1. HABÍA TANTA LUZ
Había tanta luz en nuestro cielo
y era nuestro querer cosa tan cierta,
que el corazón abría su ancha puerta
para echar a todo su anhelo.
2. Había tanta fe y tanto celo,
tanta noble inquietud siempre despierta
que el alma era una flor, lozana, abierta,
donde no había sombra ni recelo.
3. Se deshojo la flor.
Pétalos rojos
Arrinconó el invierno los despojos
de aquel amor lejano fenecido.
Porque su voz ya no me nombra
Todo a mi alrededor esta en las sombras.
¡ Como si nunca hubiera amanecido!.
Carlos Alberto Reyna