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La Lógica Del Éxito
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Dedicado a todos aquellos que buscan
prosperidad personal y financiera.
Victor Antonio
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Printed in the United States of America
First Printing: June 2006
Library of Congress Cataloging in Publication Data
Antonio, Victor
La Lógica del Éxito - El Éxito Sucede por una Razón
ISBN 978-0-9768840-1-9 (U.S.A.)
1. Business 2. Success
La Lógica Del Éxito
3
Reconocimientos
Le quiero dar las gracias a mi amigo de muchos años, Julio
Villafañe, Teresa Nazario y al equipo de New Way
Solutions por su ayuda y apoyo con la traducción de este
libro.
Victor Antonio
A pesar de haber nacido y
crecido en uno de los peores
suburbios de Chicago, Víctor
González ha logrado un nivel
de éxito que pocos esperaban.
A los 35 años de edad fue
Vicepresidente de una de las
500 Compañías que facturan
3 mil millones de USD en los
Estados Unidos de acuerdo a
la publicación Fortune.
Continuó su crecimiento
profesional como Presidente
de Ventas y Marketing Global de una nueva empresa de
tecnología convirtiéndola en una compañía de $420
millones. Actualmente es Director Ejecutivo de una
compañía multimillonaria de Alta Tecnología. Nada mal
para alguien cuya familia dependía de cupones de
alimentos y del apoyo del gobierno.
Orador clave y dinámico con título de Licenciado en
Ingeniería Eléctrica y Master de Administración
Comercial, Víctor ofrece conferencias en corporaciones y
universidades sobre “La Lógica del Éxito”.
Para mas información sobre Víctor visite:
www.VictorAntonio.com
Víctor Antonio © 2006, TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Ninguna parte de
esta publicación puede ser reproducida de ninguna forma o por cualquier medio,
mecánico o electrónico, incluyendo fotocopias y grabados, o por ningún tipo de sistema
de archivo y recuperación, sin el permiso escrito del autor o del editor.
La Lógica Del Éxito
5
Prologo
Este libro, ‘La Lógica del Éxito’ esta siendo publicado en
un momento muy oportuno dada la ardiente necesidad que
existe en identificar, y perseguir aquello que
verdaderamente nos completa y llena en nuestros círculos
de trabajo. No hay duda que cuando trabajamos y hacemos
lo que nos gusta, alcanzamos un punto de realización
individual que aparte de ser productivo, tiene un impacto
positivo en nuestro ámbito personal en toda su extensión.
Aplaudo y felicito a Victor, mi amigo y colega de muchos
años por compartir a través de este libro vivencias,
experiencias y verdades que son muy necesarias en el
mundo de hoy. Lo fundamental de estas verdades es que
aplican a todo tipo de trabajo, y no importa si leíste la
versión de este libro en Ingles o en español, lo que importa
es el impacto que se puede lograr en nuestra calidad de vida
al aplicar los conceptos de ‘La Lógica Del Éxito’.
Atentamente,
Julio Villafañe
Executive Director, Motorola
Victor Antonio
Contenido
Introducción
Listen > Escuchar
Overcoming fear > Superar el miedo
Goal setting > Establecer objetivos
Initiate action > Iniciar la acción
Cognitive control > Control cognitivo
Attitude > Actitud
La Lógica Del Éxito
7
Introducción
Veni, Vidi, Vici (Vine, vi, vencí)
– Julio César
La industria de la motivación y de autoayuda ha estado
presente por más de 50 años y genera un ingreso estimado
de $24 mil millones de dólares por año, con una buena
parte de este mercado enfocado al mundo corporativo, ¿por
qué es que los negocios continúan fracasando a una
alarmante tasa del 95% en un período de tres años? Una
encuesta reciente demostró que aproximadamente el 53%
de la fuerza laboral o fuerza trabajadora es infeliz y más del
75% preferiría hacer otra cosa.
Con todo este dinero invertido en la industria de la
autoayuda (la cual ha tenido bastante tiempo para madurar)
las preguntas persisten: ¿Por qué no somos más felices?
¿Por qué los negocios o las personas fracasan al querer
alcanzar sus metas? ¿Acaso no entendemos qué cosa es el
Éxito? ¿Acaso no comprendemos lo que significa ser
exitoso?
Comencemos con la última pregunta acerca de entender
qué cosa es el éxito; completa estos enunciados, llenando
los espacios en blanco con la palabra que creas más
apropiada:
Victor Antonio
· Nuestra ________ determina nuestra Altura.
· Si crees en ello, lo puedes ________.
· Convierte los obstáculos en ___________.
· Haz lo que amas, y el _______ surgirá.
Si supieras las respuestas a estas preguntas (verifica las
respuestas correctas abajo) y no estás feliz, ¿por qué el
éxito sigue eludiéndote? ¿Por qué continúas en un trabajo
que no amas? ¿Cómo puedes romper con este patrón de
fracaso y descontento?
El propósito de este libro es ofrecerte un encuadre y/o
sistema para comprender los principios básicos del éxito.
El éxito, a pesar de estar oculto, tiene una naturaleza
inherente, una tendencia que si se entiende correctamente
puede ser utilizada para diagramar el camino hacia el logro.
El éxito requiere de una lógica que debe ser entendida antes
de poder ser aplicada. Una vez comprendida tú, el lector,
tienes la tarea de implementar la lógica del éxito.
Víctor González, 2006
(Respuestas: actitud, lograr, oportunidades, dinero)
La Lógica Del Éxito
9
La LÓGICA
del éxito
“Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento.”
– Eleanor Roosevelt
Escúchate a ti mismo
Nací y crecí en Chicago; mi familia emigró de Puerto Rico
a fines de los años 50. Mi madre llegó a los Estados
Unidos con una educación de 6º grado y mi padre
solamente con una educación de 3º grado. Basta con decir
que, cuando arribaron a suelo estadounidense, ellos no
estaban capacitados y poseían muy poca educación formal.
Puedo imaginarme lo difícil que debe haber sido para ellos,
así como también para muchos de sus antepasados
inmigrantes, estoy seguro.
No teníamos mucho dinero y no era fácil ser pobre. La
asistencia social y los cupones de comida eran nuestro
salvavidas, junto con la gente del vecindario que hurtaba
comida para mi madre. Al principio, mi padre tomaba en
exceso y gastaba el poco dinero que teníamos en su vicio.
Vivíamos cerca de los proyectos de vivienda Cabrini
Victor Antonio
Green, en esos tiempos, una de las tres áreas más peligrosas
de los Estados Unidos.
Para colmo de males, la incapacidad de mis padres para
hablar o leer el idioma los imposibilitaba para obtener una
licencia de conducir. Dependíamos del transporte público
para movernos o simplemente caminábamos largas
distancias para llegar a donde necesitábamos ir. Todavía
recuerdo cuando llegaba a casa con mi madre empujando el
carrito de compras lleno de comestibles a través de la nieve
de un pie de profundidad. Cuando llegaba a casa, no podía
sentir mis manos ni mis pies.
Crecer en un ambiente pobre y en un barrio peligroso
ofrece, en general, poca motivación para que las personas
quieran perfeccionarse.
A menudo me preguntan, “Víctor, ¿qué te motivó a ir a la
universidad? ¿Qué te ayudó a superar la adversidad que
tuviste que enfrentar?”
Generalmente puedo ver en los ojos del que interroga que
está esperando escuchar una historia inspiradora acerca de
“la lucha”, acerca de “conocer el propio destino” o acerca
de “tener una visión”.
“¡No, no puedo ayudarlos con eso!”, pienso en mis
adentros.
La Lógica Del Éxito
11
Verás, fui a la universidad por tres razones y ninguna de
ellas tiene nada que ver con seguir un sueño o tener una
visión de en quién me convertiría.
Primero, fui a la universidad para obtener un título. Elegí
ingeniería por las probabilidades que me otorgaba de
conseguir un trabajo bien remunerado después de
graduarme. Necesitaba hacer dinero y elegí una
especialidad que me ayudaría a satisfacer mis necesidades.
Mi padre, cuando entré a la facultad, estaba ganando
solamente $17,000 al año. Éramos siete y si no hubiera
sido por la benevolencia de amigos y el acceso a la
asistencia pública para complementar su pobre ingreso, no
sé como podríamos haber sobrevivido.
A menudo me sorprendo de algunas personas que dicen
tener poco cuando en realidad tienen mucho. Por ejemplo,
nunca tuve el privilegio de poder ir a “comer fuera”, una
actividad que muchos dan por sentado y no la valoran. Aún
recuerdo la primera vez que estuve en un restaurante
cuando tenía 21 años; estaba completamente asombrado
por el concepto de salir a comer fuera.
La segunda razón por la cual elegí ir a la universidad —la
cual era un factor de motivación igual o mayor que el de
ganar dinero—fue la amenaza de mi padre de hacerme
trabajar en su fábrica si no lo hacía. Mi padre trabajaba en
Victor Antonio
una compañía de revestimiento de armazones donde las
horas eran largas y el trabajo era muy poco deseable. Cada
vez que vacilaba sobre ir a la universidad, mi madre estaba
allí para recordarme rápidamente la otra alternativa.
La última razón, más personal, para ir a la universidad era
el deseo de mi madre de ver por lo menos a uno de sus
hijos obtener un título. Yo soy el más joven y era su última
esperanza. Mi madre no percibía el título como una fuente
generadora de ingresos. No, su sistema de valores tenía
como objetivo ver a su hijo lograrlo. Mi madre no tenía
idea cuánto ganaban los ingenieros y nunca lo preguntó.
Ella simplemente quería tener el placer de ver a uno de sus
hijos obtener un título universitario.
Así que ya lo sabes; dinero, miedo y “hacerlo por mamá”
fueron mis tres factores de motivación. Y las tres fueron
razones equivocadas para obtener un título, tal como
explicaré en un momento.
A pesar de mi difícil niñez, nada de lo que había
experimentado hasta ese momento podría haberme
preparado para los desafíos que enfrentaría en la
universidad.
Permíteme compartir una historia verdadera acerca de mi
primer día en la universidad. Necesito contarte, en primer
La Lógica Del Éxito
13
lugar, que me gradué 3º en mi clase de la escuela
secundaria y me sentí muy bien conmigo mismo al recorrer
el campus universitario ese primer día. Poco sabía, sin
embargo, de que estaba a punto de realizar el
descubrimiento más grande de mi joven vida. Pronto pude
darme cuenta de lo mala que era la educación pública de
Chicago en aquel momento, como explicaré ahora.
En mi primer día de clases, ingresé a un curso de
matemáticas llamado “Matemática Avanzada”. Recuerdo
estar sentado por primera vez en un auditorio enorme con
cientos de otros estudiantes. La sala, que parecía un teatro
estaba completamente llena con un entusiasmo fresco
propio de la universidad. Luego el profesor entró al lugar,
que lucía como un estadio, caminó sobre la plataforma en
el momento indicado y comenzó a escribir en la pizarra lo
que parecía un idioma extranjero. Arriba estaba el título
“Cálculo: Ecuaciones Diferenciales”.
Mientras escribía fórmulas, todo lo que yo podía hacer era
mirar atónito a la pizarra como un venado atrapado por las
luces delanteras de un coche. De repente, un estudiante
sentado frente a mí me despertó de mi desconcertante
trance y, junto con él, se fue mi ego respecto a lo
inteligente que era.
Victor Antonio
Todavía puedo ver a ese estudiante sentado frente a mí,
vistiendo una chaqueta de St. Lawrence, indicando que
había asistido a un colegio católico privado en los
suburbios de Chicago. Mientras miraba sin tener ninguna
idea de lo que el profesor escribía, el estudiante frente a mí
rompió (por no decir destrozó) la confianza que yo tenía, al
entrar al salón de clases ese día diciendo: “¡Oh no, esto de
nuevo!”
Lo miré atónito, o miré la parte de atrás de su cabeza, con
incredulidad mientras movía su cabeza decepcionado.
Mientras tanto, comencé a sentir mucho pánico. “¿Qué de
nuevo? ¿Qué diablos es esto?", me pregunté a mi mismo.
Durante la siguiente hora, me senté en un silencio
estupefacto, veía y escuchaba pero entendí poco. Mis
siguientes clases no fueron mucho mejores. Para la mitad
de la semana, me había dado cuenta de que no podía seguir
el ritmo. Luego fui a consultar a un consejero y ambos
acordamos que debía tomar los cursos pre-universitarios (o
clases de remedio como yo las llamaba), lo cual me
colocaría un año por debajo de la clase de primer año. Por
lo tanto, desde el comienzo, la adversidad se hizo presente.
Pero estaba decidido a graduarme, sin importar los
obstáculos o el precio para mi ego.
La Lógica Del Éxito
15
Permíteme darte una versión abreviada de mi vida. Me
tomó cinco años graduarme con un título de ingeniero, pero
nunca me di por vencido. La motivación de querer hacer
dinero, el miedo a la alternativa (esto es, trabajar con mi
padre en su fábrica) y el no querer decepcionar a mi madre
fueron los tres pistones que guiaron este motor intelectual.
Permíteme abreviar mi vida aún más. Tres años después de
la graduación estoy trabajando y ganando $35,000 por año,
para lo cual visto un lindo cuello “blanco”. Para ese
tiempo, tenía todo lo que había soñado: un buen trabajo, un
salario genial y una posición en el mundo de los negocios.
Debería haber estado feliz. Debería haber estado gritando la
famosa frase de la película: “Mira Má, ¡estoy en la cima del
mundo!” Pero no lo estaba. Algo me había estado
fastidiando durante los últimos tres años en el mundo
corporativo pero no sabía qué era. Lo que sí sabía era que,
haber logrado mis objetivos y mi meta principal de obtener
un título, aún me sentía infeliz. La única diferencia entre
antes y ahora, era un poco más de dinero en mi bolsillo.
Era muy infeliz. Aún ganando mucho dinero, según lo que
en ese momento consideraba, y habiendo logrado mis
metas, tenía que admitirme a mí mismo que no estaba
contento. Darme cuenta de esto y el hecho de
eventualmente admitirlo, me golpeó como una pila de
Victor Antonio
ladrillos. Verás, había trabajado ocho años (cinco en la
universidad más tres en el trabajo) para obtener este puesto
sólo para darme cuenta de que no era lo que “imaginaba”
que sería. Estoy seguro de que todos ustedes, en algún
momento u otro, lucharon para llegar a algún lugar o a
algo, sólo para darse cuenta luego de lograrlo que no era lo
que pensaron que sería.
Las imágenes que tenía en mi cabeza no coincidían con la
realidad en la cual ahora me encontraba. Mi "año del
descontento" fue 1990, cuando ya no pude seguir ignorando
la realidad de mi infelicidad.
Permíteme abreviar mi vida una última vez. El 9 de mayo
de 2001, a las 3:48 p.m. (casi 15 años después de la
graduación) me retiré de la América corporativa. Estaba
ganando $250,000 por año, más comisiones y por dejar
todo eso de lado, estaba perdiendo mis derechos a las
ganancias extra y $110,000 en opción de compra de
acciones.
Sé lo que debes estar pensando. Primero, ¿cómo una
persona pasa de ganar $35,000 por año a ganar $250,000
por año en ese lapso de tiempo?
Segundo, respecto a renunciar, debes estar preguntándote,
“¿en qué demonios estaba pensando?” O simplemente
La Lógica Del Éxito
17
“¿por qué?”. Permíteme contestar el “cómo” antes de llegar
al “por qué.”
Cuando me di cuenta de que no quería seguir siendo
ingeniero, comencé a buscar otras opciones de carrera.
Probé con diversos puestos, pero el que mejor se ajustó a
mis antecedentes y personalidad fue un trabajo en ventas.
Pasaría mis próximos 11 años en la América corporativa en
el área de ventas. Las ventas me otorgaron la libertad de no
estar atado a un escritorio, de viajar por todo el mundo, de
tener más control sobre mi destino financiero pero, más
importante aún, era algo que disfrutaba hacer.
Cuando haces algo que te surge naturalmente y triunfas en
ello, ten cuidado; crearás la más moderna máquina de
libertad.
Ahora, voy a contestar el “por qué” renuncié. A los 35
años, fui uno de los vicepresidentes más jóvenes en una
corporación de $3 mil millones de USD. A los 37, fui
presidente de Ventas y Mercadeo, ayudando a construir una
compañía de $420 millones. Entonces, ¿por qué abandoné
el trabajo y la carrera? No, no tenía otro trabajo esperando.
No, no había amasado una fortuna durante esos once años.
La respuesta a la pregunta es simple y a la vez compleja.
Estaba cansado de viajar, cansado de los grandes negocios,
y créanme o no, aún había algo que me fastidiaba.
Victor Antonio
Todos hemos usado la frase “todo es relativo” para
describir cómo la importancia de algo depende de la
persona que emite el juicio de valor. Estar en el área de
ventas era un puesto relativamente mejor que ser un
ingeniero. Pero relativamente mejor no es igual a la
situación ideal.
Hasta el momento en que renuncié, nunca me había tomado
el tiempo de escucharme a mí mismo. Seguramente, estaba
en el área de ventas porque se ajustaba mejor con mi
personalidad, pero esa pequeña y fastidiosa voz interna aún
me decía, "Esto no es, sigue buscando.”
Estaba haciendo todo a la manera de cualquier otra
persona, menos a mí manera.
Si quería ser exitoso, tanto financiera como
emocionalmente, tenía que encontrar lo que me haría feliz.
Tal como el padrino de la motivación Earl Nightengale
probablemente aconsejaría, si el dinero no fuese importante
y pudiera hacer lo que desearas ¿qué estarías haciendo? Si
supieras que no puedes fallar en cualquier cosa que
intentaras ¿qué harías?
Ahora me encontraba a mí mismo en la encrucijada de la
vida nuevamente. Esta vez, la pregunta era más fácil: ¿tener
un trabajo o tener una carrera?
La Lógica Del Éxito
19
Ya no me satisfacía solamente hacer “un trabajo.” También
había llegado a la conclusión, como muchos otros, de que
el dinero no te hace feliz a menos que lo ganes haciendo lo
que amas. Sé que ya han escuchado el dicho “el dinero no
hace la felicidad”, pero escucharlo y vivirlo son dos cosas
totalmente diferentes.
La mayoría de las personas que utilizan la frase, “el dinero
no hace la felicidad” nunca han tenido realmente un
excedente de dinero. Cuando ganas dinero y ganas bien y
luego llegas al mismo hecho, te has movido de exteriorizar
a interiorizar el significado real de la frase “el dinero
REALMENTE no hace la felicidad.”
Ahora, no me malinterpretes, el dinero está a la misma
altura que el oxígeno como necesidad en la vida. No estoy
abogando por una mentalidad de “regreso a la naturaleza y
abandono de las posiciones materiales”; estoy lejos de eso.
Por lo que abogo es por una confirmación de que el dinero
es un producto derivado de la felicidad, antes que el
producto que realmente te brinda felicidad. En otras
palabras, deberías ganar dinero como resultado de hacer lo
que amas (es decir, lo que te hace feliz). No cuentes con
hacer dinero y esperar que te traiga felicidad.
Victor Antonio
Perseguir “el dinero" es como perseguir un papel que
vuela en el viento; te mantendrá ocupado pero no te hará
feliz.
Cada día, millones de personas en este mundo encuentran
maneras y razones dentro de sí mismos para ignorar o
apaciguar su felicidad. Repetiré que para ser feliz debes
hacer lo que amas, no lo que necesitas hacer. ¿Cuál es la
diferencia? Magnitud y dedicación. Cuando haces lo que
amas, tu energía te mueve hacia adelante con un impulso
apasionado. Cuando hay obstáculos en tu camino, tu
dedicación a lo que amas quita esas barreras del camino.
Por otro lado, cuando haces algo porque es tu trabajo, tu
nivel de energía y dedicación disminuyen
considerablemente. La diferencia entre una persona que
ama lo que hace y una persona que solamente lo hace, se
manifiesta cuando ambos se exponen a la adversidad. En
caso de que la dificultad golpee, yo apostaría mi dinero por
la persona que ama realizar su trabajo y no por aquel que
simplemente trabaja por el ingreso. El primero ve su pasión
como una profesión. El segundo probablemente vea el
trabajo simplemente como una necesidad.
Saber qué es lo que amas es realmente una bendición.
La Lógica Del Éxito
21
Abandoné mi trabajo porque era sólo eso, un trabajo.
Todavía tenía que descubrir lo que quería hacer, lo que me
gustaría hacer. Necesitaba tomarme el tiempo para
descubrir lo que me apasionaría y lo que le daría a mi vida
un propósito. Necesitaba encontrar la razón para hacer algo
que me diera sentido y propósito como persona. No era
fácil llegar a ese punto.
Al igual que millones de personas en la actualidad, en vez
de buscar nuestro propósito, nuestro terreno firme,
apaciguamos la voz fastidiosa en nuestra cabeza. Nos
decimos, “Lo haré el año siguiente. Ahora no es el
momento”, y así sucesivamente. Postergamos lo que
deberíamos estar haciendo a cambio de un buen trabajo.
Hasta cierto punto, nos sentimos culpables por este tipo de
demora. Postergamos el pensar acerca de lo que realmente
queremos hacer, porque el dolor de no ser capaz de admitir
que no tenemos el coraje suficiente para hacerlo es
demasiado doloroso. Seguimos posponiendo el sueño.
Racionalizamos (la capacidad para racionalizar subyace en
nosotros) lo que no podemos hacer ahora mismo. Siempre
hay una razón para dejarlo para el año siguiente porque
ahora, nunca es un buen momento.
Victor Antonio
El término “esposas de oro” se refiere a hacer mucho
dinero y no ser capaz de abandonarlo porque el incentivo
para quedarse es muy bueno (por ejemplo, salario alto,
derechos, comisiones, etc.). Me volví un prisionero de mi
propio éxito. No me di cuenta de mi estado de víctima de la
mentalidad de las esposas de oro hasta un día en el que mi
mujer me dijo algo. Su comentario impulsivo me despertó
de mi estupor. “¿Cuál es el sentido de tener dinero, si no
puedes hacer lo que deseas?”
Las palabras fueron el catalizador. Esas fueron las palabras
que agitaron mis ambiciones dormidas. Desde ese momento
en adelante, comencé a re- evaluar mi vida y mi carrera.
Sus palabras se pusieron a trabajar, subconscientemente
poniendo en marcha nuevamente mis deseos latentes para
saltar las vías corporativas y perseguir mi propio camino.
Si realmente no se trata de dinero, entonces ¿qué es el
éxito?
Al principio, no tenía dinero y no era feliz. Ahora tenía una
carrera profesional muy bien paga y aún era infeliz. “¿Qué
demonios está pasando? ¿Cómo puede suceder esto?” me
seguía preguntando.
Basado en el estudio que comenté al comienzo de este
capítulo, el cual afirma que el 53% de la fuerza laboral o
La Lógica Del Éxito
23
trabajadora es infeliz y más del 75% preferiría estar
haciendo otra cosa, sabía que no estaba solo.
Como muchos otros, al comienzo pensaba que la vida
giraba en torno al dinero, pero pensé mal. Para decirlo más
poéticamente, vivía en el valle de la pobreza y a pesar de
que allí podía haber mucha nobleza, la nobleza no pagaba
la renta. He estado en la cima más alta del éxito financiero
y puedo contarles acerca de las comodidades y
veneraciones (adulación) que pueden encontrarse allí, pero
éstas no satisfarán los impulsos del logro personal.
Entonces, si no es en el valle ni en la cima más alta de la
montaña ¿dónde puede encontrarse el éxito?
Entonces ¿dónde comenzamos nuestra búsqueda del éxito?
Rastreando el Éxito
Uno de mis primeros trabajos de pasantía como estudiante
universitario fue trabajar para una compañía de defensa
que, en ese momento, desarrollaba un torpedo altamente
sofisticado para perseguir y encontrar submarinos y
destruirlos. Su funcionamiento era bastante fascinante. El
torpedo era lanzado desde la cubierta de un barco o tirado
desde un helicóptero al agua. Luego se encendía e iniciaba
un modo de búsqueda, en el cual se harían patrones
circulares mientras producía un sonido constante. Este
Victor Antonio
sonido es el que realiza el dispositivo de la sonda de
ultrasonido cuando quiere hacer rebotar las ondas sonoras
en los objetos debajo del agua. Estas ondas sonoras crean
ecos de lo que está ubicado bajo el agua. El torpedo tenía lo
que se llamaba reconocedor de sintonía submarina, un
dispositivo que compara la descripción del eco de cada
onda sonora entrante con la base de datos de otras
descripciones para determinar cuál es el objeto.
Para tener una idea de lo que quiero explicar, piensen que
una sintonía submarina es una silueta de un objeto
submarino. Cada vez que el torpedo emitía una onda sonora
esperaba por el eco. Cada eco (silueta) era comparado a ese
eco submarino. El objetivo del torpedo era intentar
encontrar objetos bajo el agua que correspondiesen con la
silueta de un submarino.
Una vez que detectaba algo que “podía” ser un submarino,
el torpedo entonces iba detrás del blanco. A medida que el
torpedo se acercaba a su blanco potencial, continuaba
realizando ese sonido y comparando cada eco para
asegurarse de que el objeto era de hecho un submarino.
Cuanto más se acercaba el torpedo, mejor definición tenía
del eco.
El torpedo podía suspender su “modo de ataque” si, a
medida que se acercaba al objetivo detectado, se daba
La Lógica Del Éxito
25
cuenta de que la silueta no concordaba; si el objetivo era
una falsa alarma, se desviaba de su curso. Por ejemplo, el
torpedo era capaz de diferenciar un submarino de una
ballena, un banco de peces o una formación rocosa bajo el
agua. De esta manera, a medida que el torpedo se acercaba
y descubría que el objeto no era un submarino, suspendía
y finalizaba su modo de ataque. Luego comenzaba un
nuevo patrón de búsqueda en otra área.
“Para encontrar el éxito, necesitamos crear patrones de
búsqueda.”
Aprende una lección a partir de la conducta del torpedo.
Ahora mismo, muchos de ustedes están en el modo de
búsqueda, buscando su objetivo. Están tratando de
encontrar algo —algo que los llene (satisfaga). Algo que
haga que, en lugar de lamentarse por el paso de otra noche
dichosa y llenarse de temor por los eventos del día
próximo, estén deseando con ansias cada despertar en la
mañana. Pero muchos de ustedes tienen miedo de buscar o
simplemente han renunciado a emitir ese sonido de
búsqueda.
¿Por qué has detenido tu búsqueda?
¿Tienes miedo incluso de considerar la posibilidad de
cambio? ¿Te sientes frustrado porque no sabes lo que
Victor Antonio
quieres? ¿O has estado condicionado por la sociedad para
no buscar algo más y simplemente contentarte con lo que
tienes?
Trabajemos con las respuestas de atrás hacia adelante.
(Comencemos con la última pregunta) Has estado
condicionado por la sociedad pero quizás no lo sabes. En la
sociedad, cuando buscas y cambia tu forma de pensar
acerca de algo ¿qué dice la gente? “No puedes cambiar de
idea. Eres muy débil. Necesitas concentrarte más.
Necesitas priorizar,” etc.
Entonces ¿qué hacemos? Como no estamos seguros,
renunciamos o aceptamos lo que aparezca en nuestro
camino y luego “racionalizamos” nuestra decisión para
dejar de buscar. ¿Por qué? Porque lo último que queremos
hacer es cambiar de parecer nuevamente y ser criticados
por otros.
¿Ves la trampa? Si dejas de buscar, o de explorar, ¿cómo
puedes encontrar lo que estás buscando? ¿Cómo puedes
saber lo que quieres hacer si nunca saliste y lo hiciste?
La simple respuesta yace en la analogía con el torpedo. Tu
naturaleza es muy parecida a la del torpedo; deberías estar
constantemente buscando tu objetivo. El hecho de explorar
es inherente a tu naturaleza de ser pensante. Como el
torpedo, tienes la opción de suspender tu modo de
La Lógica Del Éxito
27
búsqueda y comenzar a buscar otra vez hasta que
encuentres lo que estás buscando.
¡Inténtalo y si no te gusta, está bien cambiar de parecer!
Olvídate de aquello que los demás podrían pensar o decir.
¡A quién le importa! Solamente a través de la
experimentación puedes encontrar cuál es tu vocación en la
vida. Sólo arriesgándote a equivocarte puedes tener la
esperanza de hacer lo correcto.
Cambiar de modo de pensar no debería ser etiquetado como
un fracaso; debería ser etiquetado como un aprendizaje. Y
cuando dejas de aprender sobre ti mismo, sobre lo que te
gusta y sobre lo que no te gusta, simplemente dejas de
vivir. Comienzas a “existir” sin intentar darle algún
significado a tu vida.
El éxito no es un destino, como muchos han dicho. En
cambio, es un viaje. Y renunciar a su búsqueda es
equivalente a detenerse en la mitad de la ruta de la vida y
decir, “Ya está; terminé de buscar.” Si esa es por cierto tu
situación, entonces la vida definitivamente te atropellará.
Una de las características más importantes del torpedo es
que después de cada búsqueda se torna más inteligente y
más perspicaz. El torpedo aprende cómo “refinar” su modo
de búsqueda con cada intento.
Victor Antonio
Tal como el torpedo, tú como individuo “refinarás” la
búsqueda de tus “deseos” al intentar cosas nuevas. Te
volverás más inteligente y rápido para comprender lo que
realmente te hace feliz. Con cada intento de lograr el éxito,
llegarás a conocerte a ti mismo mucho más. El resultado
final: tus búsquedas se achican y las posibilidades de dar en
el blanco aumentan.
Observa a un niño que tiene su fiesta de cumpleaños y
recibe muchos regalos. A medida que el niño abre los
regalos, separará los que más le gustan de los que menos
le gustan. Con el tiempo, sin embargo, los juguetes que
eran geniales se tornan normales y juega con ellos con
menor frecuencia. ¿Por qué? Porque el niño ha tenido la
experiencia del juguete y está listo para un cambio.
¿Estás listo para un cambio? ¿Estás dispuesto a entrar en
el modo de búsqueda... nuevamente?
¿Qué tan seguido te ocurre que te emocionas con un
proyecto nuevo y luego pierdes interés a medida que pasa
el tiempo? ¿Qué tan seguido tienes una idea genial o
inspiración y luego pierdes interés en ella?
Cuando pierdes interés te quedas pensando por qué. Estos
períodos de emoción y desinterés comienzan a menoscabar
tu confianza un poco. No puedes explicarte a ti mismo por
La Lógica Del Éxito
29
qué has perdido interés. Luego comienzas a criticarte a ti
mismo y a tu habilidad para tomar buenas decisiones
cuando algo nuevo surge.
La respuesta a este aparentemente difícil acertijo puede
encontrarse en la analogía del niño que abre los regalos
mencionada anteriormente. Una vez que has tenido la
experiencia (es decir, que has estado allí, que has hecho
eso), estás entonces en posición para juzgar si es algo que
realmente te gusta hacer. Con cada experiencia ganas más
conocimiento o entendimiento acerca de lo que te gusta.
Por cada experiencia que tienes, necesitas hacer una
elección. Cuando pierdes interés en alguna experiencia
nueva que estás simplemente probando, ¿en tu pensamiento
ves este intento como una experiencia de aprendizaje o
como un fracaso? Si eliges el primero, una experiencia de
aprendizaje, entonces estás en el camino correcto. A
medida que exploramos nuestro medio ambiente,
aprendemos lo que nos da placer y lo que no. Esto es
solamente humano.
Con cada nueva experiencia, tú como persona te
transformas. Una vez que has tenido una experiencia no
sigues siendo el mismo. Con cada experiencia nueva
descubierta, tu naturaleza cambia y aprendes y creces.
Victor Antonio
En lugar de criticarte a sí mismo (es decir, no te castigues
por cambiar de opinión), comienza a preguntarte esta
simple pero importante pregunta: ‘¿por qué perdí interés?’
Pregúntate acerca de qué aspectos de los proyectos te
parecieron atractivos y cuáles no. ¿Qué fue lo que te hizo
perder interés? Por el contrario, ¿qué te atrajo en primer
lugar?
Cuestionándote o teniendo este dialogo interno, comienzas
a refinar tu proceso de pensamiento y tus patrones de
búsqueda. No estás pensando en fracaso, estás pensando
como un torpedo. Estás pensando y refinando tus
pensamientos acerca de lo que realmente quieres. Estás
definiendo el camino de regreso hacia ti mismo al clarificar
lo que realmente te hace feliz.
Frecuentemente, perdemos interés después de aprender lo
que teníamos que aprender de esa experiencia en particular.
Es natural aburrirse después de haber aprendido lo “que
querías aprender” de la experiencia.
Otras veces, cuando intentamos algo nuevo, nos damos
cuenta de que no era la experiencia que pensamos que iba a
ser.
Cualquiera sea la respuesta, eres más inteligente y estás
más en contacto con lo que te hace feliz como resultado de
La Lógica Del Éxito
31
la experiencia. Y recuerda, si decides avanzar hacia algo
mejor o diferente, está bien.
“Nunca alquiles tus objetivos; ¡cómpralos!”
A veces haces cosas porque otros te han convencido de que
serían buenas para ti. A veces observas lo que los demás
están haciendo e intentas imitarlos para reproducir su
abundancia o felicidad. Tomas los objetivos de ellos y los
haces propios. Juntar tus objetivos con los del otro es una
estrategia fallida desde el comienzo.
Cuando obtienes la idea de lo que quieres a partir de los
demás, terminarás siendo infeliz. ¿Por qué? Porque tus
“objetivos” no son tuyos. No te pertenecen, los has
alquilado. No puedes alquilar los objetivos de otras
personas. ¡No funciona!
¿Alguna vez alquilaste un auto? ¿Cuidas tu auto alquilado
tan bien como cuidas tu propio auto? ¡Por supuesto que
no! Cuando algo te pertenece, lo proteges o lo cuidas. Lo
contrario es también verdad. Si algo no es tuyo, no lo
protegerás o cuidarás tan bien como si lo fuera.
La respuesta a la pregunta de “por qué” pierdes interés
después de estar tan entusiasmado, puede estar en que
quizás nunca quisiste eso en primer lugar; sólo pensaste
que lo querías. (Lee esta oración otra vez).
Victor Antonio
Puedes haber visto a otros hacerlo y pensaste que podrías
ser bueno en eso también o aceptaste la mentalidad “yo
podría hacerlo mucho mejor”. En ambos casos, permitiste
que tu deseo de alquilar el objetivo de alguien tenga
prioridad por encima de ir tras tu objetivo personal.
Cualquier inversor financiero te dirá, alquilar siempre es a
la larga más caro que comprar. Al final, no recibes ningún
derecho por tus pagos de alquiler o las cuotas que pagaste.
No alquiles tus objetivos; cómpralos.
“La primera contingencia del éxito es el ego”
Permíteme explicar lo que quiero decir contándote una
historia sobre el momento en el cual yo estaba siendo
persuadido por otras personas para hacer algo que
realmente no quería hacer y ellos pensaban que yo debía
hacerlo. Cuando comencé la escuela secundaria, algunos de
mis amigos me convencieron que debía jugar básquet
(baloncesto). Ellos me decían lo bueno que debía ser
debido a mi estatura y la ventaja que esto me daría por
encima de otros jugadores.
Decidí seguir adelante y unirme a su equipo en YMCA.
Para llegar a los partidos, tenía que tomar el subterráneo
Chicago “EL”. Este pequeño dato jugará un rol importante
La Lógica Del Éxito
33
en lo que vino después de mi desafortunada decisión de
jugar básquet.
En nuestro primer partido, estábamos ganando contra un
equipo que tenía la reputación de ganarle a todos contra los
que jugaba. En su equipo había un chico que medía unos
cinco pies de estatura (1,52 metros). Lo llamaban
“Skywalker,” por el famoso jugador de los Denver Nugget,
David Thompson, que en ese momento era conocido por su
habilidad para saltar (antes de Michael Jordan) tan alto que
parecía que estaba caminando sobre el aire.
Esta es la escena. Era un gimnasio de YMCA mohoso y
apestoso y los asientos estaban completamente llenos con
estudiantes revoltosos que venían para ver a una persona,
Skywalker. ¡Skywalker era el hombre!
En un momento durante el partido, recuerdo haber saltado
para hacer un rebote, pensando que ya lo tenía. De la nada,
por detrás, otro par de manos apareció para agarrar también
la pelota; era Skywalker. No sé de dónde salió, pero él
también tomó la pelota y ambos chocamos, aferrándonos a
ella a medida que caíamos. ¡Todo lo que podía escuchar de
la multitud mientras peleábamos era un, “Oooooooooh!”a
viva voz. Ellos tampoco podían creer cómo pudo saltar tan
alto por sobre mi espalda.
Victor Antonio
El árbitro hizo sonar el silbato y ordenó un salto (bola al
aire). Para aquellos que no están familiarizados con el
término, cuando dos jugadores están peleando por el
control de la pelota, el juego se detiene y los dos jugadores
deben confrontarse mientras que sus compañeros de equipo
los rodean en un círculo. Luego el árbitro lanza la bola al
aire entre los dos jugadores oponentes que estaban
peleando por la pelota en el momento del silbato. El
objetivo es calcular el salto para llegar primero a la pelota y
pasarla a uno de sus compañeros, reanudando luego el
juego.
Así que ahí estaba yo, con 6’2” (1,89 metros) parado cara a
cara con un hombre que apenas llegaba a mi pecho. El
árbitro hizo sonar el silbato y lanzó la pelota entre nosotros.
Lo que pasó después es algo que he tratado de olvidar
durante mucho tiempo (tengo que encontrar un “exorcista
del pensamiento” para esto). A medida que saltamos en el
aire, Skywalker se disparó hacia arriba y me pasó de un
solo salto. ¡¡¡Creo que su estomago estaba a la altura de mis
ojos y yo ya estaba en el aire!!! Él fácilmente saltó más
alto que yo y pasó la pelota hacia sus compañeros de
equipo.
¡Los estudiantes en la tribuna enloquecieron! ¡No, quiero
decir se volvieron locos! Al principio, escuchaba bastantes
La Lógica Del Éxito
35
gritos de incredulidad; que fueron seguidos por una
erupción de risas y recriminación. La multitud no dejó que
ese momento pasará desapercibido y yo nunca me sentí tan
pequeño como me sentí en ese preciso instante. ¿Cómo
podría un muchacho de baja estatura saltar más alto que
alguien de mucha mas estatura como yo?
Oh, si eso fuera sólo el final de esto. Para empeorar las
cosas (o mejorar, depende desde qué perspectiva uno lo
mire), me doblé el tobillo en el primer cuarto de tiempo y
tuve que sentarme dolorido en el banco, ahora herido tanto
emocional como físicamente. Decidí no esperar allí por
otros tres cuartos de juego y elegí ir a casa antes que la
hinchazón empeorara.
Estaba oscuro cuando salí del gimnasio YMCA y descendí
los escalones del metro que estaba enfrente. La plataforma
de la estación estaba vacía y daba miedo como siempre,
pero cuando uno se encuentra lastimado mental y
físicamente las cosas simplemente parecen un poquito peor
de lo que normalmente son.
Quería subir a un tren lo antes posible porque la plataforma
del metro no era un lugar para estar, especialmente si no te
encontrabas en condiciones de correr como era mi caso.
La estación era conocida como una estación A & B. Eso
significaba que tanto los trenes “A” como los trenes “B”
Victor Antonio
paraban allí. Yo deseaba que llegara el tren “A” porque me
llevaría a un vecindario más amigable en donde podía
cojear hasta casa. No quería tomar el tren “B” esa noche en
particular porque me dejaba siete cuadras más lejos y en un
vecindario donde había una banda rival que pasaba las
horas en una lavandería ubicada justo debajo de la estación.
Cuando se trataba de golpear a alguien, no se fijaban en la
víctima, si entiendes lo que quiero decir.
Así que ahí estaba yo, esperando con dolor, reviviendo la
escena del salto y de la reacción de la multitud en mi
cabeza con mi tobillo lastimado y dolorido. Miraba todo el
tiempo a mi alrededor, estando muy alerta a mi entorno
para asegurarme que nadie me asaltara.
Finalmente, escuché el ruido del tren acercándose a la
curva y como un apostador de las Vegas jugando a los
dados, me decía a mí mismo, “Vamos tren ‘A’. Que sea el
tren ‘A’.”
Dada la suerte que estaba teniendo hasta el momento, no
me sorprendió ver que un tren ‘B’ venía por el carril. Ahora
tenía que hacer una elección: quedarme en la plataforma
del metro donde no era seguro y esperar por el próximo
tren, que podía ser un “A,” o arriesgarme a ir a la estación
“B” y esperar que nadie estuviera en la lavandería. Mi
tobillo me dolía mucho y necesitaba sentarme un rato.
La Lógica Del Éxito
37
Decidí apostar al tren “B” y subir. Sólo podía esperar que
nadie estuviera en la lavandería cuando llegara a mi
destino.
Veinte minutos más tarde, el tren se acercó a la estación
“B” y yo descendí. A medida que me acercaba al
torniquete, sólo podía ver algunas partes de la lavandería al
otro lado de la calle. En ese momento, no podía decir si
había alguien esperando. Ahora bien, en Chicago, una vez
que sales del torniquete del metro, no puedes volver a
entrar.
Decidí arriesgarme. Agarre mi mochila y me dirigí a la
salida. A medida que pasaba el torniquete, examiné la calle
y si, allí estaban, seis miembros de la banda, fumando y
tomando.
Me recordé no entrar en pánico. Bajé mi cabeza y empecé a
cojear hacia mi casa. Deseaba que vieran mi mochila y se
dieran cuenta de que era un estudiante que no imponía
ninguna amenaza a su territorio.
No pasaron más de 30 antes de escucharles desde el otro
lado de la calle, “¡Eh tú!”
Los ignoré. Luego la frase se hizo más fuerte, “¡Eh tú!”, y
seguí ignorándolos. Pretendí que no podía escucharlos y
me dirigí a casa, deseando que ellos entendieran que
simplemente estaba pasando por allí.
Victor Antonio
No tuve esa suerte. Ellos comenzaron a caminar en mi
misma dirección sólo que del otro lado de la calle. Me
seguían gritando cosas para que me detuviera y me acercara
a hablar con ellos. ¡De ninguna manera! Me negaba a
parar.
Lo que empeoraba las cosas era mi tobillo doblado, el cual
ellos no habían notado. Creo que ellos habían confundido
mi cojera por un caminar extraño o “pimping”. Ahora,
para aquellos de ustedes que no son del vecindario, caminar
con “pimp” es el equivalente a caminar con un “contoneo
arrogante”, el cual yo no estaba tratando de hacer;
simplemente estaba dolorido. Pero ellos no sabían eso y yo
sabía que no me estaba ayudando. Creo que ellos pensaron
equivocadamente que mi cojera era fanfarroneo.
¿Alguna vez miraste “Reino Salvaje” en el Discovery
Channel? Recuerdas las escenas donde los antílopes o
zebras saben que el depredador está en los alrededores,
pero permanecen calmado y alertas. Serenamente se alejan
de la amenaza a medida que el depredador continúa
acercándose hasta el momento en el que hay que tomar una
decisión: escapar o pelear.
Bueno, llegué a ese punto y elegí correr. Tenía tanto miedo
de que me agarraran que me olvidé del dolor en mi pierna.
Me las arreglé para saltar algunas cercas, corriendo a través
La Lógica Del Éxito
39
de callejones traseros y pasadillos. Me desplacé a través
del laberinto del vecindario con facilidad hasta que
finalmente los perdí.
Cuando llegué a casa, le conté a mi madre acerca del juego
y de cómo me había doblado el tobillo. Sin embargo, olvidé
intencionalmente mencionar la escena de la persecución.
Esa corrida final empeoró mi tobillo y seguí cojeando, no
fanfarroneando, durante dos semanas.
Ahora ¿por qué esta historia tan larga? Bueno, ¿cómo es
que terminé en esta situación? O, mejor aún, ¿por qué me
pasó a mí?
La moraleja de esta larga historia puede ser resumida en
esta frase: A menudo nos encontramos en situaciones, no
porque queramos, sino porque otros nos convencen de
hacerlo.
¿Estoy diciendo que no deberías ser responsable por tus
acciones? ¡No, todo lo contrario!
Esta historia es un recordatorio de cómo el ser seducido
para hacer cosas que uno de lo contrario no haría, puede
llevarnos a resultados inesperados y desfavorables.
Yo no tenía nada que hacer en el básquet porque no era tan
bueno como los otros chicos. Yo no entendía el juego y no
estaba en condiciones de jugar. Hasta ese momento, nunca
Victor Antonio
había jugado a la pelota de manera organizada, así que no
estaba familiarizado con las reglas y las estrategias del
juego.
Mis amigos me convencieron asegurándome que mi
estatura sería suficiente. Aproveché la oportunidad de
jugar porque quería que ellos tuvieran razón y quería ser
bueno en algo.
Cuando haces cosas porque otros creen que eres bueno para
hacerlas, puedes encontrarte en un aprieto similar: sin
preparación y lesionado.
Pero el daño real no es físico, es emocional. Cuando las
cosas no salen de la forma que uno espera, la autoestima
sufre de dos maneras. Primero, porque no estás preparado
(asumes que puedes hacerlo sin preparación), y segundo,
fracasas en algo no porque era algo que querías, sino
porque alguien te convenció de que sería algo bueno para
ti. En ambos casos, te sientes peor, menos competente y
más inseguro acerca de ti mismo.
Todos nosotros hemos tenido amigos, familia o una
persona amada que ha dicho, “creo que serías fantástico en
esto.” No dejes que otros te convenzan hasta que hayas
examinado la oportunidad y hayas llegado a la conclusión
de que involucrarse sería una buena idea. Sólo en ese
momento puedes establecer expectativas y plazos realistas
La Lógica Del Éxito
41
para tu éxito. Saber qué esperar y cuánto tiempo tomará
para que sucedan las cosas reduce la ansiedad y la duda.
Oye a los otros, escúchate a ti mismo.
Nuevamente, el camino más difícil hacia el éxito es el
camino de regreso a ti mismo. Tienes que aprender a
hacerte a ti mismo las preguntas más difíciles. Luego debes
escucharte a ti mismo y ser brutalmente honesto. Al fin y al
cabo, si no lo eres, solamente te estarás mintiendo a ti
mismo.
Estrategias para ayudarte a escucharte a ti mismo:
· ¿Me gustaría hacer esto?
· Si el dinero no fuera importante, ¿me seguiría
gustando hacer esto?
· ¿Estoy haciendo esto porque está bueno, o porque
encuentro un significado o propósito en esto?
· ¿Estoy haciendo esto para impresionar a otros o es
algo que realmente quiero?
El camino más difícil hacia el éxito es el camino de regreso
a ti mismo.
Punto de partida: si no sabes lo que quieres, comienza a
excluir las cosas que sabes que no quieres. Volver a lo que
Victor Antonio
a uno le gusta y quiere, comienza simplemente con ser
honesto con uno mismo; “Sé fiel a ti mismo”.
Aprender a escucharse a uno mismo acerca de lo que a uno
lo hace realmente feliz, no es fácil. Pero entonces otra vez,
si descubrir lo que uno quiere hacer en la vida fuera fácil,
¿Dónde estaría el desafío?
Nota final: Cuando uno hace las cosas por razones
equivocadas (por ejemplo, ser ingeniero o jugar básquet),
eventualmente uno termina siendo un miserable. Los
efectos del descontento no serán aparentes inmediatamente,
pero se harán evidentes y conocidos con el tiempo.
La Lógica Del Éxito
43
La LÓGICA
del éxito
“Contempla a la tortuga. Sólo progresa cuando saca su cuello.
– James Bryant Conant
Superando el miedo
Una vez que lo tienes resuelto (qué es lo que quieres hacer
con tu vida), el próximo paso es tomar las medidas
necesarias para lograr tu visión. Comienza con la premisa
de que el fracaso es parte del éxito. Como un avión que
despega todos los días, en algún lugar del camino ese avión
tiene que hacer ajustes debido a cambios de temperatura,
tráfico y otras condiciones que no fueron anticipadas.
Superar el fracaso no es nada más que tomarte el tiempo
para hacer ajustes menores en tu camino hacia el éxito.
Recuerdo cuando me mudé con mi familia a Argentina
como Vicepresidente de Ventas. Estaba a cargo de la
administración de 26 países con cinco oficinas regionales,
siendo Argentina una de ellas.
Las mayores ventas que la compañía obtuvo en sus diez
años de negocios, fue $14 millones. Cuando llegué a
Victor Antonio
Argentina para revitalizar y construir el departamento de
ventas en esa región. La oficina regional nunca había
producido más de $400.000 en ganancias y mi desafío era
alcanzar y exceder ese número.
Recuerdo estar sentado en mi oficina en Argentina un día,
mirando hacia afuera de la ventana (mirando hacia afuera o
mirando por la ventana) y preguntándome, “¿Cómo diablos
haré crecer este negocio con problemas en México, Brasil,
Puerto Rico y otros lugares importantes?”
Una confesión para el lector: ¡Estaba aterrorizado! Por
favor no se lo cuentes a nadie.
No tenía idea, sólo un indicio de cómo daría vuelta a las
cosas y hacer que las “ventas” sucedan. Recuerdo estar
sentado en mi oficina pensando, “¿En qué lío me metí?
¿Cómo puedo hacer crecer este negocio más allá de los
$14 millones cuando nadie antes ha sido capaz de hacerlo?
¿Cómo administraré las personas y los presupuestos?”
Olvídate de la película Sleepless in Seattle (Desvelado en
Seattle), yo estaba “Desvelado en Argentina,” tratando de
armar una estrategia.
Cuando no puedes retroceder, ve hacia delante. En ese
punto, los deseos se convierten en necesidades y
encuentras la forma de hacer que las cosas sucedan.
La Lógica Del Éxito
45
Un día, mientras hablaba con un cliente por teléfono, no
paraba de escuchar el ruido de un martillo neumático fuera
de mi ventana. Probé cerrando la ventana pero eso no
parecía ayudar mucho. Recuerdo haberle pedido disculpas
al cliente por el ruido de fondo y acordé continuar con
nuestra conversación telefónica por la tarde durante nuestra
reunión programada.
Después de colgar el teléfono, abrí la ventana nuevamente
y observé el edificio más bajo que estaba al lado. En el
techo, vi a varios hombres usando unas máquinas para
destruir el tejado. En aquel momento no sabía que esto
seguiría por semanas y que pronto iba a volverme loco.
En algún momento en la tercera o cuarta semana, percibí el
silencio. Abrí la ventana y, para mí sorpresa, los hombres
habían terminado de arrasar con el tejado. Ahora estaban
colocando tejas de cerámica en este extenso techo que tenía
el tamaño de dos canchas de tenis. Recuerdo haber
pensado, “Eso les tomará mucho tiempo”.
Un día, recuerdo que miré hacia afuera y me di cuenta de
que habían completado tres cuartos del techo.
“¡Asombroso! ¿Cómo fueron capaces de colocar tantas
tejas pequeñas tan rápidamente?, pensé. Es gracioso cómo
uno no se da cuenta del progreso que se está logrando hasta
que se aleja de él por un tiempo.
Victor Antonio
¡Ajá!
En ese mismo momento, vino a mi mente la idea sobre
cómo construir un territorio de ventas. En lugar de
concentrarme en la enorme tarea de aumentar las ventas
para la región como un todo, decidí concentrarme en
construir las ventas de la compañía poco a poco.
Fue esta forma de pensar, esta versión argentina de comer
un elefante un mordisco por vez, lo que me ayudó a
mantener la paciencia y el equilibrio necesarios para hacer
crecer el negocio. Cada uno de los 26 países sería
considerado ahora como una “teja”. Comencé por
asegurarme que cada teja que colocaba estuviera
posicionada correctamente en el mercado. Los resultados
serían medidos a lo largo del tiempo.
¿El resultado? Cuando llegué a la compañia o cuando
asumí esta responsabilidad, terminé el año sin ningún
cambio inesperado de $14 millones. Siempre es bueno
asumir responsabilidad y no perder el territorio. ¡Uff!
Estaba aliviado.
El segundo año terminé en $45 millones y al final del tercer
año, había hecho crecer al negocio a $98 millones. Sólo la
oficina argentina pasó de $400.000 en ventas a $5 millones
en sólo tres cortos años.
La Lógica Del Éxito
47
De esto, aprendí que cuando divides las cosas en pedazos
más pequeños, primero comienzas a tener una sensación de
control. Y a medida que comienzas a actuar, tienes una
sensación de impulso. Ya no sientes como si estuvieras
inmóvil. Y actuar es la mejor terapia cuando sientes que las
cosas no salen como tu esperas.
Cada vez que me frustraba o me sentía abrumado por la
enormidad de la tarea que tenía en mis manos, pensaba en
tejas. Cuando me preguntaba si estaba progresando,
rápidamente recordaba que los resultados son medidos a lo
largo del tiempo y no diariamente.
La segunda cosa que noté fue cómo cada paso o acción
positiva reducía mi factor miedo. Dar pequeños pasos o
hacer “pequeñas acciones” me hacían sentir en control y
me daban una sensación de logro. Confucio dijo, “No
importa qué tan rápido o despacio vayas, sólo importa que
te muevas.”
¿Qué experiencia o ejemplo personal puedes sacar para la
próxima vez que necesites dividir las cosas en pequeños
pedacitos?
El miedo te paralizará. El miedo causa inmovilidad. La
inmovilidad, a su vez, causa baja autoestima. Y la baja
autoestima causa miedo. Este es el ciclo de miedo que
debes que evitar.
Victor Antonio
Pero ¿qué tan real es tu miedo? ¿Por qué tienes miedo de
dar pequeños pasos hacia tu visión o de colocar las tejas
que la forman?
La mayoría de las cosas por las cuales nos preocupamos
nunca llegan a suceder. La Universidad de Michigan dirigió
un estudio y llegó a estas conclusiones:
El 60% de nuestros miedos son injustificados y NUNCA
suceden.
El 20% de nuestros miedos están enfocados en nuestro
PASADO, el cual está completamente fuera de nuestro
control.
El 10% de nuestros miedos están basados en cosas tan
pequeñas que NO hacen diferencia en nuestras vidas.
Del 10% restante, solamente el 4-5% podría ser
considerado justificable
Fuente: Universidad de Michigan
¡Vaya! Piensa en esto por un momento. El noventa y cinco
por ciento de las veces estás asustado sin ninguna razón.
¿Es éste el miedo que te impide dar esos pequeños pasos
hacia cosas grandes?
La Lógica Del Éxito
49
Indefensión Aprendida
Muchos de nosotros nos provocamos el miedo porque
estamos acostumbrados o hemos sido condicionados a
pensar más en términos de fracaso que en términos de
éxito. Cuando tenemos un nuevo desafío o cambio en
nuestra situación, es más probable que adoptemos una
actitud fatalista o pesimista, ¿por qué?
El Dr. Martin Seligman de la Universidad de Pensilvania
realizó un estudio con perros. Él observó que algunos
perros, cuando se les daba una forma suave de descarga
eléctrica (como la descarga que recibes cuando tocas a
alguien después de caminar sobre una alfombra),
simplemente se recostaban y gemían.
Intrigado por este fenómeno, decidió realizar un
experimento de dos etapas para determinar si rendirse,
como claramente lo estaban haciendo los perros, era algo
natural o si era una respuesta condicionada.
Primero, Seligman estableció dos grupos de perros, Grupo
A y Grupo B. Luego tomó uno de los perros del Grupo A y
lo colocó en un arnés donde se le daban descargas
eléctricas periódicamente. (Nota: ningún animal fue herido
o lastimado durante estos experimentos). Se colocó una
barra frente al perro, la que el animal podía golpear para
detener las suaves descargas. Eventualmente, todos los
Victor Antonio
perros del Grupo A lo resolvieron y tan pronto como se
aplicaba la suave descarga ellos golpeaban la barra.
Luego, ellos tomaron perros del Grupo B y los colocaron
uno a la vez en un arnés similar donde se les daba el mismo
tipo de descarga suave. Pero en el caso del Grupo B, no se
les colocó ninguna barra para detener las descargas. Estos
perros simplemente gemían cuando se aplicaba la descarga.
En la segunda etapa del experimento, se creó una casilla
con dos compartimentos. El centro de esta casilla contenía
una barrera baja que permitía a los perros saltar de un lado
al otro del compartimiento .
Luego, tomaron perros del Grupo A y los colocaron, uno a
la vez, de un lado de la casilla, donde se les aplicaría un
tratamiento de descarga similar.
Eventualmente, los perros del Grupo A entendieron, así
como con el golpe a la barra, que si ellos pasaban por
encima de la barrera del centro hacia el otro lado, las
descargas se detenían.
Por otro lado, se colocó a los perros del grupo B en el
mismo compartimiento y otra vez se les administraron
descargas suaves. Pero a diferencia del Grupo A, que
aprendieron a moverse hacia el otro lado de la casilla luego
de recibir las descargas iniciales, este grupo simplemente se
recostaba y gemía, sin siquiera intentar pasar al otro lado.
La Lógica Del Éxito
51
Conclusión: los perros del Grupo A estaban condicionados
a encontrar una manera de aliviar la incomodidad de las
descargas. De manera que cuando eran situados en un
nuevo ambiente (la casilla) con un nuevo grupo de
condiciones (saltar por encima de la barrera en vez de
golpear una barra), ellos lo resolvieron. Ellos necesitaban
encontrar una solución y la curiosidad les permitió saltar la
barrera.
El Grupo B, por otro lado, había aprendido durante la
primer etapa del experimento que no había nada que ellos
pudieran hacer para evitar su situación. Así que, en la
segunda etapa del experimento, no fue una sorpresa que
ellos simplemente se rindieran.
Los perros en el Grupo B habían sido condicionados para la
indefensión y ni siquiera tenían la necesidad de tratar de
moverse. Aún cuando su situación o ambiente cambió, no
importaba. Los perros ya habían adoptado la actitud de “no
hay nada que yo pueda hacer”.
Muchos de nosotros en la vida entramos en la categoría del
Grupo B. En lugar de buscar alternativas o soluciones a
nuestros dolores diarios por tener que lidiar con las
presiones de la sociedad, simplemente renunciamos o nos
rendimos. La única diferencia real es que en lugar de gemir
nos lamentamos en gran manera.
Victor Antonio
Cuando aceptas tu condición y afirmas que no hay nada que
puedas hacer para cambiar tu situación ¡estás acabado!
Cuando asumí la vicepresidencia en Argentina, no tenía
una idea clara de lo que necesitaba hacer. Sólo tenía ideas
de lo que se necesitaba lograr. Y sí, a lo largo del camino
cometí errores. Sin embargo, ellos eran una minoría cuando
se los comparaba con todas las cosas buenas que
comenzaron a suceder.
Sin importar quién es la persona, el emprendedor o el
Director Ejecutivo, están mintiendo si te dicen que tienen
todas las respuestas. ¡No las tienen!
Lo que tienen los verdaderos ganadores es una idea o
sensación fuerte de lo que se necesita hacer. También
tienen claro en su mente que algunas de aquellas ideas
posiblemente fracasen. ¿Esto les hace cambiar de opinión?
¡Claro que no! ¿Por qué? Porque los ganadores se
condicionan así mismo para el éxito.
Como los perros en el Grupo A, los ganadores saben que
para que las cosas cambien, ellos tienen que intentar algo.
En el caso de los perros, ellos se daban cuenta que al
golpear la barra la incomodidad paraba (es decir, las
descargas). ¿No es eso lo que tratamos de hacer
regularmente, detener la incomodidad?
La Lógica Del Éxito
53
La Ley de los Promedios
El éxito es un juego de números. Tienes que seguir
intentando diferentes cosas hasta que encuentres ese simple
acto o una combinación de acciones que cambiarán las
cosas para bien. Cuanto más juegues (es decir, intentes)
más posibilidades tienes de ganar. La Ley de los Promedios
eventualmente funciona y como dice el dicho, “Si te
balanceas lo suficiente, tarde o temprano darás contra
algo”.
Uno de tus más grandes obstáculos para vivir la vida que
quieres es el miedo: el miedo a fracasar, el miedo a lo
desconocido, el miedo a la humillación, el miedo a perder
dinero, el miedo a cambiar de carreras, el miedo a todo lo
que involucre un cambio.
Ojalá Tuviera Algo de Eso
A veces al hablar con algunas personas ellas me cuentan
cómo encontraron su vocación para los negocios o para el
servicio de un ser espiritual o iluminado. Hablan con tal
convicción y pasión que a menudo me voy pensando,
“Hombre, ¿qué está fumando esa persona?” Más tarde,
luego de reflexionar acerca de nuestra conversación,
Victor Antonio
pienso, “¡Sí, pero ojalá yo tuviera algo de eso!” Desearía
tener algo de ese entusiasmo.
Estas son personas que tienen una creencia que las impulsa
y están comprometidas con lo que están haciendo. Ahora,
no estoy hablando acerca de la persona que dice,
“Realmente me encanta mi trabajo” con una sonrisa de $2
forzada en su rostro. Hablo de las personas que, cuando
hablan de lo que hacen, puedes verlo en sus ojos, ves
emoción y tú sientes su entusiasmo. ¿Sabes de lo que estoy
hablando? Estoy seguro que sí.
Hay una cosa que no noté en ninguna de sus voces, y eso
es miedo. Su emoción, propósito y significado recién
descubierto los ha invadido y ayudado a superar ese miedo.
Ellos están ahora tan emocionados y entusiasmados acerca
de lo que están haciendo que no hay lugar para el miedo.
Todavía pienso para mí, “¡Hombre, ojalá tuviera algo de
eso!”
Todos estamos siempre buscando algo que le dé sentido o
valor agregado a nuestras vidas. Al igual que tú, pasé
muchas noches sentado, pensando, “¿Por qué no puedo
emocionarme con algo? ¿Por qué no puedo encontrar esa
pasión ardiente que me impulse?
En la película City Slickers, con Billy Crystal y Jack
Palance, hay una escena donde el personaje de Palance
La Lógica Del Éxito
55
mira a Crystal mientras mantiene su dedo índice en alto, le
dice, que su propósito en la vida es encontrar esa “cosa
única”.
En respuesta, Crystal pregunta, “¿Qué es esa cosa única?”
Palance le da una respuesta indirecta con la siguiente frase,
“Eso lo tienes que descubrir tú”.
A menudo pienso acerca del propósito y el significado,
como estoy seguro muchos de ustedes también lo hacen.
Yo también quiero esa fuerza impulsora y llena de
significado que otros parecen tener. Creo que no tener esa
fuerza impulsora hace que una persona se sienta un poco
desanimada o quizás hasta desmotivada al no encontrarla.
Te aliento a que empieces a tomarte el tiempo mental
necesario para entenderte a ti mismo. Aquí hay un proceso
de cinco pasos que quizás quieras probar para ayudarte a
continuar buscando esa “cosa única”.
Paso 1: Comienza con esta simple estrategia: si no puedes
descifrar qué es lo que quieres hacer, como mínimo,
comienza a definir las cosas que NO quieres hacer.
Empieza por realizar un inventario mental de las cosas que
no disfrutas. Comienza a pasar por el tamiz los tipos de
trabajo que has tenido en el pasado. Piensa en cada uno y
que no te gustó de ellos. ¿Qué aspectos clave de estos
empleos odiaste?
Victor Antonio
Paso 2: Ahora, haz una lista mental de todas las cosas que
sí te gustaron de cada uno de esos empleos. ¿Qué aspectos
de esos trabajos realmente disfrutaste hacer?
Paso 3: A continuación, piensa en ciertos empleos en los
cuales la mayor parte de la carga laboral consiste en
realizar aquellas cosas que te gustan.
Paso 4: Una vez hayas creado una lista general de
potenciales buenas situaciones, comienza a “imaginarte” en
esta posición ideal. Sueña despierto con estar en esa
posición y realizando ese trabajo.
Paso 5: Ahora, el paso crucial: adelántate rápidamente en tu
carrera imaginaria y piensa de nuevo a dónde te llevaría.
¿Te gusta el lugar hacia donde te llevará este camino?
El último paso es el más difícil de reconciliar cuando estás
tratando de decidir si ir o no en busca de algo. Es fácil de
imaginar lo que puedes querer pero cuando te haces esa
pregunta “¿seré feliz en el largo plazo?”, esto te fuerza a
analizar tus verdaderas motivaciones y deseos que te llevan
a querer hacerlo.
Una Epifanía
Un día vino a mi mente un pensamiento interesante que
impactó contra el callejón sin salida que había en mi cabeza
con respecto al tema de “encuentrar tu propósito”. Tuve
La Lógica Del Éxito
57
una epifanía, o momento de iluminación mientras conducía
por la autopista y los autos me pasaban rompiendo la
barrera del sonido. Mientras conducía, comencé a tener un
diálogo interno conmigo mismo sobre el concepto de
propósito.
Ahora bien, todos nosotros hemos tenido estas
conversaciones internas con nosotros mismos. Tenemos un
lado que da comienzo a los pensamientos (yo lo llamo lado
A) y un lado crítico que analiza el pensamiento en sí mismo
y hace las veces de abogado del diablo (yo lo llamo lado
B). Ese día en particular, tuve una de esas conversaciones
episódicas. Entren en mi cabeza por un segundo y
escuchen la conversación que tuve conmigo mismo ese día.
PRECAUCIÓN:
Entrar en el proceso de pensamiento de otra persona puede ser
peligroso y perturbador.
Este pensamiento vino a mi cabeza mientras estaba
conduciendo:
A: “¿Si el propósito no viene hacia mí, por qué no voy yo
hacia él?
Este primer grupo de neuronas no había terminado de
disparar ese pensamiento, cuando un segundo grupo
disparó también diciendo:
Victor Antonio
B: “¿Cómo diablos funciona eso? Te estás confundiendo,
amigo.”
A: “No, no me estoy confundiendo.”
B: “Bueno, dime, ¿cómo puedes obtener un propósito?
A: “Bueno, no quise decir eso.”
B: “Bueno, ¿entonces qué es lo que quisiste decir?”
A: “Quise decir que quizás el propósito no aparece así,
simplemente, sino que yo tengo que encontrarlo.”
B: “Sí, seguro, ¿debajo de una piedra?”
A: “No, idiota, quiero decir hallar un propósito”.
B: “Si, sólo ve al Sam’s Club de la ciudad; ¡ellos los
venden al por mayor! Oh sí, aquí tienes un paquete de
propósito. Las instrucciones dicen: sólo añada una taza de
esperanza, dos cucharaditas de estupidez, pero no le
agregue demasiado porque tendrá un engrudo de cerebro.
Ja, ja…”
A: “¡Muérete! Quise decir que ya que no tengo un
propósito, quizás debería obtener uno.”
B: “Bueno tonto, si estás pensando de esa manera, ¿por qué
simplemente no inventas un propósito?”
A: “Porque tu no puedes simplemente darte un propósito.”
B: “¿Por qué no?”
A: “Porque necesita tener sentido.”
La Lógica Del Éxito
59
B: “¡Bueno, entonces asígnale propósito !”
DETENTE dolor de cabeza.
En ese momento, un rayo de luz brilló a través de la
ventana de mi auto y escuché cánticos gregorianos de
fondo. Pero ese momento de iluminación sólo duró hasta
que descubrí que había pasado por debajo de un puente y
que el rayo de luz era el sol brillando a través de la ventana
del techo. Después me di cuenta de que el canto gregoriano
que estaba escuchando de fondo era en realidad un
comercial de radio de un producto para limpiar alfombras
con la banda de sonido del Rey de la salsa, Oscar de León.
Este pensamiento, sin embargo, fue una epifanía. La idea
de asignarme a mí mismo un propósito lindaba con la
herejía motivacional. Se supone que el propósito “te
ocurre”. Se supone que el propósito viene encubierto a
través de consecuencias no planeadas o de eventos que
cambian tu vida. Recuerda lo que solían decirte tus padres,
“No puedes ir por ahí simplemente inventando cosas”.
En las matemáticas, la gente deriva ecuaciones y soluciones
de manera propia y específica. Aunque hay reglas que
seguir, siempre hay más de UNA FORMA de arribar a una
conclusión o solución.
Victor Antonio
Mi descubrimiento de cómo obtener un propósito funcionó
para mí. Llegué a la conclusión de que tener un propósito
se trata de darle significado (algo que signifique mucho
para ti) a una actividad. Repito: Propósito es darle un
significado personal importante a una actividad. La
palabra clave aquí es importante. La actividad tiene que
significar algo para ti.
Lo que hace especial a tu propósito es su cualidad única. Es
tuyo. Nadie lo puede duplicar. Nadie lo puede entender
como tú lo haces, porque es tuyo solo. Es como una huella
digital, única en sus contornos, que identifican quién eres
tú.
Cuando “encuentras una religión”, una causa o un trabajo
que amas, todo tiene que ver con darle un significado a esa
actividad. Cuando hablo de significado, lo hago en
términos de un compromiso completo hacia algo en lo que
uno cree firmemente. Tan fuerte es tu creencia que cuando
adelantas tu vida y te ves en el camino, sabes que estarás
contento de haber elegido esa dirección.
Asignarnos un propósito es mucho más que simplemente
decir, “Me gusta esa idea; voy a hacerlo”.
Es más que ver un comercial y decir, “Sí, eso es para mí.”
La Lógica Del Éxito
61
Es más que simplemente emocionarse porque alguien te
pidió que te unas a un grupo o negocio y tu dices, “Sí, eso
es para mí.”
En el Capítulo Uno, aprendiste que escuchar a los demás
en vez de a ti mismo es un atajo hacia la desilusión. ¿Qué
tiende a pasar cuando uno adopta esta estrategia?
Generalmente te sientes desilusionado con tu decisión. Te
sientes incapaz de estar motivado a hacer lo que sea que
hayas acordado hacer. El sólo hecho de mantenerte
motivado requiere toda tu energía, hasta que un día dices,
“No, eso no es para mí.”
Asignarte un propósito significa encontrar o descubrir algo
que tú consideras que es valioso y digno de tu tiempo físico
y mental. Déjame darte algunos ejemplos:
John Walsh, de la serie de televisión, “America’s Most
Wanted,” empezó a hacer lo que él hace cuando su hijo fue
secuestrado y asesinado. Él se asignó a sí mismo un
propósito dándole a esta situación un significado. No quería
que nadie tuviera que experimentar lo que él había
experimentado, así que dedicó su vida a encontrar a
criminales.
Victor Antonio
Randy Gage, el orador profesional, hizo millones y luego
renunció. Luego de un año de pausa, volvió con una fuerza
renovada porque, como él dijo, “Quería producir un
impacto en la vida de las personas.” Lo que Randy
descubrió fue que el dinero no le daba significado a su vida.
Su nuevo propósito estaba basado ahora en el significado
que le había asignado durante su tiempo de descanso. Él
vio un valor más alto en ayudar a otros a hacerse
independientes tanto económicamente o, mejor aún,
emocionalmente. Quería impactar a otros más allá de un
sueldo. Ya no se trataba de cuánto o cuánto más el podía
hacer. Se trataba de un legado y de cómo él quería ser
recordado. Había reemplazado el significado monetario por
algo más personal para él… él sentía que debía revelar o
exponer su mensaje único (sin igual) al mundo.
Cuando escuchas el llamado de Dios y eliges servirlo, tú le
asignas un propósito a la actividad de comunicar el
Evangelio. Cuando decides donar tu tiempo o dinero para
la caridad, le asignas un propósito a esa actividad. Cuando
vas a trabajar y amas lo que haces, le asignas un propósito a
esa actividad. Cuando decides construir tu propio negocio,
le asignas un propósito a esa actividad.
La Lógica Del Éxito
63
Cuando tienes un propósito en la vida sucede algo
maravilloso; el miedo y la incertidumbre decaen, como
mencioné anteriormente. Ahora tienes un vector, una
dirección con magnitud. Tu entusiasmo y tu creencia en
lo que haces eliminan el miedo y por lo tanto puede aliviar
cualquier duda que puedas tener acerca de lo que estás
haciendo.
Cuando le das significado a una actividad, de repente la
vida no parece más tan oscura. Los sitios brillantes son más
fáciles de detectar. Esperas ansiosamente la próxima vez.
No puedes esperar para hacer algo. No quieres que las
cosas terminen. ¡El miedo ha abandonado el edificio!
Cuando me muera, no quiero que mi último pensamiento
sea que yo cambié el mundo, porque alguien más
eventualmente lo volverá a cambiar tan pronto como yo
desaparezca. Cuando muera, quiero pensar, “Di al mundo,
pero lo más importante, le di significado y propósito a mi
vida.”
El propósito es darle un significado importante a una
actividad que uno elija. Nadie excepto tú puede hacer esta
elección.
Date tiempo para realizar una reflexión y contemplación
apropiada. Tómate el tiempo mental para pensar sobre
Victor Antonio
aquello a lo que le puedes asignar significado. Sé
brutalmente honesto contigo.
Busca el significado donde sea que se encuentre. Todos
hemos escuchado la anécdota (chiste o cuento) del hombre
que estaba debajo de un farol, de rodillas buscando algo,
cuando alguien que pasaba le preguntó, “¿Qué está
buscando?”
“Mi dinero,” contestó el hombre.
“¿Adónde se le cayó?”
Apuntando a un callejón oscuro unas pocas pulgadas más
lejos, el hombre respondió, “Allí cerca del callejón oscuro.”
Confundido, el hombre que pasaba le preguntó, “Bueno, si
se le cayó allá, ¿ por qué lo está buscando aquí?”
El hombre respondió,“Porque aquí hay luz y allá está
oscuro.”
A veces buscamos las cosas en los lugares que son
convenientes (es decir, donde la luz alumbra), pero nunca
hacemos el esfuerzo de explorar aquellos lugares
escondidos dentro de nosotros (las áreas oscuras) donde
puede encontrarse nuestro verdadero propósito en la vida.
Busca en esos rincones oscuros dentro de tu mente; tus
sueños probablemente están esperando ser descubiertos. Tú
conoces de qué sueños estoy hablando, los que guardas
La Lógica Del Éxito
65
“por un tiempo” hasta que logras situarte en la vida… los
sueños que comprometes con cada oferta de trabajo nueva,
ascenso o aumento de sueldo. ¡Sí, esos sueños!
¿A quién le temes, a Él o a Mí?
Estaba mirando una de esas malas películas de acción en
las que un traficante de drogas es forzado a eliminar a sus
enemigos. El traficante le dice a uno de sus hombres de
confianza que lleve a cabo la orden de ejecución. El
asistente duda porque sabe que la tarea de eliminar al
enemigo será difícil y peligrosa. Al ver dudar a su hombre
de confianza, el narcotraficante camina hacia él, mirándolo
fijamente con los ojos bien abiertos y con una mirada
maliciosa en su rostro le dice, “¿A quién le temes, a él o a
mí?”
¿Trillado? Puede ser. ¿Incisivo? Sí.
El asistente debe ahora elegir entre dos cosas que teme, su
jefe o el enemigo que quiere ejecutar. Y en ese mismo
momento tiene que tomar una decisión acerca de a quién
teme menos. Decide ir tras el enemigo ya que le tiene
menos miedo que a su propio jefe. En la vida, nos
enfrentamos con el mismo dilema: no hacer nada o hacer
algo. En ambos casos, tenemos miedo. El miedo a no hacer
nada puede llevar a una vida de arrepentimiento. El miedo
Victor Antonio
a hacer puede llevar al fracaso. ¿Cuál te produce más
miedo?
Aquí hay diez reglas o lineamientos simples para ayudarte
a lidiar y aceptar el fracaso como parte del proceso de
éxito:
1. Aprende a apreciar el valor del fracaso: comienza
creyendo que el fracaso está allí para ayudarte a
llegar a tu destino deseado.
2. No te tomes el fracaso de manera personal: tal
como el éxito, el fracaso no tiene favoritismos. No
distingue colores, sexo y es agnóstico.
3. Permite que el fracaso te vuelva a orientar: los
fracasos son como las señales de tránsito que te
dirigen en la dirección “que necesitas seguir” en
lugar del camino que estabas siguiendo.
4. Aprende a reírte de ti mismo y del fracaso: no seas
tan serio contigo mismo. Aprende a disfrutar del
proceso de crecimiento y de los ciclos de fracaso y
éxito. Cuando el fracaso aparece, simplemente
sonríe con satisfacción y di, “Voy a resolverlo, ya lo
verás”
5. Pregunta y sigue preguntando “¿Por qué?”
Siempre pregúntate a ti mismo por qué las cosas no
resultaron. Auto análisis y evaluación son las claves
para aprender del fracaso y lograr el éxito
eventualmente.
La Lógica Del Éxito
67
6. Aprende del fracaso: hay un dicho que dice, “La
definición de idiota es hacer algo de la misma
manera, una y otra vez esperando un resultado
diferente.” El crecimiento es un proceso repetitivo
de aprender de nuestros errores.
7. No dejes que el fracaso te derrote: el fracaso tratará
de convencerte de que renuncies. El fracaso tratará
de desmoralizarte y de desestabilizar tus intentos de
éxito. Piensa en el fracaso como una mano de ayuda
en lugar de un puño tratando de derrotarte.
8. Usa el fracaso para medir tu crecimiento: todos los
pasos hacia el éxito pueden ser medidos por la
distancia que hemos recorrido y por cuánto hemos
crecido personal y económicamente. El crecimiento
viene de la acción y la experiencia, no de quedarse
parado quieto sin hacer nada.
9. Aléjate y ubica al fracaso en perspectiva: siempre
nos vemos como el centro y el objeto más
importante de la vida. Aléjate y tomate el tiempo
de apreciar todas las cosas que te están pasando.
Aléjate y agradece todas las pequeñas cosas que no
aprecias. Aléjate y date cuenta de que la mayoría de
las personas no tienen las oportunidades que
nosotros tenemos en los Estados Unidos.
10. Nunca te des por vencido: el error más grande que
uno puede cometer y el fracaso más inmenso que
una persona puede experimentar es el de renunciar.
No le temas al fracaso; ten miedo de rendirse (give
up)
Victor Antonio
El entrenador de fútbol Mike Ditka lo dijo con precisión
“Nunca pierdes realmente hasta que dejas de intentar”.
Debes aprender a ver el fracaso como un proceso saludable
para alcanzar el éxito. Debes aprender que el fracaso es una
guía para el éxito, no una obstrucción.
El estado más patético de la naturaleza humana es el de
sumisión total, tanto de cuerpo como de alma. Lo que nos
detiene o paraliza de intentar es el miedo al fracaso. ¿La
ironía? Si estamos demasiado asustados como para
actuar, al no actuar garantizamos justamente lo que más
tememos: el fracaso.
La Lógica Del Éxito
69
La LÓGICA
del éxito
“Nunca confundas el movimiento con la acción.”
– Ernest Hemingway
Establecimiento de objetivos
Una vez que determinas qué es lo que quieres hacer con tu
vida, una vez que resuelves qué es lo que alimentará tu
alma, una vez que superas el miedo a hacerlo, ¿por dónde
comienzas?
¿Recuerdas El Mago de Oz? Me acuerdo de los pequeños
personajes cuando Dorotea quería las instrucciones para ir
hacia la Ciudad Esmeralda, el lugar donde ella podía
encontrar todas las respuestas a sus preguntas. Estos
personajes le dieron las instrucciones de “Seguir el camino
de ladrillos amarillos.” ¡Oh, si sólo las respuestas de la
vida estuvieran resaltadas con ladrillos amarillos para que
nosotros las sigamos!
Cuando era chico, ese año para Navidad mis padres me
dieron uno de esos autos de policía con luces que brillan,
ruido fuerte de sirena y un muñeco de Johnny Law (Juan
Victor Antonio
Ley) que viajaba dentro. Debajo del auto había un
mecanismo circular de rotación con ruedas que le permitían
al auto cambiar de dirección cada vez que chocaba con los
muebles o las paredes. Apretaba el botón de encendido y
el auto adquiría vida. El ruido fuerte de sirena llenaba el
cuarto a medida que las luces intermitentes parpadeaban en
la pared y los muebles que lo rodeaban. El auto chocaba
contra los muebles como una persona ciega tratando de
encontrar su camino en una habitación desconocida.
Algunas veces chocaba contra un objeto, retrocedía e iba
rápidamente en una nueva dirección. Otras veces,
abruptamente cambiaba de dirección tratando de ir tanto a
la izquierda como a la derecha.
Yo me sentaba y miraba el auto, sólo para ver cuánto
tardaba en moverse de un lado a otro de la habitación,
contaba el número de choques y cambios de direcciones. A
veces me iba de la habitación sólo para regresar y ver al
auto atascado en la esquina. “Error de diseño”, pensaba. El
auto trataba de ir a la izquierda, doblar a la derecha, ir para
atrás. Pero no importaba lo que el auto hacía, no podía
encontrar su camino para salir de la esquina. Así que yo me
quedaba mirando a mi pequeño auto, chocar en el rincón
haciendo mucho ruido pero sin ir a ningún lado, deseando
que eventualmente encontrara una manera de moverse y
La Lógica Del Éxito
71
encontrar su salida. El autito estaba verdaderamente
atascado en la esquina.
Hoy, la imagen de ese auto representa para mí un problema
que muchos de nosotros tenemos al tratar de alcanzar
nuestro objetivo o destino. Cada vez que tropezamos con
un obstáculo, tratamos de ir a la izquierda, a la derecha o
retroceder.
En nuestra vida diaria, tan pronto como damos un paso en
el mundo laboral, las luces de nuestras mentes se
encienden. Nuestras bocas comienzan a hacer ruido sobre
un teléfono celular y vamos en alguna dirección hacia
alguna reunión. Y tan pronto encontramos un obstáculo,
retrocedemos y vamos a la derecha o izquierda,
dirigiéndonos a la dirección de menos resistencia hasta que
encontramos nuestro próximo obstáculo. Como el auto de
juguete, parecemos estar moviéndonos sin sentido sin una
dirección y sin un destino específico en mente;
simplemente nos estamos moviendo de manera ciega.
Muchos de nosotros no tenemos objetivos. Empezamos un
curso (carrera) y simplemente hacemos todo lo que hay que
hacer para realizarlo… bueno, simplemente porque sí.
Encuentro gracioso cómo el estar en movimiento,
constantemente moviéndose, parece contentar a las
personas y darles un sentido de logro. Nos sentimos mejor
Victor Antonio
acerca de nosotros mismos cuando pensamos que nos
estamos moviendo. No importa si nos estamos moviendo
en la dirección correcta, siempre y cuando nos estemos
moviendo.
“No puedes permitirte confundir actividad con
productividad.”
El fabricante de juguetes tenía un criterio específico en
mente cuando construyó el autito: mantener el auto en
movimiento sin importar los obstáculos que se encontrara.
El auto fue diseñado para permanecer en movimiento. Su
único objetivo era mantenerse en movimiento; el
mecanismo de ruedas debajo del auto rotaba de una manera
aleatoria para asegurar eso. El auto no fue construido para
tener un objetivo o destino específico.
Tú, así como el auto, a menudo te comportas de esta
manera. Quieres seguir moviéndote pero en realidad no
estás yendo a ningún lado, o peor, no sabes hacia dónde
estás yendo. Chocas contra obstáculos y te mueves
alrededor de ellos cambiando de dirección. Luego te
engañas a ti mismo llamando a esto planificación o
reclamando que has tenido éxito en encontrar una gran
oportunidad.
La Lógica Del Éxito
73
Te mientes a ti mismo para justificar un cambio de
dirección. Ninguna nueva oportunidad se ha presentado.
Te encontraste con un obstáculo, cambiaste tu curso,
seguiste en esa dirección y lo racionalizaste como parte de
tu objetivo deseado. La verdad es que cuando sales al
mundo y dejas que la realidad te suceda, no estás mucho
mejor que el auto chocador.
Es verdad, algunas personas aún se las arreglan para
encontrar el éxito, incluso bajo estas condiciones azarosas.
Pero este tipo de éxito equivale al autito chocador de
juguete buscando su camino hacia la otra habitación de
manera accidental, no por diseño. Mi pregunta para ti es:
¿Quieres alcanzar tu objetivo accidentalmente, o por
diseño?
“La vida sería bastante chata y aburrida sin golpes o
retos”
Los golpes u obstáculos en la vida son parte del terreno, la
estructura social de logro. Todos nosotros, tarde o
temprano, encontramos obstáculos en nuestro camino al
éxito de vida. Pero debes cambiar tu manera de pensar y
aprender a ver los obstáculos como parte del proceso de
cambio. Si no fuera por los obstáculos, el éxito no tendría
sentido. ¿Por qué? Porque si el éxito fuera alcanzable por
todos, entonces ¿cuál sería su medida? Si todo lo que
Victor Antonio
intentaras tuviera éxito, nuevamente, ¿cuál sería la medida
del verdadero éxito?
El valor del éxito debería ser medido según tus habilidades
para superar obstáculos, tu habilidad para superar la
adversidad para lograr crecimiento y prosperidad.
Yo solía pensar que idear o escribir los objetivos era una
pérdida de tiempo. Tenía la mentalidad Nike®,
“Simplemente hazlo”, y agregué, “y veamos qué pasa.”
He llegado a entender la importancia de “establecer metas”
de una manera diferente. Llámalo madurez, experiencia o
llámalo como quieras, pero mi decisión con respecto al
propósito de establecer metas ha cambiado
dramáticamente.
Ahora veo el establecimiento de metas como esencial
porque limita, si no es que elimina enteramente, la
tentación de reaccionar emocionalmente y de ser re-
orientado por una situación dada. Por “situación” quiero
decir un obstáculo o desafío que se presenta de manera
imprevista.
Cuando reaccionas emocionalmente sin sentido de
dirección, comienzas a perder la visión de lo que era y aún
es importante para ti. Una meta es un recordatorio de un
compromiso que has establecido contigo mismo.
La Lógica Del Éxito
75
Si no puedes mantener un compromiso contigo mismo,
¿cómo puedes mantenerlo con otros?
Cada vez que nos enfrentamos con problemas u obstáculos,
cambiamos de dirección porque es conveniente hacerlo.
Pero cada elección de no seguir nuestros sueños tiene un
precio. Cuando tomamos el camino fácil, ¿qué es lo que
estamos intercambiando por conveniencia?
Muchos de nosotros elegimos tomar el camino de la menor
resistencia cuando nos confrontamos con un desafío porque
hemos sido condicionados a través del tiempo a evadir los
dilemas y a correr en otra dirección. ¿No es eso
conveniente?
Puedes correr pero no puedes esconderte. La vida continúa
llena de actividades y complicaciones y por esta razón, las
posibilidades de que te encuentres con obstáculos aumentan
exponencialmente. Y, a menos que aprendas a establecer
metas y a apegarte a ellas, continuarás chocándote contra el
mobiliario social de la vida; irás rebotando dando vueltas
sin nunca ser capaz de llegar a ninguna parte.
Las metas te ayudan a mantenerte encaminado. Las metas
te ayudan a establecer una métrica a través de la cual
puedes medir su progreso. No deberías negarte a ti mismo
el placer de ser capaz de medir tus progresos.
Victor Antonio
El tiempo tiene una forma de tentarte a olvidar cuál era tu
propósito o meta original. Las metas son recordatorios de lo
que originalmente estableciste que ibas a hacer, después de
que ha pasado algún tiempo.
Quiero compartir contigo una experiencia que tuve
recientemente, la cual espero ilustre lo importante que es
que te apegues a tus metas. También espero que muestre
cómo el hacerlo puede ahorrarte tiempo y dinero. Aunque
esto tiene poco que ver con alcanzar el éxito, tiene que ver
con mantener de forma clara en tu mente lo que es
importante
Nos hemos convertido en una sociedad con un apetito por
consumir, particularmente por comprar. La tecnología,
específicamente Internet, ha hecho que el consumo esté
más disponible para nosotros de lo que estaba antes. El otro
día, luego de dos años de postergar mi curiosidad, me
conecté a eBay por primera vez para ver de qué se tratada
todo el alboroto. Yo tenía un propósito o una razón
específica; me conecté para comprar una serie de libros
grabados en audio por menos de ochenta dólares que era el
precio minorista.
Entonces busqué y encontré el artículo usado por el cual
quería hacer una oferta a una fracción del costo. Después
La Lógica Del Éxito
77
de registrarme y de soltar mis datos de la tarjeta de crédito,
estaba listo y realicé mi primera oferta. Ahora bien, para
aquellos que nunca han utilizado eBay, piensen en un
“mercado de pulgas virtual combinado con una subasta
silenciosa” donde tú publicas tus ofertas en Internet. El
proceso de ofertas se desarrolla en el transcurso de unos
pocos días o semanas. Al final del período de tiempo
designado, el ganador con la oferta más alta es notificado
por email (correo electrónico).
Cuando realizas una oferta, puedes superar a la siguiente
persona en incrementos de $0.50, dependiendo del precio
en operación. Cuando hice mi oferta, el sistema me pidió
mi máximo precio de oferta. En otras palabras, el sitio
quería saber cuál era la cantidad más alta que yo estaba
dispuesto a pagar. La oferta actual sobre las series de audio
estaba colocada en diez dólares sobre el artículo que Yo
había cotizado en veinte dólares (usado). De manera que,
hice mi oferta máxima de veinte dólares, con mi oferta
inicial cincuenta centavos más alta que la oferta actual (es
decir, $ 10.50). Pronto aprendí que cada vez que alguien
ingresa una oferta más alta, el sistema automáticamente
aumenta mi oferta cincuenta centavos, manteniéndome
como el máximo postor.
Victor Antonio
Cuando la oferta de alguien superaba mi oferta máxima de
veinte dólares, recibía un email de aviso que decía
básicamente, “Tu oferta ha sido superada.” En este
momento, mi primer impulso como criatura competitiva
fue, “Tendré que hacer una oferta mayor.” Pero recordé
que la razón por la cual establecí el máximo de $20 para las
series de audio usadas fue porque, según mis cálculos, no
sería un buen negocio si tuviera que pagar más. Este
recordatorio me ayudaba a resistir la egoísta tentación de
competir. Dejé que la oferta cerrara sin desafiar al máximo
postor, y perdí el artículo.
Ahora, revisemos esta situación y los procesos de
pensamiento que me impulsaron a detenerme. Antes de
ingresar en eBay y colocar mi oferta, sabía que no quería
pagar más de veinte dólares por estos artículos. Este valor
predeterminado fue útil para ayudarme a mantener mis
emociones controladas cuando descubrí que mi oferta había
sido superada. Tener un objetivo máximo en mente me
ayudó a evitar cualquier sentimiento de querer competir
(esto es, actuar irracionalmente) y ganar sólo por el hecho
de ganar. Dicho de manera sencilla, no quería
involucrarme emocionalmente o alejarme de mi precio
objetivo.
La Lógica Del Éxito
79
Ebay, como toda estrategia de subasta, usa incrementos
pequeños, (de cincuenta centavos, en este caso en
particular) para mantener las ofertas en funcionamiento.
Tú racionalizas para ti mismo, “Oh, son sólo cincuenta
centavos. ¿Cuál es el problema?” En ventas, esto se llama
“arrastrar el precio.” Si alguna vez has estado en una
subasta en vivo, has visto arrastres de precio de primera
mano. El subastador habla en un idioma extranjero donde
lo que único que se entiende es el incremento de precio
mencionado al final de cada oración. El trabajo del
subastador es mantener la oferta funcionando con pequeños
incrementos para lograr que las personas bajen la “barrera
de precio” y bajen su guardia. Y, ya que los incrementos de
precio son tan pequeños, la gente poco a poco es atraída por
el espíritu de ofrecer o competir y pierden de vista
(perspectiva) su objetivo de compra.
Luego la oferta se cierra y el comprador se da cuenta de
que se ha excedido de la meta del precio máximo (algunas
veces más alto que el minorista) y se va a la casa con
remordimiento de comprador (esto es, arrepentirse de la
compra luego del hecho). Hay un dicho que dice, “La
gente compra emocionalmente y lo racionaliza después”.
Las subastas cuentan con el hecho de que tú no te apegarás
a tu objetivo máximo alimentándote en la inseguridad de
Victor Antonio
perder el artículo y de no ser capaz de encontrar otro como
él. Ellos quieren que pienses en términos de escasez.
Cuando sientes miedo por la carencia, ofreces por encima
del máximo que te habías establecido, y el objetivo de
conseguir un buen negocio se convierte en el objetivo de
ganar la subasta
“Nunca pienses en término de escasez porque siempre
existe otra oportunidad a la vuelta de la esquina.”
En la vida, el fracaso cuenta con que tú no te apegarás a tus
objetivos. El fracaso quiere que reacciones de manera
adversa. El fracaso quiere que creas que ganar lo es todo, a
cualquier costo, aún al costo de no ser feliz con tu decisión.
Mi satisfacción de ganar en eBay estaba basada en dos
cosas: conseguir el artículo que yo quería Y conseguir el
artículo a mi precio establecido. Observa que hay un “Y” y
no un “O” entre esos objetivos. Sabía que sufriría de
remordimiento del comprador si pagaba más de lo que
había establecido como un buen negocio. Así que, al
predeterminar mi precio, evite entrar en una guerra de
ofertas.
Los objetivos de gastos predeterminados no son diferentes
a los objetivos de logro predeterminados que estableces en
tu vida diaria.
La Lógica Del Éxito
81
Pero, en lugar de apegarte al objetivo que te has
establecido, como el subastador, poco a poco te convences
de alejarte un poco de tu objetivo original. Muchas veces,
tú eres tu peor enemigo.
Establecer metas, apegarse a ellas, aún cuando estés o te
sientas presionado para alejarte de ellas, es la razón por la
cual odias hacerlas.
Permíteme resumir las tres razones principales que he
indicado de por qué te resistes a establecer metas:
Primero, a ti no te gusta establecer metas porque ellas son
métricas, límites o recordatorios de promesas que te has
hecho a ti mismo. Y cuando rompes las promesas,
especialmente contigo mismo, odias que se te recuerde ese
hecho. Prefieres moverte hacia la próxima cosa grande y
racionalizar tu fracaso pensando que esta nueva dirección
fue para mejorar. O, en el caso de eBay, te gustaría hacer
una oferta más alta pensando que, a pesar de pagar un
precio más alto, aún sería un buen negocio.
Segundo, rechazas el hecho de ser considerado responsable
por un objetivo. Cuando pospones o rompes una promesa
que te has hecho a ti mismo, gritas “¡Pero las cosas han
cambiado!” En tu interior, sin embargo, sabes que a pesar
de que tu situación puede haber cambiado, tus metas, tus
Victor Antonio
sueños, aquellas cosas que quieres, no lo han hecho. Yo
también he sido una víctima de este tipo de pensamiento.
Por muchos años en los negocios acepté ascensos. Acepté
posiciones más altas por más dinero o una mejor
oportunidad de hacer más dinero. Con cada promoción o
aumento en el sueldo, racionalizaba el aplazamiento de mis
objetivos diciéndome a mí mismo, “Era la acción correcta
por ahora.” Me dejaba llevar por la ola de adulación y
compensación, nunca peleando o ni siquiera pensando en ir
en contra de la corriente por muchos años. Y cuando me
desperté del estado inconsciente de embriaguez por el
dinero y el control, me di cuenta de que me había hecho
trampa a mí mismo por muchos años—años en los que
podría haber estado trabajando en mis objetivos y
pavimentando el camino a mis sueños.
La tercera razón por la cual no te gustan las metas es que
deseas alivio. Quieres descansar de las peleas y ¡lo quieres
ahora! Una meta requiere mucho tiempo para cumplirse.
Alcanzar tus objetivos demanda mucho trabajo y esfuerzo.
Pero en la era de la nano-tecnología y del procesamiento
pico-velocidad, nuestros períodos de atención continúan
encogiéndose a medida que nuestras necesidades de logro
continúan creciendo. El problema es que el éxito no puede
ser comprimido por alguna nueva tecnología o algoritmo
La Lógica Del Éxito
83
para que tú lo alcances de manera más rápida y económica.
El éxito no puede ser descargado en segundos, “copiado”
en un CD y tomado cada vez que lo desees.
No te gustan los objetivos porque ellos demandan tu
habilidad para ser disciplinado. El logro de tus objetivos
requiere que seas consistente. Requiere darle a tus objetivos
la cantidad apropiada de tiempo y esfuerzo necesarios para
su realización.
No te gusta la disciplina, porque pone a prueba tu tenacidad
mental y te obliga a mantener el rumbo hasta el final. La
disciplina requiere que tengas en mente el fin y no la
renuncia a tu compromiso.
Cuando estableces la meta de bajar de (o subir en algunos
casos) peso, no quieres que nadie ni nada te recuerde que
no cumpliste con tu objetivo.
“Preferirías dejar que el objetivo se pospusiera
silenciosamente para otro año.”
Cuando decides que “este es el año” en el cual comenzarás
tu propio negocio, tampoco quieres que te recuerden tus
objetivos a medida que pasa el año.
“Preferirías dejar que el objetivo se pospusiera
silenciosamente para otro año.”
Victor Antonio
Cuando no te tomas las vacaciones que te habías prometido
a ti mismo este año, no quieres que te recuerden que el año
se está terminando cuando todavía no has hecho planes.
No quieres que te lo recuerden.
“Preferirías dejar que el objetivo se pospusiera
silenciosamente para otro año.”
Decides que este es el año en el cual irás a la universidad
para obtener o terminar tu título. Pero no quieres que te
recuerden que aún no te has registrado y el semestre ya está
en progreso.
“Preferirías dejar que el objetivo se pospusiera
silenciosamente para otro año.”
¿Por qué te detienes cuando estás cerca de lograr tus
objetivos?¿Qué hay en ti que no te deja continuar con tu
compromiso contigo mismo?
A menudo, tú inhabilidad para lograr tus objetivos o metas
es más que un problema de disciplina. Puede ser más
profundo. Quizás en tu interior no crees que estas metas
sean lo suficientemente importantes como para demandar
tu disciplina. En el caso de regresar a la facultad, quizás lo
estás haciendo porque tus padres esperan de ti un título o
una especialización en tal o cual materia. O quizás tu
La Lógica Del Éxito
85
compañía requiere que tengas un título para otorgarte un
ascenso. En ambos casos, no lo impulsas TÚ.
Quizás la razón por la cual pierdes el entusiasmo o tu
fuerza motivadora para mantener el rumbo, se remite a
nuestro primer capítulo: escúchate a ti mismo. Si eliges
hacer lo que otras personas quieren o esperan que hagas en
lugar de hacer lo que tú verdaderamente quieres, no puedes
sostener un nivel de entusiasmo alto. Entonces, ¿Qué
haces? Pospones conseguir una educación superior.
Richard Leider, un psicoanalista, pasó décadas
entrevistando a ciudadanos mayores acerca de qué consejos
le darían a las generaciones más jóvenes. Los puntos clave
que se registraron fueron tres:
1. Serían más reflexivos;
2. Tomarían más riesgos; y
3. Comprenderían qué es lo que los hace sentir
realizados.
El primer consejo dice que debes reflexionar más sobre tus
deseos y acciones, reflexionar a largo plazo. El segundo
dice que debes moverte de tu zona de comodidad y explorar
nuevos caminos de interés. Y el tercero subraya lo dos
primeros diciéndote que realmente evalúes lo que es
importante para TI.
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  • 1. La Lógica Del Éxito 1 Dedicado a todos aquellos que buscan prosperidad personal y financiera.
  • 2. Victor Antonio Sales Influence Edition Copyright © 2006 by Victor Antonio Published by Sales Influence Publishing All Rights Reserved. No part of this publication may be produced in any form or by any means, mechanical or electronic, including photocopy and recording, or by any information storage and retrieval system, without the permission in writing from the author or publisher; exceptions are made for brief excerpts used in published reviews. This publication is designed to provide accurate and authoritative information in regard to the subject matter covered. It is sold with the understanding that the publisher is not engaged in rendering legal, accounting, or other professional services. If legal advice or other expert assistance is required, the services of a competent professional should be sought. This Sales Influence Publication Edition is by published by Victor Antonio 11770 Haynes Bridge Road, Suite 205-501 Alpharetta, Georgia 30004 www.VictorAntonio.com Printed in the United States of America First Printing: June 2006 Library of Congress Cataloging in Publication Data Antonio, Victor La Lógica del Éxito - El Éxito Sucede por una Razón ISBN 978-0-9768840-1-9 (U.S.A.) 1. Business 2. Success
  • 3. La Lógica Del Éxito 3 Reconocimientos Le quiero dar las gracias a mi amigo de muchos años, Julio Villafañe, Teresa Nazario y al equipo de New Way Solutions por su ayuda y apoyo con la traducción de este libro.
  • 4. Victor Antonio A pesar de haber nacido y crecido en uno de los peores suburbios de Chicago, Víctor González ha logrado un nivel de éxito que pocos esperaban. A los 35 años de edad fue Vicepresidente de una de las 500 Compañías que facturan 3 mil millones de USD en los Estados Unidos de acuerdo a la publicación Fortune. Continuó su crecimiento profesional como Presidente de Ventas y Marketing Global de una nueva empresa de tecnología convirtiéndola en una compañía de $420 millones. Actualmente es Director Ejecutivo de una compañía multimillonaria de Alta Tecnología. Nada mal para alguien cuya familia dependía de cupones de alimentos y del apoyo del gobierno. Orador clave y dinámico con título de Licenciado en Ingeniería Eléctrica y Master de Administración Comercial, Víctor ofrece conferencias en corporaciones y universidades sobre “La Lógica del Éxito”. Para mas información sobre Víctor visite: www.VictorAntonio.com Víctor Antonio © 2006, TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida de ninguna forma o por cualquier medio, mecánico o electrónico, incluyendo fotocopias y grabados, o por ningún tipo de sistema de archivo y recuperación, sin el permiso escrito del autor o del editor.
  • 5. La Lógica Del Éxito 5 Prologo Este libro, ‘La Lógica del Éxito’ esta siendo publicado en un momento muy oportuno dada la ardiente necesidad que existe en identificar, y perseguir aquello que verdaderamente nos completa y llena en nuestros círculos de trabajo. No hay duda que cuando trabajamos y hacemos lo que nos gusta, alcanzamos un punto de realización individual que aparte de ser productivo, tiene un impacto positivo en nuestro ámbito personal en toda su extensión. Aplaudo y felicito a Victor, mi amigo y colega de muchos años por compartir a través de este libro vivencias, experiencias y verdades que son muy necesarias en el mundo de hoy. Lo fundamental de estas verdades es que aplican a todo tipo de trabajo, y no importa si leíste la versión de este libro en Ingles o en español, lo que importa es el impacto que se puede lograr en nuestra calidad de vida al aplicar los conceptos de ‘La Lógica Del Éxito’. Atentamente, Julio Villafañe Executive Director, Motorola
  • 6. Victor Antonio Contenido Introducción Listen > Escuchar Overcoming fear > Superar el miedo Goal setting > Establecer objetivos Initiate action > Iniciar la acción Cognitive control > Control cognitivo Attitude > Actitud
  • 7. La Lógica Del Éxito 7 Introducción Veni, Vidi, Vici (Vine, vi, vencí) – Julio César La industria de la motivación y de autoayuda ha estado presente por más de 50 años y genera un ingreso estimado de $24 mil millones de dólares por año, con una buena parte de este mercado enfocado al mundo corporativo, ¿por qué es que los negocios continúan fracasando a una alarmante tasa del 95% en un período de tres años? Una encuesta reciente demostró que aproximadamente el 53% de la fuerza laboral o fuerza trabajadora es infeliz y más del 75% preferiría hacer otra cosa. Con todo este dinero invertido en la industria de la autoayuda (la cual ha tenido bastante tiempo para madurar) las preguntas persisten: ¿Por qué no somos más felices? ¿Por qué los negocios o las personas fracasan al querer alcanzar sus metas? ¿Acaso no entendemos qué cosa es el Éxito? ¿Acaso no comprendemos lo que significa ser exitoso? Comencemos con la última pregunta acerca de entender qué cosa es el éxito; completa estos enunciados, llenando los espacios en blanco con la palabra que creas más apropiada:
  • 8. Victor Antonio · Nuestra ________ determina nuestra Altura. · Si crees en ello, lo puedes ________. · Convierte los obstáculos en ___________. · Haz lo que amas, y el _______ surgirá. Si supieras las respuestas a estas preguntas (verifica las respuestas correctas abajo) y no estás feliz, ¿por qué el éxito sigue eludiéndote? ¿Por qué continúas en un trabajo que no amas? ¿Cómo puedes romper con este patrón de fracaso y descontento? El propósito de este libro es ofrecerte un encuadre y/o sistema para comprender los principios básicos del éxito. El éxito, a pesar de estar oculto, tiene una naturaleza inherente, una tendencia que si se entiende correctamente puede ser utilizada para diagramar el camino hacia el logro. El éxito requiere de una lógica que debe ser entendida antes de poder ser aplicada. Una vez comprendida tú, el lector, tienes la tarea de implementar la lógica del éxito. Víctor González, 2006 (Respuestas: actitud, lograr, oportunidades, dinero)
  • 9. La Lógica Del Éxito 9 La LÓGICA del éxito “Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento.” – Eleanor Roosevelt Escúchate a ti mismo Nací y crecí en Chicago; mi familia emigró de Puerto Rico a fines de los años 50. Mi madre llegó a los Estados Unidos con una educación de 6º grado y mi padre solamente con una educación de 3º grado. Basta con decir que, cuando arribaron a suelo estadounidense, ellos no estaban capacitados y poseían muy poca educación formal. Puedo imaginarme lo difícil que debe haber sido para ellos, así como también para muchos de sus antepasados inmigrantes, estoy seguro. No teníamos mucho dinero y no era fácil ser pobre. La asistencia social y los cupones de comida eran nuestro salvavidas, junto con la gente del vecindario que hurtaba comida para mi madre. Al principio, mi padre tomaba en exceso y gastaba el poco dinero que teníamos en su vicio. Vivíamos cerca de los proyectos de vivienda Cabrini
  • 10. Victor Antonio Green, en esos tiempos, una de las tres áreas más peligrosas de los Estados Unidos. Para colmo de males, la incapacidad de mis padres para hablar o leer el idioma los imposibilitaba para obtener una licencia de conducir. Dependíamos del transporte público para movernos o simplemente caminábamos largas distancias para llegar a donde necesitábamos ir. Todavía recuerdo cuando llegaba a casa con mi madre empujando el carrito de compras lleno de comestibles a través de la nieve de un pie de profundidad. Cuando llegaba a casa, no podía sentir mis manos ni mis pies. Crecer en un ambiente pobre y en un barrio peligroso ofrece, en general, poca motivación para que las personas quieran perfeccionarse. A menudo me preguntan, “Víctor, ¿qué te motivó a ir a la universidad? ¿Qué te ayudó a superar la adversidad que tuviste que enfrentar?” Generalmente puedo ver en los ojos del que interroga que está esperando escuchar una historia inspiradora acerca de “la lucha”, acerca de “conocer el propio destino” o acerca de “tener una visión”. “¡No, no puedo ayudarlos con eso!”, pienso en mis adentros.
  • 11. La Lógica Del Éxito 11 Verás, fui a la universidad por tres razones y ninguna de ellas tiene nada que ver con seguir un sueño o tener una visión de en quién me convertiría. Primero, fui a la universidad para obtener un título. Elegí ingeniería por las probabilidades que me otorgaba de conseguir un trabajo bien remunerado después de graduarme. Necesitaba hacer dinero y elegí una especialidad que me ayudaría a satisfacer mis necesidades. Mi padre, cuando entré a la facultad, estaba ganando solamente $17,000 al año. Éramos siete y si no hubiera sido por la benevolencia de amigos y el acceso a la asistencia pública para complementar su pobre ingreso, no sé como podríamos haber sobrevivido. A menudo me sorprendo de algunas personas que dicen tener poco cuando en realidad tienen mucho. Por ejemplo, nunca tuve el privilegio de poder ir a “comer fuera”, una actividad que muchos dan por sentado y no la valoran. Aún recuerdo la primera vez que estuve en un restaurante cuando tenía 21 años; estaba completamente asombrado por el concepto de salir a comer fuera. La segunda razón por la cual elegí ir a la universidad —la cual era un factor de motivación igual o mayor que el de ganar dinero—fue la amenaza de mi padre de hacerme trabajar en su fábrica si no lo hacía. Mi padre trabajaba en
  • 12. Victor Antonio una compañía de revestimiento de armazones donde las horas eran largas y el trabajo era muy poco deseable. Cada vez que vacilaba sobre ir a la universidad, mi madre estaba allí para recordarme rápidamente la otra alternativa. La última razón, más personal, para ir a la universidad era el deseo de mi madre de ver por lo menos a uno de sus hijos obtener un título. Yo soy el más joven y era su última esperanza. Mi madre no percibía el título como una fuente generadora de ingresos. No, su sistema de valores tenía como objetivo ver a su hijo lograrlo. Mi madre no tenía idea cuánto ganaban los ingenieros y nunca lo preguntó. Ella simplemente quería tener el placer de ver a uno de sus hijos obtener un título universitario. Así que ya lo sabes; dinero, miedo y “hacerlo por mamá” fueron mis tres factores de motivación. Y las tres fueron razones equivocadas para obtener un título, tal como explicaré en un momento. A pesar de mi difícil niñez, nada de lo que había experimentado hasta ese momento podría haberme preparado para los desafíos que enfrentaría en la universidad. Permíteme compartir una historia verdadera acerca de mi primer día en la universidad. Necesito contarte, en primer
  • 13. La Lógica Del Éxito 13 lugar, que me gradué 3º en mi clase de la escuela secundaria y me sentí muy bien conmigo mismo al recorrer el campus universitario ese primer día. Poco sabía, sin embargo, de que estaba a punto de realizar el descubrimiento más grande de mi joven vida. Pronto pude darme cuenta de lo mala que era la educación pública de Chicago en aquel momento, como explicaré ahora. En mi primer día de clases, ingresé a un curso de matemáticas llamado “Matemática Avanzada”. Recuerdo estar sentado por primera vez en un auditorio enorme con cientos de otros estudiantes. La sala, que parecía un teatro estaba completamente llena con un entusiasmo fresco propio de la universidad. Luego el profesor entró al lugar, que lucía como un estadio, caminó sobre la plataforma en el momento indicado y comenzó a escribir en la pizarra lo que parecía un idioma extranjero. Arriba estaba el título “Cálculo: Ecuaciones Diferenciales”. Mientras escribía fórmulas, todo lo que yo podía hacer era mirar atónito a la pizarra como un venado atrapado por las luces delanteras de un coche. De repente, un estudiante sentado frente a mí me despertó de mi desconcertante trance y, junto con él, se fue mi ego respecto a lo inteligente que era.
  • 14. Victor Antonio Todavía puedo ver a ese estudiante sentado frente a mí, vistiendo una chaqueta de St. Lawrence, indicando que había asistido a un colegio católico privado en los suburbios de Chicago. Mientras miraba sin tener ninguna idea de lo que el profesor escribía, el estudiante frente a mí rompió (por no decir destrozó) la confianza que yo tenía, al entrar al salón de clases ese día diciendo: “¡Oh no, esto de nuevo!” Lo miré atónito, o miré la parte de atrás de su cabeza, con incredulidad mientras movía su cabeza decepcionado. Mientras tanto, comencé a sentir mucho pánico. “¿Qué de nuevo? ¿Qué diablos es esto?", me pregunté a mi mismo. Durante la siguiente hora, me senté en un silencio estupefacto, veía y escuchaba pero entendí poco. Mis siguientes clases no fueron mucho mejores. Para la mitad de la semana, me había dado cuenta de que no podía seguir el ritmo. Luego fui a consultar a un consejero y ambos acordamos que debía tomar los cursos pre-universitarios (o clases de remedio como yo las llamaba), lo cual me colocaría un año por debajo de la clase de primer año. Por lo tanto, desde el comienzo, la adversidad se hizo presente. Pero estaba decidido a graduarme, sin importar los obstáculos o el precio para mi ego.
  • 15. La Lógica Del Éxito 15 Permíteme darte una versión abreviada de mi vida. Me tomó cinco años graduarme con un título de ingeniero, pero nunca me di por vencido. La motivación de querer hacer dinero, el miedo a la alternativa (esto es, trabajar con mi padre en su fábrica) y el no querer decepcionar a mi madre fueron los tres pistones que guiaron este motor intelectual. Permíteme abreviar mi vida aún más. Tres años después de la graduación estoy trabajando y ganando $35,000 por año, para lo cual visto un lindo cuello “blanco”. Para ese tiempo, tenía todo lo que había soñado: un buen trabajo, un salario genial y una posición en el mundo de los negocios. Debería haber estado feliz. Debería haber estado gritando la famosa frase de la película: “Mira Má, ¡estoy en la cima del mundo!” Pero no lo estaba. Algo me había estado fastidiando durante los últimos tres años en el mundo corporativo pero no sabía qué era. Lo que sí sabía era que, haber logrado mis objetivos y mi meta principal de obtener un título, aún me sentía infeliz. La única diferencia entre antes y ahora, era un poco más de dinero en mi bolsillo. Era muy infeliz. Aún ganando mucho dinero, según lo que en ese momento consideraba, y habiendo logrado mis metas, tenía que admitirme a mí mismo que no estaba contento. Darme cuenta de esto y el hecho de eventualmente admitirlo, me golpeó como una pila de
  • 16. Victor Antonio ladrillos. Verás, había trabajado ocho años (cinco en la universidad más tres en el trabajo) para obtener este puesto sólo para darme cuenta de que no era lo que “imaginaba” que sería. Estoy seguro de que todos ustedes, en algún momento u otro, lucharon para llegar a algún lugar o a algo, sólo para darse cuenta luego de lograrlo que no era lo que pensaron que sería. Las imágenes que tenía en mi cabeza no coincidían con la realidad en la cual ahora me encontraba. Mi "año del descontento" fue 1990, cuando ya no pude seguir ignorando la realidad de mi infelicidad. Permíteme abreviar mi vida una última vez. El 9 de mayo de 2001, a las 3:48 p.m. (casi 15 años después de la graduación) me retiré de la América corporativa. Estaba ganando $250,000 por año, más comisiones y por dejar todo eso de lado, estaba perdiendo mis derechos a las ganancias extra y $110,000 en opción de compra de acciones. Sé lo que debes estar pensando. Primero, ¿cómo una persona pasa de ganar $35,000 por año a ganar $250,000 por año en ese lapso de tiempo? Segundo, respecto a renunciar, debes estar preguntándote, “¿en qué demonios estaba pensando?” O simplemente
  • 17. La Lógica Del Éxito 17 “¿por qué?”. Permíteme contestar el “cómo” antes de llegar al “por qué.” Cuando me di cuenta de que no quería seguir siendo ingeniero, comencé a buscar otras opciones de carrera. Probé con diversos puestos, pero el que mejor se ajustó a mis antecedentes y personalidad fue un trabajo en ventas. Pasaría mis próximos 11 años en la América corporativa en el área de ventas. Las ventas me otorgaron la libertad de no estar atado a un escritorio, de viajar por todo el mundo, de tener más control sobre mi destino financiero pero, más importante aún, era algo que disfrutaba hacer. Cuando haces algo que te surge naturalmente y triunfas en ello, ten cuidado; crearás la más moderna máquina de libertad. Ahora, voy a contestar el “por qué” renuncié. A los 35 años, fui uno de los vicepresidentes más jóvenes en una corporación de $3 mil millones de USD. A los 37, fui presidente de Ventas y Mercadeo, ayudando a construir una compañía de $420 millones. Entonces, ¿por qué abandoné el trabajo y la carrera? No, no tenía otro trabajo esperando. No, no había amasado una fortuna durante esos once años. La respuesta a la pregunta es simple y a la vez compleja. Estaba cansado de viajar, cansado de los grandes negocios, y créanme o no, aún había algo que me fastidiaba.
  • 18. Victor Antonio Todos hemos usado la frase “todo es relativo” para describir cómo la importancia de algo depende de la persona que emite el juicio de valor. Estar en el área de ventas era un puesto relativamente mejor que ser un ingeniero. Pero relativamente mejor no es igual a la situación ideal. Hasta el momento en que renuncié, nunca me había tomado el tiempo de escucharme a mí mismo. Seguramente, estaba en el área de ventas porque se ajustaba mejor con mi personalidad, pero esa pequeña y fastidiosa voz interna aún me decía, "Esto no es, sigue buscando.” Estaba haciendo todo a la manera de cualquier otra persona, menos a mí manera. Si quería ser exitoso, tanto financiera como emocionalmente, tenía que encontrar lo que me haría feliz. Tal como el padrino de la motivación Earl Nightengale probablemente aconsejaría, si el dinero no fuese importante y pudiera hacer lo que desearas ¿qué estarías haciendo? Si supieras que no puedes fallar en cualquier cosa que intentaras ¿qué harías? Ahora me encontraba a mí mismo en la encrucijada de la vida nuevamente. Esta vez, la pregunta era más fácil: ¿tener un trabajo o tener una carrera?
  • 19. La Lógica Del Éxito 19 Ya no me satisfacía solamente hacer “un trabajo.” También había llegado a la conclusión, como muchos otros, de que el dinero no te hace feliz a menos que lo ganes haciendo lo que amas. Sé que ya han escuchado el dicho “el dinero no hace la felicidad”, pero escucharlo y vivirlo son dos cosas totalmente diferentes. La mayoría de las personas que utilizan la frase, “el dinero no hace la felicidad” nunca han tenido realmente un excedente de dinero. Cuando ganas dinero y ganas bien y luego llegas al mismo hecho, te has movido de exteriorizar a interiorizar el significado real de la frase “el dinero REALMENTE no hace la felicidad.” Ahora, no me malinterpretes, el dinero está a la misma altura que el oxígeno como necesidad en la vida. No estoy abogando por una mentalidad de “regreso a la naturaleza y abandono de las posiciones materiales”; estoy lejos de eso. Por lo que abogo es por una confirmación de que el dinero es un producto derivado de la felicidad, antes que el producto que realmente te brinda felicidad. En otras palabras, deberías ganar dinero como resultado de hacer lo que amas (es decir, lo que te hace feliz). No cuentes con hacer dinero y esperar que te traiga felicidad.
  • 20. Victor Antonio Perseguir “el dinero" es como perseguir un papel que vuela en el viento; te mantendrá ocupado pero no te hará feliz. Cada día, millones de personas en este mundo encuentran maneras y razones dentro de sí mismos para ignorar o apaciguar su felicidad. Repetiré que para ser feliz debes hacer lo que amas, no lo que necesitas hacer. ¿Cuál es la diferencia? Magnitud y dedicación. Cuando haces lo que amas, tu energía te mueve hacia adelante con un impulso apasionado. Cuando hay obstáculos en tu camino, tu dedicación a lo que amas quita esas barreras del camino. Por otro lado, cuando haces algo porque es tu trabajo, tu nivel de energía y dedicación disminuyen considerablemente. La diferencia entre una persona que ama lo que hace y una persona que solamente lo hace, se manifiesta cuando ambos se exponen a la adversidad. En caso de que la dificultad golpee, yo apostaría mi dinero por la persona que ama realizar su trabajo y no por aquel que simplemente trabaja por el ingreso. El primero ve su pasión como una profesión. El segundo probablemente vea el trabajo simplemente como una necesidad. Saber qué es lo que amas es realmente una bendición.
  • 21. La Lógica Del Éxito 21 Abandoné mi trabajo porque era sólo eso, un trabajo. Todavía tenía que descubrir lo que quería hacer, lo que me gustaría hacer. Necesitaba tomarme el tiempo para descubrir lo que me apasionaría y lo que le daría a mi vida un propósito. Necesitaba encontrar la razón para hacer algo que me diera sentido y propósito como persona. No era fácil llegar a ese punto. Al igual que millones de personas en la actualidad, en vez de buscar nuestro propósito, nuestro terreno firme, apaciguamos la voz fastidiosa en nuestra cabeza. Nos decimos, “Lo haré el año siguiente. Ahora no es el momento”, y así sucesivamente. Postergamos lo que deberíamos estar haciendo a cambio de un buen trabajo. Hasta cierto punto, nos sentimos culpables por este tipo de demora. Postergamos el pensar acerca de lo que realmente queremos hacer, porque el dolor de no ser capaz de admitir que no tenemos el coraje suficiente para hacerlo es demasiado doloroso. Seguimos posponiendo el sueño. Racionalizamos (la capacidad para racionalizar subyace en nosotros) lo que no podemos hacer ahora mismo. Siempre hay una razón para dejarlo para el año siguiente porque ahora, nunca es un buen momento.
  • 22. Victor Antonio El término “esposas de oro” se refiere a hacer mucho dinero y no ser capaz de abandonarlo porque el incentivo para quedarse es muy bueno (por ejemplo, salario alto, derechos, comisiones, etc.). Me volví un prisionero de mi propio éxito. No me di cuenta de mi estado de víctima de la mentalidad de las esposas de oro hasta un día en el que mi mujer me dijo algo. Su comentario impulsivo me despertó de mi estupor. “¿Cuál es el sentido de tener dinero, si no puedes hacer lo que deseas?” Las palabras fueron el catalizador. Esas fueron las palabras que agitaron mis ambiciones dormidas. Desde ese momento en adelante, comencé a re- evaluar mi vida y mi carrera. Sus palabras se pusieron a trabajar, subconscientemente poniendo en marcha nuevamente mis deseos latentes para saltar las vías corporativas y perseguir mi propio camino. Si realmente no se trata de dinero, entonces ¿qué es el éxito? Al principio, no tenía dinero y no era feliz. Ahora tenía una carrera profesional muy bien paga y aún era infeliz. “¿Qué demonios está pasando? ¿Cómo puede suceder esto?” me seguía preguntando. Basado en el estudio que comenté al comienzo de este capítulo, el cual afirma que el 53% de la fuerza laboral o
  • 23. La Lógica Del Éxito 23 trabajadora es infeliz y más del 75% preferiría estar haciendo otra cosa, sabía que no estaba solo. Como muchos otros, al comienzo pensaba que la vida giraba en torno al dinero, pero pensé mal. Para decirlo más poéticamente, vivía en el valle de la pobreza y a pesar de que allí podía haber mucha nobleza, la nobleza no pagaba la renta. He estado en la cima más alta del éxito financiero y puedo contarles acerca de las comodidades y veneraciones (adulación) que pueden encontrarse allí, pero éstas no satisfarán los impulsos del logro personal. Entonces, si no es en el valle ni en la cima más alta de la montaña ¿dónde puede encontrarse el éxito? Entonces ¿dónde comenzamos nuestra búsqueda del éxito? Rastreando el Éxito Uno de mis primeros trabajos de pasantía como estudiante universitario fue trabajar para una compañía de defensa que, en ese momento, desarrollaba un torpedo altamente sofisticado para perseguir y encontrar submarinos y destruirlos. Su funcionamiento era bastante fascinante. El torpedo era lanzado desde la cubierta de un barco o tirado desde un helicóptero al agua. Luego se encendía e iniciaba un modo de búsqueda, en el cual se harían patrones circulares mientras producía un sonido constante. Este
  • 24. Victor Antonio sonido es el que realiza el dispositivo de la sonda de ultrasonido cuando quiere hacer rebotar las ondas sonoras en los objetos debajo del agua. Estas ondas sonoras crean ecos de lo que está ubicado bajo el agua. El torpedo tenía lo que se llamaba reconocedor de sintonía submarina, un dispositivo que compara la descripción del eco de cada onda sonora entrante con la base de datos de otras descripciones para determinar cuál es el objeto. Para tener una idea de lo que quiero explicar, piensen que una sintonía submarina es una silueta de un objeto submarino. Cada vez que el torpedo emitía una onda sonora esperaba por el eco. Cada eco (silueta) era comparado a ese eco submarino. El objetivo del torpedo era intentar encontrar objetos bajo el agua que correspondiesen con la silueta de un submarino. Una vez que detectaba algo que “podía” ser un submarino, el torpedo entonces iba detrás del blanco. A medida que el torpedo se acercaba a su blanco potencial, continuaba realizando ese sonido y comparando cada eco para asegurarse de que el objeto era de hecho un submarino. Cuanto más se acercaba el torpedo, mejor definición tenía del eco. El torpedo podía suspender su “modo de ataque” si, a medida que se acercaba al objetivo detectado, se daba
  • 25. La Lógica Del Éxito 25 cuenta de que la silueta no concordaba; si el objetivo era una falsa alarma, se desviaba de su curso. Por ejemplo, el torpedo era capaz de diferenciar un submarino de una ballena, un banco de peces o una formación rocosa bajo el agua. De esta manera, a medida que el torpedo se acercaba y descubría que el objeto no era un submarino, suspendía y finalizaba su modo de ataque. Luego comenzaba un nuevo patrón de búsqueda en otra área. “Para encontrar el éxito, necesitamos crear patrones de búsqueda.” Aprende una lección a partir de la conducta del torpedo. Ahora mismo, muchos de ustedes están en el modo de búsqueda, buscando su objetivo. Están tratando de encontrar algo —algo que los llene (satisfaga). Algo que haga que, en lugar de lamentarse por el paso de otra noche dichosa y llenarse de temor por los eventos del día próximo, estén deseando con ansias cada despertar en la mañana. Pero muchos de ustedes tienen miedo de buscar o simplemente han renunciado a emitir ese sonido de búsqueda. ¿Por qué has detenido tu búsqueda? ¿Tienes miedo incluso de considerar la posibilidad de cambio? ¿Te sientes frustrado porque no sabes lo que
  • 26. Victor Antonio quieres? ¿O has estado condicionado por la sociedad para no buscar algo más y simplemente contentarte con lo que tienes? Trabajemos con las respuestas de atrás hacia adelante. (Comencemos con la última pregunta) Has estado condicionado por la sociedad pero quizás no lo sabes. En la sociedad, cuando buscas y cambia tu forma de pensar acerca de algo ¿qué dice la gente? “No puedes cambiar de idea. Eres muy débil. Necesitas concentrarte más. Necesitas priorizar,” etc. Entonces ¿qué hacemos? Como no estamos seguros, renunciamos o aceptamos lo que aparezca en nuestro camino y luego “racionalizamos” nuestra decisión para dejar de buscar. ¿Por qué? Porque lo último que queremos hacer es cambiar de parecer nuevamente y ser criticados por otros. ¿Ves la trampa? Si dejas de buscar, o de explorar, ¿cómo puedes encontrar lo que estás buscando? ¿Cómo puedes saber lo que quieres hacer si nunca saliste y lo hiciste? La simple respuesta yace en la analogía con el torpedo. Tu naturaleza es muy parecida a la del torpedo; deberías estar constantemente buscando tu objetivo. El hecho de explorar es inherente a tu naturaleza de ser pensante. Como el torpedo, tienes la opción de suspender tu modo de
  • 27. La Lógica Del Éxito 27 búsqueda y comenzar a buscar otra vez hasta que encuentres lo que estás buscando. ¡Inténtalo y si no te gusta, está bien cambiar de parecer! Olvídate de aquello que los demás podrían pensar o decir. ¡A quién le importa! Solamente a través de la experimentación puedes encontrar cuál es tu vocación en la vida. Sólo arriesgándote a equivocarte puedes tener la esperanza de hacer lo correcto. Cambiar de modo de pensar no debería ser etiquetado como un fracaso; debería ser etiquetado como un aprendizaje. Y cuando dejas de aprender sobre ti mismo, sobre lo que te gusta y sobre lo que no te gusta, simplemente dejas de vivir. Comienzas a “existir” sin intentar darle algún significado a tu vida. El éxito no es un destino, como muchos han dicho. En cambio, es un viaje. Y renunciar a su búsqueda es equivalente a detenerse en la mitad de la ruta de la vida y decir, “Ya está; terminé de buscar.” Si esa es por cierto tu situación, entonces la vida definitivamente te atropellará. Una de las características más importantes del torpedo es que después de cada búsqueda se torna más inteligente y más perspicaz. El torpedo aprende cómo “refinar” su modo de búsqueda con cada intento.
  • 28. Victor Antonio Tal como el torpedo, tú como individuo “refinarás” la búsqueda de tus “deseos” al intentar cosas nuevas. Te volverás más inteligente y rápido para comprender lo que realmente te hace feliz. Con cada intento de lograr el éxito, llegarás a conocerte a ti mismo mucho más. El resultado final: tus búsquedas se achican y las posibilidades de dar en el blanco aumentan. Observa a un niño que tiene su fiesta de cumpleaños y recibe muchos regalos. A medida que el niño abre los regalos, separará los que más le gustan de los que menos le gustan. Con el tiempo, sin embargo, los juguetes que eran geniales se tornan normales y juega con ellos con menor frecuencia. ¿Por qué? Porque el niño ha tenido la experiencia del juguete y está listo para un cambio. ¿Estás listo para un cambio? ¿Estás dispuesto a entrar en el modo de búsqueda... nuevamente? ¿Qué tan seguido te ocurre que te emocionas con un proyecto nuevo y luego pierdes interés a medida que pasa el tiempo? ¿Qué tan seguido tienes una idea genial o inspiración y luego pierdes interés en ella? Cuando pierdes interés te quedas pensando por qué. Estos períodos de emoción y desinterés comienzan a menoscabar tu confianza un poco. No puedes explicarte a ti mismo por
  • 29. La Lógica Del Éxito 29 qué has perdido interés. Luego comienzas a criticarte a ti mismo y a tu habilidad para tomar buenas decisiones cuando algo nuevo surge. La respuesta a este aparentemente difícil acertijo puede encontrarse en la analogía del niño que abre los regalos mencionada anteriormente. Una vez que has tenido la experiencia (es decir, que has estado allí, que has hecho eso), estás entonces en posición para juzgar si es algo que realmente te gusta hacer. Con cada experiencia ganas más conocimiento o entendimiento acerca de lo que te gusta. Por cada experiencia que tienes, necesitas hacer una elección. Cuando pierdes interés en alguna experiencia nueva que estás simplemente probando, ¿en tu pensamiento ves este intento como una experiencia de aprendizaje o como un fracaso? Si eliges el primero, una experiencia de aprendizaje, entonces estás en el camino correcto. A medida que exploramos nuestro medio ambiente, aprendemos lo que nos da placer y lo que no. Esto es solamente humano. Con cada nueva experiencia, tú como persona te transformas. Una vez que has tenido una experiencia no sigues siendo el mismo. Con cada experiencia nueva descubierta, tu naturaleza cambia y aprendes y creces.
  • 30. Victor Antonio En lugar de criticarte a sí mismo (es decir, no te castigues por cambiar de opinión), comienza a preguntarte esta simple pero importante pregunta: ‘¿por qué perdí interés?’ Pregúntate acerca de qué aspectos de los proyectos te parecieron atractivos y cuáles no. ¿Qué fue lo que te hizo perder interés? Por el contrario, ¿qué te atrajo en primer lugar? Cuestionándote o teniendo este dialogo interno, comienzas a refinar tu proceso de pensamiento y tus patrones de búsqueda. No estás pensando en fracaso, estás pensando como un torpedo. Estás pensando y refinando tus pensamientos acerca de lo que realmente quieres. Estás definiendo el camino de regreso hacia ti mismo al clarificar lo que realmente te hace feliz. Frecuentemente, perdemos interés después de aprender lo que teníamos que aprender de esa experiencia en particular. Es natural aburrirse después de haber aprendido lo “que querías aprender” de la experiencia. Otras veces, cuando intentamos algo nuevo, nos damos cuenta de que no era la experiencia que pensamos que iba a ser. Cualquiera sea la respuesta, eres más inteligente y estás más en contacto con lo que te hace feliz como resultado de
  • 31. La Lógica Del Éxito 31 la experiencia. Y recuerda, si decides avanzar hacia algo mejor o diferente, está bien. “Nunca alquiles tus objetivos; ¡cómpralos!” A veces haces cosas porque otros te han convencido de que serían buenas para ti. A veces observas lo que los demás están haciendo e intentas imitarlos para reproducir su abundancia o felicidad. Tomas los objetivos de ellos y los haces propios. Juntar tus objetivos con los del otro es una estrategia fallida desde el comienzo. Cuando obtienes la idea de lo que quieres a partir de los demás, terminarás siendo infeliz. ¿Por qué? Porque tus “objetivos” no son tuyos. No te pertenecen, los has alquilado. No puedes alquilar los objetivos de otras personas. ¡No funciona! ¿Alguna vez alquilaste un auto? ¿Cuidas tu auto alquilado tan bien como cuidas tu propio auto? ¡Por supuesto que no! Cuando algo te pertenece, lo proteges o lo cuidas. Lo contrario es también verdad. Si algo no es tuyo, no lo protegerás o cuidarás tan bien como si lo fuera. La respuesta a la pregunta de “por qué” pierdes interés después de estar tan entusiasmado, puede estar en que quizás nunca quisiste eso en primer lugar; sólo pensaste que lo querías. (Lee esta oración otra vez).
  • 32. Victor Antonio Puedes haber visto a otros hacerlo y pensaste que podrías ser bueno en eso también o aceptaste la mentalidad “yo podría hacerlo mucho mejor”. En ambos casos, permitiste que tu deseo de alquilar el objetivo de alguien tenga prioridad por encima de ir tras tu objetivo personal. Cualquier inversor financiero te dirá, alquilar siempre es a la larga más caro que comprar. Al final, no recibes ningún derecho por tus pagos de alquiler o las cuotas que pagaste. No alquiles tus objetivos; cómpralos. “La primera contingencia del éxito es el ego” Permíteme explicar lo que quiero decir contándote una historia sobre el momento en el cual yo estaba siendo persuadido por otras personas para hacer algo que realmente no quería hacer y ellos pensaban que yo debía hacerlo. Cuando comencé la escuela secundaria, algunos de mis amigos me convencieron que debía jugar básquet (baloncesto). Ellos me decían lo bueno que debía ser debido a mi estatura y la ventaja que esto me daría por encima de otros jugadores. Decidí seguir adelante y unirme a su equipo en YMCA. Para llegar a los partidos, tenía que tomar el subterráneo Chicago “EL”. Este pequeño dato jugará un rol importante
  • 33. La Lógica Del Éxito 33 en lo que vino después de mi desafortunada decisión de jugar básquet. En nuestro primer partido, estábamos ganando contra un equipo que tenía la reputación de ganarle a todos contra los que jugaba. En su equipo había un chico que medía unos cinco pies de estatura (1,52 metros). Lo llamaban “Skywalker,” por el famoso jugador de los Denver Nugget, David Thompson, que en ese momento era conocido por su habilidad para saltar (antes de Michael Jordan) tan alto que parecía que estaba caminando sobre el aire. Esta es la escena. Era un gimnasio de YMCA mohoso y apestoso y los asientos estaban completamente llenos con estudiantes revoltosos que venían para ver a una persona, Skywalker. ¡Skywalker era el hombre! En un momento durante el partido, recuerdo haber saltado para hacer un rebote, pensando que ya lo tenía. De la nada, por detrás, otro par de manos apareció para agarrar también la pelota; era Skywalker. No sé de dónde salió, pero él también tomó la pelota y ambos chocamos, aferrándonos a ella a medida que caíamos. ¡Todo lo que podía escuchar de la multitud mientras peleábamos era un, “Oooooooooh!”a viva voz. Ellos tampoco podían creer cómo pudo saltar tan alto por sobre mi espalda.
  • 34. Victor Antonio El árbitro hizo sonar el silbato y ordenó un salto (bola al aire). Para aquellos que no están familiarizados con el término, cuando dos jugadores están peleando por el control de la pelota, el juego se detiene y los dos jugadores deben confrontarse mientras que sus compañeros de equipo los rodean en un círculo. Luego el árbitro lanza la bola al aire entre los dos jugadores oponentes que estaban peleando por la pelota en el momento del silbato. El objetivo es calcular el salto para llegar primero a la pelota y pasarla a uno de sus compañeros, reanudando luego el juego. Así que ahí estaba yo, con 6’2” (1,89 metros) parado cara a cara con un hombre que apenas llegaba a mi pecho. El árbitro hizo sonar el silbato y lanzó la pelota entre nosotros. Lo que pasó después es algo que he tratado de olvidar durante mucho tiempo (tengo que encontrar un “exorcista del pensamiento” para esto). A medida que saltamos en el aire, Skywalker se disparó hacia arriba y me pasó de un solo salto. ¡¡¡Creo que su estomago estaba a la altura de mis ojos y yo ya estaba en el aire!!! Él fácilmente saltó más alto que yo y pasó la pelota hacia sus compañeros de equipo. ¡Los estudiantes en la tribuna enloquecieron! ¡No, quiero decir se volvieron locos! Al principio, escuchaba bastantes
  • 35. La Lógica Del Éxito 35 gritos de incredulidad; que fueron seguidos por una erupción de risas y recriminación. La multitud no dejó que ese momento pasará desapercibido y yo nunca me sentí tan pequeño como me sentí en ese preciso instante. ¿Cómo podría un muchacho de baja estatura saltar más alto que alguien de mucha mas estatura como yo? Oh, si eso fuera sólo el final de esto. Para empeorar las cosas (o mejorar, depende desde qué perspectiva uno lo mire), me doblé el tobillo en el primer cuarto de tiempo y tuve que sentarme dolorido en el banco, ahora herido tanto emocional como físicamente. Decidí no esperar allí por otros tres cuartos de juego y elegí ir a casa antes que la hinchazón empeorara. Estaba oscuro cuando salí del gimnasio YMCA y descendí los escalones del metro que estaba enfrente. La plataforma de la estación estaba vacía y daba miedo como siempre, pero cuando uno se encuentra lastimado mental y físicamente las cosas simplemente parecen un poquito peor de lo que normalmente son. Quería subir a un tren lo antes posible porque la plataforma del metro no era un lugar para estar, especialmente si no te encontrabas en condiciones de correr como era mi caso. La estación era conocida como una estación A & B. Eso significaba que tanto los trenes “A” como los trenes “B”
  • 36. Victor Antonio paraban allí. Yo deseaba que llegara el tren “A” porque me llevaría a un vecindario más amigable en donde podía cojear hasta casa. No quería tomar el tren “B” esa noche en particular porque me dejaba siete cuadras más lejos y en un vecindario donde había una banda rival que pasaba las horas en una lavandería ubicada justo debajo de la estación. Cuando se trataba de golpear a alguien, no se fijaban en la víctima, si entiendes lo que quiero decir. Así que ahí estaba yo, esperando con dolor, reviviendo la escena del salto y de la reacción de la multitud en mi cabeza con mi tobillo lastimado y dolorido. Miraba todo el tiempo a mi alrededor, estando muy alerta a mi entorno para asegurarme que nadie me asaltara. Finalmente, escuché el ruido del tren acercándose a la curva y como un apostador de las Vegas jugando a los dados, me decía a mí mismo, “Vamos tren ‘A’. Que sea el tren ‘A’.” Dada la suerte que estaba teniendo hasta el momento, no me sorprendió ver que un tren ‘B’ venía por el carril. Ahora tenía que hacer una elección: quedarme en la plataforma del metro donde no era seguro y esperar por el próximo tren, que podía ser un “A,” o arriesgarme a ir a la estación “B” y esperar que nadie estuviera en la lavandería. Mi tobillo me dolía mucho y necesitaba sentarme un rato.
  • 37. La Lógica Del Éxito 37 Decidí apostar al tren “B” y subir. Sólo podía esperar que nadie estuviera en la lavandería cuando llegara a mi destino. Veinte minutos más tarde, el tren se acercó a la estación “B” y yo descendí. A medida que me acercaba al torniquete, sólo podía ver algunas partes de la lavandería al otro lado de la calle. En ese momento, no podía decir si había alguien esperando. Ahora bien, en Chicago, una vez que sales del torniquete del metro, no puedes volver a entrar. Decidí arriesgarme. Agarre mi mochila y me dirigí a la salida. A medida que pasaba el torniquete, examiné la calle y si, allí estaban, seis miembros de la banda, fumando y tomando. Me recordé no entrar en pánico. Bajé mi cabeza y empecé a cojear hacia mi casa. Deseaba que vieran mi mochila y se dieran cuenta de que era un estudiante que no imponía ninguna amenaza a su territorio. No pasaron más de 30 antes de escucharles desde el otro lado de la calle, “¡Eh tú!” Los ignoré. Luego la frase se hizo más fuerte, “¡Eh tú!”, y seguí ignorándolos. Pretendí que no podía escucharlos y me dirigí a casa, deseando que ellos entendieran que simplemente estaba pasando por allí.
  • 38. Victor Antonio No tuve esa suerte. Ellos comenzaron a caminar en mi misma dirección sólo que del otro lado de la calle. Me seguían gritando cosas para que me detuviera y me acercara a hablar con ellos. ¡De ninguna manera! Me negaba a parar. Lo que empeoraba las cosas era mi tobillo doblado, el cual ellos no habían notado. Creo que ellos habían confundido mi cojera por un caminar extraño o “pimping”. Ahora, para aquellos de ustedes que no son del vecindario, caminar con “pimp” es el equivalente a caminar con un “contoneo arrogante”, el cual yo no estaba tratando de hacer; simplemente estaba dolorido. Pero ellos no sabían eso y yo sabía que no me estaba ayudando. Creo que ellos pensaron equivocadamente que mi cojera era fanfarroneo. ¿Alguna vez miraste “Reino Salvaje” en el Discovery Channel? Recuerdas las escenas donde los antílopes o zebras saben que el depredador está en los alrededores, pero permanecen calmado y alertas. Serenamente se alejan de la amenaza a medida que el depredador continúa acercándose hasta el momento en el que hay que tomar una decisión: escapar o pelear. Bueno, llegué a ese punto y elegí correr. Tenía tanto miedo de que me agarraran que me olvidé del dolor en mi pierna. Me las arreglé para saltar algunas cercas, corriendo a través
  • 39. La Lógica Del Éxito 39 de callejones traseros y pasadillos. Me desplacé a través del laberinto del vecindario con facilidad hasta que finalmente los perdí. Cuando llegué a casa, le conté a mi madre acerca del juego y de cómo me había doblado el tobillo. Sin embargo, olvidé intencionalmente mencionar la escena de la persecución. Esa corrida final empeoró mi tobillo y seguí cojeando, no fanfarroneando, durante dos semanas. Ahora ¿por qué esta historia tan larga? Bueno, ¿cómo es que terminé en esta situación? O, mejor aún, ¿por qué me pasó a mí? La moraleja de esta larga historia puede ser resumida en esta frase: A menudo nos encontramos en situaciones, no porque queramos, sino porque otros nos convencen de hacerlo. ¿Estoy diciendo que no deberías ser responsable por tus acciones? ¡No, todo lo contrario! Esta historia es un recordatorio de cómo el ser seducido para hacer cosas que uno de lo contrario no haría, puede llevarnos a resultados inesperados y desfavorables. Yo no tenía nada que hacer en el básquet porque no era tan bueno como los otros chicos. Yo no entendía el juego y no estaba en condiciones de jugar. Hasta ese momento, nunca
  • 40. Victor Antonio había jugado a la pelota de manera organizada, así que no estaba familiarizado con las reglas y las estrategias del juego. Mis amigos me convencieron asegurándome que mi estatura sería suficiente. Aproveché la oportunidad de jugar porque quería que ellos tuvieran razón y quería ser bueno en algo. Cuando haces cosas porque otros creen que eres bueno para hacerlas, puedes encontrarte en un aprieto similar: sin preparación y lesionado. Pero el daño real no es físico, es emocional. Cuando las cosas no salen de la forma que uno espera, la autoestima sufre de dos maneras. Primero, porque no estás preparado (asumes que puedes hacerlo sin preparación), y segundo, fracasas en algo no porque era algo que querías, sino porque alguien te convenció de que sería algo bueno para ti. En ambos casos, te sientes peor, menos competente y más inseguro acerca de ti mismo. Todos nosotros hemos tenido amigos, familia o una persona amada que ha dicho, “creo que serías fantástico en esto.” No dejes que otros te convenzan hasta que hayas examinado la oportunidad y hayas llegado a la conclusión de que involucrarse sería una buena idea. Sólo en ese momento puedes establecer expectativas y plazos realistas
  • 41. La Lógica Del Éxito 41 para tu éxito. Saber qué esperar y cuánto tiempo tomará para que sucedan las cosas reduce la ansiedad y la duda. Oye a los otros, escúchate a ti mismo. Nuevamente, el camino más difícil hacia el éxito es el camino de regreso a ti mismo. Tienes que aprender a hacerte a ti mismo las preguntas más difíciles. Luego debes escucharte a ti mismo y ser brutalmente honesto. Al fin y al cabo, si no lo eres, solamente te estarás mintiendo a ti mismo. Estrategias para ayudarte a escucharte a ti mismo: · ¿Me gustaría hacer esto? · Si el dinero no fuera importante, ¿me seguiría gustando hacer esto? · ¿Estoy haciendo esto porque está bueno, o porque encuentro un significado o propósito en esto? · ¿Estoy haciendo esto para impresionar a otros o es algo que realmente quiero? El camino más difícil hacia el éxito es el camino de regreso a ti mismo. Punto de partida: si no sabes lo que quieres, comienza a excluir las cosas que sabes que no quieres. Volver a lo que
  • 42. Victor Antonio a uno le gusta y quiere, comienza simplemente con ser honesto con uno mismo; “Sé fiel a ti mismo”. Aprender a escucharse a uno mismo acerca de lo que a uno lo hace realmente feliz, no es fácil. Pero entonces otra vez, si descubrir lo que uno quiere hacer en la vida fuera fácil, ¿Dónde estaría el desafío? Nota final: Cuando uno hace las cosas por razones equivocadas (por ejemplo, ser ingeniero o jugar básquet), eventualmente uno termina siendo un miserable. Los efectos del descontento no serán aparentes inmediatamente, pero se harán evidentes y conocidos con el tiempo.
  • 43. La Lógica Del Éxito 43 La LÓGICA del éxito “Contempla a la tortuga. Sólo progresa cuando saca su cuello. – James Bryant Conant Superando el miedo Una vez que lo tienes resuelto (qué es lo que quieres hacer con tu vida), el próximo paso es tomar las medidas necesarias para lograr tu visión. Comienza con la premisa de que el fracaso es parte del éxito. Como un avión que despega todos los días, en algún lugar del camino ese avión tiene que hacer ajustes debido a cambios de temperatura, tráfico y otras condiciones que no fueron anticipadas. Superar el fracaso no es nada más que tomarte el tiempo para hacer ajustes menores en tu camino hacia el éxito. Recuerdo cuando me mudé con mi familia a Argentina como Vicepresidente de Ventas. Estaba a cargo de la administración de 26 países con cinco oficinas regionales, siendo Argentina una de ellas. Las mayores ventas que la compañía obtuvo en sus diez años de negocios, fue $14 millones. Cuando llegué a
  • 44. Victor Antonio Argentina para revitalizar y construir el departamento de ventas en esa región. La oficina regional nunca había producido más de $400.000 en ganancias y mi desafío era alcanzar y exceder ese número. Recuerdo estar sentado en mi oficina en Argentina un día, mirando hacia afuera de la ventana (mirando hacia afuera o mirando por la ventana) y preguntándome, “¿Cómo diablos haré crecer este negocio con problemas en México, Brasil, Puerto Rico y otros lugares importantes?” Una confesión para el lector: ¡Estaba aterrorizado! Por favor no se lo cuentes a nadie. No tenía idea, sólo un indicio de cómo daría vuelta a las cosas y hacer que las “ventas” sucedan. Recuerdo estar sentado en mi oficina pensando, “¿En qué lío me metí? ¿Cómo puedo hacer crecer este negocio más allá de los $14 millones cuando nadie antes ha sido capaz de hacerlo? ¿Cómo administraré las personas y los presupuestos?” Olvídate de la película Sleepless in Seattle (Desvelado en Seattle), yo estaba “Desvelado en Argentina,” tratando de armar una estrategia. Cuando no puedes retroceder, ve hacia delante. En ese punto, los deseos se convierten en necesidades y encuentras la forma de hacer que las cosas sucedan.
  • 45. La Lógica Del Éxito 45 Un día, mientras hablaba con un cliente por teléfono, no paraba de escuchar el ruido de un martillo neumático fuera de mi ventana. Probé cerrando la ventana pero eso no parecía ayudar mucho. Recuerdo haberle pedido disculpas al cliente por el ruido de fondo y acordé continuar con nuestra conversación telefónica por la tarde durante nuestra reunión programada. Después de colgar el teléfono, abrí la ventana nuevamente y observé el edificio más bajo que estaba al lado. En el techo, vi a varios hombres usando unas máquinas para destruir el tejado. En aquel momento no sabía que esto seguiría por semanas y que pronto iba a volverme loco. En algún momento en la tercera o cuarta semana, percibí el silencio. Abrí la ventana y, para mí sorpresa, los hombres habían terminado de arrasar con el tejado. Ahora estaban colocando tejas de cerámica en este extenso techo que tenía el tamaño de dos canchas de tenis. Recuerdo haber pensado, “Eso les tomará mucho tiempo”. Un día, recuerdo que miré hacia afuera y me di cuenta de que habían completado tres cuartos del techo. “¡Asombroso! ¿Cómo fueron capaces de colocar tantas tejas pequeñas tan rápidamente?, pensé. Es gracioso cómo uno no se da cuenta del progreso que se está logrando hasta que se aleja de él por un tiempo.
  • 46. Victor Antonio ¡Ajá! En ese mismo momento, vino a mi mente la idea sobre cómo construir un territorio de ventas. En lugar de concentrarme en la enorme tarea de aumentar las ventas para la región como un todo, decidí concentrarme en construir las ventas de la compañía poco a poco. Fue esta forma de pensar, esta versión argentina de comer un elefante un mordisco por vez, lo que me ayudó a mantener la paciencia y el equilibrio necesarios para hacer crecer el negocio. Cada uno de los 26 países sería considerado ahora como una “teja”. Comencé por asegurarme que cada teja que colocaba estuviera posicionada correctamente en el mercado. Los resultados serían medidos a lo largo del tiempo. ¿El resultado? Cuando llegué a la compañia o cuando asumí esta responsabilidad, terminé el año sin ningún cambio inesperado de $14 millones. Siempre es bueno asumir responsabilidad y no perder el territorio. ¡Uff! Estaba aliviado. El segundo año terminé en $45 millones y al final del tercer año, había hecho crecer al negocio a $98 millones. Sólo la oficina argentina pasó de $400.000 en ventas a $5 millones en sólo tres cortos años.
  • 47. La Lógica Del Éxito 47 De esto, aprendí que cuando divides las cosas en pedazos más pequeños, primero comienzas a tener una sensación de control. Y a medida que comienzas a actuar, tienes una sensación de impulso. Ya no sientes como si estuvieras inmóvil. Y actuar es la mejor terapia cuando sientes que las cosas no salen como tu esperas. Cada vez que me frustraba o me sentía abrumado por la enormidad de la tarea que tenía en mis manos, pensaba en tejas. Cuando me preguntaba si estaba progresando, rápidamente recordaba que los resultados son medidos a lo largo del tiempo y no diariamente. La segunda cosa que noté fue cómo cada paso o acción positiva reducía mi factor miedo. Dar pequeños pasos o hacer “pequeñas acciones” me hacían sentir en control y me daban una sensación de logro. Confucio dijo, “No importa qué tan rápido o despacio vayas, sólo importa que te muevas.” ¿Qué experiencia o ejemplo personal puedes sacar para la próxima vez que necesites dividir las cosas en pequeños pedacitos? El miedo te paralizará. El miedo causa inmovilidad. La inmovilidad, a su vez, causa baja autoestima. Y la baja autoestima causa miedo. Este es el ciclo de miedo que debes que evitar.
  • 48. Victor Antonio Pero ¿qué tan real es tu miedo? ¿Por qué tienes miedo de dar pequeños pasos hacia tu visión o de colocar las tejas que la forman? La mayoría de las cosas por las cuales nos preocupamos nunca llegan a suceder. La Universidad de Michigan dirigió un estudio y llegó a estas conclusiones: El 60% de nuestros miedos son injustificados y NUNCA suceden. El 20% de nuestros miedos están enfocados en nuestro PASADO, el cual está completamente fuera de nuestro control. El 10% de nuestros miedos están basados en cosas tan pequeñas que NO hacen diferencia en nuestras vidas. Del 10% restante, solamente el 4-5% podría ser considerado justificable Fuente: Universidad de Michigan ¡Vaya! Piensa en esto por un momento. El noventa y cinco por ciento de las veces estás asustado sin ninguna razón. ¿Es éste el miedo que te impide dar esos pequeños pasos hacia cosas grandes?
  • 49. La Lógica Del Éxito 49 Indefensión Aprendida Muchos de nosotros nos provocamos el miedo porque estamos acostumbrados o hemos sido condicionados a pensar más en términos de fracaso que en términos de éxito. Cuando tenemos un nuevo desafío o cambio en nuestra situación, es más probable que adoptemos una actitud fatalista o pesimista, ¿por qué? El Dr. Martin Seligman de la Universidad de Pensilvania realizó un estudio con perros. Él observó que algunos perros, cuando se les daba una forma suave de descarga eléctrica (como la descarga que recibes cuando tocas a alguien después de caminar sobre una alfombra), simplemente se recostaban y gemían. Intrigado por este fenómeno, decidió realizar un experimento de dos etapas para determinar si rendirse, como claramente lo estaban haciendo los perros, era algo natural o si era una respuesta condicionada. Primero, Seligman estableció dos grupos de perros, Grupo A y Grupo B. Luego tomó uno de los perros del Grupo A y lo colocó en un arnés donde se le daban descargas eléctricas periódicamente. (Nota: ningún animal fue herido o lastimado durante estos experimentos). Se colocó una barra frente al perro, la que el animal podía golpear para detener las suaves descargas. Eventualmente, todos los
  • 50. Victor Antonio perros del Grupo A lo resolvieron y tan pronto como se aplicaba la suave descarga ellos golpeaban la barra. Luego, ellos tomaron perros del Grupo B y los colocaron uno a la vez en un arnés similar donde se les daba el mismo tipo de descarga suave. Pero en el caso del Grupo B, no se les colocó ninguna barra para detener las descargas. Estos perros simplemente gemían cuando se aplicaba la descarga. En la segunda etapa del experimento, se creó una casilla con dos compartimentos. El centro de esta casilla contenía una barrera baja que permitía a los perros saltar de un lado al otro del compartimiento . Luego, tomaron perros del Grupo A y los colocaron, uno a la vez, de un lado de la casilla, donde se les aplicaría un tratamiento de descarga similar. Eventualmente, los perros del Grupo A entendieron, así como con el golpe a la barra, que si ellos pasaban por encima de la barrera del centro hacia el otro lado, las descargas se detenían. Por otro lado, se colocó a los perros del grupo B en el mismo compartimiento y otra vez se les administraron descargas suaves. Pero a diferencia del Grupo A, que aprendieron a moverse hacia el otro lado de la casilla luego de recibir las descargas iniciales, este grupo simplemente se recostaba y gemía, sin siquiera intentar pasar al otro lado.
  • 51. La Lógica Del Éxito 51 Conclusión: los perros del Grupo A estaban condicionados a encontrar una manera de aliviar la incomodidad de las descargas. De manera que cuando eran situados en un nuevo ambiente (la casilla) con un nuevo grupo de condiciones (saltar por encima de la barrera en vez de golpear una barra), ellos lo resolvieron. Ellos necesitaban encontrar una solución y la curiosidad les permitió saltar la barrera. El Grupo B, por otro lado, había aprendido durante la primer etapa del experimento que no había nada que ellos pudieran hacer para evitar su situación. Así que, en la segunda etapa del experimento, no fue una sorpresa que ellos simplemente se rindieran. Los perros en el Grupo B habían sido condicionados para la indefensión y ni siquiera tenían la necesidad de tratar de moverse. Aún cuando su situación o ambiente cambió, no importaba. Los perros ya habían adoptado la actitud de “no hay nada que yo pueda hacer”. Muchos de nosotros en la vida entramos en la categoría del Grupo B. En lugar de buscar alternativas o soluciones a nuestros dolores diarios por tener que lidiar con las presiones de la sociedad, simplemente renunciamos o nos rendimos. La única diferencia real es que en lugar de gemir nos lamentamos en gran manera.
  • 52. Victor Antonio Cuando aceptas tu condición y afirmas que no hay nada que puedas hacer para cambiar tu situación ¡estás acabado! Cuando asumí la vicepresidencia en Argentina, no tenía una idea clara de lo que necesitaba hacer. Sólo tenía ideas de lo que se necesitaba lograr. Y sí, a lo largo del camino cometí errores. Sin embargo, ellos eran una minoría cuando se los comparaba con todas las cosas buenas que comenzaron a suceder. Sin importar quién es la persona, el emprendedor o el Director Ejecutivo, están mintiendo si te dicen que tienen todas las respuestas. ¡No las tienen! Lo que tienen los verdaderos ganadores es una idea o sensación fuerte de lo que se necesita hacer. También tienen claro en su mente que algunas de aquellas ideas posiblemente fracasen. ¿Esto les hace cambiar de opinión? ¡Claro que no! ¿Por qué? Porque los ganadores se condicionan así mismo para el éxito. Como los perros en el Grupo A, los ganadores saben que para que las cosas cambien, ellos tienen que intentar algo. En el caso de los perros, ellos se daban cuenta que al golpear la barra la incomodidad paraba (es decir, las descargas). ¿No es eso lo que tratamos de hacer regularmente, detener la incomodidad?
  • 53. La Lógica Del Éxito 53 La Ley de los Promedios El éxito es un juego de números. Tienes que seguir intentando diferentes cosas hasta que encuentres ese simple acto o una combinación de acciones que cambiarán las cosas para bien. Cuanto más juegues (es decir, intentes) más posibilidades tienes de ganar. La Ley de los Promedios eventualmente funciona y como dice el dicho, “Si te balanceas lo suficiente, tarde o temprano darás contra algo”. Uno de tus más grandes obstáculos para vivir la vida que quieres es el miedo: el miedo a fracasar, el miedo a lo desconocido, el miedo a la humillación, el miedo a perder dinero, el miedo a cambiar de carreras, el miedo a todo lo que involucre un cambio. Ojalá Tuviera Algo de Eso A veces al hablar con algunas personas ellas me cuentan cómo encontraron su vocación para los negocios o para el servicio de un ser espiritual o iluminado. Hablan con tal convicción y pasión que a menudo me voy pensando, “Hombre, ¿qué está fumando esa persona?” Más tarde, luego de reflexionar acerca de nuestra conversación,
  • 54. Victor Antonio pienso, “¡Sí, pero ojalá yo tuviera algo de eso!” Desearía tener algo de ese entusiasmo. Estas son personas que tienen una creencia que las impulsa y están comprometidas con lo que están haciendo. Ahora, no estoy hablando acerca de la persona que dice, “Realmente me encanta mi trabajo” con una sonrisa de $2 forzada en su rostro. Hablo de las personas que, cuando hablan de lo que hacen, puedes verlo en sus ojos, ves emoción y tú sientes su entusiasmo. ¿Sabes de lo que estoy hablando? Estoy seguro que sí. Hay una cosa que no noté en ninguna de sus voces, y eso es miedo. Su emoción, propósito y significado recién descubierto los ha invadido y ayudado a superar ese miedo. Ellos están ahora tan emocionados y entusiasmados acerca de lo que están haciendo que no hay lugar para el miedo. Todavía pienso para mí, “¡Hombre, ojalá tuviera algo de eso!” Todos estamos siempre buscando algo que le dé sentido o valor agregado a nuestras vidas. Al igual que tú, pasé muchas noches sentado, pensando, “¿Por qué no puedo emocionarme con algo? ¿Por qué no puedo encontrar esa pasión ardiente que me impulse? En la película City Slickers, con Billy Crystal y Jack Palance, hay una escena donde el personaje de Palance
  • 55. La Lógica Del Éxito 55 mira a Crystal mientras mantiene su dedo índice en alto, le dice, que su propósito en la vida es encontrar esa “cosa única”. En respuesta, Crystal pregunta, “¿Qué es esa cosa única?” Palance le da una respuesta indirecta con la siguiente frase, “Eso lo tienes que descubrir tú”. A menudo pienso acerca del propósito y el significado, como estoy seguro muchos de ustedes también lo hacen. Yo también quiero esa fuerza impulsora y llena de significado que otros parecen tener. Creo que no tener esa fuerza impulsora hace que una persona se sienta un poco desanimada o quizás hasta desmotivada al no encontrarla. Te aliento a que empieces a tomarte el tiempo mental necesario para entenderte a ti mismo. Aquí hay un proceso de cinco pasos que quizás quieras probar para ayudarte a continuar buscando esa “cosa única”. Paso 1: Comienza con esta simple estrategia: si no puedes descifrar qué es lo que quieres hacer, como mínimo, comienza a definir las cosas que NO quieres hacer. Empieza por realizar un inventario mental de las cosas que no disfrutas. Comienza a pasar por el tamiz los tipos de trabajo que has tenido en el pasado. Piensa en cada uno y que no te gustó de ellos. ¿Qué aspectos clave de estos empleos odiaste?
  • 56. Victor Antonio Paso 2: Ahora, haz una lista mental de todas las cosas que sí te gustaron de cada uno de esos empleos. ¿Qué aspectos de esos trabajos realmente disfrutaste hacer? Paso 3: A continuación, piensa en ciertos empleos en los cuales la mayor parte de la carga laboral consiste en realizar aquellas cosas que te gustan. Paso 4: Una vez hayas creado una lista general de potenciales buenas situaciones, comienza a “imaginarte” en esta posición ideal. Sueña despierto con estar en esa posición y realizando ese trabajo. Paso 5: Ahora, el paso crucial: adelántate rápidamente en tu carrera imaginaria y piensa de nuevo a dónde te llevaría. ¿Te gusta el lugar hacia donde te llevará este camino? El último paso es el más difícil de reconciliar cuando estás tratando de decidir si ir o no en busca de algo. Es fácil de imaginar lo que puedes querer pero cuando te haces esa pregunta “¿seré feliz en el largo plazo?”, esto te fuerza a analizar tus verdaderas motivaciones y deseos que te llevan a querer hacerlo. Una Epifanía Un día vino a mi mente un pensamiento interesante que impactó contra el callejón sin salida que había en mi cabeza con respecto al tema de “encuentrar tu propósito”. Tuve
  • 57. La Lógica Del Éxito 57 una epifanía, o momento de iluminación mientras conducía por la autopista y los autos me pasaban rompiendo la barrera del sonido. Mientras conducía, comencé a tener un diálogo interno conmigo mismo sobre el concepto de propósito. Ahora bien, todos nosotros hemos tenido estas conversaciones internas con nosotros mismos. Tenemos un lado que da comienzo a los pensamientos (yo lo llamo lado A) y un lado crítico que analiza el pensamiento en sí mismo y hace las veces de abogado del diablo (yo lo llamo lado B). Ese día en particular, tuve una de esas conversaciones episódicas. Entren en mi cabeza por un segundo y escuchen la conversación que tuve conmigo mismo ese día. PRECAUCIÓN: Entrar en el proceso de pensamiento de otra persona puede ser peligroso y perturbador. Este pensamiento vino a mi cabeza mientras estaba conduciendo: A: “¿Si el propósito no viene hacia mí, por qué no voy yo hacia él? Este primer grupo de neuronas no había terminado de disparar ese pensamiento, cuando un segundo grupo disparó también diciendo:
  • 58. Victor Antonio B: “¿Cómo diablos funciona eso? Te estás confundiendo, amigo.” A: “No, no me estoy confundiendo.” B: “Bueno, dime, ¿cómo puedes obtener un propósito? A: “Bueno, no quise decir eso.” B: “Bueno, ¿entonces qué es lo que quisiste decir?” A: “Quise decir que quizás el propósito no aparece así, simplemente, sino que yo tengo que encontrarlo.” B: “Sí, seguro, ¿debajo de una piedra?” A: “No, idiota, quiero decir hallar un propósito”. B: “Si, sólo ve al Sam’s Club de la ciudad; ¡ellos los venden al por mayor! Oh sí, aquí tienes un paquete de propósito. Las instrucciones dicen: sólo añada una taza de esperanza, dos cucharaditas de estupidez, pero no le agregue demasiado porque tendrá un engrudo de cerebro. Ja, ja…” A: “¡Muérete! Quise decir que ya que no tengo un propósito, quizás debería obtener uno.” B: “Bueno tonto, si estás pensando de esa manera, ¿por qué simplemente no inventas un propósito?” A: “Porque tu no puedes simplemente darte un propósito.” B: “¿Por qué no?” A: “Porque necesita tener sentido.”
  • 59. La Lógica Del Éxito 59 B: “¡Bueno, entonces asígnale propósito !” DETENTE dolor de cabeza. En ese momento, un rayo de luz brilló a través de la ventana de mi auto y escuché cánticos gregorianos de fondo. Pero ese momento de iluminación sólo duró hasta que descubrí que había pasado por debajo de un puente y que el rayo de luz era el sol brillando a través de la ventana del techo. Después me di cuenta de que el canto gregoriano que estaba escuchando de fondo era en realidad un comercial de radio de un producto para limpiar alfombras con la banda de sonido del Rey de la salsa, Oscar de León. Este pensamiento, sin embargo, fue una epifanía. La idea de asignarme a mí mismo un propósito lindaba con la herejía motivacional. Se supone que el propósito “te ocurre”. Se supone que el propósito viene encubierto a través de consecuencias no planeadas o de eventos que cambian tu vida. Recuerda lo que solían decirte tus padres, “No puedes ir por ahí simplemente inventando cosas”. En las matemáticas, la gente deriva ecuaciones y soluciones de manera propia y específica. Aunque hay reglas que seguir, siempre hay más de UNA FORMA de arribar a una conclusión o solución.
  • 60. Victor Antonio Mi descubrimiento de cómo obtener un propósito funcionó para mí. Llegué a la conclusión de que tener un propósito se trata de darle significado (algo que signifique mucho para ti) a una actividad. Repito: Propósito es darle un significado personal importante a una actividad. La palabra clave aquí es importante. La actividad tiene que significar algo para ti. Lo que hace especial a tu propósito es su cualidad única. Es tuyo. Nadie lo puede duplicar. Nadie lo puede entender como tú lo haces, porque es tuyo solo. Es como una huella digital, única en sus contornos, que identifican quién eres tú. Cuando “encuentras una religión”, una causa o un trabajo que amas, todo tiene que ver con darle un significado a esa actividad. Cuando hablo de significado, lo hago en términos de un compromiso completo hacia algo en lo que uno cree firmemente. Tan fuerte es tu creencia que cuando adelantas tu vida y te ves en el camino, sabes que estarás contento de haber elegido esa dirección. Asignarnos un propósito es mucho más que simplemente decir, “Me gusta esa idea; voy a hacerlo”. Es más que ver un comercial y decir, “Sí, eso es para mí.”
  • 61. La Lógica Del Éxito 61 Es más que simplemente emocionarse porque alguien te pidió que te unas a un grupo o negocio y tu dices, “Sí, eso es para mí.” En el Capítulo Uno, aprendiste que escuchar a los demás en vez de a ti mismo es un atajo hacia la desilusión. ¿Qué tiende a pasar cuando uno adopta esta estrategia? Generalmente te sientes desilusionado con tu decisión. Te sientes incapaz de estar motivado a hacer lo que sea que hayas acordado hacer. El sólo hecho de mantenerte motivado requiere toda tu energía, hasta que un día dices, “No, eso no es para mí.” Asignarte un propósito significa encontrar o descubrir algo que tú consideras que es valioso y digno de tu tiempo físico y mental. Déjame darte algunos ejemplos: John Walsh, de la serie de televisión, “America’s Most Wanted,” empezó a hacer lo que él hace cuando su hijo fue secuestrado y asesinado. Él se asignó a sí mismo un propósito dándole a esta situación un significado. No quería que nadie tuviera que experimentar lo que él había experimentado, así que dedicó su vida a encontrar a criminales.
  • 62. Victor Antonio Randy Gage, el orador profesional, hizo millones y luego renunció. Luego de un año de pausa, volvió con una fuerza renovada porque, como él dijo, “Quería producir un impacto en la vida de las personas.” Lo que Randy descubrió fue que el dinero no le daba significado a su vida. Su nuevo propósito estaba basado ahora en el significado que le había asignado durante su tiempo de descanso. Él vio un valor más alto en ayudar a otros a hacerse independientes tanto económicamente o, mejor aún, emocionalmente. Quería impactar a otros más allá de un sueldo. Ya no se trataba de cuánto o cuánto más el podía hacer. Se trataba de un legado y de cómo él quería ser recordado. Había reemplazado el significado monetario por algo más personal para él… él sentía que debía revelar o exponer su mensaje único (sin igual) al mundo. Cuando escuchas el llamado de Dios y eliges servirlo, tú le asignas un propósito a la actividad de comunicar el Evangelio. Cuando decides donar tu tiempo o dinero para la caridad, le asignas un propósito a esa actividad. Cuando vas a trabajar y amas lo que haces, le asignas un propósito a esa actividad. Cuando decides construir tu propio negocio, le asignas un propósito a esa actividad.
  • 63. La Lógica Del Éxito 63 Cuando tienes un propósito en la vida sucede algo maravilloso; el miedo y la incertidumbre decaen, como mencioné anteriormente. Ahora tienes un vector, una dirección con magnitud. Tu entusiasmo y tu creencia en lo que haces eliminan el miedo y por lo tanto puede aliviar cualquier duda que puedas tener acerca de lo que estás haciendo. Cuando le das significado a una actividad, de repente la vida no parece más tan oscura. Los sitios brillantes son más fáciles de detectar. Esperas ansiosamente la próxima vez. No puedes esperar para hacer algo. No quieres que las cosas terminen. ¡El miedo ha abandonado el edificio! Cuando me muera, no quiero que mi último pensamiento sea que yo cambié el mundo, porque alguien más eventualmente lo volverá a cambiar tan pronto como yo desaparezca. Cuando muera, quiero pensar, “Di al mundo, pero lo más importante, le di significado y propósito a mi vida.” El propósito es darle un significado importante a una actividad que uno elija. Nadie excepto tú puede hacer esta elección. Date tiempo para realizar una reflexión y contemplación apropiada. Tómate el tiempo mental para pensar sobre
  • 64. Victor Antonio aquello a lo que le puedes asignar significado. Sé brutalmente honesto contigo. Busca el significado donde sea que se encuentre. Todos hemos escuchado la anécdota (chiste o cuento) del hombre que estaba debajo de un farol, de rodillas buscando algo, cuando alguien que pasaba le preguntó, “¿Qué está buscando?” “Mi dinero,” contestó el hombre. “¿Adónde se le cayó?” Apuntando a un callejón oscuro unas pocas pulgadas más lejos, el hombre respondió, “Allí cerca del callejón oscuro.” Confundido, el hombre que pasaba le preguntó, “Bueno, si se le cayó allá, ¿ por qué lo está buscando aquí?” El hombre respondió,“Porque aquí hay luz y allá está oscuro.” A veces buscamos las cosas en los lugares que son convenientes (es decir, donde la luz alumbra), pero nunca hacemos el esfuerzo de explorar aquellos lugares escondidos dentro de nosotros (las áreas oscuras) donde puede encontrarse nuestro verdadero propósito en la vida. Busca en esos rincones oscuros dentro de tu mente; tus sueños probablemente están esperando ser descubiertos. Tú conoces de qué sueños estoy hablando, los que guardas
  • 65. La Lógica Del Éxito 65 “por un tiempo” hasta que logras situarte en la vida… los sueños que comprometes con cada oferta de trabajo nueva, ascenso o aumento de sueldo. ¡Sí, esos sueños! ¿A quién le temes, a Él o a Mí? Estaba mirando una de esas malas películas de acción en las que un traficante de drogas es forzado a eliminar a sus enemigos. El traficante le dice a uno de sus hombres de confianza que lleve a cabo la orden de ejecución. El asistente duda porque sabe que la tarea de eliminar al enemigo será difícil y peligrosa. Al ver dudar a su hombre de confianza, el narcotraficante camina hacia él, mirándolo fijamente con los ojos bien abiertos y con una mirada maliciosa en su rostro le dice, “¿A quién le temes, a él o a mí?” ¿Trillado? Puede ser. ¿Incisivo? Sí. El asistente debe ahora elegir entre dos cosas que teme, su jefe o el enemigo que quiere ejecutar. Y en ese mismo momento tiene que tomar una decisión acerca de a quién teme menos. Decide ir tras el enemigo ya que le tiene menos miedo que a su propio jefe. En la vida, nos enfrentamos con el mismo dilema: no hacer nada o hacer algo. En ambos casos, tenemos miedo. El miedo a no hacer nada puede llevar a una vida de arrepentimiento. El miedo
  • 66. Victor Antonio a hacer puede llevar al fracaso. ¿Cuál te produce más miedo? Aquí hay diez reglas o lineamientos simples para ayudarte a lidiar y aceptar el fracaso como parte del proceso de éxito: 1. Aprende a apreciar el valor del fracaso: comienza creyendo que el fracaso está allí para ayudarte a llegar a tu destino deseado. 2. No te tomes el fracaso de manera personal: tal como el éxito, el fracaso no tiene favoritismos. No distingue colores, sexo y es agnóstico. 3. Permite que el fracaso te vuelva a orientar: los fracasos son como las señales de tránsito que te dirigen en la dirección “que necesitas seguir” en lugar del camino que estabas siguiendo. 4. Aprende a reírte de ti mismo y del fracaso: no seas tan serio contigo mismo. Aprende a disfrutar del proceso de crecimiento y de los ciclos de fracaso y éxito. Cuando el fracaso aparece, simplemente sonríe con satisfacción y di, “Voy a resolverlo, ya lo verás” 5. Pregunta y sigue preguntando “¿Por qué?” Siempre pregúntate a ti mismo por qué las cosas no resultaron. Auto análisis y evaluación son las claves para aprender del fracaso y lograr el éxito eventualmente.
  • 67. La Lógica Del Éxito 67 6. Aprende del fracaso: hay un dicho que dice, “La definición de idiota es hacer algo de la misma manera, una y otra vez esperando un resultado diferente.” El crecimiento es un proceso repetitivo de aprender de nuestros errores. 7. No dejes que el fracaso te derrote: el fracaso tratará de convencerte de que renuncies. El fracaso tratará de desmoralizarte y de desestabilizar tus intentos de éxito. Piensa en el fracaso como una mano de ayuda en lugar de un puño tratando de derrotarte. 8. Usa el fracaso para medir tu crecimiento: todos los pasos hacia el éxito pueden ser medidos por la distancia que hemos recorrido y por cuánto hemos crecido personal y económicamente. El crecimiento viene de la acción y la experiencia, no de quedarse parado quieto sin hacer nada. 9. Aléjate y ubica al fracaso en perspectiva: siempre nos vemos como el centro y el objeto más importante de la vida. Aléjate y tomate el tiempo de apreciar todas las cosas que te están pasando. Aléjate y agradece todas las pequeñas cosas que no aprecias. Aléjate y date cuenta de que la mayoría de las personas no tienen las oportunidades que nosotros tenemos en los Estados Unidos. 10. Nunca te des por vencido: el error más grande que uno puede cometer y el fracaso más inmenso que una persona puede experimentar es el de renunciar. No le temas al fracaso; ten miedo de rendirse (give up)
  • 68. Victor Antonio El entrenador de fútbol Mike Ditka lo dijo con precisión “Nunca pierdes realmente hasta que dejas de intentar”. Debes aprender a ver el fracaso como un proceso saludable para alcanzar el éxito. Debes aprender que el fracaso es una guía para el éxito, no una obstrucción. El estado más patético de la naturaleza humana es el de sumisión total, tanto de cuerpo como de alma. Lo que nos detiene o paraliza de intentar es el miedo al fracaso. ¿La ironía? Si estamos demasiado asustados como para actuar, al no actuar garantizamos justamente lo que más tememos: el fracaso.
  • 69. La Lógica Del Éxito 69 La LÓGICA del éxito “Nunca confundas el movimiento con la acción.” – Ernest Hemingway Establecimiento de objetivos Una vez que determinas qué es lo que quieres hacer con tu vida, una vez que resuelves qué es lo que alimentará tu alma, una vez que superas el miedo a hacerlo, ¿por dónde comienzas? ¿Recuerdas El Mago de Oz? Me acuerdo de los pequeños personajes cuando Dorotea quería las instrucciones para ir hacia la Ciudad Esmeralda, el lugar donde ella podía encontrar todas las respuestas a sus preguntas. Estos personajes le dieron las instrucciones de “Seguir el camino de ladrillos amarillos.” ¡Oh, si sólo las respuestas de la vida estuvieran resaltadas con ladrillos amarillos para que nosotros las sigamos! Cuando era chico, ese año para Navidad mis padres me dieron uno de esos autos de policía con luces que brillan, ruido fuerte de sirena y un muñeco de Johnny Law (Juan
  • 70. Victor Antonio Ley) que viajaba dentro. Debajo del auto había un mecanismo circular de rotación con ruedas que le permitían al auto cambiar de dirección cada vez que chocaba con los muebles o las paredes. Apretaba el botón de encendido y el auto adquiría vida. El ruido fuerte de sirena llenaba el cuarto a medida que las luces intermitentes parpadeaban en la pared y los muebles que lo rodeaban. El auto chocaba contra los muebles como una persona ciega tratando de encontrar su camino en una habitación desconocida. Algunas veces chocaba contra un objeto, retrocedía e iba rápidamente en una nueva dirección. Otras veces, abruptamente cambiaba de dirección tratando de ir tanto a la izquierda como a la derecha. Yo me sentaba y miraba el auto, sólo para ver cuánto tardaba en moverse de un lado a otro de la habitación, contaba el número de choques y cambios de direcciones. A veces me iba de la habitación sólo para regresar y ver al auto atascado en la esquina. “Error de diseño”, pensaba. El auto trataba de ir a la izquierda, doblar a la derecha, ir para atrás. Pero no importaba lo que el auto hacía, no podía encontrar su camino para salir de la esquina. Así que yo me quedaba mirando a mi pequeño auto, chocar en el rincón haciendo mucho ruido pero sin ir a ningún lado, deseando que eventualmente encontrara una manera de moverse y
  • 71. La Lógica Del Éxito 71 encontrar su salida. El autito estaba verdaderamente atascado en la esquina. Hoy, la imagen de ese auto representa para mí un problema que muchos de nosotros tenemos al tratar de alcanzar nuestro objetivo o destino. Cada vez que tropezamos con un obstáculo, tratamos de ir a la izquierda, a la derecha o retroceder. En nuestra vida diaria, tan pronto como damos un paso en el mundo laboral, las luces de nuestras mentes se encienden. Nuestras bocas comienzan a hacer ruido sobre un teléfono celular y vamos en alguna dirección hacia alguna reunión. Y tan pronto encontramos un obstáculo, retrocedemos y vamos a la derecha o izquierda, dirigiéndonos a la dirección de menos resistencia hasta que encontramos nuestro próximo obstáculo. Como el auto de juguete, parecemos estar moviéndonos sin sentido sin una dirección y sin un destino específico en mente; simplemente nos estamos moviendo de manera ciega. Muchos de nosotros no tenemos objetivos. Empezamos un curso (carrera) y simplemente hacemos todo lo que hay que hacer para realizarlo… bueno, simplemente porque sí. Encuentro gracioso cómo el estar en movimiento, constantemente moviéndose, parece contentar a las personas y darles un sentido de logro. Nos sentimos mejor
  • 72. Victor Antonio acerca de nosotros mismos cuando pensamos que nos estamos moviendo. No importa si nos estamos moviendo en la dirección correcta, siempre y cuando nos estemos moviendo. “No puedes permitirte confundir actividad con productividad.” El fabricante de juguetes tenía un criterio específico en mente cuando construyó el autito: mantener el auto en movimiento sin importar los obstáculos que se encontrara. El auto fue diseñado para permanecer en movimiento. Su único objetivo era mantenerse en movimiento; el mecanismo de ruedas debajo del auto rotaba de una manera aleatoria para asegurar eso. El auto no fue construido para tener un objetivo o destino específico. Tú, así como el auto, a menudo te comportas de esta manera. Quieres seguir moviéndote pero en realidad no estás yendo a ningún lado, o peor, no sabes hacia dónde estás yendo. Chocas contra obstáculos y te mueves alrededor de ellos cambiando de dirección. Luego te engañas a ti mismo llamando a esto planificación o reclamando que has tenido éxito en encontrar una gran oportunidad.
  • 73. La Lógica Del Éxito 73 Te mientes a ti mismo para justificar un cambio de dirección. Ninguna nueva oportunidad se ha presentado. Te encontraste con un obstáculo, cambiaste tu curso, seguiste en esa dirección y lo racionalizaste como parte de tu objetivo deseado. La verdad es que cuando sales al mundo y dejas que la realidad te suceda, no estás mucho mejor que el auto chocador. Es verdad, algunas personas aún se las arreglan para encontrar el éxito, incluso bajo estas condiciones azarosas. Pero este tipo de éxito equivale al autito chocador de juguete buscando su camino hacia la otra habitación de manera accidental, no por diseño. Mi pregunta para ti es: ¿Quieres alcanzar tu objetivo accidentalmente, o por diseño? “La vida sería bastante chata y aburrida sin golpes o retos” Los golpes u obstáculos en la vida son parte del terreno, la estructura social de logro. Todos nosotros, tarde o temprano, encontramos obstáculos en nuestro camino al éxito de vida. Pero debes cambiar tu manera de pensar y aprender a ver los obstáculos como parte del proceso de cambio. Si no fuera por los obstáculos, el éxito no tendría sentido. ¿Por qué? Porque si el éxito fuera alcanzable por todos, entonces ¿cuál sería su medida? Si todo lo que
  • 74. Victor Antonio intentaras tuviera éxito, nuevamente, ¿cuál sería la medida del verdadero éxito? El valor del éxito debería ser medido según tus habilidades para superar obstáculos, tu habilidad para superar la adversidad para lograr crecimiento y prosperidad. Yo solía pensar que idear o escribir los objetivos era una pérdida de tiempo. Tenía la mentalidad Nike®, “Simplemente hazlo”, y agregué, “y veamos qué pasa.” He llegado a entender la importancia de “establecer metas” de una manera diferente. Llámalo madurez, experiencia o llámalo como quieras, pero mi decisión con respecto al propósito de establecer metas ha cambiado dramáticamente. Ahora veo el establecimiento de metas como esencial porque limita, si no es que elimina enteramente, la tentación de reaccionar emocionalmente y de ser re- orientado por una situación dada. Por “situación” quiero decir un obstáculo o desafío que se presenta de manera imprevista. Cuando reaccionas emocionalmente sin sentido de dirección, comienzas a perder la visión de lo que era y aún es importante para ti. Una meta es un recordatorio de un compromiso que has establecido contigo mismo.
  • 75. La Lógica Del Éxito 75 Si no puedes mantener un compromiso contigo mismo, ¿cómo puedes mantenerlo con otros? Cada vez que nos enfrentamos con problemas u obstáculos, cambiamos de dirección porque es conveniente hacerlo. Pero cada elección de no seguir nuestros sueños tiene un precio. Cuando tomamos el camino fácil, ¿qué es lo que estamos intercambiando por conveniencia? Muchos de nosotros elegimos tomar el camino de la menor resistencia cuando nos confrontamos con un desafío porque hemos sido condicionados a través del tiempo a evadir los dilemas y a correr en otra dirección. ¿No es eso conveniente? Puedes correr pero no puedes esconderte. La vida continúa llena de actividades y complicaciones y por esta razón, las posibilidades de que te encuentres con obstáculos aumentan exponencialmente. Y, a menos que aprendas a establecer metas y a apegarte a ellas, continuarás chocándote contra el mobiliario social de la vida; irás rebotando dando vueltas sin nunca ser capaz de llegar a ninguna parte. Las metas te ayudan a mantenerte encaminado. Las metas te ayudan a establecer una métrica a través de la cual puedes medir su progreso. No deberías negarte a ti mismo el placer de ser capaz de medir tus progresos.
  • 76. Victor Antonio El tiempo tiene una forma de tentarte a olvidar cuál era tu propósito o meta original. Las metas son recordatorios de lo que originalmente estableciste que ibas a hacer, después de que ha pasado algún tiempo. Quiero compartir contigo una experiencia que tuve recientemente, la cual espero ilustre lo importante que es que te apegues a tus metas. También espero que muestre cómo el hacerlo puede ahorrarte tiempo y dinero. Aunque esto tiene poco que ver con alcanzar el éxito, tiene que ver con mantener de forma clara en tu mente lo que es importante Nos hemos convertido en una sociedad con un apetito por consumir, particularmente por comprar. La tecnología, específicamente Internet, ha hecho que el consumo esté más disponible para nosotros de lo que estaba antes. El otro día, luego de dos años de postergar mi curiosidad, me conecté a eBay por primera vez para ver de qué se tratada todo el alboroto. Yo tenía un propósito o una razón específica; me conecté para comprar una serie de libros grabados en audio por menos de ochenta dólares que era el precio minorista. Entonces busqué y encontré el artículo usado por el cual quería hacer una oferta a una fracción del costo. Después
  • 77. La Lógica Del Éxito 77 de registrarme y de soltar mis datos de la tarjeta de crédito, estaba listo y realicé mi primera oferta. Ahora bien, para aquellos que nunca han utilizado eBay, piensen en un “mercado de pulgas virtual combinado con una subasta silenciosa” donde tú publicas tus ofertas en Internet. El proceso de ofertas se desarrolla en el transcurso de unos pocos días o semanas. Al final del período de tiempo designado, el ganador con la oferta más alta es notificado por email (correo electrónico). Cuando realizas una oferta, puedes superar a la siguiente persona en incrementos de $0.50, dependiendo del precio en operación. Cuando hice mi oferta, el sistema me pidió mi máximo precio de oferta. En otras palabras, el sitio quería saber cuál era la cantidad más alta que yo estaba dispuesto a pagar. La oferta actual sobre las series de audio estaba colocada en diez dólares sobre el artículo que Yo había cotizado en veinte dólares (usado). De manera que, hice mi oferta máxima de veinte dólares, con mi oferta inicial cincuenta centavos más alta que la oferta actual (es decir, $ 10.50). Pronto aprendí que cada vez que alguien ingresa una oferta más alta, el sistema automáticamente aumenta mi oferta cincuenta centavos, manteniéndome como el máximo postor.
  • 78. Victor Antonio Cuando la oferta de alguien superaba mi oferta máxima de veinte dólares, recibía un email de aviso que decía básicamente, “Tu oferta ha sido superada.” En este momento, mi primer impulso como criatura competitiva fue, “Tendré que hacer una oferta mayor.” Pero recordé que la razón por la cual establecí el máximo de $20 para las series de audio usadas fue porque, según mis cálculos, no sería un buen negocio si tuviera que pagar más. Este recordatorio me ayudaba a resistir la egoísta tentación de competir. Dejé que la oferta cerrara sin desafiar al máximo postor, y perdí el artículo. Ahora, revisemos esta situación y los procesos de pensamiento que me impulsaron a detenerme. Antes de ingresar en eBay y colocar mi oferta, sabía que no quería pagar más de veinte dólares por estos artículos. Este valor predeterminado fue útil para ayudarme a mantener mis emociones controladas cuando descubrí que mi oferta había sido superada. Tener un objetivo máximo en mente me ayudó a evitar cualquier sentimiento de querer competir (esto es, actuar irracionalmente) y ganar sólo por el hecho de ganar. Dicho de manera sencilla, no quería involucrarme emocionalmente o alejarme de mi precio objetivo.
  • 79. La Lógica Del Éxito 79 Ebay, como toda estrategia de subasta, usa incrementos pequeños, (de cincuenta centavos, en este caso en particular) para mantener las ofertas en funcionamiento. Tú racionalizas para ti mismo, “Oh, son sólo cincuenta centavos. ¿Cuál es el problema?” En ventas, esto se llama “arrastrar el precio.” Si alguna vez has estado en una subasta en vivo, has visto arrastres de precio de primera mano. El subastador habla en un idioma extranjero donde lo que único que se entiende es el incremento de precio mencionado al final de cada oración. El trabajo del subastador es mantener la oferta funcionando con pequeños incrementos para lograr que las personas bajen la “barrera de precio” y bajen su guardia. Y, ya que los incrementos de precio son tan pequeños, la gente poco a poco es atraída por el espíritu de ofrecer o competir y pierden de vista (perspectiva) su objetivo de compra. Luego la oferta se cierra y el comprador se da cuenta de que se ha excedido de la meta del precio máximo (algunas veces más alto que el minorista) y se va a la casa con remordimiento de comprador (esto es, arrepentirse de la compra luego del hecho). Hay un dicho que dice, “La gente compra emocionalmente y lo racionaliza después”. Las subastas cuentan con el hecho de que tú no te apegarás a tu objetivo máximo alimentándote en la inseguridad de
  • 80. Victor Antonio perder el artículo y de no ser capaz de encontrar otro como él. Ellos quieren que pienses en términos de escasez. Cuando sientes miedo por la carencia, ofreces por encima del máximo que te habías establecido, y el objetivo de conseguir un buen negocio se convierte en el objetivo de ganar la subasta “Nunca pienses en término de escasez porque siempre existe otra oportunidad a la vuelta de la esquina.” En la vida, el fracaso cuenta con que tú no te apegarás a tus objetivos. El fracaso quiere que reacciones de manera adversa. El fracaso quiere que creas que ganar lo es todo, a cualquier costo, aún al costo de no ser feliz con tu decisión. Mi satisfacción de ganar en eBay estaba basada en dos cosas: conseguir el artículo que yo quería Y conseguir el artículo a mi precio establecido. Observa que hay un “Y” y no un “O” entre esos objetivos. Sabía que sufriría de remordimiento del comprador si pagaba más de lo que había establecido como un buen negocio. Así que, al predeterminar mi precio, evite entrar en una guerra de ofertas. Los objetivos de gastos predeterminados no son diferentes a los objetivos de logro predeterminados que estableces en tu vida diaria.
  • 81. La Lógica Del Éxito 81 Pero, en lugar de apegarte al objetivo que te has establecido, como el subastador, poco a poco te convences de alejarte un poco de tu objetivo original. Muchas veces, tú eres tu peor enemigo. Establecer metas, apegarse a ellas, aún cuando estés o te sientas presionado para alejarte de ellas, es la razón por la cual odias hacerlas. Permíteme resumir las tres razones principales que he indicado de por qué te resistes a establecer metas: Primero, a ti no te gusta establecer metas porque ellas son métricas, límites o recordatorios de promesas que te has hecho a ti mismo. Y cuando rompes las promesas, especialmente contigo mismo, odias que se te recuerde ese hecho. Prefieres moverte hacia la próxima cosa grande y racionalizar tu fracaso pensando que esta nueva dirección fue para mejorar. O, en el caso de eBay, te gustaría hacer una oferta más alta pensando que, a pesar de pagar un precio más alto, aún sería un buen negocio. Segundo, rechazas el hecho de ser considerado responsable por un objetivo. Cuando pospones o rompes una promesa que te has hecho a ti mismo, gritas “¡Pero las cosas han cambiado!” En tu interior, sin embargo, sabes que a pesar de que tu situación puede haber cambiado, tus metas, tus
  • 82. Victor Antonio sueños, aquellas cosas que quieres, no lo han hecho. Yo también he sido una víctima de este tipo de pensamiento. Por muchos años en los negocios acepté ascensos. Acepté posiciones más altas por más dinero o una mejor oportunidad de hacer más dinero. Con cada promoción o aumento en el sueldo, racionalizaba el aplazamiento de mis objetivos diciéndome a mí mismo, “Era la acción correcta por ahora.” Me dejaba llevar por la ola de adulación y compensación, nunca peleando o ni siquiera pensando en ir en contra de la corriente por muchos años. Y cuando me desperté del estado inconsciente de embriaguez por el dinero y el control, me di cuenta de que me había hecho trampa a mí mismo por muchos años—años en los que podría haber estado trabajando en mis objetivos y pavimentando el camino a mis sueños. La tercera razón por la cual no te gustan las metas es que deseas alivio. Quieres descansar de las peleas y ¡lo quieres ahora! Una meta requiere mucho tiempo para cumplirse. Alcanzar tus objetivos demanda mucho trabajo y esfuerzo. Pero en la era de la nano-tecnología y del procesamiento pico-velocidad, nuestros períodos de atención continúan encogiéndose a medida que nuestras necesidades de logro continúan creciendo. El problema es que el éxito no puede ser comprimido por alguna nueva tecnología o algoritmo
  • 83. La Lógica Del Éxito 83 para que tú lo alcances de manera más rápida y económica. El éxito no puede ser descargado en segundos, “copiado” en un CD y tomado cada vez que lo desees. No te gustan los objetivos porque ellos demandan tu habilidad para ser disciplinado. El logro de tus objetivos requiere que seas consistente. Requiere darle a tus objetivos la cantidad apropiada de tiempo y esfuerzo necesarios para su realización. No te gusta la disciplina, porque pone a prueba tu tenacidad mental y te obliga a mantener el rumbo hasta el final. La disciplina requiere que tengas en mente el fin y no la renuncia a tu compromiso. Cuando estableces la meta de bajar de (o subir en algunos casos) peso, no quieres que nadie ni nada te recuerde que no cumpliste con tu objetivo. “Preferirías dejar que el objetivo se pospusiera silenciosamente para otro año.” Cuando decides que “este es el año” en el cual comenzarás tu propio negocio, tampoco quieres que te recuerden tus objetivos a medida que pasa el año. “Preferirías dejar que el objetivo se pospusiera silenciosamente para otro año.”
  • 84. Victor Antonio Cuando no te tomas las vacaciones que te habías prometido a ti mismo este año, no quieres que te recuerden que el año se está terminando cuando todavía no has hecho planes. No quieres que te lo recuerden. “Preferirías dejar que el objetivo se pospusiera silenciosamente para otro año.” Decides que este es el año en el cual irás a la universidad para obtener o terminar tu título. Pero no quieres que te recuerden que aún no te has registrado y el semestre ya está en progreso. “Preferirías dejar que el objetivo se pospusiera silenciosamente para otro año.” ¿Por qué te detienes cuando estás cerca de lograr tus objetivos?¿Qué hay en ti que no te deja continuar con tu compromiso contigo mismo? A menudo, tú inhabilidad para lograr tus objetivos o metas es más que un problema de disciplina. Puede ser más profundo. Quizás en tu interior no crees que estas metas sean lo suficientemente importantes como para demandar tu disciplina. En el caso de regresar a la facultad, quizás lo estás haciendo porque tus padres esperan de ti un título o una especialización en tal o cual materia. O quizás tu
  • 85. La Lógica Del Éxito 85 compañía requiere que tengas un título para otorgarte un ascenso. En ambos casos, no lo impulsas TÚ. Quizás la razón por la cual pierdes el entusiasmo o tu fuerza motivadora para mantener el rumbo, se remite a nuestro primer capítulo: escúchate a ti mismo. Si eliges hacer lo que otras personas quieren o esperan que hagas en lugar de hacer lo que tú verdaderamente quieres, no puedes sostener un nivel de entusiasmo alto. Entonces, ¿Qué haces? Pospones conseguir una educación superior. Richard Leider, un psicoanalista, pasó décadas entrevistando a ciudadanos mayores acerca de qué consejos le darían a las generaciones más jóvenes. Los puntos clave que se registraron fueron tres: 1. Serían más reflexivos; 2. Tomarían más riesgos; y 3. Comprenderían qué es lo que los hace sentir realizados. El primer consejo dice que debes reflexionar más sobre tus deseos y acciones, reflexionar a largo plazo. El segundo dice que debes moverte de tu zona de comodidad y explorar nuevos caminos de interés. Y el tercero subraya lo dos primeros diciéndote que realmente evalúes lo que es importante para TI.