2. Ocho de la noche. Una a una llegaron esperanzas buscando la audiencia de un
Ángel
• Tlaloc, hace su parte, retiene
su fuerza el resplandor blanco
a los pies del Ángel abre el
cielo dejando que sus alas
expandiera cada uno de
nuestros corazones.
3. El ocaso poco a poco extinguía la
luz del día,
• gradualmente nuestros corazones encendieron las velas
que iluminaban nuestra presencia, y la de los curiosos
que circulaban buscando refugio de su día de trabajo.