Las estudiantes llevaron dos catapultas de diferentes tamaños y tres bolas de colores distintos y materiales a clase para realizar experimentos. Determinaron que la catapulta más grande lanzaba las bolas más lejos y que la bola de madera, por ser la más pesada, alcanzaba la mayor distancia. Cada niño luego lanzó una bola con la catapulta grande para medir quién llegaba más lejos, resultando el ganador Aitor.