1. NO PRONUNCIES MI NOMBRE
No pronuncies mi nombre: entierra mi rostro en la sima del olvido.
Y en cada anochecer cierra todas tus puertas: no permitas
que mi sombra apague la farola, que cuelca en el umbral de tu mundo.
No me recuerdes jamás,
incluso si tu dolor te desangra los ojos,
o tus cabellos caigan a la tierra: no lo permitas !.
Y si por algún misterio oscuro,
estos versos llegaran en un barco de niños muertos a tus oídos,
grita con todas las tormentas que llevas en tus labios,
y cúbrele de la nube del silencio: toma las alas que dejé,
en la cajita de cristal,
y siémbralas en tu pecho,
y deja que tu alma flote más allá de mi nombre:
donde todo se olvida en la noche;
donde las puertas permanecen cerradas,
con tan solo una farola que cuelga del umbral de un mágico mundo.