2. AL UNIRSE SE CONVIERTEN EN
• Protagonistas.
• Dueños de su historia
• Creadores de un proyecto que
hay que llevar adelante juntos
Con la gracia de Dios
3. AL CÓNYUGE NO SE LE DEBE
EXIGIR
❑ Que sea perfecto
❑Dejar de lado las ilusiones
❑Aceptarlo como es:
• Inacabado.
• Llamado a crecer.
• En proceso Alegría del amor, 218
4. LA HISTORIA DE LA FAMILIA ESTÁ SURCADA POR CRISIS
DE TODO TIPO,
HAY CRISIS COMUNES A TODOS LOS MATRIMONIOS
• Crisis de los comienzos
• Aprender a compatibilizar las diferencias.
• Desprenderse de los padres.
• Llegada del Hijo con sus nuevos desafíos emocionales.
• Crisis de la crianza que cambia los hábitos del
matrimonio.
• Viejas heridas Alegría del Amor: 235-236-239
5. Muchos terminan su niñez sin haber
sentido jamás que son amados
incondicionalmente y eso lastima su
capacidad de confiar y de
entregarse.
Cuando la relación de pareja no
funciona bien, antes de tomar
decisiones importantes , conviene
asegurarse de que cada uno haya
hecho un camino de curación de la
propia historia.
(La alegría del amor Nª 240)
6. CADA CRISIS
Implica un aprendizaje que permite
incrementar la intensidad de la vida
compartida.
Esconde una buena
noticia que hay que
saber escuchar
afinando el oído
del corazón
La alegría del amor: 232 y 233
7. Usar el recursos de negar los
problemas, esconderlos, relativizar su
importancia, apostar solo al paso del
tiempo..
En una crisis no asumida:
Lo que mas se perjudica es la
comunicación
PELIGRO Y DESAFÍO ANTE UNA
CRISIS
La alegría del evangelio.
8. Poco
a
poco
De” la persona que amo” pasa a
ser: Quien me acompaña
siembre en la vida.
El padre o la madre
de mis hijos
Al final :
Un verdadero extraño.
La alegría del amor 233
9. Cuando el
matrimonio se
asume como una
tarea que implica
también superar
obstáculos, cada
crisis se percibe
como una ocasión
para llegar a beber
juntos el mejor vino.
Alegría del amor Nº 232
10. LA MADURACIÓN DEL AMOR:
Implica también aprender a negociar…en un
clima de amor mutuo…esta “negociación” es un
entrelazado de recíprocas ofrendas y renuncias
para el bien de la familia.
En cada nueva etapa de la vida matrimonial
hay que sentarse a volver a negociar los
acuerdos, de manera que no haya ni ganadores
ni perdedores, sino que los dos ganen.
11. El matrimonio es un signo precioso, porque
«cuando un hombre y una mujer celebran
el sacramento del matrimonio, Dios, por
decirlo así, se “refleja” en ellos, imprime
en ellos los propios rasgos y el carácter
indeleble de su amor. El matrimonio es la
imagen del amor de Dios por nosotros.
También Dios, en efecto, es comunión.
precisamente este el misterio del
matrimonio: Dios hace de los dos esposos
una sola existencia»[119].
12. Esto tiene consecuencias muy concretas y
cotidianas, porque los esposos, «en virtud del
sacramento, son investidos de una auténtica
misión, para que puedan hacer visible, a partir
de las cosas sencillas, ordinarias, el amor con el
que Cristo ama a su Iglesia, que sigue
entregando la vida por ella»[120].
13. El amor de Dios se cultiva…o se
deteriora…
¿Estamos cultivando en pareja, el
amor de calidad que expresa en
lo pequeño a Dios mismo y nos
recrea en nuestra genuina
identidad?
14. Cada matrimonio es una «historia de salvación», y esto
supone que se parte de una fragilidad que, gracias al don
de Dios y a una respuesta creativa y generosa, va dando
paso a una realidad cada vez más sólida y preciosa.
Quizás la misión más grande de un hombre y una
mujer en el amor sea esa, la de hacerse el uno al
otro más hombre o más mujer. Hacer crecer es
ayudar al otro a moldearse en su propia
identidad. Por eso el amor es artesanal.
Alegría del amor 121.
15. No tiene
envidia, no es
arrogante.
No obra con
dureza ni busca
su propio
interés.
Todo lo disculpa,
todo lo cree,
todo lo espera,
todo lo soporta
No se irrita, no
toma en cuenta
el mal
Es paciente,
servicial
El amor es
89:
Crecimiento,
consolidación y
aprendizaje
Base: Dialogo, perdón y
saber eperar.
16. El amor
no
acaba
nunca…
El amor matrimonial no se cuida ante todo
hablando de la indisolubilidad como una
obligación, o repitiendo una doctrina, sino
afianzándolo gracias a un crecimiento
constante bajo el impulso de la gracia.
El amor que no crece comienza a correr
riesgos, y sólo podemos crecer respondiendo
a la gracia divina con más actos de amor, con
actos de cariño más frecuentes, más intensos,
más generosos, más tiernos, más alegres.
Alegría del
amor 134
17. Si no cultivamos la paciencia, siempre tendremos excusas
para responder con ira, y finalmente nos convertiremos
en personas que no saben convivir, antisociales,
incapaces de postergar los impulsos, y la familia se
volverá un campo de batalla. Alegría del amor 92
«
El amor se debe poner más en las obras que en
las palabras» Así puede mostrar toda su
fecundidad, y nos permite experimentar la
felicidad de dar, la nobleza y la grandeza de
donarse sobreabundantemente, sin medir, sin
reclamar pagos, por el solo gusto de dar y de
servir. Alegría del amor 94
18. En el amor no hay lugar para sentir malestar por
el bien de otro (cf. Hch 7,9; 17,5). La envidia es
una tristeza por el bien ajeno, que muestra que no
nos interesa la felicidad de los demás, ya que
estamos exclusivamente concentrados en el propio
bienestar.
Alegria del amor 95)