1. MENSAJE
Queremos seguir a Jesús. Él nos llama a ser misioneros para anunciar su amor sin miedo y con
alegría, como el catequista Peter To Rot.
1. Q U E R E M O S S E G U I R A J E S Ú S
Podemos comenzar recordando a los niños el viaje misionero que llevamos realizando desde 2009 por
los distintos continentes. Ambientaremos el lugar de la catequesis con los carteles de Infancia Misionera de
este año y de los anteriores, y haremos memoria de esos carteles y de los lemas, deteniéndonos de forma
especial en el de este año. Tener un mapamundi (o globo terráqueo) también ayudaría mucho a que los ni-
ños se sitúen. El DVD de la Jornada puede servir para completar la ambientación y aumentar la motiva-
ción e ilusión de los niños por ser misioneros con los niños de Oceanía.
En 2009 los niños de Infancia Misionera comenzamos un camino de
cinco años de duración para recorrer los cinco continentes, de la mano
de Jesús y de la Iglesia. Así, ya
hemos “visitado” dos conti-
nentes en busca de Jesús, que
sale a nuestro encuentro, nos
muestra su inmenso amor y
nos invita a seguirlo y a amar-
lo con todo el corazón. Recor-
demos esta senda de amor y
de amistad por la que vamos
caminando.
Catequesis / Infancia Misionera 2011 Obras Misionales Pontificias
2. "Con los niños de Asia...
buscamos a Jesús"
El lema indicaba que la actitud de búsqueda es la primera disposición de los
que quieren ser amigos de Jesús. El cartel de fondo amarillo, color con el que In-
fancia Misionera identifica al continente asiático, fue el del grupo de niños de
distintas razas y culturas que caminan juntos por una larga senda. Todos están
en movimiento y en grupo, características fundamentales del
cristiano que continuamente busca a Jesús.
Y cuando se busca a Jesús es seguro encontrarle, porque Él
está siempre cercano y sale a nuestro encuentro...
"Con los niños de África...
encontramos a Jesús"
El cartel, de fondo verde, evocaba la esperanza del continen-
te africano. La sorprendente expansión de la Iglesia en África es
fruto del anuncio del Evangelio hecho por los misioneros. Muchos africanos han encontrado en el
amor de Dios, manifestado en Jesús, la respuesta a sus inquietudes religiosas. La escena del cartel
muestra que Dios no hace distinción entre personas ni razas. Él quiere que a todos llegue su amor,
quiere que todos los niños lleguen a conocerle, a amarle y a seguirle. ¡Nosotros también!
"Con los niños de Oceanía... seguimos a Jesús"
Este año vamos a ser misioneros en Oceanía, invitando a los
niños de ese continente a seguir a Jesús. Nosotros le hemos
buscado junto con los niños de Asia, le hemos encontrado uni-
dos a los niños africanos y ahora deseamos seguirle en compa-
ñía de los niños de Oceanía, de isla en isla. Oceanía es el con-
tinente más pequeño del planeta y, como su mismo nombre in-
dica, tiene más mar que tierra: cuenta con millones de islas es-
parcidas por el más grande de los océanos, el Pacífico.
El cartel nos ayuda a apreciar esto. Además, el color del mar que rodea tantas islas, el azul, es el
color mediante el cual identificamos a este continente en Infancia Misionera.
2. é l n o s l l a m a a s e r m i s i o n e r o s
Una vez hecha la ambientación, se propone hacer con los niños una breve celebración de la Palabra o
proclamación solemne del Evangelio. Puede hacerse en el mismo lugar de la catequesis, procurando que los
niños tomen conciencia de la importancia de leer y escuchar la Palabra de Dios. Si se ve oportuno, sígase
el esquema indicado más abajo.
Azul, como el océano Pacífico que rodea Oceanía, es el lago de Galilea. San Mateo narra que en
ese lago algunos discípulos de Jesús escucharon su invitación al seguimiento, lo dejaron todo y se
fueron tras Él.
Catequesis / Infancia Misionera 2011
3. «Pasando Jesús junto al lago de Galilea vio a dos her-
manos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su her-
mano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran
pescadores. Les dijo:
“Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres”.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Pa-
sando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hi-
jo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repa-
sando las redes con Zebedeo, su padre.
Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la
barca y a su padre y lo siguieron» (Mt 4,18-22).
1. Oración inicial
Señor y Dios nuestro, que has querido que el Evangelio llegue a todos los lugares de la Tierra, pa-
ra que todos los hombres conozcan tu amor: ayúdanos a escuchar tu llamada a ser misioneros y da-
nos fuerza para ponerla por obra, para que todos los hombres te conozcan y reine tu amor en el
mundo entero. Por nuestro Señor Jesucristo...
2. Proclamación del Evangelio: Mt 4,18-22
3. Homilía o comentario al Evangelio
4. Peticiones. Pueden dejarse a la espontaneidad de los niños o hacer las siguientes:
. Por el Papa, los obispos y los sacerdotes, para que siempre puedan realizar su misión.
. Por el aumento y perseverancia de las vocaciones misioneras.
. Por los misioneros, que, dejándolo todo, cumplen con el mandato de ir por el mundo anunciando
el Evangelio, para que el Señor los sostenga.
. Por los que no conocen a Jesús, para que el Evangelio llegue pronto a sus vidas.
. Por Oceanía, el continente pequeño, para que sea grande en la fe.
. Por África, para que continúe creciendo en la fe, en la esperanza y en la caridad.
. Por Asia, para que el anuncio del Evangelio dé fruto y reconozca al único Dios vivo y verdadero.
. Por nosotros, los niños misioneros, para que, siguiendo la llamada de Jesús, seamos niños
que ayudan a otros niños.
5. Padrenuestro. Se reza cogidos de la mano, como signo de unión con los niños de todo el mundo.
6. Oración final
Dios y Padre nuestro, míranos con amor, Tú que nos has dado a Jesucristo, tu Hijo, que nos invi-
ta a seguir su camino, a proclamar su verdad y a vivir su vida. Nosotros, niños misioneros de Espa-
ña, junto con los niños de Oceanía, nos comprometemos a anunciar al mundo tu amor, a buscar a
los extraviados y a llevarlos a Ti. María, Reina de la Paz, intercede por nosotros, tus hijos, que ha-
cemos esta oración en nombre de Jesús.
Obras Misionales Pontificias
4. 3. como el catequista Peter to rot
Los testigos confirman que es posible vivir así, que es posible ser mi-
sionero, que se puede amar hasta dar la vida. Intentemos apasionar a
los niños con la vida de Peter To Rot, un catequista del continente que
estamos conociendo. Localizar en el mapa el lugar donde vivió, saber los
datos que tenemos de su familia y conocer su vida pueden ayudarnos a
aumentar el deseo de los niños por ser misioneros y seguir a Jesús siem-
pre y en cualquier circunstancia... El Decálogo del niño misionero puede
ser el camino de vida por el que Dios los llama a seguirle hoy.
Peter nace en 1912 en Rakunai, aldea de una isla de Papúa Nueva Guinea
(Oceanía). Sus padres se bautizaron de adultos; nunca había habido católicos en
Rakunai, así que ellos formaban parte de la primera generación de fieles.
Peter inicia su formación como catequista a los 18 años. En 1933 es nombrado catequista de Raku-
nai y a la edad de 24 años se casa con Paula la Varpit, el 11 de noviembre de 1936. Tuvieron tres hijos.
En 1942, durante la II Guerra Mundial, los japoneses invadieron la isla, confinando a los misio-
neros en un campo de concentración. Peter asume entonces la responsabilidad pastoral: cuida a los
enfermos, bautiza y da catequesis, socorre a los necesitados. También forma y ayuda a los catequis-
tas. Cuando, más tarde, los japoneses prohíben la práctica religiosa, legalizan la poligamia e impiden
el trabajo del catequista, Peter se mantiene fiel a su vocación y defiende la monogamia.
Es arrestado en 1945. Aunque lo mantenían encerrado en una cueva, eran por todos conocidas su
fortaleza y la paz que transmitía. Le inyectan veneno para matarlo; tenía entonces 33 años. El Papa
Juan Pablo II le beatificó en Port Moresby (Papúa Nueva Guinea) el 17 de enero de 1995.
Jesús quiere que le siga como lo hizo Peter; yo quiero ser misionero, quiero ayudar a que otros ni-
ños conozcan el amor de Dios... ¿Qué camino debo seguir? El camino del niño misionero está seña-
lado en este Decálogo:
1 Un niño misionero mira a todas las personas con ojos de hermano.
2 Un niño misionero conoce a Jesús, ama como Jesús, no se avergüenza de hablar de Jesús.
3 Un niño misionero reza todos los días a su Padre Dios por sus hermanos, los niños de todo
el mundo, y quiere que conozcan a su Madre, la Virgen.
4 Un niño misionero siempre dice: “¡Gracias!”.
5 Un niño misionero goza de poder dar y de que los otros también puedan gozar al darle a él.
6 Un niño misionero se siente alegre de servir.
7 Un niño misionero sabe que su persona es más necesaria que su dinero.
8 Un niño misionero es generoso, aunque le cueste.
9 Un niño misionero busca soluciones y las encuentra.
10 Un niño misionero siempre piensa en “nosotros”.
El misionero lleva a otros a encontrarse con Jesús. De ese encuentro nace la conversión:
«Hace tres años me hice cristiana. Desde que encontré a Jesús todo se me ha vuelto alegría. Todo,
no solo los tiempos de oración... “Todo” significa: los quehaceres diarios, las ocupaciones de cual-
quier jornada, las preocupaciones, incluso las penas. Todo tiene ahora sentido nuevo. No puedo des-
pojarme de esta alegría. Me sale de dentro, como algo muy natural». (Una japonesa convertida).
Mercedes Gómez Triana, Secretariado de la Subcomisión Episcopal de Catequesis
Catequesis / Infancia Misionera 2011 Obras Misionales Pontificias