no estaba entre nosotros
y queríamos verlo por última vez. Ya era muy tarde.
Explosiones de luces de bengalaalumbran el lugar, en el preciso
momento que estaban en comerciales la cadenade televisión.
El director ordena corte y volver al remoto para proseguir con
el reportaje que titularona puerta cerrada, “El Principio del
Fin”. Tres, dos y… ‘Como puedenobservar’, señalandocon la
mano izquierda Montanahacia el lugar donde aparecíanlas
luces de bengala,‘desde que se conoció el accidente, han
tenido que usar luces de bengalapara que; aviones,
helicópterosy embarcaciones de la GuardiaCostanera,
continúenla búsqueday en este momento la extraña neblina
que ha invadidoeste lugar, lo hace más difícil’.
‘Centenares de personas se encuentran en estos momentos
desde la madrugada’, continuabadiciendoMontanaa la vez
que el camarógrafo enfocaba diferentes rostros de diferentes
personas, ‘unos lloran,otros no lo pueden creer y muchos más
miran haciael horizonte y se preguntan…¿por qué? Ha sido
necesario movilizartodo el tránsito que se ha dado cita en este
lugar, como pueden ver ustedes mismos’.
‘Faltan dos minutospara ir al aire’, notificabael director de piso
en los estudios de televisiónmientras el equipotécnico se
preparaba,física y mentalmente, para seguir llevandolos
detalles de la tragedia. ‘Cámara tres en posición…luces listas…
okey, se ve todo bien… mueve la cámara dos a la derecha un
poco… eso es… ahí está bien… “video tape”, ¿está “ready”?...
un minuto para salir… maquillajeque vaya al “set” rápido,
rápido…cámarauno en posición…probandoaudio;uno, dos,
tres, probando,uno, dos, tres, probando…30 segundos… todos
en posiciones…silencio en el estudio… estamos listos… 10
segundos… cámara uno lista… 4, 3, 2…’.
‘Puerto Rico está de luto’, dice el reportero ancla con dolory
respeto, mientras en el fondo se proyectaba una foto del rostro
de nuestro Roberto Clemente. ‘Ya es oficial la trágica muerte
del pelotero más grande, Roberto Clemente. El Gobernador
Luis A. Ferré emitió una proclama declarandotres díasde duelo
ante el dolor y la consternación de todo el país y en el exterior’.
‘El Gobernadorentrante’, continuabadiciendoel comentarista,
a la vez que aparecíala famosa foto donde Roberto caminaba
hacia su posición en el jardínderecho y saludabaa la
fanaticada. Ahora parecía que se despedía. ‘… Rafael
HernándezColón, ordenó que se suspendierantodas las fiestas
organizadascomo parte de la celebración, a realizarse hoy, y las
actividadesque quedanen pie, se realizarán con la mayor
sobriedad y carentes del entusiasmo de una ocasión como esa’.
El comentarista hablabay hablaba,pero su corazón lloraba. Él
era un chico cuando Clemente y los “Pirates” ganaron la Serie
Mundialdel 1960. Hoy, todo era diferente.
‘Las más renombradaspersonalidades’,continuabanarrandoel
comentarista, ‘y el más humildeciudadanofue sacudidopor la
tragedia que terminó abruptamentela sobresaliente carrera
deportiva del más grande, y del hombre ejemplarque fue
Clemente. En la residencia familiar’, añadióel comentarista
mientras al fondo se observabaen el pequeño televisor, el
bulliciode personasen la casa de Clemente, localizadaen una
urbanizaciónhumildede Río Piedras, ya fue invadidapor
cientos de personas, de todoslos niveles y edades, para
expresar su pésame a la viuday familiares, a la vez que tratan
de convencerse de que habíaocurrido lo que estaba en labios
de todos’.
‘Directamente desde el hogar del astro boricua, Roberto
Clemente, en vivo nuestra cámara móvil número dos, nos trae
el siguiente reportaje… adelante…’. ‘Estamos en vivo’, dice
Montanafrente al hogar de Clemente, ‘directamente desde el
frente de la residencia de quien en vida fue Roberto Clemente,
para conocer todo lo que está pasando y así llevarleal pueblo
de Puerto Rico la pesadillaque estamos viviendotodos los
puertorriqueños, los latinoamericanosy América en general,
que admirany aman a nuestro Roberto’.
‘Han ido desfilandodurante toda la mañana’,decía Montanaen
el momento que una señora ansiosa, se enredaba con el cable
del micrófono al tratar de pasar la vallade seguridad que había
colocadola policía,‘muchas personalidades,entre ellos;
ReinaldoStennett, ManySanguilleny Bob Johnson,
compañeros de Roberto en el equipo de los “Pirates” de
Pittsburgh’. ‘TambiénLuis Rodríguez Mayoral, representante
de los “Pirates” en la zona del Caribe; el comentarista
deportivo, Ramiro Martínez; la actriz y senadora electa, Ruth
Fernández y muchos más que están todavíaanonadadospor la
tragedia, ya confirmada’.
‘Centenares de personas se han apiñadofrente a la casa’, dice
Montana,a la vez que han empujadoel camarógrafo (y la
imagen se tambalea) … del astro tan pronto se conoció el
accidente. La pregunta en bocas de todoses; ¿Por qué tuvo
que ser así? ¿Por qué de esa manera? ¿Por qué? y mil ¿Por
qué?
‘Para que ustedes tengan una idea’, comentabael reportero, a
la vez que el camarógrafo se montaba sobre la unidadmóvil
para tener una mejor toma. ‘… del dolorque se siente cuando
se pierde a alguien de tanta envergadura. Nuestra cámara
usará el lente telescópico para entrar a la casa. Si pueden ver,
en la parte de atrás, haciala izquierday sentados, se pueden
ver a uno de los hermanos de Roberto, a Justo Clemente, junto
a su esposa e hijo que meditan en silenciosllenosde pena. A
su lado podemos ver también al hijode crianza del astro
boricua, a ‘Papo’ Clemente, incapazde contener, ni un
momento, el llantodesde que conoció las malas nuevas’.
‘En nuestro próximo segmento, desde este mismo lugar,
tendremos una entrevista exclusiva con Don Melchor
Clemente, ancianopadre de Roberto, que nos contará unos
sueños raros que tuvo la misma noche que desapareciósu
querido hijo. También tendremos otros sucesos en torno a esta
extraña tragedia, todavíasin explicaciónlógica. Volvamosa los
estudios…’.
‘Aunque físicamente Roberto Clemente ya no está entre
nosotros’, dice el comentarista, mientras en el monitor
aparecen escenas de su increíbledemostración en la Serie
Mundialde 1971, su sueño sí lo está. El sueño de Roberto de
fundarla CiudadDeportiva para servir a la juventud, volvióa
discutirse en distintoscírculos con poder para tratar de llevara
la realidadel proyecto. A estos fines, el senadorEnrique
“Coco” Vicens, declara que el mayor homenaje a la memoria
del jugadorfenecido es ayudara crear la Ciudad…’.
‘El senadorVicens anticipóque hará todas lasgestiones en el
Senado para ver cómo puede fundarse la propuesta para la
CiudadDeportiva, como la visualizó Clemente, con vista a que
se abra para el próximo verano…’.
Algo extraño sucede en el estudio. Debido a las condicionesdel
tiempo, un pequeñoapagón ocurre, dejandoel lugara oscuras,
excepto por el monitor que se queda iluminado,siendo la única
luz en el piso del estudio. Pocos se dan cuenta lo que pasó,
dejandoatónitoslos que se dieron cuenta. El comentarista no
sé dio cuenta de lo que sucedió, pero sabía que algo extraño
habíapasado porque lo sentía. Todoslo sintieron, pero nadie
entendió.
‘Perdonen los inconvenientes’,les notificabael comentarista,
tratando de entender que pasó realmente, ‘pero continuemos,
precisamente con ese sueño del gran pelotero, que lo llevó a la
única identificaciónpolítica quese le conoció públicamente,
cuando en el 1964, propulsóla candidaturadel exgobernador
Roberto Sánchez Vilella. Queremos añadirque Carlos Romero
Barceló, Alcaldede San Juan, dijo que la muerte de Clemente
debe ser un punto de partida para que los puertorriqueños, a
su memoria, hagan un esfuerzo adicionaly superen su
generosidad de ayudarcon más fervor a aliviarel sufrimiento
de los sobrevivientesnicaragüenses…’.
Era triste que todos los partidospolíticos, clases sociales,
entidades cívicasy religiosas; tuvieran que esperar una tragedia
para unirse, pensaban muchos.
‘Antes de ir a la señal en vivo, nuevamentedesde el hogar de
Roberto Clemente’, señalabael comentarista agotado y
agobiado. ‘El Presidente del Senadoelecto, el senador Juan
Cancel Vélez y el portavoz electo, Dr. Luis E. Ramos Yordán, así
como el senador Severo Colberg; hicieron expresiones públicas
dolidospor la tragedia y destacando los merecimientos de
ciudadanoejemplarde hombres como Clemente, que son
símbolo de orgullo para los conciudadanos’.
‘Ya tenemos la señal de nuestra unidadremoto, localizadaen la
residencia oficial de Roberto Clemente, para una entrevista con
Don Melchor Clemente, padre de Roberto, que nos contará
cosas raras antes del accidente…adelante,compañeros…’.
‘Tenemos a nuestro lado, Don MelchorClemente, padre del
astro boricua Roberto Clemente, que, a sus 91 años, su
memoria sigue lúcidae intactade recuerdos. Don Melchor,
cuéntenosde ese último sueño que usted tuvo la noche del 30
de diciembre, dos días atrás’.
Don Melchor miró a la cámara fijamente, pero no dijo nada.
Montanavuelve a preguntar; ‘CuéntenosDon Melchor, lo que
recuerde…’. Con su eterno sombrero puesto, su piel quemada
por la zafra, el sol y los años entre su piel arrugada, sigue Don
Melchormirando fijamente a la cámara, pero totalmente
mudo, incapazde articularuna sola palabra,como si se negara
a aceptarla terrible realidad.
Entonces Montana,para seguir con el reportaje dice, ‘Bien Don
Melchor, entendemos lo difícil que es para usted poder hablary
queremos…’. En ese momento de dolor y angustias, Don
Melchorle arrebata el micrófono, se acerca a la cámara tan y
tan cerca que sus ojosllorosos están a punto de explotar. Su
boca se abre, el silencio se apodera del lugary todosquedan
inmóviles. Don Melchor dice… ‘Quiero, quiero…quiero darle…
las gracias’, Don Melchor le decía a la cámara, ‘gracias aaa
todos los… que, que quieren a mi… muchacho’, baja la cabeza
para cubrir sus lágrimas. ‘Mi “Momen”
(como le decía la familia), se fue… y yo lo sabía… Diosme lo
dijo.’
El silenciose apodera del lugar. En cada lugar que aquella
entrevista llegaba,ahogabay hacía al más fuerte y valiente
llorarcomo un niño. Allí estaba el que engendró al más grande
humanistaboricua de todos los tiempos, tratando de sacar
palabrasdel corazón. Cogiendo el micrófono con las dos
manos, como si fuera un bate de Béisbol, mirando de nuevo
hacia la cámara y tratando de sacar afuera el dolorque estaba
sintiendo,Don Melchormira hacia el Cieloy de sus ojossaltan
lágrimas que mojan el lente de la cámara y de su boca
comienza a decir su sueño.
‘La noche que… que “Momen” se fue’, relata Don Melchor,
sacando palabrasde adentro, ‘esa… misma tarde, mientras
trataba de… co, coger una…siesta, en medio del sueño, veía un
a… a… avión volandoy de momento caía en el agua… pero que
el agua, o… en el mar… era… era sangre… y de esa sangre salía
otro avión…sí, otro avióny volabahaciael Cielo y se perdía… se
perdía entre las nubes… a la vez que yo despertaba agitado y…
y nervioso’.
Don Melchor se pone muy nervioso por la sensación de
recordar el extraño suceso que habría de cambiarsu vida por
siempre y casi desfallece recibiendoayuda de los allípresentes
que le llevan al interior del hogar. Montanatiene que hacer un
esfuerzo sobrehumano para contener las emociones, coge el
micrófono y dice; ‘Señores y señoras, ese fue Don Melchor
Clemente, querido padre de Roberto, que soñó esa misma
tarde que su hijo habíamuerto, sin saber que, en el momento
del sueño, todavíaél se encontrabaen el aeropuerto. Nos
cuentan que la esposa de Don Melchor’, seguía comentando
Montana,‘le decía que ya “Momen” estaba en Nicaragua, sin
saber que la verdad era otra’.
‘La misma fuente nos comunica;que Robertito, el hijo mayor de
Roberto, ese mismo día, en casa de la mamá de Doña Vera a la
hora de dormir, le dijo a su abuelaque su papa iba para
Nicaraguapara ayudara otras personas, pero que antes de
llegar el avión se perdería y jamás volvería a verlo otra vez. Con
solo 6 años de edad, Roberto Jr. tuvo una visión y hoy es una
triste realidad. Volvamosa los estudios para más noticiasen
torno a la desaparicióndel astro boricua, Roberto Clemente y
más adelanteun reportaje insólitodesde el aeropuerto
Internacionalde Isla Verde…’.
Al momento que se van a comerciales, antes de ir directo a los
estudios, todo el personal en el estudio entra en un letargo,
como si todo fuera en cámara lenta. El comentarista, el
director de piso, los camarógrafos y todo el personal se miran y
no se ven. Sus mentes casi a la misma vez se transportan a los
recuerdos del homenaje en Pittsburgh, la Serie Mundialde
1971, el “hit” 3,000. Una voz de la nada, interrumpe y dice; ‘10
segundos para ir al aire…’.
‘Tres… dos… Estamos en vivo, directamente desde el
aeropuerto de Isla Verde con un reportaje en el mismo terminal
aéreo donde se preparó el DC-7 con el cargamento de
alimentos, medicamentosy otros materiales que serían
llevadosa Nicaragua por Roberto
Clemente y su tripulación.’
Una brisa fría y seca, arropa el lugar y el reportero sigue
diciendo;‘Tenemos con nosotros el señor Juan Pérez, uno de
los supervisores encargados de que los avionesde la “American
Air”, no se excedan en sus cargas, y él mismo nos trae la
información de todaslas cosas extrañas que ocurrieron ese 31
de diciembre… Sr. Pérez, cuéntenos por favor lo que sucedió
ese día…’.
‘Pues mire… lo que pasó ese día, o más bien como a eso de
entre una y dos de la tarde’, decía Don Juan, hombre maduro y
canoso con mucha credibilidad ensus palabras, ‘comenzamos a
cargar el avión,ya que nos habíaninformadoque saldría hacia
Nicaraguaa eso de las cuatro de la tarde. Pero cuando yo vi
aquel montón de cajas para meterlas en aquel viejo avión, yo
dije a to’boca, que eso era mucho y la capacidadde ese avión
era de unas 40,000 librasy podíasoportar un poco más, pero
como el avión era viejo, habíaque tener cuidado’.
La brisa aumenta y el sonido del viento parece que habla,como
si la noche quisiera decir algo. Don Juan comentó, ‘Donde
manda capitán,no manda marinero. Comenzamos a llenarel
avión y cuandohabíamosllenadohasta la mitad, el peso estaba
por debajo y yo no lo creía. Era como que cuando se pesaban
las cajas, flotabany cuando se colocabanen el avión, como que
se hacíanpequeñas;estaba bien loco todo eso…’.
‘Yo sabía que algo estaba pasando…se lo notifique a mi jefe
inmediatoy él me dijo que como se estaban cargando
medicinasque tenían poco peso y ocupabanespacio, eso era lo
que pasaba…a mí no me convenció…¡a mí no! En ese
momento, el reportero interviene y le dice; ‘Pero había
alimentoenlatadoy eso pesa… ¿usted no lo cree?’
‘Definitivamente’,contestó Don Juan, ‘como yo no creo ni en la
luz eléctrica y más sabe el diablopor viejo, que por diablo;
decido pesar el cargamento que quedaba,pero se mantenía
por debajo del límite y mi experiencia me decía otra cosa.
Entonces, cuandoterminamos de cargar el avión,este se dañó
por problemasmecánicos y yo aproveche el tiempo’, decía Don
Juan, bajandola voz, como tratando de que nadielo escuchara
sin pensar que en ese momento miles de televidenteslo
estaban escuchando. ‘Entré al área de carga del avión, a tratar
de convencerme de que el cargamento pesaba menos a base
del tiempo cargando materiales y cuan aplastadasestaban las
gomas por el peso. Por lo tanto, mis datos dabana que el avión
estaba sobrecargado, pero lo medidores decían todo lo
contrario… ¿Qué debía hacer?
‘Algo se debíahacer’, comentaba el reportero un poco
aturdido. ‘Sí, pero ¿qué?’, contesta Don Juan, ‘…si en mí estaba
evitar que ese vuelo saliera, lo hubierahecho. Lo último que
hice, fue revisar y corroborar que las balanzasestuvieran bien
calibradas,y para colmo de colmos, estaban perfectas, lo que
nunca habíapasado…era increíble. Todaslas puertas cerraban
y nada se podíahacer. Es más cuandosalí a las seis de la tarde,
le rogaba a Dios, que no pudieranarreglar el avión,porque
sabía que algo iba a pasar… los coquíes habíandejadode
cantar’.
Y la brisa cesó de momento, truenos y centellasse veían al
fondo… en lo alto del Cielo. Quiere llover… estaba nublado…
hay silencio y tristeza en la Tierra, pero no así en el Cielo.
El reportero traga por ese último comentario de Don Juany
dirige su mirada a la cámara y dice, ‘Bueno televidentes,la
causa del trágico accidente en el que perdieron la vida el astro
boricua, Roberto Clemente y otras cuatro personas, pudo haber
sido el exceso de carga del avión. Con más información al
respecto, regresamos a nuestros estudios en breves
momentos…’.
Ya en el estudio de televisión,con la información extraoficial, ya
que la versión no pudoser confirmadaen el día de ayer, dado
que, en virtud del día feriado que aconteció;los expertos de la
Junta de AviaciónCivil, la agencia federal que brega con este
tipo de accidentes, no estarán disponiblesen el aeropuerto
para contestar todaslas preguntas que tiene el pueblode
Puerto Rico.
‘Vamos… todos listos’, notifica el director de piso del canal de
televisión,‘3… 2… Muchaspreguntas, pero pocas respuestas’
dice el comentarista, ‘¿Estaba o no estaba sobrecargado el
avión DC-7? ¿Quién lo sabe? ¿Dónde estaban los de la Junta de
Aviación?¿No tiene que haber alguienallí24 horas? Nos
comunicamoscon varios técnicos del terminal aéreo y de
manera extraoficial,ellos coincidieronen afirmar que el DC-7
de hélices, difícilmente podíatransportar sin problemaslas
40,000 libras que se dice que llevaba’.‘Los técnicos añadieron’,
continuaban diciendoel comentarista, ‘que este tipo de avión
es bastante fuerte, aunqueno tiene la potenciade uno de los
modernos ‘jets’, decae bastante a medida que son utilizados
intensivamentepor el desgaste naturalde los motores. Un
empleadode la torre nos notificó que, aunque éstos son
revisados periódicamente,nunca ofrecen todas las garantías
que tienen los de un avión nuevo y el DC-7 de la tragedia, era
ya un veterano del aire’.
La cámara del Cielo sé fue alejandode los estudios. La noche
del 2 de enero, estaba llegando a su fin. El año 1973, había
empezado y sería un año muy triste para toda la humanidad.
Las investigaciones continuaríany tratarían de buscar un
culpableo todos seríamos culpablesde una forma u otra. Ya lo
que pasó, pasó… y nadasé podíahacer. Roberto Clemente era
un inmortal,nadie lo vio morir.
Sus huellasestaban presentes y bien frescas. Nos había
abandonado,pero nos dejó un hermoso recuerdo; su orgullo
patrio, sus enseñanzasy una guía de cómo seguir por el camino
correcto, aunquees el más difícil, es el que nos lleva al Cielo.
CAPÍTULO 2
‘Encuentro con el Destino’
Es el verano caliente de 1970. Nueve meses antes, los
maravillosos Mets” de Nueva York, sorprendieron al mundo
ganando la Serie
Mundial,derrotandoen forma increíblea los favoritos “Orioles”
de Baltimore. Ese año de 1969, nuestro Roberto Clemente iba
en busca de su quinto campeonato de bateo, perdiendo en la
última semana de la temporada, por tres escasas centésimas
debajo de Pete Rose.
Ya esa temporada inolvidable de 1969, pertenecía al pasado y
una nueva década comenzaba. Era la década de los ’70. Entre
junioyjulio,elpromediode Clementese mantieneentre los.340
y los .344, mientras que el dominicano Rico Carty, desciende a
los .369, después de acariciar los .400, durante los primeros
meses de la temporada. Para la primera semana de julio, los
“Pirates” se han colocado a solo medio juego de los “Mets”.
Clemente ha dado todo su esfuerzo mental y físico. Su cuerpo
adolorido refleja cansancio, pero trata de callar y disimular el
dolor. Él era el líder y como líder, todos esperan de él, lo
máximo.
No solo el dolor físico agobia a Roberto, sino que cuando
regresen de una gira fuera de casa, se encontrará con un nuevo
hogar, el estadio “Three Rivers”. Después de más de una
eternidad en el “Forbes Field”, despedirse no es parte de la
filosofía de Roberto y marcharse del parque que lo llenó de
gloriasy triunfos, no era fácil. Algunoscompañerospeloteros,lo
vieron despidiéndoseel 28 de junio,último día que los “Pirates”
jugaronen el “Forbes Field”. Cuandoyael juego habíafinalizado
y no quedabacasinadieenlasgradas, Robertofue hasta el jardín
derecho, su segundo hogar, para decirle adiósa su espacio, que
lo llevo a ser uno de los más grandes. Nadie pudo ver si lloró.
Para el 7 de julio, Roberto está bateandopara .347 y esa misma
noche, a eso de las cinco de la mañana, un intenso dolor se
apodera de su espalda y su espina dorsal parece que se quiere
partir en dos. Es como un jalón, que comienza en la parte baja
de la espalda y termina reflejándose en el cuello. El dolores tan
grande que Roberto llorade dolory en esos momentos pensaba
lo que tuvo que sufrir el Maestro de Galilea. Solo un hombre
podía soportar aquel dolor y ese hombre era El Mesías, y
Roberto buscaba en Él, esa fuerza para calmar su pesadilla.
Mirando hacia el techo, Roberto le habla a Dios y le dice; ‘Dios
mío…Señormío…aunquemidolores grande, note pidopormí…
cuida a papá y a mamá… dale mucha salud para poder verlos
pronto… cuídame a Vera y a los nenes… a mis hermanos… a los
que necesitan… a los presos…’.
El cansancio vence el dolory la oración es la aspirina que calma
su espíritu. Roberto cae dormidocasi a la par que el sol entraba
por su ventana. Él comienza a tener pesadillasmás a menudo,a
medida que los dolores aumentaban día tras día. Una de las
pesadillas que más lo abrumaba, era revivir el 13 de abril de
1969, cuando sus fanáticos lo abuchearon al batear para doble
jugada con las bases llenas, dos días corridos. Entonces, veníaa
batear por tercera vez con las bases llenas y no solo lo
abucheaban, sino que le tiraban con cosas, le decían pestes y le
ofendían. Era la primera vez quealgo así sucedíay no sé lo podía
borrar de su mente.
Otra pesadilla era, cuando Roberto casi se mata en su propia
casa, en el invierno de 1968. En esa ocasión, él no se ve, sino
que ve a Robertito, su hijo mayor, cayéndose por donde él sé
cayo, pero éste muere en la caída. Al otro día el dolor
continuaba, pero su amor y dedicación iba más allá de sus
dolencias. Aunqueno habíapodidodormiren toda la noche,era
el primero que llegaba al parque. Unos decían que era
arrogancia, otros que tenía que dar el ejemplo, pero la verdad
era que Clemente siempre fue el mismo, nunca cambió.
Clemente era Clemente.
Vestido como si fuera para una junta de ejecutivos, Roberto
llegaba impecable al estadio. Era todo un profesional, en todo
el sentido de la palabra. Entrando al camerino visitante, le
notifica al masajista del dolor que siente a través de toda su
espalday éste le sugiere que cuandose cambie, se acueste en la
mesa para darle un masaje. Roberto se dirige hacia su esquinay
comienza a cambiarse de ropa.
Cuando se disponía a quitarse la camisa, siente la presencia de
alguien a su espalda, pero al virarse no ve a nadie. Clemente
estaba solo en aquel gran camerino. Él y su dolor eran lo único
que latían. Yacon su camisa desabrochada,sesienta en la banca
para quitarse los zapatos y siente un aire frío a su espalda,
cortante y seco. Roberto se vira y nada ve, y dice, ‘Steve…
Steve…’, refiriéndose a Steve Blass, joven lanzador de los
“Pirates”, que Clemente lo llamaba ‘Loquito’, por sus bromas.
‘Steve, déjame en paz’. Nadie contesta.
Clemente coge un bate. No era normal lo que estaba pasando.
Steve no contestó. Nadie contestó. Roberto sabía que había
alguien allí con él. Con bate en mano, busca en las duchas, en
los baños, dondequiera y a nadie encuentra. Algo raro está
pasando. De momento, escucha que la puerta de salida se abre
y sale corriendo hacia ella. Al llegar a ésta y abrir, a nadie ve,
solo un periódico de ese día en el piso, siendo levantadas las
páginaspor el viento que entraba por la puerta. Al bajarse para
cogerlo, una mano lo toca.
Roberto se levanta medio asustado, soltando el bate y el
periódico, para darse cuenta que era el masajista, quien lo
busca...
- ‘¿Qué pasa, Mr. Roberto?… pareceque vio algúnfantasma’.
- ‘¡Fantasmas!... no me asustaste.’
- ‘Perdone… no fue mi intención asustarle.’
- ‘No te preocupes’, dijo Clemente, ‘sentí a alguien…’
- ‘No puede ser… nadie ha llegado…’
- Pensé que era Steve… con una de sus bromas pesadas.’
- ‘No, Mr. Roberto… Steve no ha llegado todavía.’
- ‘Bueno… la verdad que necesito un buen masaje.’
Roberto recoge el bate y el periódico. Termina de cambiarse y
se dirige a la mesa de masajes. Mientras el masajista ejercía
masajes sobre la espalda de Clemente, éste cotejaba la sección
deportiva, encontrándose que había llegado quinto en la
votación para el Juego de las Estrellas.
Hank Aaron, Willie Mays, Rico Carty y Pete Rose estaban sobré
él en lasvotaciones,dondesolo Carty merecía estar primero que
él. Roberto mira y mira esa porción del papel, mientras el
masajista retuerce cada músculo y cada hueso de su adolorida
espalda. Él debe estar comenzando esa edicióndel Juego de las
Estrellas y no ser una reserva. Su mente le dice que era otra
injusticia más. Está bateando es ese preciso momento .347,
mientras Carty está en los .364 de promedio de bateo. Ha sido
nuevamente el capitán del barco pirata para colocarlos a medio
juego de los “Mets”. ‘¿Qué más voy hacer?’, se pregunta
Clemente, pero solo lo escuchaba Dios.
Habían pasado unos trece minutos, cuando se acerca a la mesa
su dirigente Danny Murtaugh, un hombre rudo para muchos y
severo para otros. Clemente y él nunca hancongeniado,peroya
para esta etapa de sus respectivas carreras, había mucho
respeto entre ambos. Entonces, Murtaugh le pregunta a
Roberto, ‘¿Cómo estás, Bob?’ Clemente está dormido y
Murtaugh vuelve…
- ‘Mira… Bob, ¿Cómo estás?’, Murtaugh tocándolo.
- ‘Umm… !Ohh! No… muy bien’, contesta Roberto. ‘El dolor
es insoportable y estoy pensando tomar los días libre del
Juego de Estrellas para descansar…’, añade Clemente, sin
levantar la cabeza de la mesa de masaje.
- ‘¿Cómo es?’, pregunta Murtaugh en tono de asombro y
riposta,
‘¿Qué no vas a participaren el Juego de Estrellas?’
- ‘Creo que no… no sé…’, contesta Clemente.
- ‘Lo oigo y no lo creo’, le dice Murtaugh a Roberto, a la vez
que le hace señas al masajista para que los deje solos. ‘Tú
no puedes hacer eso. No puedes hacerle a eso a tú
fanaticada…alosmiles que te dieronel voto, paraverte allí.
Llegaste quinto, ¿y qué?... tú siempre has dicho que tú te
debes a ellosy por ellos tú juegas… ellos te pagan, dices tú,
por verte jugar… elloste quieren ver allí,aunqueno puedas
jugar… estar allí, es un honor’.
Clemente no sabe qué contestar y mantiene su cabeza baja,
como símbolo de humildad y respeto. Pero su dirigente tiene
razón y Roberto no sabe qué hacer, ni qué decir.
Lentamente Roberto se levanta de la mesa y mira fijamente a
Murtaugh y le dice, ‘No sé’. En forma airada,Murtaugh le dice a
Clemente, ‘¿No sabes qué? Mira Bob, te voy a contar una
historia’,tratandode calmarel tono de su voz. ‘Hubouna vezun
jugador de Grandes Ligas que contribuyó a ganar la Serie
Mundial y su orgullo era tan grande y su corazón era tan
inmenso, que consideró que el mejor regalo que le podía hacer
a su fanaticada, que le pagaba su salario, según él, era ir a
celebrar la victoria y compartirla con su gente. Mientras sus
compañeros celebraban entre sí, aquel individuo se alejaba de
ellos, para ir a festejar con su fanaticada en la calle. ¿Tú sabes
cómo se llama ese señor, ah? Ese caballero, pues se llama
Roberto Clemente, el pelotero más grande de todos los tiempos
que yo he visto jugar. ¿Lo conoces?
Clemente no sabía que contestar. Las palabras de su dirigente
habían tocado todas las fibras de su corazón y de sus
sentimientos. Se abre la puerta y comienzan a llegar los demás
peloteros. Se saludan de lejos, porque sabían que la
conversación entre Murtaugh y Roberto no era fraternal por sus
rostros.
Roberto esta mudo y Murtaugh se le acerca, después de dar
varias vueltas, le dice, ‘Debes ir y punto’. Murtaugh se aleja y
Clementemantienesilencio. Porsu mente corren muchascosas,
entre ellas la que predominaba,si empezar jugando en el Juego
de las Estrellas, era mucho pedir. ¿Era arrogancia ser conforme
con lo injusto? Solo el Cielo puede darle una contestación justa.
Ese mismo día y durante todo el juego; ni Roberto, ni Murtaugh
sé dirigieron la palabra. Clemente jugó su juego, produciendo
dos imparables en cuatro turnos y sacando un corredor en el
“home plate”, que trataba de anotar la carrera del empate,
desde la segunda base. Murtaugh cambió su lanzador iniciador,
en el momento exacto para que su relevista preservara la
victoria. Mañana era otro nuevo día.
Es viernes 10 de Julio de 1970, tres días después que Roberto le
había comunicado a su dirigente, que quería coger los días de
receso, del Juego de las Estrellas, para descansar. Clemente
quería descansar, su dolencia en el cuello aumentaba cada día.
La prensa se entera de los planes de Roberto y lo abordan para
interrogarlo, sabiendo que él, no era muy allegado a ellos.
Después del juego en que los “Pirates”, empatan en la primera
posición con los “Mets” de Nueva York, la prensa utiliza esa
excusa para entrevistar a Clemente. Ya en el interior del
camerino y alrededor su casillero, comienza el interrogatorio…
- ‘Felicidades Bob, empataron en el primer lugar. ¿Cómo se
siente?’, pregunta el reportero.
- ‘Muy bien… ya sea todo por el equipo’, contesta Roberto.
- ‘Sería emocionante estar en el primer lugar para el 24 de
julio, día del homenaje, ¿verdad?, dijo otro reportero.
- ‘Sería maravilloso…’, riposta Clemente.
- ‘¿Sería tambiénmaravillosoiniciarenel Juego de Estrellas…
¿Ah, Roberto?, comenta otro reportero.
Clemente era famoso por no congeniar con los periodistas y
aquelcomentario tenía doble propósito, que Roberto dijera que
no iba a jugar en el Juego de las Estrellas, para que estos,
escribieran a su manera y de forma distorsionada la verdadera
razón. La verdad no era noticia, pero sí el sensacionalismo que
se le podía sacar a la verdad, aunque se alejara de ésta.
Clementese levantayen aquelmomentosuscincopies con once
pulgadas alcanzan más de dos metros, su mirada es fija y
tenebrosa, su sonrisa había desaparecido.
Al mismo tiempo que continuabavistiéndose,Roberto les dice…
- ‘Soy una persona seria… y soy un ser humano al igual que
todosustedes y trato de darel máximo aligualque ustedes.
Mi responsabilidad mayorestá en el Béisbol… por eso me
tengo que manteneren condiciones…tengoque descansar,
para poder hacer lo mejor… si no lo hago, los fanáticos y
ustedes los periodistas, me criticarán…’.
Las palabras de Clemente eran imanes, que atraían a todos los
allí presentes a escucharlo. Compañeros peloteros,
entrenadores y ayudantes; se unieron a los periodistas para
escuchar a Roberto hablando con el corazón. Solo una voz se
escuchaba y el lugar parecía más un lugar Santo, que un
camerino de Béisbol de Grandes
Ligas. Roberto seguía…
- ‘Los escritores deportivos viven de nosotros… si fuese
escritor, lo primero que buscaría sería una buena relación
con los peloteros. Unos poco de ustedes, ponen palabras
en mi boca que nunca he dicho, sin embargo, no critico al
periodista serio y sincero.’
Clemente continuaba diciendo…
- ‘Recuerdo que cuando ganamos la Serie Mundial de 1960,
los periodistas me criticaron por no compartir con mis
compañeros de equipo. Ese no es cierto, porque luego de
felicitarlos, tomé el guante de Mazeroski como recuerdo
para llevármelo para Puerto Rico…’
Un periodistainterrumpey pregunta,‘En resumidascuentas,¿va
o no va, al Juego de Estrellas? y si no va, ¿no quiere ir, por qué
no fue escogido para empezar?... porque son los fanáticos los
que votan, por lo tanto, ellos mismos no lo seleccionaron para
empezar…’. Clemente mira alperiodistay le pregunta,‘¿cuántos
artículos, usted ha escrito sobre Roberto Clemente, en lo que va
de año, para que los fanáticos vean mis numeritos y voten por
mí?’
La pregunta fue cortante como un cuchillo que atraviesa el
corazón, pero se siente en el alma. Esta se parecía a la misma
pregunta que El Mesías hizo cuando el gentío lanzaba piedras a
una ramera, “… el que esté libre de pecados, que arroje la
primera piedra”. Todos eran pecadores. El periodista sabía que
él, personalmente no había escrito nada sobre Clemente y
Roberto lo sabía, él lo conocía.
Roberto sabía que, sino hablabande sus proezas en el campo de
juego, como era posible que los fanáticos votaran por los
peloteroscorrectos. Era responsabilidaddelperiodistavenderel
mejor pelotero, pero muchas veces el mejor pelotero no se
vendíabienporculpade losmismos periodistas. Clementetenía
razón y el periodista no sabía dónde meterse.
Roberto continúo diciendo, ‘Quiero explicar y espero que
entiendan, mi deseo de descansar los días en que se celebra el
Juego de Estrellas. Muchaspersonas a mí alrededordicen a mis
espaldas, que Roberto Clemente es un hipocondríaco, que se
queja todo el tiempo y que los médicos no le encuentran nada.
Para el año 1954, yo tuve un accidente y desde entonces
comencé a sufrir los dolores en la espalda…’.
Al fondo del camerino se encontraba su dirigente Danny
Murtaugh,porqueélmismo criticó a Robertoen variasocasiones
y luego padeciódel mismo mal. Él comprendió en carne propia,
lo que sentía Clemente, dándose cuenta que Roberto siempre
habló con la verdad.
‘Un hipocondríaco’, decía con orgullo Roberto, ‘no puede
produciry yo produzco. Si el juego fuera en Pittsburgh, yo no lo
pensaría para decir presente. Los fanáticosson los que me han
impulsado, quiero sacrificarme para rendirles a ellos, el mismo
tributo con mi juego de pelota. El partido es en Cincinnati y el
dolor de mi espalda no me deja ni dormir. Cuando uno está
enfermo, ¿qué hace?... ¿aaah?... descansa, ¿verdad? Eso yo
quiero hacer.’ Los periodistas sabían que Roberto tenía razón.
Era mejor perder el Juego de las Estrellas, partido que ya
Clemente había participado en doce ocasiones anteriormente,
que perder varios juegos por no haber descansado lo suficiente,
cuando tuvo la oportunidad. Murtaugh se acerca para dar por
terminada la conferencia de prensa y que dejaran a Roberto
terminar de vestirse. Su dirigente no compartía su decisión de
no jugar, pero la respetaba. Él sabía que detrás de aquellas
palabras, el corazón hablaba.
Al otro día, 11 de julio de 1970, Clemente se levanta muy
temprano cuando el sol estaba entre salir y no salir. Siente
deseos de caminar y así lo hace. Come y bebe algo ligero, y sale
a la calle a respirar tranquilidad. Trataba de caminar para así
aliviar el dolor que agobiaba su espalda. A esa hora de la
mañana,solo se veía el repartidor de periódico,un señor mayor
que llevaba su mascota a pasear, el camión de la basura y
muchos rayos solares tratando de tocar a Roberto. Llegando a
la esquina de la calle, Clemente mira hacia el otro lado y ve la
silueta de un hombre que se perdía entre los rayos del sol y el
movimientode éste. El hombre se acercaba a Roberto y éste no
sabía qué hacer.
La mente de Clemente se remonta a mayo de 1968, cuando un
grupo de asaltantes, lo secuestraron a punta de pistola para
robarle y matarle. Se lo llevaron fuera de la ciudad;le quitaron
la ropa, la cartera, el dinero y su anillo obtenido en el Juego de
la Estrellasde 1961. Cuandoibana matarlo, unode loshombres
lo identificó y al ver en su cartera su identificación, le ordenó al
que tenía la pistolaen la boca de Roberto, que lo dejara en paz y
le devolvieralaropa. Clemente todavíasoñabaconesa pesadilla
y de lo cerca que se encontró de la muerte. Aquella noche,
Roberto volvió a vivir.
- ‘¿Roberto, estás bien?, le pregunto aquél hombre a
Clemente, ya unos metros de distancia.
- ‘Ummm… ¡ah!... perdone,’ todavía en “shock”, Roberto
contesta.
- ‘¿Se encuentra bien?’, replica aquel hombre.
- ‘Sí… sí, estoy bien… estoy bien, perdone señor…’
- ‘Arky Vaughan, para servirle Mr. Clemente.’
- ‘Hacía tiempo que nadie me decía, Mr. Clemente.’ - ‘De
dónde vengo siempre hay que respetar a los demás.’ - ‘Su
cara y su nombre se me hace familiar’, dice Roberto.
- ‘El mundo es pequeño y la vida es corta’, contesta Arky.
- ‘Usted tiene razón… ¿me quiere acompañar en mi
caminata, Sr. Vaughan?’, replica Clemente.
- ‘No hay problema’, contesta Arky…
La caminata fue una terapia para Roberto y hablar con el Sr.
Vaughan, fue un desahogo. Clemente siente algo extraño que
emanaba de la presencia de Arky, todo positivo. Había paz en
sus palabras, tranquilidad en su caminar y calma en todos sus
movimientos. Roberto quiere preguntarle porque no tiene
zapatos puestos, pero no se atreve. Llegan a la esquina que se
encontraron y…
- ‘Bien Mr. Clemente, me tengo que despedir, pero pronto
nos volveremos a encontrar.’
- ‘Bueno señor Vaughan, ha sido un placer conocerlo,
caminara su ladoy hablarconusted ha sidounabendición.’
- ‘Espero verlo en el Juego de las Estrellas…’. Roberto se
quedó pensativo y Arky continúo diciendo…
- ‘Todos los hombres llegan a la Tierra, pero no todos van al
Cielo… esta noche Puerto Rico será el país más importante
del mundo, pero no por Roberto Clemente. Cuando Dios
les ha dado a los hombres, ciertos dones y éstos no lo
utilizan,cuandoelque no lostiene, losquisiera…el hombre
bendecido por Dios con ese don, frustrará aquél que no
posee ese don, haciéndole daño al otro y a sí mismo.
Recuerda Roberto, esta noche tú patria será lo más
importante en el firmamento y tú solo serás un espectador
más’, terminó diciendo Arky Vaughan, mientras se alejaba
de Roberto, cruzando la calle…
Clemente no entendióni una palabraque dijo Arky y al tratar
de ir hasta la otra esquina de la calle, un camión casi lo golpea,
haciéndolevolver. Clemente se incorpora, mira haciadónde va
el camión y cuando se fija hacia la otra esquina, Arky había
desaparecido. Roberto no entendíanada. Aquel hombre sin
zapatos, que él dice que esa noche algo grande pasaría en su
Puerto Rico y lo más raro de todo, su dolorhabíadesaparecido.
Esa noche, mientras Roberto observaba el concurso para elegir
la nueva Miss Universo, recibe la llamada de Chub Feeney,
presidente de la Liga Nacional de las Grandes Ligas. Feeney se
habíaenterado de los planes de Clemente de no participaren el
Juego de las
Estrellas y usar esos días para descansar… -
‘Hola, habla Roberto Clemente…’.
- ‘Hola Roberto, habla el señor Feeney, perdone si lo
molesto… pero necesito hablar con usted…’.
- ‘¿Es sobre el Juego de Estrellas?’, preguntó Clemente.
- ‘Exactamente… tengo entendido que no piensa asistir al
juego, por dolor en su espalda…’, comentó Feeney.
- ‘Esa es la razón principal…’, contestó Roberto.
- ‘Dejame ver si entiendo… ¿hay más razones’, preguntó
Feeney.
- ‘Además de mi espalda, estoy… estoy agotado
mentalmente…’, contestó Clemente.
- ‘Comprendo y no comprendo… ¿no es por haber llegado
quinto en la votación entre jardineros, para el Juego de
Estrellas?’, replica Feeney.
- ‘Bueno… molesta, pero no es importante…’, contestó
Roberto.
En ese preciso momento en que Roberto y Feeney hablaban,
estaban por escoger la nueva Miss Universo y quedaban la
candidatanorteamericanay la puertorriqueña,Marisol Malaret.
Clemente oía a Feeney, pero no lo escuchaba. Su atención era
captada por el televisor y pensaba en lo que Arky le habíadicho
esa misma mañana. Cuando el anunciadordice que la primera
finalista es Estados Unidos y por lo tanto la nueva reina de
belleza del mundo, era una boricua. Vera brincaba de la alegría
y Roberto nolo podíacreer. MarisolMalaretse habíaconvertido
en la nueva Miss Universo.
- ‘Hola… hola… hola…’, decía Feeney por el teléfono, al no
escuchar a Clemente. Roberto estaba atónito por la forma
tan extraña que había sucedido…
- ‘Perdone, señor Feeney… es que mi esposa y yo, estamos
viendo el concurso de Miss Universo y una muchacha de
Puerto Rico acaba de ganar el concurso y es la primera vez
que sucede…’, comenta Clemente.
- ‘Lo sé, mi esposa lo está viendo también y le envía
felicitaciones’, contesta Feeney.
- ‘Gracias… es raro, Mr. Feeney. Esta mañana me encontré
con un hombre y él me dijo, que algo grande iba a pasar en
Puerto Rico… su nombre era Arky… Arky Vaughan…’.
- ‘¿Arky Vaughan, Clemente?’
- ‘Sí… Arky Vaughan… ese fue el nombre que me dijo’,
contestó Roberto.
- ‘Clemente, ¿tú sabes quién era Arky Vaughan?’
- ‘El nombre me suena, pero no sé quién es…’, replica
Roberto.
- ‘Arky Vaughan, era el jardinero corto de los “Pirates” de
Pittsburgh, muchos años atrás, y al igual que tú, usaba el
número 21 en la espalda del uniforme…’, contestó Feeney.
- ‘Pues se veía muy bien… se veía joven…, un momento Mr.
Feeney, ¿cómo qué fue?’, preguntó un preocupado
Roberto.
- Clemente… Arky Vaughan falleció a principio de la década
de loscincuenta. Perdió la vidaen un accidenteocurridoen
su bote, en California…’.
Clemente no entendía. ¿Y quién era aquel hombre que se hizo
llamar Arky Vaughan y no usaba zapatos? Roberto le dice a
Feeney…
- ‘Todo suena extraño…’, comentó Roberto.
- ‘No entiendo, Clemente’.
- ‘Menos entiendo yo…’, ripostó Clemente.
- Bueno Clemente… ¿vas a jugar o no, en el Juego de
Estrellas?’
Roberto se queda pensando unos instantes y contesta; ‘Señor
Feeney… nos vemos en Cincinnati’.
Es la segunda de la novena, con el Juego de la Estrellas, 4 x 1,
ganando la Liga Americana a la Liga Nacional,en este Clásico de
1970. Es la última oportunidad de la Nacional para empatar o
ganar el juego. Hay un “out”, cuando viene a batear Dick Dietz
de los “Giants” de San Francisco, frente a Jim “Catfish” Hunter
de los“A’s” de Oakland. Dietzdisparaun cuadrangularponiendo
el marcador, cuatro a dos y hace despertar toda una fanaticada
en el estadio de Cincinnati.
Bud Harrelson de los “Mets” de Nueva York, dispara sencillo al
jardín de la izquierda y Joe Morgan de los “Astros” de Houston,
conecta otro sencillo hacia el derecho. Con corredores en
primera y en segunda, entra a lanzar el zurdo de los “Yankees”,
Fritz Peterson, para hacerle frente al peligroso zurdo, Willie
McCovey de los “Giants” de San Francisco. Gil Hodges, dirigente
de los “Mets” y de la escuadra de la Liga Nacional,puedetraer a
batear a Clemente por ser bateador derecho, pero no lo hace.
McCovey conecta sencillo al derecho, empujando la tercera
carrera, poniendo el marcador 4 a 3, todavía en favor de la liga
americana. Con corredor en tercera y primera, viene a batear
Richie Allen, pero Hodges tiene otros planes. Llama a Clemente
para que venga a batear de emergente por Allen. Earl Weaver,
dirigente de los “Orioles” de Baltimore y del equipo de la Liga
Americana, espera que anuncien a Roberto para cambiar de
lanzador y así traer a Mel Stottlemyre, de los “Yankees”,
confiado que traigan a otro emergente por Roberto.
La estrategia no funciona. Hodges deja batear a Clemente, que
conecta un largo “fly” al jardín de la derecha ayudando a Joe
Morgan que anotarala carrera del empate, en pisicorre desde la
tercera base. El estadio se quiere caer por el alboroto en ese
momento. Clemente entra al “dugout” y es saludadopor todos
sus compañeros. Su propósito se habíacumplidoy los fanáticos
están satisfechos. En la entrada número doce, una jugada
apretada en el plato, Pete Rose tumba al receptor Ray Fosse,
anotando la carrera de la victoria y así la Liga Nacional gana el
Juego de las Estrellas. Clemente puso su granito cuando más se
necesitaba. Así es Roberto.
CAPÍTULO 3
‘El Triunfo es de Todos’
Después del Juego de las Estrellas, los “Pirates” de Pittsburgh
mantenían una ventaja de juego y medio sobre los campeones
“Mets” de Nueva York. Clemente por su parte continuaba
persiguiendo a Rico Carty, rondando los .350 de promedio, sin
olvidarsenuncaque jugar parael equipo,era lo másimportante.
En un juego antes del gran homenaje, los insistentes dolores no
lo ayudaban a realizar un “swing” cómodo y se había ido en
blanco en tres oportunidades al bate. Willie Stargell estaba
caliente con el madero esa tarde. Con hombre en primera y en
segunda base, Roberto hizo que loscorredores adelantaran,con
roleta de “out”, de segunda a primera. Stargell remolcó las
carreras con sencillo al jardín derecho y luego anotó la carrera
de la victoria.
Al finalizar el juego, Stargell se acerca a Roberto, sin decir
ninguna palabra,chocaron manos y se sonrieron. Stargell sabía
que aquellaroleta por segunda era fabricada por el artesano de
batear, Roberto Clemente. Él nunca pensó en los puntos que
bajaría si bateaba de cuatro cero, él pensó en el equipo y cada
victoria cuenta para alcanzarel gallardete. Solo allá abajo,en el
redondel de espera, en el “dugout”, en el “bullpen” y en el
terreno de juego; se sabía quién jugaba para el equipo y quién
no. Roberto jugaba para el equipo.
Es el 24 de Julio de 1970. Este día Roberto, recibirá el homenaje
más grande que ningún latinoamericano recibiera. Es día para
romper récords. Esel primer homenajequese le hacea unlatino
en las Grandes Ligas. Se transmitirá en vivo, vía satélite. Es el
primer homenaje a un pelotero en el estadio “Three Rivers” en
Pittsburgh y se entonará el himno de Puerto Rico en un juego de
Grandes Ligas, por primera vez.
Ese día del homenaje, Doña Vera lleva a Roberto al estadio
muchashoras antesdel juego. Durante el trayecto, Clemente sé
mantenía en silencio. Su esposa sabía que él se estaba
preparando mentalmente para el juego, pero hoy, es el día más
grande de su existencia y ella quería estar segura, si Roberto
estaba bien…
- ‘Roberto… Roberto…, ¿Estás bien?’
- ‘Umjú…’
- ‘Anoche no dormiste nada…’
- ‘Umjú…’
- ‘Te levantaste tres veces… que yo me acuerde…’
- ‘Umjú…’
- Roberto dime algo más que umjú…’
Roberto con mucha calma, la mira y le dice…
- ‘Que bonitocantaronlospájarosesta mañana,como eso de
las cinco de la mañana…’.
Vera lo mira perpleja por su comentario. Su sorpresa se
convierte en risa y Clemente le pregunta…
- ‘¿Por qué te ríes?... ¿Cuál fue el chiste?’
- ‘Ay, Roberto… tú eres único…’
- ‘¿De qué tú hablas, Vera?’
- ‘Llevo 10 minutos tratando de hablar contigo desde que
salimos de la casa y tú me hablas sobre los pajaritos que
cantaron esta mañana… ay, Roberto…’
- ‘Perdona Vera… si no te puse atención…’
- ‘No te preocupes, Roberto. Cada díate admiromás y le doy
gracias a Dios, por haberte puesto en mi camino. Tu
dedicación,tu amabilidad, tu orgullo, tu forma de ser y ver
la vida y tu alegría son maravillosas. Vivir contigo, jamás
será triste o difícil. Te amo, Roberto Clemente.’
Cuando llegan al estadio, un gentío esperaba a Clemente,
sabiendo que él llegaba siempre temprano. Decenas de
admiradores se aglomeran alrededorde Roberto para pedirle su
autógrafo. Vera se despide de su flamante esposo con un beso
cariñoso, diciéndole que se verían más tarde.
Clemente comienza a firmar autógrafos sin ninguna prisa. Él se
queda en un solo lugar firmando todo lo que le ponían en sus
manos. Después de unos veinte minutos, firmando tarjetas
viejas y nuevas, trozos de papeles y hasta las mismas taquillas
parael juego de esa noche. Una vozdetrásde Roberto lo llama...
- ‘Señor Clemente…, ¿Me puede firmar esta tarjeta?’
Clemente se vira y ve una muchachade unosveinticincoañosde
edad, rubia y bien bonita. Una silla de ruedas era su medio de
transportación. Entonces Roberto piensa por un segundo y
dice...
- ‘Ellen… Ellen…’
- ‘La misma… su fanática número uno…’.
Clemente se acerca y la abraza. Ellen hace lo mismo. Quince
años atrás, cuandoEllen contabacon diez años de edad conoció
a Roberto, en la salida de un juego. Ese día se marcó para
siempre en la vida de ambos.
- ‘¿Cómo estás, Ellen?’
- ‘Muy bien, Don Roberto… muy bien.’
- ‘¿Qué haces… vienes para el juego?’
- ‘Vine a ver el pelotero más grande, en su día.’
- ‘Gracias Ellen… que alegría verte, deja que lo sepa Vera.’
Roberto la vuelve a abrazary su corazón se alegra. Él empuja su
silla de ruedas hacia el estadio, solicitándole a la gente de
seguridad que la llevaran al área de invitados especiales. Se
despiden y él sonríe.
Clemente se dirige al camerino y al abrir la puerta, encuentra
este a oscuras. Entra lentamente, buscando el interruptor para
encender la luz, pero sin éxito. La bombilla parecía que estaba
fundida y desde que vivió aquellas experiencias días antes del
Juego de lasEstrellas; la aparicióndeArky Vaughanel mismo día
que Marisol Malaretse proclamó MissUniverso, Clemente tenía
sus sospechas. Entonces Roberto pregunta, ‘¿quién anda por
ahí?’ Nadie contesta. Pero daba la sensación de que había
alguien en aquel lugar. Clemente vuelve a preguntar, ‘¿quién
anda por ahí?... yo sé que hay alguien…
Steve, si eres tú… estos jueguitos no me gustan nada…’
Entonces una voz de lo profundo del camerino dice, ‘Roberto…
soy yo…’. Clemente respira profundamente y pregunta, ‘Arky…
¿eres tú, Arky? La voz se empieza a reír y detrás otras voces se
ríen también. De momento se prenden las luces y aparecen
varios compañeros de Roberto, tales como; Stargell, Pagán,
Sanquillen, Hernández, entre otros, que vienen a felicitarlo y a
darle varios regalos personales. El primero es Stargell, que le
trae un taco de billar y le dice...
- ‘Siempre has dicho que eres mejor jugador de billar que
jugador de Béisbol.’ Todos se ríen, mientras Clemente
aceptaba el taco de billar. ‘A propósito, ¿quién es, Arky?
- ‘Nadie, Willie’, Roberto contesta, refiriéndose a Stargell,
‘vuelvo a repetirlo, jamás digo que soy mejor que nadie,
pero sí digo que nunca llego en el segundo lugarante nadie
y menos jugando billar.’
Roberto Clemente era la chispa del equipo, era el líder, era el
hermano mayor. Entonces aparece Steve Blass y echándole el
brazo a Roberto,le dice, ‘RobertoClemente es el corazón de este
equipo. Voy más allá, es la sangre de este equipo. En fin, un
“kit” de primeros auxilioses un buen regalo…’. Clemente sonríe
a la par con sus compañeros, recibiendo el “kit” y contesta,
‘Gracias loquito’, refiriéndose a Blass. ‘Yo me quejo mucho
parece… pero imagínense a alguien que por poco muere en un
accidente de carro (1955), le da malaria (1965) y se cae de un
segundo piso en su propia casa (1968); si no se queja, no es
humano. Yo creo que más que un “kit”, necesito el doctor y un
Ángel, siempre a mi lado.’
Todos vuelven a reír y Clemente les sigue hablando de
anécdotas, buenas y menos buenas. Roberto es un hombre
orgulloso, pero con una calidad de orgullo que algunos
confundían con arrogancia. Cuando en el 1960, año en que los
“Pirates” se coronaron campeones de la Serie Mundial,
Clementeesperabaser el JugadorMásValiosodeese año. Había
llegado tercero en bateo con .314 de promedio, y había
impulsado 94 carreras, anotado 89, disparando 16
cuadrangulares.
Dick Groat, el campo corto de los “Pirates”, fue el seleccionado
MVP, al conquistarel títulode bateocon .325, pero solo empujó
50 carreras y no jugó el último mes de la temporada por una
lesión en la muñeca. Roberto se molestó un poco, era su
compañero de equipo y Groat no tenía la culpa, pero cuando se
enteró que había llegado en la octava posición para el más
valioso y no habíaobtenido ningún voto para el primer lugar, se
puso furioso y atacó a los periodistas acusándolos de racistas
porque él era negro y puertorriqueño. Aunque quedaron las
cicatrices, el tiempo curó las heridas y hoy era su día.
Roberto se dejabaquerer y era el mejor ejemplo que losjóvenes
peloteros podíantener. Sus palabraspreferidas eran; respeto y
dedicación. Respeto hacia los demás y así mismo, y dedicación
a su trabajo, cualquiera que sea. Manny Sanquillen y su eterna
sonrisa, mientras lo abraza, le dice, ‘Miren muchachos, Roberto
me contó que, en el año 1965, se enfermó de malaria… o
tifoidea, además de cortarse un pie cortando la grama. Esto lo
afectó que solo pudo batear .329, dar 10 cuadrangulares e
impulsar 65 carreras. Como yo no sabía na’, él me decía que
había tenido un año flojo y luego caí en cuenta que, con ese
promedio, fue el campeón bate ese año. ¡Que humilde!’
Todos se rieron, en especial Roberto, en la forma graciosa que
Sanguillen lo contaba. En eso se acerca el veterano Bill
Mazeroski y comenta, ‘Yo le llamoa Roberto, el rociador,porque
riega líneas por dondequiera y después me enteré que él no lo
hacía a propósito, era que la lesión que recibió en la espalda en
el 1965, le quitó rapidez en el “swing”…’. Cuando la alegría y el
compañerismo era la orden del día, llega Dany Murtaugh, con
cara de pocos amigos y dice,
- ‘Okey muchachos, se acabó la diversión, vayan a
cambiarse…
¡Hey Bob!, tengo que hablar contigo ahora
mismo.’ - ‘Diga usted, jefe…’.
- ‘Vengo de las oficinas centrales y la gerencia no les agradó
mucho tú carta…’.
- ‘La carta no era para que les gustara, era solo un pedidode
mi parte’, contestó Clemente.
- ‘Mira Bob, sabemos que tu corazón es noble y…’.
- ‘Con su permiso’, interrumpe Clemente a su dirigente, ‘no
quiero regalos personales. Prefiero que me den dinero en
efectivo para hacer un fondo y entregarlo a un asilo de
niños pobres que no pueden pagar su hospitalización en la
ciudad de Pittsburgh. Eso es todo.’
Roberto Clemente era más grande que Roberto Clemente. La
gente trataba de compararlo con Willie Mays o con Hank Aaron
y él contestaba que lo comparan con Roberto Clemente.
MurtaughentendíaaRoberto, aunquenocompartíasu puntode
vista. Pero ese día no era el apropiado para hablar sobre ese
tema y su dirigente los sabía. Es el día de Roberto Clemente,
además de tener un juego contra los “Astros”, es mismo día.
Antes del juego, ya en el “dugout”, Roberto se asoma a observar
lo que le esperaba y queda pasmado. Sobre 43,000 fanáticos,
han dicho presente para rendir un gran homenaje a nuestro
Roberto Clemente. En las gradas del jardín derecho distingue
cientos de “pavas” de puertorriqueños que viajaron hasta
Pittsburgh, para rendir honor a su hijo preferido. Era la noche
Roberto Clemente.
Al momento de comenzar los actos, Roberto sale del “dugout”
para encontrarse con su esposa Vera y sus tres hijos;Roberto Jr.,
Luisy Ricardo, que extiende sus brazos paraque papálo cogiera.
Doña Luisa y Don Melchor están sentados detrás de él. Don
Melchor tiene noventa años de edad. Está bien delgado y luce
débil, pero sus ojos irradian fortaleza y claridad. Era la primera
vez que cogía un avión.
Cuando la ceremonia empieza, los jugadores latinos de los
“Pirates” caminan en fila india hasta Roberto. Uno a uno lo
felicitan nuevamente, algunos los abrazan. Ricardo todavía en
losbrazos de papá,vivíala experienciamás emocionantejuntaa
él. Al final de la fila, un señor llamadoJuan Jiménez le presenta
a Roberto, un rollo de papel con las firmas de más de 300,000
boricuas que lo saludaban y los felicitaban desde Puerto Rico.
Esa noche Roberto recibe más de cien placasy trofeos, y muchos
regalos, incluyendo un carro nuevo. El dinero que se recibe en
efectivo sería donado al lugar que Clemente solicitó.
Finalmente, llega el momento de hablartan esperado por todo
el mundo. El anunciadorRamiroMartínez,le pide a Roberto que
hable, que las cámaras y el micrófono le pertenecían. Este
comienza diciendo, con el rostro bajo, como símbolo de
humildad…
‘Um, um… eh, ah, Ramiro, antes que nada, pues… ah… quiero
enviarle…un abrazo a mis hermanos.’ Roberto empieza a llorar.
El anunciadortrata de darle fortaleza con palabras de elogio y
dándole palmadas en su espalda. Con su cabeza cabizbaja, se
seca laslágrimasconla manoizquierdaycontinúadiciendo,‘Um,
um… yo quiero, eh, dedicarle este… triunfo, a todas las madres
puertorriqueñas, Ramiro… y tan solo tengo palabras para
expresar, este agradecimiento, yo solamente pido que… los que
están viendo este programa… y estén cerca de sus padres… le
pidan la bendición… y le den un abrazo…’.
Milesy miles de personasescuchanatentamenteaRoberto decir
palabras que brotan del corazón. Muchas de ellas no se
entendían,pero el lenguaje del amor y la amistad, no hace falta
de entender nada. Milesescuchan y otrosmiles lloran. Ellenera
una de ellas. Ramiro, el anunciadorya había empezado a llorar
y muchos a su alrededor. Roberto prosigue diciendo, ‘… y
aquellos amigos, que están viendo este programa o
escuchándolo por la radio, se den un apretón de mano, como
lazo de amistad que nos une a todos nosotros, los
puertorriqueños…’.
‘Para mí… he sacrificado’, continúadiciendoClemente, ‘estos 16
años,talvez he perdidomuchasamistades…debido…alesfuerzo
que requiere para uno tratar de hacer el máximo en el deporte y
en especialmente, la ardua laborque requiere para nosotros los
puertorriqueños, especialmente…todos los latinospara triunfar
en las Grandes Ligas.’
Mientras Roberto daba las gracias a sus fanáticos, a su pueblo y
a todos en general, su hijo menor ya en los brazos de su madre,
logra que lo pusieran en el piso. Este gatea hasta una foto
enmarcada que estaba su papá. Él la mira, la toca y la besa. Los
que pueden ver ese momento, no serán los mismos, nunca más
en la vida.
‘Este triunfo’, seguía diciendoClemente,alcanzadopor nosotros
los latinos… creo que es orgullo para todos los puertorriqueños,
al igual que todos los del área del Caribe, porque para todos
somos hermanos y yo quiero dedicarles este triunfo a todas las
madres puertorriqueñas… y Ramiro, como digo primero, este
triunfo ha sido de todos los puertorriqueños, ha sido el triunfo
de aquellos que han triunfado, de aquellos que no han podido
triunfar, así es que no tengo palabras para expresar este
agradecimiento…’.
‘… y especialmente’, prosigue Roberto, ‘tal vez a mis padres ya
viejos, eh… la, eh, emoción que esto le brinda a todos ellos, así
yo quiero hacerle llegar un abrazo a mis hermanos, a Andrés, a
Chito…’, Clemente se ahoga de la emoción. Sus sentimientoslo
traicionan,pero trata de seguir y termina diciendo, ‘… a Papo, a
Rafa y a todos mis amigos en Puerto Rico…’. Ya finalizado,
Roberto mira a su padre y a su madre. Ambos tienen lágrimas
en sus ojos al igual que él. Frente a millones de personas,
Roberto demuestra el verdadero amory respeto que debe tener
un hijo por sus padres.
Tiempo para jugar pelota. Después de ser tocado el himno de
losEstados Unidos, se entonaporprimera vez en un juego de las
Mayores, “La Borinqueña”, el himno nacional de Puerto Rico.
Los boricuas que dicen presente esa noche, viven un momento
para la historiaque jamásolvidarán. Cuandolos“Astros” vienen
a batear en esa primera entrada, los fanáticos ubicados en el
jardín de la derecha aplauden y le gritan a su ídolo, cuando
Roberto corre hacia el jardín de la derecha, su posiciónhabitual.
Aquello se quiere caer.
Dock Ellis lanza una joya monticular y los “Pirates” apabullan a
los “Astros”, al son de 11 a 0. Roberto conecta dos sencillos y
realiza una jugada en el jardín derecho, deslizándose para
atraparunabola en su territorio. Ya casi al finaldel juego, con el
marcador abierto a favor de Pittsburgh, Clemente vuelve y
realizaotra espectacularatrapadaenlazona de “foul”, pero esta
vez las consecuencias son una rodilla cortada y ensangrentada.
Con dos hombres fuera, en el tope de la novena entrada,
Murtaugh saca a Roberto del juego. Clemente sale trotando
haciael “dugout” y los fanáticosallípresentes se levantande sus
asientos y comienzan a aplaudir. Entrando al “dugout”, entre
felicitaciones de sus compañeros, se le acerca su dirigente
aplaudiendotambién. Saludaquitándosela gorra y vuelve a dar
gracias.
Después del juego, los reporteros le preguntan lo siguiente,
‘Aquella jugada en la zona de “foul”, con el juego abierto, ¿era
necesaria?’. ‘Esa es laúnicaformaque yoconozco de comojugar
Béisbol’, Clemente contesta, ‘los fanáticos pagaron por verme
jugar, por ver a mi equipo ganar y a Roberto Clemente dar todo
su esfuerzo, especialmente en el día de su homenaje.’
Otro periodista le pregunta, porque lloró durante la ceremonia
del homenajey él le contesta, ‘En un momento como ese, uno
revive un montón de añosen varios minutos. Uno puede
apreciartodo de una forma clara y precisa. No sé si lloré… pero
si lloré no me avergüenzo de haberlohecho. Siempre he dicho,
que un hombre no debe llorar; no por dolor, ni por frustración,
pero si ustedes conocieranla historia de nuestra isla y lo
sentimental que es la gente de mi país, sabrán que no hay
palabraspara expresar lo que sentí, cuando estaba frente a
tanta gente… pero si sabía que detrás de mí, yo, Roberto
Clemente represento a una bellaisla y a toda Latinoamérica.’
Después del gran homenaje, Roberto jugaba esporádicamente
debido a sus dolencias y golpes viejos. Su equipo se mantenía
en el primer lugar y eso era lo importante. Para el 4 de agosto,
bateaba para .356 de promedio y ese mismo día, el líder de
bateo, Rico Carty, bateando.360, se lesiona. Ambos bateadores
están lesionados, pero Roberto quiere jugar para ayudar a su
equipoa mantenerse en primer lugar. Ese mismo día, Clemente
le pide a Murtaugh que quiere jugar…
- ‘¡Ey!, jefe, hoy quiero jugar y no es por Rico…’.
- ‘¿Estás seguro, Bob?, pregunta Murtaugh.
- ‘Sí, quiero jugar, porque quiero ganar…’
- ‘No te entiendo… cuando eras más joven, si estabas
lesionado, no querías jugar… ahora que tus dolencias son
más, quieres jugar…’, comenta Murtaugh.
- ‘Si yo puedo dar un 50% de mis capacidades,eso es igual al
100% de cualquierotropeloteroen mi lugar…si yo digoque
puedo jugar, puedo jugar’, termina diciendo Clemente.
Para el 22 de agosto, Clemente había descendido a los .349, y
Rico Carty, que habíaregresado a juego, estaba en .357, pero los
“Pirates” manteníansu ventaja de tres juegos y medio sobre los
“Mets”. Esa noche, Roberto no durmió nada y el trinar de los
pájaros en su ventana, lo hizo levantarse de su cama. El sol
estaba tratando de salir por el horizonte y la mañana era fresca
para ser plenoverano. Clemente no comió naday solo bebió un
poco de ponche que él mismo preparaba y se dispuso a salir a
caminar.
Llegandoalaesquina,recordóaquelincidenteconaquelhombre
que se hizo llamar Arky Vaughan. En el momento que iba a
cruzar la calle, un vehículo salió de la nada y por poco arrolla a
Clemente. Sus reflejos para batear y fildear una pelota eran
excelentes, pero evitar que ese automóvil lo golpeara, habían
sido perfectos. Casi en el suelo, Clemente se incorpora
lentamente mirando hacia donde huye el carro. Todavía
mirando hacia el vehículo, ve con el rabo del ojo que hay un
hombre parado al otro lado de la esquina.
Suavemente vira su cabeza haciala otra esquinay ve un hombre
vestido de blanco y sin zapatos. Roberto no sabe qué hacer, o
echar a correr o quedarse en aquel lugar y pedirle a Dios que lo
ilumine. Elhombre lo mira fijamentea losojosy Clementetraga.
Ya la mañana no se siente tan fresca. Entonces aquel hombre
comienza a caminar hacia Roberto. Ya a unos tres metros de
distancia, aquel hombre le pregunta… ¿Cómo estás, Roberto?...
Clemente no sabe que contestar. Era un sueño. Aquel hombre
era el mismo que el mes anterior había hablado con él, toda la
mañana. Aquel hombre era Arky Vaughan y éste vuelve a
preguntar, ¿Cómo estás, Roberto… estás bien?’
No hay respuesta alguna. Entonces Arky decide explicarle a
Roberto la lógica de todo lo que estaba sucediendo. Comienza
diciendo, ‘Sí Roberto, yo soy Arky Vaughan, en un tiempo atrás
jardinero corto de los “Pirates” de Pittsburgh y al igual que tú,
usaba el 21 en la espalda. Él por qué vengo a tu presencia,
después de haber muerto años atrás, tiene una sola razón y es
bien importante. Diosme ha enviadoa ti, para comunicarte que
el Señor está contigo y siempre estará contigo.’
‘La semilla que tú has sembrado’, continúo diciendo Arky, ‘está
dejando buenos frutos y la cosecha es abundante. Dios sabe lo
que hassufrido en carne propia por culpa del racismo, el idioma
y todas esas cosas que te hacen diferente. El Mesías, el hijo de
Dios, sufrió también, porlo tanto, todos loshijosde Diosen este
planeta sufrirán y triunfarán a la vez, pero cuando lleguen al
Cielo, dejarán de sufrir y vivirán eternamente triunfantes. Es
hora de marcharme y acuérdate siempre, Dios estará contigo y
por ahí cerca velando por ti. Y a propósito… yo no usaba el 21
en el uniforme, porque mi nombre completo, no tiene veintiuna
letras tal como tu nombre.’
Roberto no había dicho nada. Solo escuchó y observó como
aquel hombre o Ángel se alejabade su esquina hacia la otra. Ya
el hombre en la otra esquina, la guagua de periódicos se
estaciona frente a Clemente, dejando un paquete en la misma
esquina. Al marcharse la guagua, ya Arky no estaba allí. En ese
mismo momento llega un niño en bicicleta a recoger los
periódicospara repartirlos, notando que aquel señor, allí frente
a él, parado, era Roberto Clemente. El muchacho le pide su
autógrafo. Roberto todavíaaúnpasmadoycogiendoel lápizque
el niño le entrega, le firma un pedazo de papel. Después de
firmar, todavía Roberto pasmado, se voltea y el niño le dice,
‘Señor Clemente, esta noche usted va a batear 5 “hits”
consecutivos contra los “Dodgers”, y al otro día también…’.
Esa noche, después de 16 largasentradas, los “Pirates” derrotan
a los“Dodgers”, 2 carreras por1, dondeClementehabíaanotado
unae impulsadootraenlavictoria. Yaen el camerino,Sanguillen
se dirige a Roberto y le pregunta…
- ‘¿Cómo te sientes, Roberto?’
- ‘Cansado, pero feliz… ganamos el juego… ¿por qué
preguntas, Manny?’
- ‘No sé… estuviste diferente en el terreno… como si no te
doliera ni un músculo hoy… no sé…’
- ‘Tienes razón, no me sentía así hace tiempo…’
- ‘Que bueno… ¡ah!, felicidades por los 5 sencillos
consecutivos.’
En ese momento, Roberto queda petrificado, mientras
Sanguillen se va. En el calor de juego, no se había dado cuenta
que había bateado cinco “hits” consecutivos. Se había ido en
blanco en los primeros dos turnos, pero luego conectó
limpiamente en los próximos cinco turnos. Aquel niño se lo
habíapronosticadoy se habíacumplido. Mañanasegún el niño,
también lo lograría.
Al otro día,Roberto lohabíalogradonuevamente. Batea5 “hits”
nuevamente, incluyendo doble y cuadrangular, para que los
“Pirates” blanquearan a los “Dodgers”, once carreras por cero.
En su últimoturno albate, el públicoqueríaqueRobertobateara
otro sencillo y él también lo deseaba, pero falló. Mientras la
gente lo vitoreaba, él sabía que aquello venía del Cielo y si eran
10 “hits” consecutivos,eran 10. Era la primera vez, en lahistoria
del Béisbol moderno que se lograba una hazaña de 10
indiscutibles consecutivos en dos días corridos. Después de
romper el“record”, Roberto amanecióliderandolaLigaNacional
con un robusto promedio de .363.
Para el primero de septiembre, Roberto batea .360 y Carty .365,
pero su equipo se mantenía en el primer lugar de su división,
pero solo a un juego, esta vez sobre los “Cubs” de Chicago. Para
el tres de ese mismo mes, Pittsburgh había perdido 7 de sus
últimosocho desafíosy Clemente estaba lastimadonuevamente
la espalda,al hacerle un “swing” muy duro a un lanzamiento. Su
promedio estaba en los .358 y Rico Carty estaba en un “slump”,
descendiendo a .349.
El 12 de septiembre, dos doctores de la ciudad de Pittsburgh,
especialistas en el área muscular de la columna vertebral le
recomiendan que no juegue más por lo que queda de año.
Roberto se niega y solicita al Doctor Arturo Martín García,
especialista boricua, que lo examine. Unos masajes e
inyecciones de novocaína, y una semana de descanso fue todo
lo que necesitó Clemente para estar presente para el final de la
temporada. Un periodista se acerca a Roberto el día 14 de
septiembre, ya en uniforme y le pregunta…
- ‘Roberto, ¿ya estás listo para jugar?... ¿cuándo vuelves a la
alineación?’
- ‘Pronto… muy pronto.’
- ‘Eso significa que no cogerá las suficientes aparicionespara
ser campeón bate…?’
- ‘En estos momentos, lo importanteno es el campeonatode
bateo, es ayudar a mis compañeros a ganar la división, la
serie de campeonato y finalmente la Serie Mundial.’
- ‘Pero… ¿y Rico Carty?’
- ‘Rico es mi amigo y nunca será el suyo…’
Clemente no jugó ese día, ni el otro, ni el otro. Su promedio se
mantenía en .358, mientras el de Carty se eleva a .362. Los
“Mets” comienzan a acercarse y el 20 de septiembre, Roberto le
pide a Murtaugh que lo ponga a jugar. Él sabía que, aunque no
produjera, su presencia en el terreno de juego entusiasmaba a
sus compañeros y a sus fanáticos. Para el 25 de septiembre, los
“Pirates”, se mantenían a dos juegos y medio sobre los “Mets”,
pero el promedio de Clemente descendía a .353. Él era la chispa
del equipo, sin él, el equipo se hubiera eliminado.
El 28 de septiembre, un doble de Clemente empata el juego y
más tarde sus compañeros le ponen música al juego,
proclamandoa los “Pirates”, campeones divisionalesde la Liga
Nacional. Ganan 10 de los últimos catorce juegos. Roberto
termina bateando.352 en 108 juegos que pudo jugar.
A los “Pirates” les toca jugar contra los “Reds” de Cincinnati.
Clemente y su equipocaen vencidosen los primeros tres juegos.
Es el 6 de octubre de 1970 y el campeonato divisional de la Liga
Nacional favorece a los “Patirojos”, dos juegos por cero, sobre
los “Pirates”. Es la primera mitad de la novena entrada y dos
“out”, con los Bucaneros abajo por una carrera. Viene a batear
Clemente que no ha tenido una buena serie. Antes de entrar al
cajón de batear, parece que busca a alguien entre el público.
Pide tiempo al árbitro principal para regresar al redondel de
espera, con el únicopropósitode mirar otra vez haciael público,
a ver si ve a Arky.
Roberto tiene un presentimiento. Si Arky está allí, todo lo que
está a punto de acontecer, puede ser cambiado. El árbitro canta
“play ball” y llama a Clemente. No vio a Arky. Roberto se para
en el cajónen su forma habitualyal primer lanzamientoconecta
un sólido batazo hacia el jardín de la izquierda que comienza a
tomar altura. La bola se sigue elevando y el público se pone de
pie. Los peloteros de ambos equipos salen del “dugout”, para
seguir la trayectoria de la bola. Si es un cuadrangular, el juego
se empata y la historia puede ser cambiada.
A mitadde camino,labolacomienzaamoverse hacialaizquierda
y a medida que desciende, se mueve más hacia la izquierda.
Cuandola bolarebota en las gradas, ésta ha cruzado a menosde
un pie de la mallaque divide la zona de “foul”, de la zona buena.
El árbitro de tercera base canta, ‘Foul Ball’. Roberto solo había
caminado unos pasos. Él sabía que, si Arky hubiera estado allí,
sería “fair ball”. Clemente retorna al cajón de bateo y dice para
sí, ‘Yo no voy a ser el último “out”.’ En el próximo lanzamiento
dispara una línea relampagueante hacia el jardín de la derecha
para un sencillo.
Con Clemente en primera, Stargell conecta otro sencillo al
derecho. Su meta es alcanzarla tercera base y con un corrido de
bases en forma perfecta, pone la carrera del empate a 90 pies
del plato. Ya ancladoenla tercera base, Roberto vuelvea buscar
a Arky en aquel estadio repleto de gente. Era como buscar una
aguja en un pajar. Roberto sabía que de allí no se iba a mover.
Los “Reds” dan el ultimo “out” para coronarse campeones de la
Liga Nacionaly así enfrentarse a los“Orioles” de Baltimore, enla
primera Serie Mundial de la década de los ’70.
Roberto no pudo ayudar con su ofensiva al batear solamente
para .214, pochándose en cuatro ocasiones. Su espalda era su
contrincante, no los lanzadores de Cincinnati. Después que los
“Pirates” fueron eliminados, entrevistan a Clemente y le
preguntan si se iba a retirar por sus lesiones y él le contesta,
“Tengo 36 años, edad en que la mayoría de los peloteros se
retiran, porque empieza a disminuir su producción. ‘Déjame
ver’, dijo Roberto con una pícara sonrisa, ‘el año pasado batié
.345 y éste año, .352 de promedio. No creo que es tiempo de
decir adiós. Yo me retiro cuando Dios lo decida. Nos vemos el
año que viene.’
CAPÍTULO 4
‘Sembrando para Cosechar’
Es el 12 de octubre de 1970. Roberto llega a Puerto Rico para
descansar de esa larga temporada, plagada de lesiones,
tensiones y misterios. Roberto ama a su gente y él se entrega a
ellos. Aunque su relación con los periodistas no era la más
cordial, él sabía que no todos tenían la culpa. Había buenos,
algunos malos y algunos sucios. Roberto es invitado a una
conferencia de prensa y acepta ir. Ya en el salón, uno mira el
semblante de Roberto y se ve feliz. Una periodista rompe el
hielo y pregunta…
- ‘Roberto… durante esta década usted participó de doce a
trece Juegosde Estrellas, excepto en el 1968. Fue campeón
bate en cuatro ocasiones, varios guantes de oro y más
valiosoenel 1966. Líderen asistenciasen variasocasiones…
¿qué más Roberto, desea?’
- ‘… Yo creo que usted sabe más de mis “records”, que yo
mismo’, comenta Roberto, haciendo reír a los presentes,
‘bueno señorita, yo he ganado muchos premios
individuales, como usted ha mencionado… pero hasta que
Roberto Clemente, no logre que el pueblo americano, nos
vea con otros ojos, mi lucha seguirá para poner mi islita,
más allá del firmamento. Si el Béisbol es ese medio, pues
juguemos pelota.’
Todosaplaudieron. Clemente sonrió. Otro periodista pregunta,
‘la edad y las dolencias, ¿no serán obstáculospara continuarsu
carrera en las Grandes Ligas?’
- ‘Es posible’,contesta Roberto, ‘pero si uno tiene metas
individuales,como ir a otra Serie Mundial,alcanzarla cifra
de los tres mil “hits”, ademásde la que le mencioné
anteriormente, no hay obstáculo que lo impida. Lo más
importante es tener a Dios de tu lado. Dios está contigo, si
tú quieres que Él esté contigo. Si el hombre anda por el
camino que nos enseñó El Mesías, todo se puede lograr.
Yo sé que Dios está conmigo, que a veces no entiendo sus
métodos, pero sé que está conmigo…’.
Después de esas palabras, el silencio fue el único sonido que se
escuchó. Alguien comenzó a aplaudiry detrás, todas las demás
personas allí reunidas, aplaudieron también. Otro periodista
alza su mano y pregunta, ‘En la década que terminó y en ésta
que acabade empezar, ¿qué ha sido lo más emocionantequeha
vivido, dentro de las Grandes Ligas?’
- Yo creo… que… lo más emocionante’, contesta Roberto,
mirandohacia el techo, ‘es la entradade muchoshermanos
latinoamericanosa las Grandes Ligas. Con las expansiones
de 16 equiposa 24, se abrieron más puertas. Ver entrar al
“Circo Grande” a Leo Cárdenas, Miguelito de la Hoz,
Tartabull,CookieRojasy Tony Oliva,fue hermoso. De Cuba
vinoJosé Cardenal,TanyPérez, DagobertoCampaneris,Luis
Tiant, entre otros…
De Santo Domingo; los hermanos Alou, Marichal, Julian
Javier… Rico Carty… De Puerto Rico llegó Yuyín Gotay,
Palillo Santiago, Montañez, Millán, Mon Hernández,
Mangual,Jerry Morales, Peruchín y muchosotros. También
llegó Rod Carew, Sanquillen, Aurelio Rodríguez, Davalillo y
muchos más que no recuerdo.’
Clemente continúa diciendo…
- Ustedes no se imaginanla alegríaque da llegara un parque
de pelota, sabiendo que el racismo es la orden del día y
encontrarte con un hermano latino y que pudieras hablar
en español… esos momentos eran importantes. Para ellos
que llegan a un mundo nuevo y siempre una mano amiga
era necesaria y para mí… eran tiempos increíbles…’
- ¿Qué planes hay en este invierno para Roberto Clemente?,
pregunta la señorita periodista.
- ‘Primero quetodo,descansar’, contestaRoberto, ‘y atender
mi espalda. Hay planesde hacer un museo con los premios
y recuerdos de mis logros, pero yo tengo otros planes más
abarcadoresqueno puedoinformaren este momento. Hay
ofertas de dirigir y jugar con los “Senadores” de San Juan.
Más o menos, esos son los planes…’.
- ‘Volviendoalapasadadécada,en el terreno de juego, ¿cuál
fue el mejor momento en el terreno de juego?’. pregunta
un periodista en primera fila.
- ‘En el terreno de juego y en esa época…fue la Serie Mundial
de 1960. Los “Yankees”batearonmuchomásque nosotros.
Yo tuve que correr buscando bolas por todos lados. Nos
dieron tres palizas. Mickey Mantle bateó unos
cuadrangulares, que todavía están buscando las bolas…’.
Roberto contaba la historia con una emoción, como si estuviera
viviéndola, mientras los periodistas ya no escribían, solo
escuchaban a Clemente. Roberto continúa diciendo…
- ‘En el último juego y la serie empatada a tres juegos por
bando, estábamos abajo por dos carreras. Un “rally” de
cinco carreras en la parte baja de la octava entrada, donde
yo conecté un sencillo y una roleta golpeó al siore de los
“Yankees”, nos dio la delantera. Los “Yankees” vienen a
bateary nos empatan el juego en la parte altade la novena
entrada. Cerrando entonces ese noveno “inning”, Bill
Mazeroski era el primero al bate. Ese caballero, porque es
todo un caballero y mi amigo, que en el primer juego sacó
una bola, para las dos carreras que significaron el triunfo.
Esa tarde, ya había dado un “hit” o un doble, no recuerdo.
En el primero o segundo lanzamiento, conectó un largo
batazo hacia el jardín de la izquierda. Yogi Berra corrió y
corrió y vio la bola pasar de jonrón…’.
La emoción de Roberto había alcanzado su punto más
culminante. Sus palabras eran de bendición. Su presencia era
poderosa. Clemente era dueño y señor del espectáculo y él lo
sabía. Entonces Roberto, ya bien emocionado, terminó
diciendo,‘El públicose lanzó al terreno y estorbaban a Bill en su
recorrido por las bases. Nadie lo creía. En el revolú, me crucé
con Mantle que vino a felicitarnos. Lloraba por la derrota y le
pregunté si sabía cómo estaba el siore, pero no sabía.’
Un periodista con acento extranjero comenta…
- ‘Es ahí, que la prensa americana lo ataca por abandonarel
camerino, en plena celebración con sus compañeros, sin
saber que usted, está celebrando con los fanáticos…’.
- ‘Efectivamente’, riposta Roberto, ‘yo fui a celebrar con los
fanáticosallípresente. Fue una experiencia que todavía,al
sol de hoy, en el campo de juego no se ha repetido. Hasta
una pareja se quitó la ropa frente a todo el mundo.’
- ‘Roberto… ¿es verdad sobre los acercamientos para correr
como alcalde de Carolina, cuando se retire de las Grandes
Ligas?’, pregunta otro periodista.
- ‘Te puedo contestar que sí sobre los acercamientos’,
contesta Roberto, ‘sé que tengo muchas oportunidades
para ser alcalde de Carolina, pero yo no soy político. Yo
puedo ayudar a mi pueblo, a mi país y a todo el que me lo
pida, sin tener que ser alcalde. Ser alcalde, significa
compromiso. Yo no puedo comprometerme a algo,
sabiendo que no hay soluciones. Un político lo hace,
Roberto Clemente no lo hace.’
La sinceridad y honestidad de Roberto era un bálsamo para los
allí presentes. Entre bromas y anécdotas, se pasó una tarde
agradable. Más que una conferencia de prensa parecía una
reunión de amigos.
Es el invierno de 1970. Mientras Clemente dirige y juega
esporádicamente para los Senadores de San Juan en el Béisbol
invernal, Don MelchorClemente se enferma. Necesita cirugía y
los doctores le dan un 50% de oportunidades para vivir, por su
edad.
La noche anterior a la operación, Roberto se encuentra a solas
en el cuarto con su papá. Sentado en la silla, mientras su papá
dormía, empieza a recordar muchas anécdotas de su vida de
niño al lado de su padre. Don Melchor era capataz de una
hacienda azucarera y mantenía una familia de siete hijos, seis
varones y una niña, donde Roberto era el menor, a su esposa
Doña Luisa Walker y a todos los agregados que aparecían.
Roberto mirafijamentea su padre y recuerda aquellavezcuando
tenía unosocho o nueve añosde edady que su padre le recordó
quienera él y de dondevenía. Don Melchorle decía, ‘Momem…
tú eres un “Jibaro” como yo… igual que tú abuelo y el abuelode
tú abuelo… nosotros somos orgullosos de lo que somos…
“Jibaros”.’
Clemente mira haciala ventanay sigue pensandoen laspalabras
de su papá. ‘… el hombre debe ser honesto siempre… con él
mismo y con los demás… si a tu hermano le falta algo y tú tienes
para darle, dale… entonces serás un “Jibarito”… así es la
dignidad…’. Roberto sabía que él era como era, porque su papá
así se lo había enseñado. La anécdota más cariñosa era que
cuando su papá lo fue a ver por primera vez jugando Béisbol.
Don Melchor no sabía mucho y después del juego le dice a su
hijo, que ahora entendía porque siempre llegaba cansado a la
casa, si se pasabacorriendo portodaslasbases y detrás de todas
lasbolasque bateabanparaél. Ese día su papale dijo,que él iba
correr en las Mayores también.
Roberto deja de mirar hacia la ventana y comienza a mirar hacia
el techo del cuarto del hospital. Jamás se le olvidará el día en
que los “Dodgers” le ofrecieron un bono de $ 10,000 por firmar
y un salario de $ 5,000 anuales, prometiéndole que iba a jugar
con ellos. Ese mismo día, el equipo de Milwaukee le ofrece un
bonode $ 28,000 si firmaba con ellos. Roberto le preguntó a sus
padres que hacía. Él le había prometido a los “Dodgers” que
jugaría con ellos, pero no había firmado nada. Mirando a sus
padres, comprendió que, si él había dado su palabra, tenía que
mantenerla.
Clemente baja su cabeza y comienza a orar a Dios, mientras su
padre frente a él seguía dormido. ‘Padre nuestro que estás en
los Cielos… santificado sea tu nombre… Señor Mío y Dios mío,
clamo a ti… bendice a mi padre y ayúdalo Señor… ten
misericordia de él…’. La puerta del cuarto se abrió y una silueta
de un hombre apareció. Parecía un doctor, pero no tenía
zapatos. La luz afuera del cuarto no ayudaba a identificar la
persona que allí estaba. Roberto quedó mudo y el hombre le
dice… ‘¿Cómo estás, Roberto?’, mientras entraba al cuarto y se
situaba al lado de la cama, muy cerca de Don Melchor, ‘tu papá
se ve cansado y acabado,pero su corazón es fuerte y su espíritu
se siente joven.’
Era Arky y Roberto no sabía que decir. Don Melchor abrió sus
ojos un instante y vio a Arky que le sonrió. Roberto se levantay
Don Melchor lo ve y se duerme de nuevo. Clemente casi sin
poderhablar,le dicea Arky, ‘Señor… note lo lleves…porfavor…’.
Arky lo miró y le dijo, ‘Roberto, no te preocupes. Primero te
mueres tú, antes que tu papá. Confía en mí y por favor, yo no
soy el Señor, el Señor está en los Cielosy yo solo soy un Ángel…’.
Se escucha que alguien viene y Arky se dispone a irse, cuando
Clemente le dice, ‘Gracias… gracias…’. Es la enfermera, de
apellidoMiró,quevienepara notificarleaRoberto que lasvisitas
se habían acabado y le pregunta si él, se iba a quedar con su
papá. Robertole dice,quesí, que élse queda. Ambosdurmieron
toda la noche. Al otro día, en horas de la tarde, los doctores le
notifican a Roberto y a su familia, que la operación fue un éxito
total. Todo habíasalidobieny nunca hubocomplicaciones. Don
Melchor quería ver a Roberto. Ya dentro de la sala de
recuperación, éste se situó al lado de su padre y le pregunta…
- ‘Pa’, ¿cómo te sientes?’
- ‘Como un coco… como un coco abierto.’, Roberto sonríe y
le dice.
- ‘Gracias a Dios, todo salió bien.’
- ‘Sí hijo, tú te quedaste conmigo anoche, ¿verdad?’
- ‘Sí, padre…’
- ‘¿Y quién era aquel hombre que había parado a tu lado
anoche?... parecía un Ángel… ¿quién era, ah?’
Roberto no sabía que contestar. Piensa un momento y entonces
contesta, ‘Sí, padre… era un Ángel… un Ángel…’. Su padre
siempre le enseño a decir la verdad, aunque a veces no la
entendiera.
Es invierno y Roberto trata de descansar como a él le hubiera
gustado. Pero no sabe decir no, cuando se trata de algo noble.
Así es Clemente. El día de los Reyes, Roberto decide quedarse
con sus hijos y su familia, sin importar quien lo necesitara. Sus
hijos piden su presencia y ese día era especial.
Cada uno trae los regalos que los Reyes Magos le dejaron
debajo de la cama. Un camión “Tonka”, un carro de carrera, un
tren con todo y por supuesto, bates y bolasnuevas. Ya en el
patio, Roberto empieza a jugar Béisbol con ellos. Eran niños,
pero la disciplinaera esencial.
‘Robertito levantael bate’, le dice Roberto a su hijo mayor, ‘baja
el codo, doblalas rodillas,para el fondillo…eso es… ahora batea
la bola.’ Clemente le tira la bola y Robertito falla. ‘Okey, vamos
otra vez…’ Cada vez que Robertito bateaba una bola, Luisito y
Ricardo corren detrás de la bola, a ver quién la coge primero.
Vera los observa y sonríe. Roberto pide tiempo para tomarse
una limonada y se sienta al lado de su esposa. Ella le dice,
- ‘Gracias…’
- ‘Gracias, ¿por qué?, pregunta Roberto.
- ‘Por sacar el día y estar con nosotros.’
- ‘Yo también me alegro de haber sacado el día. Hoy mí
corazón tiene paz y alegría. Te amo, Vera Cristina Zabála.’ -
‘Yo también te amo, Roberto Clemente, replica Vera.
Se cogen de las manos y se miran sin darse cuenta de que sus
tres hijosse acercan corriendoy saltansobre su papá. LosMagos
habíandejadotres hermosos regalospara Roberto hace tiempo.
Al otro día, se celebra el tradicional Juego de las Estrellas del
Béisbolinvernal. Roberto dirige losdel patioy éstos vencena los
importados, cuatro carreras por una. Días más tarde, se hace
entrega a Roberto del Guante de Oro, número décimo de su
carrera beisbolera y da la salida en el Maratón de San Blás, en
Coamo.
San Juan y Santurce llegan a la serie final del campeonato
invernal de Puerto Rico. Los Cangrejeros salen favoritos sobre
sus primos, por la falta de buenos lanzadores para una serie de
siete juegos. Es el 23 de enero de 1971, con el juego empatado
en la primera del noveno y las bases llenas de Senadores, de
momento se oye un furor estruendosopor todoel estadioHiram
Bithorn. Es como si el parque se fuera a desplomar. Parece un
terremoto y el sonido que se escuchaba era una sola palabra,
‘CLE-MEN-TE, CLE-MEN-TE,
CLE-MEN-TE…’
Los jugadores del “dugout” de San Juan se asoman y ven una
fanaticada alterada, golpeando los asientos y exigiendo ver a
Roberto, gritando al unísono, ‘CLEMENTE, CLEMENTE… De
momento el alboroto aumenta, parece el fin del mundo. Del
lado del cangrejo, comienza la fanaticada de Santurce a
acompañara la de San Juan. Reclaman ver al astro boricua, iral
cajón de bateo…
La banca de los Cangrejeros se asoma también y sin pensarlo
mucho, empiezan a gritar, ‘CLEMENTE, CLEMENTE…’ también.
Roberto no sabe que hacer. Sus peloteros y “coaches” lo miran
y no dicen nada. Entonces el árbitro principal se dirige al
“dugout” de los Senadores y le dice a Roberto, ‘O coges un bate
o lo cojo yo y usted arbitrea…’.
A la vez que el árbitro regresa al plato y el ruido se hacía más
insoportable, sale Roberto a batear de emergente y aquello se
quiere caer. Ambas fanaticadas quieren ver a su ídolo.
Lentamente con varios bates en la mano, hace varios “swings” y
él mismo se anunciaque viene a batear. Se quedacon un bate y
se dirige a consumir su turno al bate, mientras el anunciador
anuncia, ‘… bateando de emergente por San Juan… Roberto
Clemente…’
Al primer lanzamiento, engarza una recta del lanzador de
Santurce, acomodándolaentre primera y segunda para un “hit”
impulsadorde dos carreras. El parque se quiere caer y Roberto
desde la primera base saluda a su gente y pide un corredor
emergente. Llegandoal “dugout”y losfanáticosentusiasmados,
se quita la gorra y vuelve a saludar. Bajando la escalerilla,
Clemente reacciona por haber visto a Arky y sale de nuevo y no
lo ve. La gente aplaude y Roberto vuelve a saludar. Al finalizar
el juego, los Senadores vencen a los Cangrejeros, 7 x 4, pero
todos estaban felices.
Santurce se lleva la serie en siete juegos, coronándose
campeones y Roberto no se puede poner el uniforme para
representar a Puerto Rico. Es tiempo para descansar. Es el seis
de febrero de 1971.
Un mes más tarde, Roberto se reporta al campo del
entrenamiento primaveral, en Bradenton, Florida. Físicamente
llega bien, pero mentalmente no. Los muchos compromisos,
dandoclínicasportoda la isla, recibiendo diferenteshomenajes,
visitando a las personas necesitadas y hacienda gestiones para
conseguir auspiciadores para su proyecto de la Ciudad
Deportiva, fue agotador.
Para fines de marzo, par de semanas antes de comenzar la
temporada regular de las Grandes Ligas, Clemente comienza a
leer sobre psicocibernética,unanuevatécnicaparausarel poder
del subconsciente a su favor. Era la ciencia para gobernarse así
mismo. El consejo mayor era meditación y dormir mucho.
Roberto sigue al pie de la letra las instrucciones, incluso coloca
cortinas oscuras a su cuarto, para así poder dormir durante el
día.
Cuando la temporada está a punto de empezar, Clemente está
en un 90% de sus capacidades. Su espalday cuello empiezan su
pesadilla, pero a veces mientras más le molesta, más produce.
Durante los primeros dos meses de la temporada, su promedio
fluctúa entre los .285 y los .300, pero su defensiva es
espectacular para sus 36 años de edad.
El 15 de junio, realiza una de las jugadas más increíble de todos
los tiempos. Los “Pirates” juegan contra los “Astros” y están
ganando el juego, 1 por 0. Hay dos “outs” y está bateando Bob
Watson porlos “Astros”. Watson conecta una líneasólidaporel
jardín de la derecha, la cual Roberto sale como un bólidodetrás
de lapelota,aterrizandosobrelavallaalavezque hacelacogida.
Clemente sale lesionado y tienen que cogerle puntos por la
herida recibida en el aparatoso choque con la verja.
Lo más raro de esta jugadafue que cuandorepitenunay otra vez
la atrapada,Robertoestá comenzando a correr en el preciso que
Watson le hacía “swing” a la pelota. ¿Cómo Clemente sabía
hacia donde iba a correr, si el bateador no la había conectado?
Roberto si lo sabía. Los “Pirates” ganaron el juego.
El principio del fin de Clemente
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El principio del fin de Clemente

  • 1. EN EL CIELO LO QUE SE JUEGA ES BÉISBOL Por: Prof. Fernando Román Miró “ROBERTO CLEMENTE: LA HISTORIA JAMÁS CONTADA” Esta es una novela biográficabasada en hechos reales y eventos no comprobados, visualizadoen ideas de ficción desde el punto de vista del autor. Recoge los 30 últimosdramáticosmeses de la vida terrenal del astro boricua Roberto Clemente Walker, dentro y fuera del terreno de juego. Esta tercera edición,primera cibernética, se la dedico a mi esposa Norma por su gran amor, pacienciay dedicaciónen la revisión del libro. Sin su ayudano habría podidoser publicado. También se lo dedico a mis hermosas hijas, Mara Michelley María Fernanda,las luces de mis ojos y mis nietos, Brianna Lyn, Josiah Jay, Leia Ann y AdalieCarmen que continuaránmi existencia. Los amo a todos cada día, cada día.
  • 2. Registro de la Propiedad Intelectual,Departamento de Estado, Estado Libre Asociado de Puerto Rico Número de Inscripción: 92-08P-01C-200 © Library of Congress Cataloging-in-Publication Data 1992
  • 3. CAPÍTULO 1 ‘El Principio del Fin’ Día: enero 2 de 1973. Hora: casi las 6 de la mañana. Lugar: en una playa en la costa norte de Puerto Rico. Atmósfera: el fin del mundo para muchos… ‘Preparados para salir al aire’, casi tiene que gritar el director del remoto de la televisión, frente a la playade Boca de Cangrejos. ‘Conecta el micrófono… avanza, avanza que vamos al aire… un momento, un momento, si por ahí sale el sol, la toma la tenemos que hacerla hacia allá,muévete a tu derecha, un poco más… okey, ahí mismo con el mar de fondo, muy bien… vamos, vamos…’. El tono del director era gritando. Todosestaban tensos, muy tensos. ‘Se hace tarde, gente… vamos a grabar, preparado todo’, decía el director, mientras golpeabasus manos con fuerza. El reportero, J.R. Montana estaba listo, sudaba sin parar. ‘Corriendo cinta… 3, 2 y acción’, dice el director dándolela señal a Montana. Este con voz temblorosa empieza diciendo; ‘Estamos en vivo, directamente frente a la playade Boca de Cangrejos, donde Roberto Clemente y otras cuatro personas, incluyendoel piloto y el co-piloto, se encuentran desaparecidos desde anoche domingo, cuandoel avión DC-7 que se dirigía a Nicaragua,se estrelló y se hundióa media milla de aquí’.
  • 4. ‘El aviónse hundiórápidamente,después de caer en picada desde poca altura’, explicabaMontana de acuerdo con la información que le habíallegado. ‘Dicen los testigos, que desde que el avión se elevó de la pista no habíalogrado tomar mucha altura y trataba de hacer una vuelta rutinaria,quizás con la idea de volver al aeropuerto, cuandocayó al agua. Ese lugar debe tener como 200 pies de profundidad,porlo menos’. Seguía Montanacomentando y detrás de las cámaras, centenares de personas se acercabana observar las operaciones de rescate, cuandouna señora de 50 años cayó de rodillasa unos pies detrás de Montanay comenzó a gritarle al Cielo de porqué se lo había llevado. Golpeabala arena con sus manos, llorabade angustia y rabia a la vez. No lo podíacreer. Nadie podíacreer lo que habíapasado. Montanaque pudo escuchar lo que la mujer habíagritado, trataba de mantener la calma haciendoun esfuerzo y después de varios segundos, que la señora acaparó el momento, prosiguió su reportaje, aunque no con el temple que necesitaba. ‘Lograr “acercarsa”, perdón acercarse al lugardonde se hundió el aviónha sido en vano, por el intenso oleaje que azotó el litoral marítimo, donde ocurrió el accidente, casi todo el día de ayer. Así mismo, en las primeras horas de la mañanade hoy, una espesa neblina,está haciendo bien ardua la labora las embarcaciones de rescate, poder continuarcon la búsqueda’.
  • 5. ‘Nos informan’, continúodiciendo Montana,‘que además de Clemente iban en el vuelo, el pilotoJerry Hill, el co-piloto Arthur Rivera y además el co-dueño de la empresa “American Air Express”, que fletó los vuelos, el señor Francisco Matíasy el señor Ángel Rafael Lozano. Este vuelo era el segundo de tres viajes programados, para llevara Nicaragua la ayuda de todos los puertorriqueños, después del terremoto allíacaecido el pasado 23 de diciembre’. ‘6,000 muertos, 20,000 heridos y más de 3,000 familiassin hogar, fue el saldo de esa horrible tragedia en Nicaragua’, comentaba Montana,‘y para nosotros los puertorriqueños, una herida que jamássanará. Como dato curioso, el señor Rivera según informó el servicio telefónico de la compañía“American Air Express”, seguía diciendoel reportero, ‘decidiórealizar el viaje porque el co-piloto asignado,identificadocomo el Capitán Sherr, se tardó en llegar al aeropuerto por razones increíbles, que más parecían que su momento no habíallegado todavía’. En ese momento llegan los helicópterospara tratar de continuarcon los operativosde rescate y la muchedumbre a orillasde la playa comienza a aplaudiry a gritar que lo hicieran. Pero habíaalgo extraño en el ambiente. Mientrasmás se acercaban, peor se poníael clima, creando confusión, histeria, tristeza y frustración. Era como que del Cielo no querían que nadie tocara aquel mar santo. Inmediatamenteque se alejaban del lugarel equipo de rescate, la gente comenzaba a abuchear y a rogar que continuaran,pero sin éxito.
  • 6. ‘Es casi imposible’,comentaba Montana,‘llegaral lugar exacto por las condicionesmeteorológicasreinantes en este lugar. Nos llega la siguiente información,que cuando se enteró de que el Capitán Sherr no habíallegado, dijo que de surgir más problemas; ya que el vuelo se habíademorado variashoras, se dejaría el vuelo para el otro día’. ‘Aparentemente la disponibilidad delseñor Rivera al ofrecerse como co-piloto’, decía Montanacon informaciónque él mismo dudaba,‘facilitó la salida,que terminó trágicamente poco después de iniciarse el vuelo’. ‘Personas allegadasal momento de partir el avión’,continúo diciendoel reportero, ‘sintieron aires de muerte en los alrededores y muchos pájaros volaban sobre el lugar en forma de círculos. Esa noche los “coquíes” no cantaron, nadie losescucho’. El sol trataba de salir, pero las extensas neblinasde los Cielos seguían interfiriendo en las operacionesde rescate, para que las brigadaspudierantrabajarcómodamente en la búsquedade los restos. La GuardiaCostanera ubicó la caída del avión a media milla de la costa, frente a Punta Maldonado,en Boca de Cangrejos. La torre de control del aeropuerto registró la salida a las 9:22 de la noche del domingo. Segundos después, mientras hacía el viraje rutinario y quizáspara intentarvolver, el cuatrimotorde hélice cayó en picada. Esa era la verdad. La verdad que dolía. Roberto Clemente no estaba entre nosotros y queríamos verlo por última vez. Ya era muy tarde.
  • 7. Explosiones de luces de bengalaalumbran el lugar, en el preciso momento que estaban en comerciales la cadenade televisión. El director ordena corte y volver al remoto para proseguir con el reportaje que titularona puerta cerrada, “El Principio del Fin”. Tres, dos y… ‘Como puedenobservar’, señalandocon la mano izquierda Montanahacia el lugar donde aparecíanlas luces de bengala,‘desde que se conoció el accidente, han tenido que usar luces de bengalapara que; aviones, helicópterosy embarcaciones de la GuardiaCostanera, continúenla búsqueday en este momento la extraña neblina que ha invadidoeste lugar, lo hace más difícil’. ‘Centenares de personas se encuentran en estos momentos desde la madrugada’, continuabadiciendoMontanaa la vez que el camarógrafo enfocaba diferentes rostros de diferentes personas, ‘unos lloran,otros no lo pueden creer y muchos más miran haciael horizonte y se preguntan…¿por qué? Ha sido necesario movilizartodo el tránsito que se ha dado cita en este lugar, como pueden ver ustedes mismos’. ‘Faltan dos minutospara ir al aire’, notificabael director de piso en los estudios de televisiónmientras el equipotécnico se preparaba,física y mentalmente, para seguir llevandolos detalles de la tragedia. ‘Cámara tres en posición…luces listas… okey, se ve todo bien… mueve la cámara dos a la derecha un poco… eso es… ahí está bien… “video tape”, ¿está “ready”?... un minuto para salir… maquillajeque vaya al “set” rápido,
  • 8. rápido…cámarauno en posición…probandoaudio;uno, dos, tres, probando,uno, dos, tres, probando…30 segundos… todos en posiciones…silencio en el estudio… estamos listos… 10 segundos… cámara uno lista… 4, 3, 2…’. ‘Puerto Rico está de luto’, dice el reportero ancla con dolory respeto, mientras en el fondo se proyectaba una foto del rostro de nuestro Roberto Clemente. ‘Ya es oficial la trágica muerte del pelotero más grande, Roberto Clemente. El Gobernador Luis A. Ferré emitió una proclama declarandotres díasde duelo ante el dolor y la consternación de todo el país y en el exterior’. ‘El Gobernadorentrante’, continuabadiciendoel comentarista, a la vez que aparecíala famosa foto donde Roberto caminaba hacia su posición en el jardínderecho y saludabaa la fanaticada. Ahora parecía que se despedía. ‘… Rafael HernándezColón, ordenó que se suspendierantodas las fiestas organizadascomo parte de la celebración, a realizarse hoy, y las actividadesque quedanen pie, se realizarán con la mayor sobriedad y carentes del entusiasmo de una ocasión como esa’. El comentarista hablabay hablaba,pero su corazón lloraba. Él era un chico cuando Clemente y los “Pirates” ganaron la Serie Mundialdel 1960. Hoy, todo era diferente. ‘Las más renombradaspersonalidades’,continuabanarrandoel comentarista, ‘y el más humildeciudadanofue sacudidopor la tragedia que terminó abruptamentela sobresaliente carrera deportiva del más grande, y del hombre ejemplarque fue Clemente. En la residencia familiar’, añadióel comentarista
  • 9. mientras al fondo se observabaen el pequeño televisor, el bulliciode personasen la casa de Clemente, localizadaen una urbanizaciónhumildede Río Piedras, ya fue invadidapor cientos de personas, de todoslos niveles y edades, para expresar su pésame a la viuday familiares, a la vez que tratan de convencerse de que habíaocurrido lo que estaba en labios de todos’. ‘Directamente desde el hogar del astro boricua, Roberto Clemente, en vivo nuestra cámara móvil número dos, nos trae el siguiente reportaje… adelante…’. ‘Estamos en vivo’, dice Montanafrente al hogar de Clemente, ‘directamente desde el frente de la residencia de quien en vida fue Roberto Clemente, para conocer todo lo que está pasando y así llevarleal pueblo de Puerto Rico la pesadillaque estamos viviendotodos los puertorriqueños, los latinoamericanosy América en general, que admirany aman a nuestro Roberto’. ‘Han ido desfilandodurante toda la mañana’,decía Montanaen el momento que una señora ansiosa, se enredaba con el cable del micrófono al tratar de pasar la vallade seguridad que había colocadola policía,‘muchas personalidades,entre ellos; ReinaldoStennett, ManySanguilleny Bob Johnson, compañeros de Roberto en el equipo de los “Pirates” de Pittsburgh’. ‘TambiénLuis Rodríguez Mayoral, representante de los “Pirates” en la zona del Caribe; el comentarista deportivo, Ramiro Martínez; la actriz y senadora electa, Ruth
  • 10. Fernández y muchos más que están todavíaanonadadospor la tragedia, ya confirmada’. ‘Centenares de personas se han apiñadofrente a la casa’, dice Montana,a la vez que han empujadoel camarógrafo (y la imagen se tambalea) … del astro tan pronto se conoció el accidente. La pregunta en bocas de todoses; ¿Por qué tuvo que ser así? ¿Por qué de esa manera? ¿Por qué? y mil ¿Por qué? ‘Para que ustedes tengan una idea’, comentabael reportero, a la vez que el camarógrafo se montaba sobre la unidadmóvil para tener una mejor toma. ‘… del dolorque se siente cuando se pierde a alguien de tanta envergadura. Nuestra cámara usará el lente telescópico para entrar a la casa. Si pueden ver, en la parte de atrás, haciala izquierday sentados, se pueden ver a uno de los hermanos de Roberto, a Justo Clemente, junto a su esposa e hijo que meditan en silenciosllenosde pena. A su lado podemos ver también al hijode crianza del astro boricua, a ‘Papo’ Clemente, incapazde contener, ni un momento, el llantodesde que conoció las malas nuevas’. ‘En nuestro próximo segmento, desde este mismo lugar, tendremos una entrevista exclusiva con Don Melchor Clemente, ancianopadre de Roberto, que nos contará unos sueños raros que tuvo la misma noche que desapareciósu querido hijo. También tendremos otros sucesos en torno a esta
  • 11. extraña tragedia, todavíasin explicaciónlógica. Volvamosa los estudios…’. ‘Aunque físicamente Roberto Clemente ya no está entre nosotros’, dice el comentarista, mientras en el monitor aparecen escenas de su increíbledemostración en la Serie Mundialde 1971, su sueño sí lo está. El sueño de Roberto de fundarla CiudadDeportiva para servir a la juventud, volvióa discutirse en distintoscírculos con poder para tratar de llevara la realidadel proyecto. A estos fines, el senadorEnrique “Coco” Vicens, declara que el mayor homenaje a la memoria del jugadorfenecido es ayudara crear la Ciudad…’. ‘El senadorVicens anticipóque hará todas lasgestiones en el Senado para ver cómo puede fundarse la propuesta para la CiudadDeportiva, como la visualizó Clemente, con vista a que se abra para el próximo verano…’. Algo extraño sucede en el estudio. Debido a las condicionesdel tiempo, un pequeñoapagón ocurre, dejandoel lugara oscuras, excepto por el monitor que se queda iluminado,siendo la única luz en el piso del estudio. Pocos se dan cuenta lo que pasó, dejandoatónitoslos que se dieron cuenta. El comentarista no sé dio cuenta de lo que sucedió, pero sabía que algo extraño habíapasado porque lo sentía. Todoslo sintieron, pero nadie entendió.
  • 12. ‘Perdonen los inconvenientes’,les notificabael comentarista, tratando de entender que pasó realmente, ‘pero continuemos, precisamente con ese sueño del gran pelotero, que lo llevó a la única identificaciónpolítica quese le conoció públicamente, cuando en el 1964, propulsóla candidaturadel exgobernador Roberto Sánchez Vilella. Queremos añadirque Carlos Romero Barceló, Alcaldede San Juan, dijo que la muerte de Clemente debe ser un punto de partida para que los puertorriqueños, a su memoria, hagan un esfuerzo adicionaly superen su generosidad de ayudarcon más fervor a aliviarel sufrimiento de los sobrevivientesnicaragüenses…’. Era triste que todos los partidospolíticos, clases sociales, entidades cívicasy religiosas; tuvieran que esperar una tragedia para unirse, pensaban muchos. ‘Antes de ir a la señal en vivo, nuevamentedesde el hogar de Roberto Clemente’, señalabael comentarista agotado y agobiado. ‘El Presidente del Senadoelecto, el senador Juan Cancel Vélez y el portavoz electo, Dr. Luis E. Ramos Yordán, así como el senador Severo Colberg; hicieron expresiones públicas dolidospor la tragedia y destacando los merecimientos de ciudadanoejemplarde hombres como Clemente, que son símbolo de orgullo para los conciudadanos’. ‘Ya tenemos la señal de nuestra unidadremoto, localizadaen la residencia oficial de Roberto Clemente, para una entrevista con
  • 13. Don Melchor Clemente, padre de Roberto, que nos contará cosas raras antes del accidente…adelante,compañeros…’. ‘Tenemos a nuestro lado, Don MelchorClemente, padre del astro boricua Roberto Clemente, que, a sus 91 años, su memoria sigue lúcidae intactade recuerdos. Don Melchor, cuéntenosde ese último sueño que usted tuvo la noche del 30 de diciembre, dos días atrás’. Don Melchor miró a la cámara fijamente, pero no dijo nada. Montanavuelve a preguntar; ‘CuéntenosDon Melchor, lo que recuerde…’. Con su eterno sombrero puesto, su piel quemada por la zafra, el sol y los años entre su piel arrugada, sigue Don Melchormirando fijamente a la cámara, pero totalmente mudo, incapazde articularuna sola palabra,como si se negara a aceptarla terrible realidad. Entonces Montana,para seguir con el reportaje dice, ‘Bien Don Melchor, entendemos lo difícil que es para usted poder hablary queremos…’. En ese momento de dolor y angustias, Don Melchorle arrebata el micrófono, se acerca a la cámara tan y tan cerca que sus ojosllorosos están a punto de explotar. Su boca se abre, el silencio se apodera del lugary todosquedan inmóviles. Don Melchor dice… ‘Quiero, quiero…quiero darle… las gracias’, Don Melchor le decía a la cámara, ‘gracias aaa todos los… que, que quieren a mi… muchacho’, baja la cabeza para cubrir sus lágrimas. ‘Mi “Momen”
  • 14. (como le decía la familia), se fue… y yo lo sabía… Diosme lo dijo.’ El silenciose apodera del lugar. En cada lugar que aquella entrevista llegaba,ahogabay hacía al más fuerte y valiente llorarcomo un niño. Allí estaba el que engendró al más grande humanistaboricua de todos los tiempos, tratando de sacar palabrasdel corazón. Cogiendo el micrófono con las dos manos, como si fuera un bate de Béisbol, mirando de nuevo hacia la cámara y tratando de sacar afuera el dolorque estaba sintiendo,Don Melchormira hacia el Cieloy de sus ojossaltan lágrimas que mojan el lente de la cámara y de su boca comienza a decir su sueño. ‘La noche que… que “Momen” se fue’, relata Don Melchor, sacando palabrasde adentro, ‘esa… misma tarde, mientras trataba de… co, coger una…siesta, en medio del sueño, veía un a… a… avión volandoy de momento caía en el agua… pero que el agua, o… en el mar… era… era sangre… y de esa sangre salía otro avión…sí, otro avióny volabahaciael Cielo y se perdía… se perdía entre las nubes… a la vez que yo despertaba agitado y… y nervioso’. Don Melchor se pone muy nervioso por la sensación de recordar el extraño suceso que habría de cambiarsu vida por siempre y casi desfallece recibiendoayuda de los allípresentes que le llevan al interior del hogar. Montanatiene que hacer un esfuerzo sobrehumano para contener las emociones, coge el
  • 15. micrófono y dice; ‘Señores y señoras, ese fue Don Melchor Clemente, querido padre de Roberto, que soñó esa misma tarde que su hijo habíamuerto, sin saber que, en el momento del sueño, todavíaél se encontrabaen el aeropuerto. Nos cuentan que la esposa de Don Melchor’, seguía comentando Montana,‘le decía que ya “Momen” estaba en Nicaragua, sin saber que la verdad era otra’. ‘La misma fuente nos comunica;que Robertito, el hijo mayor de Roberto, ese mismo día, en casa de la mamá de Doña Vera a la hora de dormir, le dijo a su abuelaque su papa iba para Nicaraguapara ayudara otras personas, pero que antes de llegar el avión se perdería y jamás volvería a verlo otra vez. Con solo 6 años de edad, Roberto Jr. tuvo una visión y hoy es una triste realidad. Volvamosa los estudios para más noticiasen torno a la desaparicióndel astro boricua, Roberto Clemente y más adelanteun reportaje insólitodesde el aeropuerto Internacionalde Isla Verde…’. Al momento que se van a comerciales, antes de ir directo a los estudios, todo el personal en el estudio entra en un letargo, como si todo fuera en cámara lenta. El comentarista, el director de piso, los camarógrafos y todo el personal se miran y no se ven. Sus mentes casi a la misma vez se transportan a los recuerdos del homenaje en Pittsburgh, la Serie Mundialde 1971, el “hit” 3,000. Una voz de la nada, interrumpe y dice; ‘10 segundos para ir al aire…’.
  • 16. ‘Tres… dos… Estamos en vivo, directamente desde el aeropuerto de Isla Verde con un reportaje en el mismo terminal aéreo donde se preparó el DC-7 con el cargamento de alimentos, medicamentosy otros materiales que serían llevadosa Nicaragua por Roberto Clemente y su tripulación.’ Una brisa fría y seca, arropa el lugar y el reportero sigue diciendo;‘Tenemos con nosotros el señor Juan Pérez, uno de los supervisores encargados de que los avionesde la “American Air”, no se excedan en sus cargas, y él mismo nos trae la información de todaslas cosas extrañas que ocurrieron ese 31 de diciembre… Sr. Pérez, cuéntenos por favor lo que sucedió ese día…’. ‘Pues mire… lo que pasó ese día, o más bien como a eso de entre una y dos de la tarde’, decía Don Juan, hombre maduro y canoso con mucha credibilidad ensus palabras, ‘comenzamos a cargar el avión,ya que nos habíaninformadoque saldría hacia Nicaraguaa eso de las cuatro de la tarde. Pero cuando yo vi aquel montón de cajas para meterlas en aquel viejo avión, yo dije a to’boca, que eso era mucho y la capacidadde ese avión era de unas 40,000 librasy podíasoportar un poco más, pero como el avión era viejo, habíaque tener cuidado’. La brisa aumenta y el sonido del viento parece que habla,como si la noche quisiera decir algo. Don Juan comentó, ‘Donde manda capitán,no manda marinero. Comenzamos a llenarel avión y cuandohabíamosllenadohasta la mitad, el peso estaba
  • 17. por debajo y yo no lo creía. Era como que cuando se pesaban las cajas, flotabany cuando se colocabanen el avión, como que se hacíanpequeñas;estaba bien loco todo eso…’. ‘Yo sabía que algo estaba pasando…se lo notifique a mi jefe inmediatoy él me dijo que como se estaban cargando medicinasque tenían poco peso y ocupabanespacio, eso era lo que pasaba…a mí no me convenció…¡a mí no! En ese momento, el reportero interviene y le dice; ‘Pero había alimentoenlatadoy eso pesa… ¿usted no lo cree?’ ‘Definitivamente’,contestó Don Juan, ‘como yo no creo ni en la luz eléctrica y más sabe el diablopor viejo, que por diablo; decido pesar el cargamento que quedaba,pero se mantenía por debajo del límite y mi experiencia me decía otra cosa. Entonces, cuandoterminamos de cargar el avión,este se dañó por problemasmecánicos y yo aproveche el tiempo’, decía Don Juan, bajandola voz, como tratando de que nadielo escuchara sin pensar que en ese momento miles de televidenteslo estaban escuchando. ‘Entré al área de carga del avión, a tratar de convencerme de que el cargamento pesaba menos a base del tiempo cargando materiales y cuan aplastadasestaban las gomas por el peso. Por lo tanto, mis datos dabana que el avión estaba sobrecargado, pero lo medidores decían todo lo contrario… ¿Qué debía hacer? ‘Algo se debíahacer’, comentaba el reportero un poco aturdido. ‘Sí, pero ¿qué?’, contesta Don Juan, ‘…si en mí estaba
  • 18. evitar que ese vuelo saliera, lo hubierahecho. Lo último que hice, fue revisar y corroborar que las balanzasestuvieran bien calibradas,y para colmo de colmos, estaban perfectas, lo que nunca habíapasado…era increíble. Todaslas puertas cerraban y nada se podíahacer. Es más cuandosalí a las seis de la tarde, le rogaba a Dios, que no pudieranarreglar el avión,porque sabía que algo iba a pasar… los coquíes habíandejadode cantar’. Y la brisa cesó de momento, truenos y centellasse veían al fondo… en lo alto del Cielo. Quiere llover… estaba nublado… hay silencio y tristeza en la Tierra, pero no así en el Cielo. El reportero traga por ese último comentario de Don Juany dirige su mirada a la cámara y dice, ‘Bueno televidentes,la causa del trágico accidente en el que perdieron la vida el astro boricua, Roberto Clemente y otras cuatro personas, pudo haber sido el exceso de carga del avión. Con más información al respecto, regresamos a nuestros estudios en breves momentos…’. Ya en el estudio de televisión,con la información extraoficial, ya que la versión no pudoser confirmadaen el día de ayer, dado que, en virtud del día feriado que aconteció;los expertos de la Junta de AviaciónCivil, la agencia federal que brega con este tipo de accidentes, no estarán disponiblesen el aeropuerto para contestar todaslas preguntas que tiene el pueblode Puerto Rico.
  • 19. ‘Vamos… todos listos’, notifica el director de piso del canal de televisión,‘3… 2… Muchaspreguntas, pero pocas respuestas’ dice el comentarista, ‘¿Estaba o no estaba sobrecargado el avión DC-7? ¿Quién lo sabe? ¿Dónde estaban los de la Junta de Aviación?¿No tiene que haber alguienallí24 horas? Nos comunicamoscon varios técnicos del terminal aéreo y de manera extraoficial,ellos coincidieronen afirmar que el DC-7 de hélices, difícilmente podíatransportar sin problemaslas 40,000 libras que se dice que llevaba’.‘Los técnicos añadieron’, continuaban diciendoel comentarista, ‘que este tipo de avión es bastante fuerte, aunqueno tiene la potenciade uno de los modernos ‘jets’, decae bastante a medida que son utilizados intensivamentepor el desgaste naturalde los motores. Un empleadode la torre nos notificó que, aunque éstos son revisados periódicamente,nunca ofrecen todas las garantías que tienen los de un avión nuevo y el DC-7 de la tragedia, era ya un veterano del aire’. La cámara del Cielo sé fue alejandode los estudios. La noche del 2 de enero, estaba llegando a su fin. El año 1973, había empezado y sería un año muy triste para toda la humanidad. Las investigaciones continuaríany tratarían de buscar un culpableo todos seríamos culpablesde una forma u otra. Ya lo que pasó, pasó… y nadasé podíahacer. Roberto Clemente era un inmortal,nadie lo vio morir.
  • 20. Sus huellasestaban presentes y bien frescas. Nos había abandonado,pero nos dejó un hermoso recuerdo; su orgullo patrio, sus enseñanzasy una guía de cómo seguir por el camino correcto, aunquees el más difícil, es el que nos lleva al Cielo.
  • 21. CAPÍTULO 2 ‘Encuentro con el Destino’ Es el verano caliente de 1970. Nueve meses antes, los maravillosos Mets” de Nueva York, sorprendieron al mundo ganando la Serie Mundial,derrotandoen forma increíblea los favoritos “Orioles” de Baltimore. Ese año de 1969, nuestro Roberto Clemente iba en busca de su quinto campeonato de bateo, perdiendo en la última semana de la temporada, por tres escasas centésimas debajo de Pete Rose. Ya esa temporada inolvidable de 1969, pertenecía al pasado y una nueva década comenzaba. Era la década de los ’70. Entre junioyjulio,elpromediode Clementese mantieneentre los.340 y los .344, mientras que el dominicano Rico Carty, desciende a los .369, después de acariciar los .400, durante los primeros meses de la temporada. Para la primera semana de julio, los “Pirates” se han colocado a solo medio juego de los “Mets”. Clemente ha dado todo su esfuerzo mental y físico. Su cuerpo adolorido refleja cansancio, pero trata de callar y disimular el dolor. Él era el líder y como líder, todos esperan de él, lo máximo. No solo el dolor físico agobia a Roberto, sino que cuando regresen de una gira fuera de casa, se encontrará con un nuevo hogar, el estadio “Three Rivers”. Después de más de una
  • 22. eternidad en el “Forbes Field”, despedirse no es parte de la filosofía de Roberto y marcharse del parque que lo llenó de gloriasy triunfos, no era fácil. Algunoscompañerospeloteros,lo vieron despidiéndoseel 28 de junio,último día que los “Pirates” jugaronen el “Forbes Field”. Cuandoyael juego habíafinalizado y no quedabacasinadieenlasgradas, Robertofue hasta el jardín derecho, su segundo hogar, para decirle adiósa su espacio, que lo llevo a ser uno de los más grandes. Nadie pudo ver si lloró. Para el 7 de julio, Roberto está bateandopara .347 y esa misma noche, a eso de las cinco de la mañana, un intenso dolor se apodera de su espalda y su espina dorsal parece que se quiere partir en dos. Es como un jalón, que comienza en la parte baja de la espalda y termina reflejándose en el cuello. El dolores tan grande que Roberto llorade dolory en esos momentos pensaba lo que tuvo que sufrir el Maestro de Galilea. Solo un hombre podía soportar aquel dolor y ese hombre era El Mesías, y Roberto buscaba en Él, esa fuerza para calmar su pesadilla. Mirando hacia el techo, Roberto le habla a Dios y le dice; ‘Dios mío…Señormío…aunquemidolores grande, note pidopormí… cuida a papá y a mamá… dale mucha salud para poder verlos pronto… cuídame a Vera y a los nenes… a mis hermanos… a los que necesitan… a los presos…’. El cansancio vence el dolory la oración es la aspirina que calma su espíritu. Roberto cae dormidocasi a la par que el sol entraba por su ventana. Él comienza a tener pesadillasmás a menudo,a medida que los dolores aumentaban día tras día. Una de las
  • 23. pesadillas que más lo abrumaba, era revivir el 13 de abril de 1969, cuando sus fanáticos lo abuchearon al batear para doble jugada con las bases llenas, dos días corridos. Entonces, veníaa batear por tercera vez con las bases llenas y no solo lo abucheaban, sino que le tiraban con cosas, le decían pestes y le ofendían. Era la primera vez quealgo así sucedíay no sé lo podía borrar de su mente. Otra pesadilla era, cuando Roberto casi se mata en su propia casa, en el invierno de 1968. En esa ocasión, él no se ve, sino que ve a Robertito, su hijo mayor, cayéndose por donde él sé cayo, pero éste muere en la caída. Al otro día el dolor continuaba, pero su amor y dedicación iba más allá de sus dolencias. Aunqueno habíapodidodormiren toda la noche,era el primero que llegaba al parque. Unos decían que era arrogancia, otros que tenía que dar el ejemplo, pero la verdad era que Clemente siempre fue el mismo, nunca cambió. Clemente era Clemente. Vestido como si fuera para una junta de ejecutivos, Roberto llegaba impecable al estadio. Era todo un profesional, en todo el sentido de la palabra. Entrando al camerino visitante, le notifica al masajista del dolor que siente a través de toda su espalday éste le sugiere que cuandose cambie, se acueste en la mesa para darle un masaje. Roberto se dirige hacia su esquinay comienza a cambiarse de ropa. Cuando se disponía a quitarse la camisa, siente la presencia de alguien a su espalda, pero al virarse no ve a nadie. Clemente
  • 24. estaba solo en aquel gran camerino. Él y su dolor eran lo único que latían. Yacon su camisa desabrochada,sesienta en la banca para quitarse los zapatos y siente un aire frío a su espalda, cortante y seco. Roberto se vira y nada ve, y dice, ‘Steve… Steve…’, refiriéndose a Steve Blass, joven lanzador de los “Pirates”, que Clemente lo llamaba ‘Loquito’, por sus bromas. ‘Steve, déjame en paz’. Nadie contesta. Clemente coge un bate. No era normal lo que estaba pasando. Steve no contestó. Nadie contestó. Roberto sabía que había alguien allí con él. Con bate en mano, busca en las duchas, en los baños, dondequiera y a nadie encuentra. Algo raro está pasando. De momento, escucha que la puerta de salida se abre y sale corriendo hacia ella. Al llegar a ésta y abrir, a nadie ve, solo un periódico de ese día en el piso, siendo levantadas las páginaspor el viento que entraba por la puerta. Al bajarse para cogerlo, una mano lo toca. Roberto se levanta medio asustado, soltando el bate y el periódico, para darse cuenta que era el masajista, quien lo busca... - ‘¿Qué pasa, Mr. Roberto?… pareceque vio algúnfantasma’. - ‘¡Fantasmas!... no me asustaste.’ - ‘Perdone… no fue mi intención asustarle.’ - ‘No te preocupes’, dijo Clemente, ‘sentí a alguien…’ - ‘No puede ser… nadie ha llegado…’ - Pensé que era Steve… con una de sus bromas pesadas.’ - ‘No, Mr. Roberto… Steve no ha llegado todavía.’ - ‘Bueno… la verdad que necesito un buen masaje.’
  • 25. Roberto recoge el bate y el periódico. Termina de cambiarse y se dirige a la mesa de masajes. Mientras el masajista ejercía masajes sobre la espalda de Clemente, éste cotejaba la sección deportiva, encontrándose que había llegado quinto en la votación para el Juego de las Estrellas. Hank Aaron, Willie Mays, Rico Carty y Pete Rose estaban sobré él en lasvotaciones,dondesolo Carty merecía estar primero que él. Roberto mira y mira esa porción del papel, mientras el masajista retuerce cada músculo y cada hueso de su adolorida espalda. Él debe estar comenzando esa edicióndel Juego de las Estrellas y no ser una reserva. Su mente le dice que era otra injusticia más. Está bateando es ese preciso momento .347, mientras Carty está en los .364 de promedio de bateo. Ha sido nuevamente el capitán del barco pirata para colocarlos a medio juego de los “Mets”. ‘¿Qué más voy hacer?’, se pregunta Clemente, pero solo lo escuchaba Dios. Habían pasado unos trece minutos, cuando se acerca a la mesa su dirigente Danny Murtaugh, un hombre rudo para muchos y severo para otros. Clemente y él nunca hancongeniado,peroya para esta etapa de sus respectivas carreras, había mucho respeto entre ambos. Entonces, Murtaugh le pregunta a Roberto, ‘¿Cómo estás, Bob?’ Clemente está dormido y Murtaugh vuelve… - ‘Mira… Bob, ¿Cómo estás?’, Murtaugh tocándolo. - ‘Umm… !Ohh! No… muy bien’, contesta Roberto. ‘El dolor es insoportable y estoy pensando tomar los días libre del
  • 26. Juego de Estrellas para descansar…’, añade Clemente, sin levantar la cabeza de la mesa de masaje. - ‘¿Cómo es?’, pregunta Murtaugh en tono de asombro y riposta, ‘¿Qué no vas a participaren el Juego de Estrellas?’ - ‘Creo que no… no sé…’, contesta Clemente. - ‘Lo oigo y no lo creo’, le dice Murtaugh a Roberto, a la vez que le hace señas al masajista para que los deje solos. ‘Tú no puedes hacer eso. No puedes hacerle a eso a tú fanaticada…alosmiles que te dieronel voto, paraverte allí. Llegaste quinto, ¿y qué?... tú siempre has dicho que tú te debes a ellosy por ellos tú juegas… ellos te pagan, dices tú, por verte jugar… elloste quieren ver allí,aunqueno puedas jugar… estar allí, es un honor’. Clemente no sabe qué contestar y mantiene su cabeza baja, como símbolo de humildad y respeto. Pero su dirigente tiene razón y Roberto no sabe qué hacer, ni qué decir. Lentamente Roberto se levanta de la mesa y mira fijamente a Murtaugh y le dice, ‘No sé’. En forma airada,Murtaugh le dice a Clemente, ‘¿No sabes qué? Mira Bob, te voy a contar una historia’,tratandode calmarel tono de su voz. ‘Hubouna vezun jugador de Grandes Ligas que contribuyó a ganar la Serie Mundial y su orgullo era tan grande y su corazón era tan inmenso, que consideró que el mejor regalo que le podía hacer a su fanaticada, que le pagaba su salario, según él, era ir a celebrar la victoria y compartirla con su gente. Mientras sus compañeros celebraban entre sí, aquel individuo se alejaba de
  • 27. ellos, para ir a festejar con su fanaticada en la calle. ¿Tú sabes cómo se llama ese señor, ah? Ese caballero, pues se llama Roberto Clemente, el pelotero más grande de todos los tiempos que yo he visto jugar. ¿Lo conoces? Clemente no sabía que contestar. Las palabras de su dirigente habían tocado todas las fibras de su corazón y de sus sentimientos. Se abre la puerta y comienzan a llegar los demás peloteros. Se saludan de lejos, porque sabían que la conversación entre Murtaugh y Roberto no era fraternal por sus rostros. Roberto esta mudo y Murtaugh se le acerca, después de dar varias vueltas, le dice, ‘Debes ir y punto’. Murtaugh se aleja y Clementemantienesilencio. Porsu mente corren muchascosas, entre ellas la que predominaba,si empezar jugando en el Juego de las Estrellas, era mucho pedir. ¿Era arrogancia ser conforme con lo injusto? Solo el Cielo puede darle una contestación justa. Ese mismo día y durante todo el juego; ni Roberto, ni Murtaugh sé dirigieron la palabra. Clemente jugó su juego, produciendo dos imparables en cuatro turnos y sacando un corredor en el “home plate”, que trataba de anotar la carrera del empate, desde la segunda base. Murtaugh cambió su lanzador iniciador, en el momento exacto para que su relevista preservara la victoria. Mañana era otro nuevo día. Es viernes 10 de Julio de 1970, tres días después que Roberto le había comunicado a su dirigente, que quería coger los días de receso, del Juego de las Estrellas, para descansar. Clemente
  • 28. quería descansar, su dolencia en el cuello aumentaba cada día. La prensa se entera de los planes de Roberto y lo abordan para interrogarlo, sabiendo que él, no era muy allegado a ellos. Después del juego en que los “Pirates”, empatan en la primera posición con los “Mets” de Nueva York, la prensa utiliza esa excusa para entrevistar a Clemente. Ya en el interior del camerino y alrededor su casillero, comienza el interrogatorio… - ‘Felicidades Bob, empataron en el primer lugar. ¿Cómo se siente?’, pregunta el reportero. - ‘Muy bien… ya sea todo por el equipo’, contesta Roberto. - ‘Sería emocionante estar en el primer lugar para el 24 de julio, día del homenaje, ¿verdad?, dijo otro reportero. - ‘Sería maravilloso…’, riposta Clemente. - ‘¿Sería tambiénmaravillosoiniciarenel Juego de Estrellas… ¿Ah, Roberto?, comenta otro reportero. Clemente era famoso por no congeniar con los periodistas y aquelcomentario tenía doble propósito, que Roberto dijera que no iba a jugar en el Juego de las Estrellas, para que estos, escribieran a su manera y de forma distorsionada la verdadera razón. La verdad no era noticia, pero sí el sensacionalismo que se le podía sacar a la verdad, aunque se alejara de ésta. Clementese levantayen aquelmomentosuscincopies con once pulgadas alcanzan más de dos metros, su mirada es fija y tenebrosa, su sonrisa había desaparecido. Al mismo tiempo que continuabavistiéndose,Roberto les dice…
  • 29. - ‘Soy una persona seria… y soy un ser humano al igual que todosustedes y trato de darel máximo aligualque ustedes. Mi responsabilidad mayorestá en el Béisbol… por eso me tengo que manteneren condiciones…tengoque descansar, para poder hacer lo mejor… si no lo hago, los fanáticos y ustedes los periodistas, me criticarán…’. Las palabras de Clemente eran imanes, que atraían a todos los allí presentes a escucharlo. Compañeros peloteros, entrenadores y ayudantes; se unieron a los periodistas para escuchar a Roberto hablando con el corazón. Solo una voz se escuchaba y el lugar parecía más un lugar Santo, que un camerino de Béisbol de Grandes Ligas. Roberto seguía… - ‘Los escritores deportivos viven de nosotros… si fuese escritor, lo primero que buscaría sería una buena relación con los peloteros. Unos poco de ustedes, ponen palabras en mi boca que nunca he dicho, sin embargo, no critico al periodista serio y sincero.’ Clemente continuaba diciendo… - ‘Recuerdo que cuando ganamos la Serie Mundial de 1960, los periodistas me criticaron por no compartir con mis compañeros de equipo. Ese no es cierto, porque luego de felicitarlos, tomé el guante de Mazeroski como recuerdo para llevármelo para Puerto Rico…’ Un periodistainterrumpey pregunta,‘En resumidascuentas,¿va o no va, al Juego de Estrellas? y si no va, ¿no quiere ir, por qué no fue escogido para empezar?... porque son los fanáticos los
  • 30. que votan, por lo tanto, ellos mismos no lo seleccionaron para empezar…’. Clemente mira alperiodistay le pregunta,‘¿cuántos artículos, usted ha escrito sobre Roberto Clemente, en lo que va de año, para que los fanáticos vean mis numeritos y voten por mí?’ La pregunta fue cortante como un cuchillo que atraviesa el corazón, pero se siente en el alma. Esta se parecía a la misma pregunta que El Mesías hizo cuando el gentío lanzaba piedras a una ramera, “… el que esté libre de pecados, que arroje la primera piedra”. Todos eran pecadores. El periodista sabía que él, personalmente no había escrito nada sobre Clemente y Roberto lo sabía, él lo conocía. Roberto sabía que, sino hablabande sus proezas en el campo de juego, como era posible que los fanáticos votaran por los peloteroscorrectos. Era responsabilidaddelperiodistavenderel mejor pelotero, pero muchas veces el mejor pelotero no se vendíabienporculpade losmismos periodistas. Clementetenía razón y el periodista no sabía dónde meterse. Roberto continúo diciendo, ‘Quiero explicar y espero que entiendan, mi deseo de descansar los días en que se celebra el Juego de Estrellas. Muchaspersonas a mí alrededordicen a mis espaldas, que Roberto Clemente es un hipocondríaco, que se queja todo el tiempo y que los médicos no le encuentran nada. Para el año 1954, yo tuve un accidente y desde entonces comencé a sufrir los dolores en la espalda…’.
  • 31. Al fondo del camerino se encontraba su dirigente Danny Murtaugh,porqueélmismo criticó a Robertoen variasocasiones y luego padeciódel mismo mal. Él comprendió en carne propia, lo que sentía Clemente, dándose cuenta que Roberto siempre habló con la verdad. ‘Un hipocondríaco’, decía con orgullo Roberto, ‘no puede produciry yo produzco. Si el juego fuera en Pittsburgh, yo no lo pensaría para decir presente. Los fanáticosson los que me han impulsado, quiero sacrificarme para rendirles a ellos, el mismo tributo con mi juego de pelota. El partido es en Cincinnati y el dolor de mi espalda no me deja ni dormir. Cuando uno está enfermo, ¿qué hace?... ¿aaah?... descansa, ¿verdad? Eso yo quiero hacer.’ Los periodistas sabían que Roberto tenía razón. Era mejor perder el Juego de las Estrellas, partido que ya Clemente había participado en doce ocasiones anteriormente, que perder varios juegos por no haber descansado lo suficiente, cuando tuvo la oportunidad. Murtaugh se acerca para dar por terminada la conferencia de prensa y que dejaran a Roberto terminar de vestirse. Su dirigente no compartía su decisión de no jugar, pero la respetaba. Él sabía que detrás de aquellas palabras, el corazón hablaba. Al otro día, 11 de julio de 1970, Clemente se levanta muy temprano cuando el sol estaba entre salir y no salir. Siente deseos de caminar y así lo hace. Come y bebe algo ligero, y sale a la calle a respirar tranquilidad. Trataba de caminar para así aliviar el dolor que agobiaba su espalda. A esa hora de la
  • 32. mañana,solo se veía el repartidor de periódico,un señor mayor que llevaba su mascota a pasear, el camión de la basura y muchos rayos solares tratando de tocar a Roberto. Llegando a la esquina de la calle, Clemente mira hacia el otro lado y ve la silueta de un hombre que se perdía entre los rayos del sol y el movimientode éste. El hombre se acercaba a Roberto y éste no sabía qué hacer. La mente de Clemente se remonta a mayo de 1968, cuando un grupo de asaltantes, lo secuestraron a punta de pistola para robarle y matarle. Se lo llevaron fuera de la ciudad;le quitaron la ropa, la cartera, el dinero y su anillo obtenido en el Juego de la Estrellasde 1961. Cuandoibana matarlo, unode loshombres lo identificó y al ver en su cartera su identificación, le ordenó al que tenía la pistolaen la boca de Roberto, que lo dejara en paz y le devolvieralaropa. Clemente todavíasoñabaconesa pesadilla y de lo cerca que se encontró de la muerte. Aquella noche, Roberto volvió a vivir. - ‘¿Roberto, estás bien?, le pregunto aquél hombre a Clemente, ya unos metros de distancia. - ‘Ummm… ¡ah!... perdone,’ todavía en “shock”, Roberto contesta. - ‘¿Se encuentra bien?’, replica aquel hombre. - ‘Sí… sí, estoy bien… estoy bien, perdone señor…’ - ‘Arky Vaughan, para servirle Mr. Clemente.’ - ‘Hacía tiempo que nadie me decía, Mr. Clemente.’ - ‘De dónde vengo siempre hay que respetar a los demás.’ - ‘Su cara y su nombre se me hace familiar’, dice Roberto.
  • 33. - ‘El mundo es pequeño y la vida es corta’, contesta Arky. - ‘Usted tiene razón… ¿me quiere acompañar en mi caminata, Sr. Vaughan?’, replica Clemente. - ‘No hay problema’, contesta Arky… La caminata fue una terapia para Roberto y hablar con el Sr. Vaughan, fue un desahogo. Clemente siente algo extraño que emanaba de la presencia de Arky, todo positivo. Había paz en sus palabras, tranquilidad en su caminar y calma en todos sus movimientos. Roberto quiere preguntarle porque no tiene zapatos puestos, pero no se atreve. Llegan a la esquina que se encontraron y… - ‘Bien Mr. Clemente, me tengo que despedir, pero pronto nos volveremos a encontrar.’ - ‘Bueno señor Vaughan, ha sido un placer conocerlo, caminara su ladoy hablarconusted ha sidounabendición.’ - ‘Espero verlo en el Juego de las Estrellas…’. Roberto se quedó pensativo y Arky continúo diciendo… - ‘Todos los hombres llegan a la Tierra, pero no todos van al Cielo… esta noche Puerto Rico será el país más importante del mundo, pero no por Roberto Clemente. Cuando Dios les ha dado a los hombres, ciertos dones y éstos no lo utilizan,cuandoelque no lostiene, losquisiera…el hombre bendecido por Dios con ese don, frustrará aquél que no posee ese don, haciéndole daño al otro y a sí mismo. Recuerda Roberto, esta noche tú patria será lo más importante en el firmamento y tú solo serás un espectador más’, terminó diciendo Arky Vaughan, mientras se alejaba de Roberto, cruzando la calle…
  • 34. Clemente no entendióni una palabraque dijo Arky y al tratar de ir hasta la otra esquina de la calle, un camión casi lo golpea, haciéndolevolver. Clemente se incorpora, mira haciadónde va el camión y cuando se fija hacia la otra esquina, Arky había desaparecido. Roberto no entendíanada. Aquel hombre sin zapatos, que él dice que esa noche algo grande pasaría en su Puerto Rico y lo más raro de todo, su dolorhabíadesaparecido. Esa noche, mientras Roberto observaba el concurso para elegir la nueva Miss Universo, recibe la llamada de Chub Feeney, presidente de la Liga Nacional de las Grandes Ligas. Feeney se habíaenterado de los planes de Clemente de no participaren el Juego de las Estrellas y usar esos días para descansar… - ‘Hola, habla Roberto Clemente…’. - ‘Hola Roberto, habla el señor Feeney, perdone si lo molesto… pero necesito hablar con usted…’. - ‘¿Es sobre el Juego de Estrellas?’, preguntó Clemente. - ‘Exactamente… tengo entendido que no piensa asistir al juego, por dolor en su espalda…’, comentó Feeney. - ‘Esa es la razón principal…’, contestó Roberto. - ‘Dejame ver si entiendo… ¿hay más razones’, preguntó Feeney. - ‘Además de mi espalda, estoy… estoy agotado mentalmente…’, contestó Clemente. - ‘Comprendo y no comprendo… ¿no es por haber llegado quinto en la votación entre jardineros, para el Juego de Estrellas?’, replica Feeney.
  • 35. - ‘Bueno… molesta, pero no es importante…’, contestó Roberto. En ese preciso momento en que Roberto y Feeney hablaban, estaban por escoger la nueva Miss Universo y quedaban la candidatanorteamericanay la puertorriqueña,Marisol Malaret. Clemente oía a Feeney, pero no lo escuchaba. Su atención era captada por el televisor y pensaba en lo que Arky le habíadicho esa misma mañana. Cuando el anunciadordice que la primera finalista es Estados Unidos y por lo tanto la nueva reina de belleza del mundo, era una boricua. Vera brincaba de la alegría y Roberto nolo podíacreer. MarisolMalaretse habíaconvertido en la nueva Miss Universo. - ‘Hola… hola… hola…’, decía Feeney por el teléfono, al no escuchar a Clemente. Roberto estaba atónito por la forma tan extraña que había sucedido… - ‘Perdone, señor Feeney… es que mi esposa y yo, estamos viendo el concurso de Miss Universo y una muchacha de Puerto Rico acaba de ganar el concurso y es la primera vez que sucede…’, comenta Clemente. - ‘Lo sé, mi esposa lo está viendo también y le envía felicitaciones’, contesta Feeney. - ‘Gracias… es raro, Mr. Feeney. Esta mañana me encontré con un hombre y él me dijo, que algo grande iba a pasar en Puerto Rico… su nombre era Arky… Arky Vaughan…’. - ‘¿Arky Vaughan, Clemente?’ - ‘Sí… Arky Vaughan… ese fue el nombre que me dijo’, contestó Roberto. - ‘Clemente, ¿tú sabes quién era Arky Vaughan?’
  • 36. - ‘El nombre me suena, pero no sé quién es…’, replica Roberto. - ‘Arky Vaughan, era el jardinero corto de los “Pirates” de Pittsburgh, muchos años atrás, y al igual que tú, usaba el número 21 en la espalda del uniforme…’, contestó Feeney. - ‘Pues se veía muy bien… se veía joven…, un momento Mr. Feeney, ¿cómo qué fue?’, preguntó un preocupado Roberto. - Clemente… Arky Vaughan falleció a principio de la década de loscincuenta. Perdió la vidaen un accidenteocurridoen su bote, en California…’. Clemente no entendía. ¿Y quién era aquel hombre que se hizo llamar Arky Vaughan y no usaba zapatos? Roberto le dice a Feeney… - ‘Todo suena extraño…’, comentó Roberto. - ‘No entiendo, Clemente’. - ‘Menos entiendo yo…’, ripostó Clemente. - Bueno Clemente… ¿vas a jugar o no, en el Juego de Estrellas?’ Roberto se queda pensando unos instantes y contesta; ‘Señor Feeney… nos vemos en Cincinnati’. Es la segunda de la novena, con el Juego de la Estrellas, 4 x 1, ganando la Liga Americana a la Liga Nacional,en este Clásico de 1970. Es la última oportunidad de la Nacional para empatar o ganar el juego. Hay un “out”, cuando viene a batear Dick Dietz de los “Giants” de San Francisco, frente a Jim “Catfish” Hunter de los“A’s” de Oakland. Dietzdisparaun cuadrangularponiendo
  • 37. el marcador, cuatro a dos y hace despertar toda una fanaticada en el estadio de Cincinnati. Bud Harrelson de los “Mets” de Nueva York, dispara sencillo al jardín de la izquierda y Joe Morgan de los “Astros” de Houston, conecta otro sencillo hacia el derecho. Con corredores en primera y en segunda, entra a lanzar el zurdo de los “Yankees”, Fritz Peterson, para hacerle frente al peligroso zurdo, Willie McCovey de los “Giants” de San Francisco. Gil Hodges, dirigente de los “Mets” y de la escuadra de la Liga Nacional,puedetraer a batear a Clemente por ser bateador derecho, pero no lo hace. McCovey conecta sencillo al derecho, empujando la tercera carrera, poniendo el marcador 4 a 3, todavía en favor de la liga americana. Con corredor en tercera y primera, viene a batear Richie Allen, pero Hodges tiene otros planes. Llama a Clemente para que venga a batear de emergente por Allen. Earl Weaver, dirigente de los “Orioles” de Baltimore y del equipo de la Liga Americana, espera que anuncien a Roberto para cambiar de lanzador y así traer a Mel Stottlemyre, de los “Yankees”, confiado que traigan a otro emergente por Roberto. La estrategia no funciona. Hodges deja batear a Clemente, que conecta un largo “fly” al jardín de la derecha ayudando a Joe Morgan que anotarala carrera del empate, en pisicorre desde la tercera base. El estadio se quiere caer por el alboroto en ese momento. Clemente entra al “dugout” y es saludadopor todos sus compañeros. Su propósito se habíacumplidoy los fanáticos están satisfechos. En la entrada número doce, una jugada
  • 38. apretada en el plato, Pete Rose tumba al receptor Ray Fosse, anotando la carrera de la victoria y así la Liga Nacional gana el Juego de las Estrellas. Clemente puso su granito cuando más se necesitaba. Así es Roberto.
  • 39. CAPÍTULO 3 ‘El Triunfo es de Todos’ Después del Juego de las Estrellas, los “Pirates” de Pittsburgh mantenían una ventaja de juego y medio sobre los campeones “Mets” de Nueva York. Clemente por su parte continuaba persiguiendo a Rico Carty, rondando los .350 de promedio, sin olvidarsenuncaque jugar parael equipo,era lo másimportante. En un juego antes del gran homenaje, los insistentes dolores no lo ayudaban a realizar un “swing” cómodo y se había ido en blanco en tres oportunidades al bate. Willie Stargell estaba caliente con el madero esa tarde. Con hombre en primera y en segunda base, Roberto hizo que loscorredores adelantaran,con roleta de “out”, de segunda a primera. Stargell remolcó las carreras con sencillo al jardín derecho y luego anotó la carrera de la victoria. Al finalizar el juego, Stargell se acerca a Roberto, sin decir ninguna palabra,chocaron manos y se sonrieron. Stargell sabía que aquellaroleta por segunda era fabricada por el artesano de batear, Roberto Clemente. Él nunca pensó en los puntos que bajaría si bateaba de cuatro cero, él pensó en el equipo y cada victoria cuenta para alcanzarel gallardete. Solo allá abajo,en el redondel de espera, en el “dugout”, en el “bullpen” y en el terreno de juego; se sabía quién jugaba para el equipo y quién no. Roberto jugaba para el equipo.
  • 40. Es el 24 de Julio de 1970. Este día Roberto, recibirá el homenaje más grande que ningún latinoamericano recibiera. Es día para romper récords. Esel primer homenajequese le hacea unlatino en las Grandes Ligas. Se transmitirá en vivo, vía satélite. Es el primer homenaje a un pelotero en el estadio “Three Rivers” en Pittsburgh y se entonará el himno de Puerto Rico en un juego de Grandes Ligas, por primera vez. Ese día del homenaje, Doña Vera lleva a Roberto al estadio muchashoras antesdel juego. Durante el trayecto, Clemente sé mantenía en silencio. Su esposa sabía que él se estaba preparando mentalmente para el juego, pero hoy, es el día más grande de su existencia y ella quería estar segura, si Roberto estaba bien… - ‘Roberto… Roberto…, ¿Estás bien?’ - ‘Umjú…’ - ‘Anoche no dormiste nada…’ - ‘Umjú…’ - ‘Te levantaste tres veces… que yo me acuerde…’ - ‘Umjú…’ - Roberto dime algo más que umjú…’ Roberto con mucha calma, la mira y le dice… - ‘Que bonitocantaronlospájarosesta mañana,como eso de las cinco de la mañana…’. Vera lo mira perpleja por su comentario. Su sorpresa se convierte en risa y Clemente le pregunta… - ‘¿Por qué te ríes?... ¿Cuál fue el chiste?’
  • 41. - ‘Ay, Roberto… tú eres único…’ - ‘¿De qué tú hablas, Vera?’ - ‘Llevo 10 minutos tratando de hablar contigo desde que salimos de la casa y tú me hablas sobre los pajaritos que cantaron esta mañana… ay, Roberto…’ - ‘Perdona Vera… si no te puse atención…’ - ‘No te preocupes, Roberto. Cada díate admiromás y le doy gracias a Dios, por haberte puesto en mi camino. Tu dedicación,tu amabilidad, tu orgullo, tu forma de ser y ver la vida y tu alegría son maravillosas. Vivir contigo, jamás será triste o difícil. Te amo, Roberto Clemente.’ Cuando llegan al estadio, un gentío esperaba a Clemente, sabiendo que él llegaba siempre temprano. Decenas de admiradores se aglomeran alrededorde Roberto para pedirle su autógrafo. Vera se despide de su flamante esposo con un beso cariñoso, diciéndole que se verían más tarde. Clemente comienza a firmar autógrafos sin ninguna prisa. Él se queda en un solo lugar firmando todo lo que le ponían en sus manos. Después de unos veinte minutos, firmando tarjetas viejas y nuevas, trozos de papeles y hasta las mismas taquillas parael juego de esa noche. Una vozdetrásde Roberto lo llama... - ‘Señor Clemente…, ¿Me puede firmar esta tarjeta?’ Clemente se vira y ve una muchachade unosveinticincoañosde edad, rubia y bien bonita. Una silla de ruedas era su medio de transportación. Entonces Roberto piensa por un segundo y dice...
  • 42. - ‘Ellen… Ellen…’ - ‘La misma… su fanática número uno…’. Clemente se acerca y la abraza. Ellen hace lo mismo. Quince años atrás, cuandoEllen contabacon diez años de edad conoció a Roberto, en la salida de un juego. Ese día se marcó para siempre en la vida de ambos. - ‘¿Cómo estás, Ellen?’ - ‘Muy bien, Don Roberto… muy bien.’ - ‘¿Qué haces… vienes para el juego?’ - ‘Vine a ver el pelotero más grande, en su día.’ - ‘Gracias Ellen… que alegría verte, deja que lo sepa Vera.’ Roberto la vuelve a abrazary su corazón se alegra. Él empuja su silla de ruedas hacia el estadio, solicitándole a la gente de seguridad que la llevaran al área de invitados especiales. Se despiden y él sonríe. Clemente se dirige al camerino y al abrir la puerta, encuentra este a oscuras. Entra lentamente, buscando el interruptor para encender la luz, pero sin éxito. La bombilla parecía que estaba fundida y desde que vivió aquellas experiencias días antes del Juego de lasEstrellas; la aparicióndeArky Vaughanel mismo día que Marisol Malaretse proclamó MissUniverso, Clemente tenía sus sospechas. Entonces Roberto pregunta, ‘¿quién anda por ahí?’ Nadie contesta. Pero daba la sensación de que había alguien en aquel lugar. Clemente vuelve a preguntar, ‘¿quién anda por ahí?... yo sé que hay alguien…
  • 43. Steve, si eres tú… estos jueguitos no me gustan nada…’ Entonces una voz de lo profundo del camerino dice, ‘Roberto… soy yo…’. Clemente respira profundamente y pregunta, ‘Arky… ¿eres tú, Arky? La voz se empieza a reír y detrás otras voces se ríen también. De momento se prenden las luces y aparecen varios compañeros de Roberto, tales como; Stargell, Pagán, Sanquillen, Hernández, entre otros, que vienen a felicitarlo y a darle varios regalos personales. El primero es Stargell, que le trae un taco de billar y le dice... - ‘Siempre has dicho que eres mejor jugador de billar que jugador de Béisbol.’ Todos se ríen, mientras Clemente aceptaba el taco de billar. ‘A propósito, ¿quién es, Arky? - ‘Nadie, Willie’, Roberto contesta, refiriéndose a Stargell, ‘vuelvo a repetirlo, jamás digo que soy mejor que nadie, pero sí digo que nunca llego en el segundo lugarante nadie y menos jugando billar.’ Roberto Clemente era la chispa del equipo, era el líder, era el hermano mayor. Entonces aparece Steve Blass y echándole el brazo a Roberto,le dice, ‘RobertoClemente es el corazón de este equipo. Voy más allá, es la sangre de este equipo. En fin, un “kit” de primeros auxilioses un buen regalo…’. Clemente sonríe a la par con sus compañeros, recibiendo el “kit” y contesta, ‘Gracias loquito’, refiriéndose a Blass. ‘Yo me quejo mucho parece… pero imagínense a alguien que por poco muere en un accidente de carro (1955), le da malaria (1965) y se cae de un segundo piso en su propia casa (1968); si no se queja, no es
  • 44. humano. Yo creo que más que un “kit”, necesito el doctor y un Ángel, siempre a mi lado.’ Todos vuelven a reír y Clemente les sigue hablando de anécdotas, buenas y menos buenas. Roberto es un hombre orgulloso, pero con una calidad de orgullo que algunos confundían con arrogancia. Cuando en el 1960, año en que los “Pirates” se coronaron campeones de la Serie Mundial, Clementeesperabaser el JugadorMásValiosodeese año. Había llegado tercero en bateo con .314 de promedio, y había impulsado 94 carreras, anotado 89, disparando 16 cuadrangulares. Dick Groat, el campo corto de los “Pirates”, fue el seleccionado MVP, al conquistarel títulode bateocon .325, pero solo empujó 50 carreras y no jugó el último mes de la temporada por una lesión en la muñeca. Roberto se molestó un poco, era su compañero de equipo y Groat no tenía la culpa, pero cuando se enteró que había llegado en la octava posición para el más valioso y no habíaobtenido ningún voto para el primer lugar, se puso furioso y atacó a los periodistas acusándolos de racistas porque él era negro y puertorriqueño. Aunque quedaron las cicatrices, el tiempo curó las heridas y hoy era su día. Roberto se dejabaquerer y era el mejor ejemplo que losjóvenes peloteros podíantener. Sus palabraspreferidas eran; respeto y dedicación. Respeto hacia los demás y así mismo, y dedicación a su trabajo, cualquiera que sea. Manny Sanquillen y su eterna
  • 45. sonrisa, mientras lo abraza, le dice, ‘Miren muchachos, Roberto me contó que, en el año 1965, se enfermó de malaria… o tifoidea, además de cortarse un pie cortando la grama. Esto lo afectó que solo pudo batear .329, dar 10 cuadrangulares e impulsar 65 carreras. Como yo no sabía na’, él me decía que había tenido un año flojo y luego caí en cuenta que, con ese promedio, fue el campeón bate ese año. ¡Que humilde!’ Todos se rieron, en especial Roberto, en la forma graciosa que Sanguillen lo contaba. En eso se acerca el veterano Bill Mazeroski y comenta, ‘Yo le llamoa Roberto, el rociador,porque riega líneas por dondequiera y después me enteré que él no lo hacía a propósito, era que la lesión que recibió en la espalda en el 1965, le quitó rapidez en el “swing”…’. Cuando la alegría y el compañerismo era la orden del día, llega Dany Murtaugh, con cara de pocos amigos y dice, - ‘Okey muchachos, se acabó la diversión, vayan a cambiarse… ¡Hey Bob!, tengo que hablar contigo ahora mismo.’ - ‘Diga usted, jefe…’. - ‘Vengo de las oficinas centrales y la gerencia no les agradó mucho tú carta…’. - ‘La carta no era para que les gustara, era solo un pedidode mi parte’, contestó Clemente. - ‘Mira Bob, sabemos que tu corazón es noble y…’. - ‘Con su permiso’, interrumpe Clemente a su dirigente, ‘no quiero regalos personales. Prefiero que me den dinero en efectivo para hacer un fondo y entregarlo a un asilo de
  • 46. niños pobres que no pueden pagar su hospitalización en la ciudad de Pittsburgh. Eso es todo.’ Roberto Clemente era más grande que Roberto Clemente. La gente trataba de compararlo con Willie Mays o con Hank Aaron y él contestaba que lo comparan con Roberto Clemente. MurtaughentendíaaRoberto, aunquenocompartíasu puntode vista. Pero ese día no era el apropiado para hablar sobre ese tema y su dirigente los sabía. Es el día de Roberto Clemente, además de tener un juego contra los “Astros”, es mismo día. Antes del juego, ya en el “dugout”, Roberto se asoma a observar lo que le esperaba y queda pasmado. Sobre 43,000 fanáticos, han dicho presente para rendir un gran homenaje a nuestro Roberto Clemente. En las gradas del jardín derecho distingue cientos de “pavas” de puertorriqueños que viajaron hasta Pittsburgh, para rendir honor a su hijo preferido. Era la noche Roberto Clemente. Al momento de comenzar los actos, Roberto sale del “dugout” para encontrarse con su esposa Vera y sus tres hijos;Roberto Jr., Luisy Ricardo, que extiende sus brazos paraque papálo cogiera. Doña Luisa y Don Melchor están sentados detrás de él. Don Melchor tiene noventa años de edad. Está bien delgado y luce débil, pero sus ojos irradian fortaleza y claridad. Era la primera vez que cogía un avión.
  • 47. Cuando la ceremonia empieza, los jugadores latinos de los “Pirates” caminan en fila india hasta Roberto. Uno a uno lo felicitan nuevamente, algunos los abrazan. Ricardo todavía en losbrazos de papá,vivíala experienciamás emocionantejuntaa él. Al final de la fila, un señor llamadoJuan Jiménez le presenta a Roberto, un rollo de papel con las firmas de más de 300,000 boricuas que lo saludaban y los felicitaban desde Puerto Rico. Esa noche Roberto recibe más de cien placasy trofeos, y muchos regalos, incluyendo un carro nuevo. El dinero que se recibe en efectivo sería donado al lugar que Clemente solicitó. Finalmente, llega el momento de hablartan esperado por todo el mundo. El anunciadorRamiroMartínez,le pide a Roberto que hable, que las cámaras y el micrófono le pertenecían. Este comienza diciendo, con el rostro bajo, como símbolo de humildad… ‘Um, um… eh, ah, Ramiro, antes que nada, pues… ah… quiero enviarle…un abrazo a mis hermanos.’ Roberto empieza a llorar. El anunciadortrata de darle fortaleza con palabras de elogio y dándole palmadas en su espalda. Con su cabeza cabizbaja, se seca laslágrimasconla manoizquierdaycontinúadiciendo,‘Um, um… yo quiero, eh, dedicarle este… triunfo, a todas las madres puertorriqueñas, Ramiro… y tan solo tengo palabras para expresar, este agradecimiento, yo solamente pido que… los que están viendo este programa… y estén cerca de sus padres… le pidan la bendición… y le den un abrazo…’.
  • 48. Milesy miles de personasescuchanatentamenteaRoberto decir palabras que brotan del corazón. Muchas de ellas no se entendían,pero el lenguaje del amor y la amistad, no hace falta de entender nada. Milesescuchan y otrosmiles lloran. Ellenera una de ellas. Ramiro, el anunciadorya había empezado a llorar y muchos a su alrededor. Roberto prosigue diciendo, ‘… y aquellos amigos, que están viendo este programa o escuchándolo por la radio, se den un apretón de mano, como lazo de amistad que nos une a todos nosotros, los puertorriqueños…’. ‘Para mí… he sacrificado’, continúadiciendoClemente, ‘estos 16 años,talvez he perdidomuchasamistades…debido…alesfuerzo que requiere para uno tratar de hacer el máximo en el deporte y en especialmente, la ardua laborque requiere para nosotros los puertorriqueños, especialmente…todos los latinospara triunfar en las Grandes Ligas.’ Mientras Roberto daba las gracias a sus fanáticos, a su pueblo y a todos en general, su hijo menor ya en los brazos de su madre, logra que lo pusieran en el piso. Este gatea hasta una foto enmarcada que estaba su papá. Él la mira, la toca y la besa. Los que pueden ver ese momento, no serán los mismos, nunca más en la vida. ‘Este triunfo’, seguía diciendoClemente,alcanzadopor nosotros los latinos… creo que es orgullo para todos los puertorriqueños, al igual que todos los del área del Caribe, porque para todos
  • 49. somos hermanos y yo quiero dedicarles este triunfo a todas las madres puertorriqueñas… y Ramiro, como digo primero, este triunfo ha sido de todos los puertorriqueños, ha sido el triunfo de aquellos que han triunfado, de aquellos que no han podido triunfar, así es que no tengo palabras para expresar este agradecimiento…’. ‘… y especialmente’, prosigue Roberto, ‘tal vez a mis padres ya viejos, eh… la, eh, emoción que esto le brinda a todos ellos, así yo quiero hacerle llegar un abrazo a mis hermanos, a Andrés, a Chito…’, Clemente se ahoga de la emoción. Sus sentimientoslo traicionan,pero trata de seguir y termina diciendo, ‘… a Papo, a Rafa y a todos mis amigos en Puerto Rico…’. Ya finalizado, Roberto mira a su padre y a su madre. Ambos tienen lágrimas en sus ojos al igual que él. Frente a millones de personas, Roberto demuestra el verdadero amory respeto que debe tener un hijo por sus padres. Tiempo para jugar pelota. Después de ser tocado el himno de losEstados Unidos, se entonaporprimera vez en un juego de las Mayores, “La Borinqueña”, el himno nacional de Puerto Rico. Los boricuas que dicen presente esa noche, viven un momento para la historiaque jamásolvidarán. Cuandolos“Astros” vienen a batear en esa primera entrada, los fanáticos ubicados en el jardín de la derecha aplauden y le gritan a su ídolo, cuando Roberto corre hacia el jardín de la derecha, su posiciónhabitual. Aquello se quiere caer.
  • 50. Dock Ellis lanza una joya monticular y los “Pirates” apabullan a los “Astros”, al son de 11 a 0. Roberto conecta dos sencillos y realiza una jugada en el jardín derecho, deslizándose para atraparunabola en su territorio. Ya casi al finaldel juego, con el marcador abierto a favor de Pittsburgh, Clemente vuelve y realizaotra espectacularatrapadaenlazona de “foul”, pero esta vez las consecuencias son una rodilla cortada y ensangrentada. Con dos hombres fuera, en el tope de la novena entrada, Murtaugh saca a Roberto del juego. Clemente sale trotando haciael “dugout” y los fanáticosallípresentes se levantande sus asientos y comienzan a aplaudir. Entrando al “dugout”, entre felicitaciones de sus compañeros, se le acerca su dirigente aplaudiendotambién. Saludaquitándosela gorra y vuelve a dar gracias. Después del juego, los reporteros le preguntan lo siguiente, ‘Aquella jugada en la zona de “foul”, con el juego abierto, ¿era necesaria?’. ‘Esa es laúnicaformaque yoconozco de comojugar Béisbol’, Clemente contesta, ‘los fanáticos pagaron por verme jugar, por ver a mi equipo ganar y a Roberto Clemente dar todo su esfuerzo, especialmente en el día de su homenaje.’ Otro periodista le pregunta, porque lloró durante la ceremonia del homenajey él le contesta, ‘En un momento como ese, uno revive un montón de añosen varios minutos. Uno puede apreciartodo de una forma clara y precisa. No sé si lloré… pero si lloré no me avergüenzo de haberlohecho. Siempre he dicho,
  • 51. que un hombre no debe llorar; no por dolor, ni por frustración, pero si ustedes conocieranla historia de nuestra isla y lo sentimental que es la gente de mi país, sabrán que no hay palabraspara expresar lo que sentí, cuando estaba frente a tanta gente… pero si sabía que detrás de mí, yo, Roberto Clemente represento a una bellaisla y a toda Latinoamérica.’ Después del gran homenaje, Roberto jugaba esporádicamente debido a sus dolencias y golpes viejos. Su equipo se mantenía en el primer lugar y eso era lo importante. Para el 4 de agosto, bateaba para .356 de promedio y ese mismo día, el líder de bateo, Rico Carty, bateando.360, se lesiona. Ambos bateadores están lesionados, pero Roberto quiere jugar para ayudar a su equipoa mantenerse en primer lugar. Ese mismo día, Clemente le pide a Murtaugh que quiere jugar… - ‘¡Ey!, jefe, hoy quiero jugar y no es por Rico…’. - ‘¿Estás seguro, Bob?, pregunta Murtaugh. - ‘Sí, quiero jugar, porque quiero ganar…’ - ‘No te entiendo… cuando eras más joven, si estabas lesionado, no querías jugar… ahora que tus dolencias son más, quieres jugar…’, comenta Murtaugh. - ‘Si yo puedo dar un 50% de mis capacidades,eso es igual al 100% de cualquierotropeloteroen mi lugar…si yo digoque puedo jugar, puedo jugar’, termina diciendo Clemente. Para el 22 de agosto, Clemente había descendido a los .349, y Rico Carty, que habíaregresado a juego, estaba en .357, pero los “Pirates” manteníansu ventaja de tres juegos y medio sobre los
  • 52. “Mets”. Esa noche, Roberto no durmió nada y el trinar de los pájaros en su ventana, lo hizo levantarse de su cama. El sol estaba tratando de salir por el horizonte y la mañana era fresca para ser plenoverano. Clemente no comió naday solo bebió un poco de ponche que él mismo preparaba y se dispuso a salir a caminar. Llegandoalaesquina,recordóaquelincidenteconaquelhombre que se hizo llamar Arky Vaughan. En el momento que iba a cruzar la calle, un vehículo salió de la nada y por poco arrolla a Clemente. Sus reflejos para batear y fildear una pelota eran excelentes, pero evitar que ese automóvil lo golpeara, habían sido perfectos. Casi en el suelo, Clemente se incorpora lentamente mirando hacia donde huye el carro. Todavía mirando hacia el vehículo, ve con el rabo del ojo que hay un hombre parado al otro lado de la esquina. Suavemente vira su cabeza haciala otra esquinay ve un hombre vestido de blanco y sin zapatos. Roberto no sabe qué hacer, o echar a correr o quedarse en aquel lugar y pedirle a Dios que lo ilumine. Elhombre lo mira fijamentea losojosy Clementetraga. Ya la mañana no se siente tan fresca. Entonces aquel hombre comienza a caminar hacia Roberto. Ya a unos tres metros de distancia, aquel hombre le pregunta… ¿Cómo estás, Roberto?... Clemente no sabe que contestar. Era un sueño. Aquel hombre era el mismo que el mes anterior había hablado con él, toda la mañana. Aquel hombre era Arky Vaughan y éste vuelve a preguntar, ¿Cómo estás, Roberto… estás bien?’
  • 53. No hay respuesta alguna. Entonces Arky decide explicarle a Roberto la lógica de todo lo que estaba sucediendo. Comienza diciendo, ‘Sí Roberto, yo soy Arky Vaughan, en un tiempo atrás jardinero corto de los “Pirates” de Pittsburgh y al igual que tú, usaba el 21 en la espalda. Él por qué vengo a tu presencia, después de haber muerto años atrás, tiene una sola razón y es bien importante. Diosme ha enviadoa ti, para comunicarte que el Señor está contigo y siempre estará contigo.’ ‘La semilla que tú has sembrado’, continúo diciendo Arky, ‘está dejando buenos frutos y la cosecha es abundante. Dios sabe lo que hassufrido en carne propia por culpa del racismo, el idioma y todas esas cosas que te hacen diferente. El Mesías, el hijo de Dios, sufrió también, porlo tanto, todos loshijosde Diosen este planeta sufrirán y triunfarán a la vez, pero cuando lleguen al Cielo, dejarán de sufrir y vivirán eternamente triunfantes. Es hora de marcharme y acuérdate siempre, Dios estará contigo y por ahí cerca velando por ti. Y a propósito… yo no usaba el 21 en el uniforme, porque mi nombre completo, no tiene veintiuna letras tal como tu nombre.’ Roberto no había dicho nada. Solo escuchó y observó como aquel hombre o Ángel se alejabade su esquina hacia la otra. Ya el hombre en la otra esquina, la guagua de periódicos se estaciona frente a Clemente, dejando un paquete en la misma esquina. Al marcharse la guagua, ya Arky no estaba allí. En ese mismo momento llega un niño en bicicleta a recoger los periódicospara repartirlos, notando que aquel señor, allí frente
  • 54. a él, parado, era Roberto Clemente. El muchacho le pide su autógrafo. Roberto todavíaaúnpasmadoycogiendoel lápizque el niño le entrega, le firma un pedazo de papel. Después de firmar, todavía Roberto pasmado, se voltea y el niño le dice, ‘Señor Clemente, esta noche usted va a batear 5 “hits” consecutivos contra los “Dodgers”, y al otro día también…’. Esa noche, después de 16 largasentradas, los “Pirates” derrotan a los“Dodgers”, 2 carreras por1, dondeClementehabíaanotado unae impulsadootraenlavictoria. Yaen el camerino,Sanguillen se dirige a Roberto y le pregunta… - ‘¿Cómo te sientes, Roberto?’ - ‘Cansado, pero feliz… ganamos el juego… ¿por qué preguntas, Manny?’ - ‘No sé… estuviste diferente en el terreno… como si no te doliera ni un músculo hoy… no sé…’ - ‘Tienes razón, no me sentía así hace tiempo…’ - ‘Que bueno… ¡ah!, felicidades por los 5 sencillos consecutivos.’ En ese momento, Roberto queda petrificado, mientras Sanguillen se va. En el calor de juego, no se había dado cuenta que había bateado cinco “hits” consecutivos. Se había ido en blanco en los primeros dos turnos, pero luego conectó limpiamente en los próximos cinco turnos. Aquel niño se lo habíapronosticadoy se habíacumplido. Mañanasegún el niño, también lo lograría.
  • 55. Al otro día,Roberto lohabíalogradonuevamente. Batea5 “hits” nuevamente, incluyendo doble y cuadrangular, para que los “Pirates” blanquearan a los “Dodgers”, once carreras por cero. En su últimoturno albate, el públicoqueríaqueRobertobateara otro sencillo y él también lo deseaba, pero falló. Mientras la gente lo vitoreaba, él sabía que aquello venía del Cielo y si eran 10 “hits” consecutivos,eran 10. Era la primera vez, en lahistoria del Béisbol moderno que se lograba una hazaña de 10 indiscutibles consecutivos en dos días corridos. Después de romper el“record”, Roberto amanecióliderandolaLigaNacional con un robusto promedio de .363. Para el primero de septiembre, Roberto batea .360 y Carty .365, pero su equipo se mantenía en el primer lugar de su división, pero solo a un juego, esta vez sobre los “Cubs” de Chicago. Para el tres de ese mismo mes, Pittsburgh había perdido 7 de sus últimosocho desafíosy Clemente estaba lastimadonuevamente la espalda,al hacerle un “swing” muy duro a un lanzamiento. Su promedio estaba en los .358 y Rico Carty estaba en un “slump”, descendiendo a .349. El 12 de septiembre, dos doctores de la ciudad de Pittsburgh, especialistas en el área muscular de la columna vertebral le recomiendan que no juegue más por lo que queda de año. Roberto se niega y solicita al Doctor Arturo Martín García, especialista boricua, que lo examine. Unos masajes e inyecciones de novocaína, y una semana de descanso fue todo lo que necesitó Clemente para estar presente para el final de la
  • 56. temporada. Un periodista se acerca a Roberto el día 14 de septiembre, ya en uniforme y le pregunta… - ‘Roberto, ¿ya estás listo para jugar?... ¿cuándo vuelves a la alineación?’ - ‘Pronto… muy pronto.’ - ‘Eso significa que no cogerá las suficientes aparicionespara ser campeón bate…?’ - ‘En estos momentos, lo importanteno es el campeonatode bateo, es ayudar a mis compañeros a ganar la división, la serie de campeonato y finalmente la Serie Mundial.’ - ‘Pero… ¿y Rico Carty?’ - ‘Rico es mi amigo y nunca será el suyo…’ Clemente no jugó ese día, ni el otro, ni el otro. Su promedio se mantenía en .358, mientras el de Carty se eleva a .362. Los “Mets” comienzan a acercarse y el 20 de septiembre, Roberto le pide a Murtaugh que lo ponga a jugar. Él sabía que, aunque no produjera, su presencia en el terreno de juego entusiasmaba a sus compañeros y a sus fanáticos. Para el 25 de septiembre, los “Pirates”, se mantenían a dos juegos y medio sobre los “Mets”, pero el promedio de Clemente descendía a .353. Él era la chispa del equipo, sin él, el equipo se hubiera eliminado. El 28 de septiembre, un doble de Clemente empata el juego y más tarde sus compañeros le ponen música al juego, proclamandoa los “Pirates”, campeones divisionalesde la Liga Nacional. Ganan 10 de los últimos catorce juegos. Roberto termina bateando.352 en 108 juegos que pudo jugar.
  • 57. A los “Pirates” les toca jugar contra los “Reds” de Cincinnati. Clemente y su equipocaen vencidosen los primeros tres juegos. Es el 6 de octubre de 1970 y el campeonato divisional de la Liga Nacional favorece a los “Patirojos”, dos juegos por cero, sobre los “Pirates”. Es la primera mitad de la novena entrada y dos “out”, con los Bucaneros abajo por una carrera. Viene a batear Clemente que no ha tenido una buena serie. Antes de entrar al cajón de batear, parece que busca a alguien entre el público. Pide tiempo al árbitro principal para regresar al redondel de espera, con el únicopropósitode mirar otra vez haciael público, a ver si ve a Arky. Roberto tiene un presentimiento. Si Arky está allí, todo lo que está a punto de acontecer, puede ser cambiado. El árbitro canta “play ball” y llama a Clemente. No vio a Arky. Roberto se para en el cajónen su forma habitualyal primer lanzamientoconecta un sólido batazo hacia el jardín de la izquierda que comienza a tomar altura. La bola se sigue elevando y el público se pone de pie. Los peloteros de ambos equipos salen del “dugout”, para seguir la trayectoria de la bola. Si es un cuadrangular, el juego se empata y la historia puede ser cambiada. A mitadde camino,labolacomienzaamoverse hacialaizquierda y a medida que desciende, se mueve más hacia la izquierda. Cuandola bolarebota en las gradas, ésta ha cruzado a menosde un pie de la mallaque divide la zona de “foul”, de la zona buena. El árbitro de tercera base canta, ‘Foul Ball’. Roberto solo había caminado unos pasos. Él sabía que, si Arky hubiera estado allí,
  • 58. sería “fair ball”. Clemente retorna al cajón de bateo y dice para sí, ‘Yo no voy a ser el último “out”.’ En el próximo lanzamiento dispara una línea relampagueante hacia el jardín de la derecha para un sencillo. Con Clemente en primera, Stargell conecta otro sencillo al derecho. Su meta es alcanzarla tercera base y con un corrido de bases en forma perfecta, pone la carrera del empate a 90 pies del plato. Ya ancladoenla tercera base, Roberto vuelvea buscar a Arky en aquel estadio repleto de gente. Era como buscar una aguja en un pajar. Roberto sabía que de allí no se iba a mover. Los “Reds” dan el ultimo “out” para coronarse campeones de la Liga Nacionaly así enfrentarse a los“Orioles” de Baltimore, enla primera Serie Mundial de la década de los ’70. Roberto no pudo ayudar con su ofensiva al batear solamente para .214, pochándose en cuatro ocasiones. Su espalda era su contrincante, no los lanzadores de Cincinnati. Después que los “Pirates” fueron eliminados, entrevistan a Clemente y le preguntan si se iba a retirar por sus lesiones y él le contesta, “Tengo 36 años, edad en que la mayoría de los peloteros se retiran, porque empieza a disminuir su producción. ‘Déjame ver’, dijo Roberto con una pícara sonrisa, ‘el año pasado batié .345 y éste año, .352 de promedio. No creo que es tiempo de decir adiós. Yo me retiro cuando Dios lo decida. Nos vemos el año que viene.’
  • 59. CAPÍTULO 4 ‘Sembrando para Cosechar’ Es el 12 de octubre de 1970. Roberto llega a Puerto Rico para descansar de esa larga temporada, plagada de lesiones, tensiones y misterios. Roberto ama a su gente y él se entrega a ellos. Aunque su relación con los periodistas no era la más cordial, él sabía que no todos tenían la culpa. Había buenos, algunos malos y algunos sucios. Roberto es invitado a una conferencia de prensa y acepta ir. Ya en el salón, uno mira el semblante de Roberto y se ve feliz. Una periodista rompe el hielo y pregunta… - ‘Roberto… durante esta década usted participó de doce a trece Juegosde Estrellas, excepto en el 1968. Fue campeón bate en cuatro ocasiones, varios guantes de oro y más valiosoenel 1966. Líderen asistenciasen variasocasiones… ¿qué más Roberto, desea?’ - ‘… Yo creo que usted sabe más de mis “records”, que yo mismo’, comenta Roberto, haciendo reír a los presentes, ‘bueno señorita, yo he ganado muchos premios individuales, como usted ha mencionado… pero hasta que Roberto Clemente, no logre que el pueblo americano, nos vea con otros ojos, mi lucha seguirá para poner mi islita, más allá del firmamento. Si el Béisbol es ese medio, pues juguemos pelota.’
  • 60. Todosaplaudieron. Clemente sonrió. Otro periodista pregunta, ‘la edad y las dolencias, ¿no serán obstáculospara continuarsu carrera en las Grandes Ligas?’ - ‘Es posible’,contesta Roberto, ‘pero si uno tiene metas individuales,como ir a otra Serie Mundial,alcanzarla cifra de los tres mil “hits”, ademásde la que le mencioné anteriormente, no hay obstáculo que lo impida. Lo más importante es tener a Dios de tu lado. Dios está contigo, si tú quieres que Él esté contigo. Si el hombre anda por el camino que nos enseñó El Mesías, todo se puede lograr. Yo sé que Dios está conmigo, que a veces no entiendo sus métodos, pero sé que está conmigo…’. Después de esas palabras, el silencio fue el único sonido que se escuchó. Alguien comenzó a aplaudiry detrás, todas las demás personas allí reunidas, aplaudieron también. Otro periodista alza su mano y pregunta, ‘En la década que terminó y en ésta que acabade empezar, ¿qué ha sido lo más emocionantequeha vivido, dentro de las Grandes Ligas?’ - Yo creo… que… lo más emocionante’, contesta Roberto, mirandohacia el techo, ‘es la entradade muchoshermanos latinoamericanosa las Grandes Ligas. Con las expansiones de 16 equiposa 24, se abrieron más puertas. Ver entrar al “Circo Grande” a Leo Cárdenas, Miguelito de la Hoz, Tartabull,CookieRojasy Tony Oliva,fue hermoso. De Cuba vinoJosé Cardenal,TanyPérez, DagobertoCampaneris,Luis Tiant, entre otros…
  • 61. De Santo Domingo; los hermanos Alou, Marichal, Julian Javier… Rico Carty… De Puerto Rico llegó Yuyín Gotay, Palillo Santiago, Montañez, Millán, Mon Hernández, Mangual,Jerry Morales, Peruchín y muchosotros. También llegó Rod Carew, Sanquillen, Aurelio Rodríguez, Davalillo y muchos más que no recuerdo.’ Clemente continúa diciendo… - Ustedes no se imaginanla alegríaque da llegara un parque de pelota, sabiendo que el racismo es la orden del día y encontrarte con un hermano latino y que pudieras hablar en español… esos momentos eran importantes. Para ellos que llegan a un mundo nuevo y siempre una mano amiga era necesaria y para mí… eran tiempos increíbles…’ - ¿Qué planes hay en este invierno para Roberto Clemente?, pregunta la señorita periodista. - ‘Primero quetodo,descansar’, contestaRoberto, ‘y atender mi espalda. Hay planesde hacer un museo con los premios y recuerdos de mis logros, pero yo tengo otros planes más abarcadoresqueno puedoinformaren este momento. Hay ofertas de dirigir y jugar con los “Senadores” de San Juan. Más o menos, esos son los planes…’. - ‘Volviendoalapasadadécada,en el terreno de juego, ¿cuál fue el mejor momento en el terreno de juego?’. pregunta un periodista en primera fila. - ‘En el terreno de juego y en esa época…fue la Serie Mundial de 1960. Los “Yankees”batearonmuchomásque nosotros.
  • 62. Yo tuve que correr buscando bolas por todos lados. Nos dieron tres palizas. Mickey Mantle bateó unos cuadrangulares, que todavía están buscando las bolas…’. Roberto contaba la historia con una emoción, como si estuviera viviéndola, mientras los periodistas ya no escribían, solo escuchaban a Clemente. Roberto continúa diciendo… - ‘En el último juego y la serie empatada a tres juegos por bando, estábamos abajo por dos carreras. Un “rally” de cinco carreras en la parte baja de la octava entrada, donde yo conecté un sencillo y una roleta golpeó al siore de los “Yankees”, nos dio la delantera. Los “Yankees” vienen a bateary nos empatan el juego en la parte altade la novena entrada. Cerrando entonces ese noveno “inning”, Bill Mazeroski era el primero al bate. Ese caballero, porque es todo un caballero y mi amigo, que en el primer juego sacó una bola, para las dos carreras que significaron el triunfo. Esa tarde, ya había dado un “hit” o un doble, no recuerdo. En el primero o segundo lanzamiento, conectó un largo batazo hacia el jardín de la izquierda. Yogi Berra corrió y corrió y vio la bola pasar de jonrón…’. La emoción de Roberto había alcanzado su punto más culminante. Sus palabras eran de bendición. Su presencia era poderosa. Clemente era dueño y señor del espectáculo y él lo sabía. Entonces Roberto, ya bien emocionado, terminó diciendo,‘El públicose lanzó al terreno y estorbaban a Bill en su recorrido por las bases. Nadie lo creía. En el revolú, me crucé
  • 63. con Mantle que vino a felicitarnos. Lloraba por la derrota y le pregunté si sabía cómo estaba el siore, pero no sabía.’ Un periodista con acento extranjero comenta… - ‘Es ahí, que la prensa americana lo ataca por abandonarel camerino, en plena celebración con sus compañeros, sin saber que usted, está celebrando con los fanáticos…’. - ‘Efectivamente’, riposta Roberto, ‘yo fui a celebrar con los fanáticosallípresente. Fue una experiencia que todavía,al sol de hoy, en el campo de juego no se ha repetido. Hasta una pareja se quitó la ropa frente a todo el mundo.’ - ‘Roberto… ¿es verdad sobre los acercamientos para correr como alcalde de Carolina, cuando se retire de las Grandes Ligas?’, pregunta otro periodista. - ‘Te puedo contestar que sí sobre los acercamientos’, contesta Roberto, ‘sé que tengo muchas oportunidades para ser alcalde de Carolina, pero yo no soy político. Yo puedo ayudar a mi pueblo, a mi país y a todo el que me lo pida, sin tener que ser alcalde. Ser alcalde, significa compromiso. Yo no puedo comprometerme a algo, sabiendo que no hay soluciones. Un político lo hace, Roberto Clemente no lo hace.’ La sinceridad y honestidad de Roberto era un bálsamo para los allí presentes. Entre bromas y anécdotas, se pasó una tarde agradable. Más que una conferencia de prensa parecía una reunión de amigos.
  • 64. Es el invierno de 1970. Mientras Clemente dirige y juega esporádicamente para los Senadores de San Juan en el Béisbol invernal, Don MelchorClemente se enferma. Necesita cirugía y los doctores le dan un 50% de oportunidades para vivir, por su edad. La noche anterior a la operación, Roberto se encuentra a solas en el cuarto con su papá. Sentado en la silla, mientras su papá dormía, empieza a recordar muchas anécdotas de su vida de niño al lado de su padre. Don Melchor era capataz de una hacienda azucarera y mantenía una familia de siete hijos, seis varones y una niña, donde Roberto era el menor, a su esposa Doña Luisa Walker y a todos los agregados que aparecían. Roberto mirafijamentea su padre y recuerda aquellavezcuando tenía unosocho o nueve añosde edady que su padre le recordó quienera él y de dondevenía. Don Melchorle decía, ‘Momem… tú eres un “Jibaro” como yo… igual que tú abuelo y el abuelode tú abuelo… nosotros somos orgullosos de lo que somos… “Jibaros”.’ Clemente mira haciala ventanay sigue pensandoen laspalabras de su papá. ‘… el hombre debe ser honesto siempre… con él mismo y con los demás… si a tu hermano le falta algo y tú tienes para darle, dale… entonces serás un “Jibarito”… así es la dignidad…’. Roberto sabía que él era como era, porque su papá así se lo había enseñado. La anécdota más cariñosa era que cuando su papá lo fue a ver por primera vez jugando Béisbol.
  • 65. Don Melchor no sabía mucho y después del juego le dice a su hijo, que ahora entendía porque siempre llegaba cansado a la casa, si se pasabacorriendo portodaslasbases y detrás de todas lasbolasque bateabanparaél. Ese día su papale dijo,que él iba correr en las Mayores también. Roberto deja de mirar hacia la ventana y comienza a mirar hacia el techo del cuarto del hospital. Jamás se le olvidará el día en que los “Dodgers” le ofrecieron un bono de $ 10,000 por firmar y un salario de $ 5,000 anuales, prometiéndole que iba a jugar con ellos. Ese mismo día, el equipo de Milwaukee le ofrece un bonode $ 28,000 si firmaba con ellos. Roberto le preguntó a sus padres que hacía. Él le había prometido a los “Dodgers” que jugaría con ellos, pero no había firmado nada. Mirando a sus padres, comprendió que, si él había dado su palabra, tenía que mantenerla. Clemente baja su cabeza y comienza a orar a Dios, mientras su padre frente a él seguía dormido. ‘Padre nuestro que estás en los Cielos… santificado sea tu nombre… Señor Mío y Dios mío, clamo a ti… bendice a mi padre y ayúdalo Señor… ten misericordia de él…’. La puerta del cuarto se abrió y una silueta de un hombre apareció. Parecía un doctor, pero no tenía zapatos. La luz afuera del cuarto no ayudaba a identificar la persona que allí estaba. Roberto quedó mudo y el hombre le dice… ‘¿Cómo estás, Roberto?’, mientras entraba al cuarto y se situaba al lado de la cama, muy cerca de Don Melchor, ‘tu papá
  • 66. se ve cansado y acabado,pero su corazón es fuerte y su espíritu se siente joven.’ Era Arky y Roberto no sabía que decir. Don Melchor abrió sus ojos un instante y vio a Arky que le sonrió. Roberto se levantay Don Melchor lo ve y se duerme de nuevo. Clemente casi sin poderhablar,le dicea Arky, ‘Señor… note lo lleves…porfavor…’. Arky lo miró y le dijo, ‘Roberto, no te preocupes. Primero te mueres tú, antes que tu papá. Confía en mí y por favor, yo no soy el Señor, el Señor está en los Cielosy yo solo soy un Ángel…’. Se escucha que alguien viene y Arky se dispone a irse, cuando Clemente le dice, ‘Gracias… gracias…’. Es la enfermera, de apellidoMiró,quevienepara notificarleaRoberto que lasvisitas se habían acabado y le pregunta si él, se iba a quedar con su papá. Robertole dice,quesí, que élse queda. Ambosdurmieron toda la noche. Al otro día, en horas de la tarde, los doctores le notifican a Roberto y a su familia, que la operación fue un éxito total. Todo habíasalidobieny nunca hubocomplicaciones. Don Melchor quería ver a Roberto. Ya dentro de la sala de recuperación, éste se situó al lado de su padre y le pregunta… - ‘Pa’, ¿cómo te sientes?’ - ‘Como un coco… como un coco abierto.’, Roberto sonríe y le dice. - ‘Gracias a Dios, todo salió bien.’ - ‘Sí hijo, tú te quedaste conmigo anoche, ¿verdad?’ - ‘Sí, padre…’ - ‘¿Y quién era aquel hombre que había parado a tu lado anoche?... parecía un Ángel… ¿quién era, ah?’
  • 67. Roberto no sabía que contestar. Piensa un momento y entonces contesta, ‘Sí, padre… era un Ángel… un Ángel…’. Su padre siempre le enseño a decir la verdad, aunque a veces no la entendiera. Es invierno y Roberto trata de descansar como a él le hubiera gustado. Pero no sabe decir no, cuando se trata de algo noble. Así es Clemente. El día de los Reyes, Roberto decide quedarse con sus hijos y su familia, sin importar quien lo necesitara. Sus hijos piden su presencia y ese día era especial. Cada uno trae los regalos que los Reyes Magos le dejaron debajo de la cama. Un camión “Tonka”, un carro de carrera, un tren con todo y por supuesto, bates y bolasnuevas. Ya en el patio, Roberto empieza a jugar Béisbol con ellos. Eran niños, pero la disciplinaera esencial. ‘Robertito levantael bate’, le dice Roberto a su hijo mayor, ‘baja el codo, doblalas rodillas,para el fondillo…eso es… ahora batea la bola.’ Clemente le tira la bola y Robertito falla. ‘Okey, vamos otra vez…’ Cada vez que Robertito bateaba una bola, Luisito y Ricardo corren detrás de la bola, a ver quién la coge primero. Vera los observa y sonríe. Roberto pide tiempo para tomarse una limonada y se sienta al lado de su esposa. Ella le dice, - ‘Gracias…’ - ‘Gracias, ¿por qué?, pregunta Roberto. - ‘Por sacar el día y estar con nosotros.’
  • 68. - ‘Yo también me alegro de haber sacado el día. Hoy mí corazón tiene paz y alegría. Te amo, Vera Cristina Zabála.’ - ‘Yo también te amo, Roberto Clemente, replica Vera. Se cogen de las manos y se miran sin darse cuenta de que sus tres hijosse acercan corriendoy saltansobre su papá. LosMagos habíandejadotres hermosos regalospara Roberto hace tiempo. Al otro día, se celebra el tradicional Juego de las Estrellas del Béisbolinvernal. Roberto dirige losdel patioy éstos vencena los importados, cuatro carreras por una. Días más tarde, se hace entrega a Roberto del Guante de Oro, número décimo de su carrera beisbolera y da la salida en el Maratón de San Blás, en Coamo. San Juan y Santurce llegan a la serie final del campeonato invernal de Puerto Rico. Los Cangrejeros salen favoritos sobre sus primos, por la falta de buenos lanzadores para una serie de siete juegos. Es el 23 de enero de 1971, con el juego empatado en la primera del noveno y las bases llenas de Senadores, de momento se oye un furor estruendosopor todoel estadioHiram Bithorn. Es como si el parque se fuera a desplomar. Parece un terremoto y el sonido que se escuchaba era una sola palabra, ‘CLE-MEN-TE, CLE-MEN-TE, CLE-MEN-TE…’ Los jugadores del “dugout” de San Juan se asoman y ven una fanaticada alterada, golpeando los asientos y exigiendo ver a
  • 69. Roberto, gritando al unísono, ‘CLEMENTE, CLEMENTE… De momento el alboroto aumenta, parece el fin del mundo. Del lado del cangrejo, comienza la fanaticada de Santurce a acompañara la de San Juan. Reclaman ver al astro boricua, iral cajón de bateo… La banca de los Cangrejeros se asoma también y sin pensarlo mucho, empiezan a gritar, ‘CLEMENTE, CLEMENTE…’ también. Roberto no sabe que hacer. Sus peloteros y “coaches” lo miran y no dicen nada. Entonces el árbitro principal se dirige al “dugout” de los Senadores y le dice a Roberto, ‘O coges un bate o lo cojo yo y usted arbitrea…’. A la vez que el árbitro regresa al plato y el ruido se hacía más insoportable, sale Roberto a batear de emergente y aquello se quiere caer. Ambas fanaticadas quieren ver a su ídolo. Lentamente con varios bates en la mano, hace varios “swings” y él mismo se anunciaque viene a batear. Se quedacon un bate y se dirige a consumir su turno al bate, mientras el anunciador anuncia, ‘… bateando de emergente por San Juan… Roberto Clemente…’ Al primer lanzamiento, engarza una recta del lanzador de Santurce, acomodándolaentre primera y segunda para un “hit” impulsadorde dos carreras. El parque se quiere caer y Roberto desde la primera base saluda a su gente y pide un corredor emergente. Llegandoal “dugout”y losfanáticosentusiasmados, se quita la gorra y vuelve a saludar. Bajando la escalerilla,
  • 70. Clemente reacciona por haber visto a Arky y sale de nuevo y no lo ve. La gente aplaude y Roberto vuelve a saludar. Al finalizar el juego, los Senadores vencen a los Cangrejeros, 7 x 4, pero todos estaban felices. Santurce se lleva la serie en siete juegos, coronándose campeones y Roberto no se puede poner el uniforme para representar a Puerto Rico. Es tiempo para descansar. Es el seis de febrero de 1971. Un mes más tarde, Roberto se reporta al campo del entrenamiento primaveral, en Bradenton, Florida. Físicamente llega bien, pero mentalmente no. Los muchos compromisos, dandoclínicasportoda la isla, recibiendo diferenteshomenajes, visitando a las personas necesitadas y hacienda gestiones para conseguir auspiciadores para su proyecto de la Ciudad Deportiva, fue agotador. Para fines de marzo, par de semanas antes de comenzar la temporada regular de las Grandes Ligas, Clemente comienza a leer sobre psicocibernética,unanuevatécnicaparausarel poder del subconsciente a su favor. Era la ciencia para gobernarse así mismo. El consejo mayor era meditación y dormir mucho. Roberto sigue al pie de la letra las instrucciones, incluso coloca cortinas oscuras a su cuarto, para así poder dormir durante el día.
  • 71. Cuando la temporada está a punto de empezar, Clemente está en un 90% de sus capacidades. Su espalday cuello empiezan su pesadilla, pero a veces mientras más le molesta, más produce. Durante los primeros dos meses de la temporada, su promedio fluctúa entre los .285 y los .300, pero su defensiva es espectacular para sus 36 años de edad. El 15 de junio, realiza una de las jugadas más increíble de todos los tiempos. Los “Pirates” juegan contra los “Astros” y están ganando el juego, 1 por 0. Hay dos “outs” y está bateando Bob Watson porlos “Astros”. Watson conecta una líneasólidaporel jardín de la derecha, la cual Roberto sale como un bólidodetrás de lapelota,aterrizandosobrelavallaalavezque hacelacogida. Clemente sale lesionado y tienen que cogerle puntos por la herida recibida en el aparatoso choque con la verja. Lo más raro de esta jugadafue que cuandorepitenunay otra vez la atrapada,Robertoestá comenzando a correr en el preciso que Watson le hacía “swing” a la pelota. ¿Cómo Clemente sabía hacia donde iba a correr, si el bateador no la había conectado? Roberto si lo sabía. Los “Pirates” ganaron el juego.