El documento propone un modelo de calidad para la formación de traductores. Este modelo enfatiza la importancia del trabajo en equipo, la terminología, el dominio de las tecnologías de la información y la comunicación, las técnicas de traducción y la especialización. El modelo también considera los aspectos lingüísticos, extralingüísticos, funcionales, técnicos y estéticos como elementos clave de la calidad.