1. DICTADURA DE MIGUEL PRIMO DE RIVERA 1923-1930. EL GOLPE DE ESTADO Y EL DIRECTORIO MILITAR
2. EL ADVENIMIENTO DE LA DICTADURA Entre 1922 y 1923, la monarquía de Alfonso XIII tenía solo dos alternativas para mantenerse: Una democratización real del sistema. O el establecimiento de un régimen autoritario. Se hicieron algunos esfuerzos por solucionar los problemas a través de medios civiles y constitucionales: Se disolvieron las juntas de defensa. Y se nombró a un civil para dirigir la crisis de Marruecos. No obstante, el régimen derivó finalmente en una solución autoritaria. Los sistemas dictatoriales fueron una constante en la Europa de los años veinte, especialmente en los países agrarios y más atrasados del continente, situados en el este y en la costa mediterránea. El caso de España no fue una excepción en el contexto europeo; sin embargo, esta circunstancia no implicaba que la dictadura fuera la única alternativa posible.
3. EL GOLPE DE ESTADO En la noche del 12 al 13 de septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, declaró el estado de guerraen su región y repartió el manifiesto titulado Al país y al ejército españoles, donde, con un tono regeneracionista, prometía acabar: Con el terrorismo. La agitación separatista. El desorden. Y la utilización política de la Guerra de Marruecos. El golpe militar fue pacífico: La oposición política y social fue muy escasa, empezando por la del Gobierno, presidido por el liberal García Prieto. Aunque hubo un intento de huelga general, la protesta sindical fue también débil. El rey accedió al golpe y nombró a Primo de Rivera presidente de un Gobierno militar conocido como Directorio. La opinión pública acogió con agrado o indiferencia al nuevo Gobierno, que parecía hacerse eco de un clamor general contra la política caciquil. La Dictadura instaurada por Primo de Rivera puede dividirse en dos grandes etapas: El Directorio militar (1923-1925). El Directorio civil (1925-1930).
5. EL DIRECTORIO MILITAR Era una solución de carácter temporal: Primo de Rivera ejercía como «ministro único» y el resto de los militares que lo formaban eran vocales. Se proclamó el estado de guerra en todo el país, que se mantuvo hasta 1925, y fueron suspendidas ciertas garantías constitucionales, aunque la Constitución no fue derogada; se disolvieron, así mismo, las Cortes. Los gobernadores civiles fueron sustituidos por militares; se nombraron: delegados gubernativos, también militares, en los ayuntamientos, y los concejales electos fueron reemplazados por «vocales asociados», designados por sorteo entre contribuyentes de distintas categorías. De esta manera se relegaba a todos los políticos liberales y se militarizaba la Administración. A partir de 1924, los cargos comenzaron a ser ocupados de nuevo por civiles, la mayoría funcionarios y algunos políticos procedentes de la derecha católica y el maurismo.
6. PROBLEMAS SOCIALES Y DE ORDEN PÚBLICO Desaparecieron derechos constitucionales como las libertades de expresión y reunión, existiendo la censura de prensa y de correspondencia. Se detuvieron a los líderes cenetistas y comunistas, ordenándose el cierre de sus locales y periódicos. También se persiguió a todos los nacionalistas catalanes, tanto a los autonomistas como a los separatistas radicales. Se quiere extender el somatén: una milicia cívica, constituida en Barcelona por propietarios y promovida desde hacía años por la derecha y la patronal para combatir el sindicalismo. El dictador la hizo extensiva a toda España con la creación del Somatén Nacional (1923),una institución supeditada al ejército para controlar el orden público. Era una institución catalana nacida en plena Edad Media formada por los vecinos de un lugar para defender la paz pública.
7. LA REPRESIÓN DEL CATALANISMO Se prohibió la utilización del idioma catalán en los actos oficiales y se suprimió la Mancomunidad de Cataluña en 1925. Como consecuencia de la represión, el catalanismo derivó hacia la izquierda. Alcanzó un gran auge un partido aún más radical que la Lliga, el Estat Cátala; su líder, Francesc Maciá, tuvo que exiliarse de España y se convirtió en símbolo de la resistencia de Cataluña frente a la Dictadura. El resto de los regionalismos y nacionalismos fueron ignorados, lo cual tuvo un coste muy alto para la monarquía en el futuro.
8. LA FINALIZACIÓN DE LA GUERRA DE MARRUECOS Pese a que el general Primo de Rivera siempre se había mostrado partidario de abandonar Marruecos, los éxitos de Abd-el-Krim, que llegó a controlar los territorios del protectorado español, suscitaron las quejas del Ejército. El dictador rectificó su postura y pasó a la ofensiva gracias a una operación militar conjunta franco-española que se inició con el desembarco de Alhucemas (1925), en el que se cercó a Abd-el-Krim por la retaguardia. Dos años después terminaba una guerra que había costado a España más de 25.000 muertos y más de 5.000 millones de pesetas. La conclusión de este conflicto fue el mayor éxito de la Dictadura.