3. OBJETIVO:
Mostrar la belleza del amor vivido en el seno de la familia y la
necesidad de cuidarlo constantemente, porque en sí mismo es frágil y
a la vez maravilloso.
4. La familia es el lugar donde se gestan los valores humanos y
cristianos, es transmisora de vida, es el lugar esencial donde se
conoce a Dios, donde se forman personas idóneas y responsables
para construir una sociedad justa y equilibrada.
5. Pero ¿cómo podemos fomentar los valores humanos y cristianos en la familia, en
medio de una sociedad que solo piensa en el consumismo, la moda, el dinero, los
placeres, los vicios? ¿Cómo tener una familia estable, comprometida, que se
mantenga firme y constante y que pueda seguir adelante en medio de las
dificultades, las diferencias, el pesimismo, la desconfianza…?
7. La respuesta está en el AMOR,
uno de los regalos más hermosos
que Dios mismo nos ha dado por
medio de su Espíritu Santo. El
amor que se brindan los esposos
desde el noviazgo y que es la
base sólida para la construcción
de una familia, lo que implica una
combinación de gozos y
esfuerzos, que mueven a los
esposos y los demás integrantes
al respeto y el cuidado mutuo
entre sí.
8. El apóstol San Pablo en la 1ra Carta a los
Corintios capítulo 13 versículos 4 al 7
nos habla del Himno del Amor, un hermoso
pasaje bíblico que nos muestra las
características del verdadero AMOR que
debe vivir una familia, y que el Papa
Francisco en la Exhortación Apostólica
Amoris Laetitia describe de una forma
muy pastoral en los numerales 90 al 110
de este documento.
10. El amor es paciente: Es la actitud que lleva a las personas a
afrontar con serenidad los contratiempos de la vida.
Amor Servicial: El que experimenta la felicidad en el “dar”
sin esperar nada a cambio, sin reclamar pagos ni
recompensas.
El amor no es envidioso: El amor verdadero valora los logros
y esfuerzos ajenos, no los siente como una amenaza,
aceptando a cada uno con sus dones, talentos y cualidades.
11. El amor no es orgulloso: No hace alarde de sus condiciones o de
vanagloria de sí mismo, no se agranda o se muestra superior ante los
demás.
El amor es amable: No actúa de modo descortés, no es duro en su
trato, no hace sufrir, sino por el contrario es delicado, respetuoso,
que sabe hablar en el momento oportuno, creando vínculos fuertes
de amistad, que confortan, consuelan y estimulan a su vez.
El amor es desprendido: No busca su propio interés, no es egoísta, ni
se encierra en sí mismo, sino que da con generosidad y es justo con
los demás.
12. Sin violencia interior: No se enoja, ni se irrita, o dice malas palabas,
no se deja llevar por la ira, sabe controlar los momentos de mal genio
(cf. Ef. 4,26) buscando la paz y reconciliación antes de que termine el
día.
El amor lleva al perdón: No lleva cuentas del mal, no se deja invadir
por el rencor, si no que sabe comprender la debilidad ajena,
declarando al otro inocente como lo hizo Jesús en la cruz.
Se alegra con los demás: Se alegra con la verdad, con el bien del
otro, reconociendo su dignidad, sus capacidades y buenas obras,
dando glorias y alabanzas a Dios por sus logros. La familia debe ser el
lugar donde se celebre los triunfos de sus integrantes con alegría.
13. 1. Estas nueve características para vivir el Amor Familiar, son
como un camino que nos va conduciendo a la paz, la fraternidad y
la santidad que una familia cristiana debe vivir, para que se refleje
en una sociedad más justa y equilibrada.
14. 2. El Himno del Amor termina
con el versículo 7 que habla de los
cuatro TODOS: “Tener amor es
disculparlo todo, creerlo todo,
esperarlo todo y soportarlo todo”.
En la vida familiar se debe cultivar
esa fuerza del amor, que a pesar de
todo, se mantiene firme y
perseverante en medio las
amenazas del mal que luchan por
destruir el tesoro más grande de la
humanidad como lo es la familia.