2. Una mañana el marido se despierta y le pellizca una nalga a su mujer y le dice: - Si hicieras ejercicios para darle firmeza a este culito, podríamos librarnos de esas braguitass... La mujer se controló y le pareció que el silencio era la mejor respuesta.
3. Al otro día el marido despierta y le da un pellizco a los senos de su mujer y dice: - Si consiguieras dar firmeza a esos pechitos podríamos librarnos de ese sostén... Aquello excedió el límite y el silencio definitivamente no era la mejor respuesta . Entonces ella se giró hacia él, le agarró el pene, y le dijo:
4. Que en cada paso tuyo queden huellas luminosas de tu paso por cada corazón. - Si tu consiguieras dar firmeza a este palito, podríamos librarnos del ¡¡¡cartero, del jardinero, del lechero y del butanero!!!