2. CONCEPCION DEL
UNIVERSO GRIEGA
Grecia se consideraba que la tierra era un disco en
cuyo centro se hallaba el Olimpo y en torno suyo el
mar universal. Pero los filósofos griegos
contemplaban a la Tierra como un globo inmóvil
alrededor del cual giran los ligeros objetos celestes.
Esta teoría, conocida como sistema geocéntrico,
permaneció inalterada unos 2.000 años. Sus bases
eran:
- Los Planetas, el Sol, la Luna y las Estrellas se
mueven en orbitas circulares perfectas.
-La velocidad de los Planetas, el Sol, la Luna y las
estrellas son perfectamente uniformes.
-La Tierra se encuentra en el centro exacto del
movimiento de los cuerpos celestes.

3. CONCEPCION DEL
UNIVERSO ROMANA
Según Lucrecio, el universo estaba constituida
de átomos. Éstos se encuentran eternamente
en movimiento, se unen y se separan
constantemente, formando y deshaciendo
tierras y soles, en una sucesión sin fin.
La Tierra fue creada por la unión casual de
innumerables átomos y no estaba lejano su
fin, cuando los átomos que la forman se
desintegraran.
En realidad, cuando Lucrecio hablaba de un
número infinito de mundos se refería a
sistemas semejantes a los que creía era el
nuestro: una tierra plana contenida en una
esfera celeste

4. CONCEPCION DEL
UNIVERSO EGIPCIA
Tomando como referencia los mitos de la
creación del Universo egipcia, tenemos
que el Dios primordial Atum, el dios Sol,
engendró a Shu y a Tefnut, el aire y la
humedad respectivamente, y éstos a su
vez, engendraron a Nut y Geb, el cielo y la
Tierra, quienes posteriormente
engendraron los demás dioses del panteón
egipcio. En el principio, el cielo y la Tierra
estaban unidos, pero Shu, el aire, los
separó, formando así el mundo habitable
para los humanos.

5. CONCEPCION DEL
UNIVERSO MAYA
El mundo había sido creado por Hun ab ku
(literalmente: uno-existir-dios) a partir de aguas
primordiales inicialmente en completo reposo. Antes
del mundo actual, habían existido otros mundos que
acabaron en respectivos diluvios. un estudio
astronómico bastante extenso.
Los mayas creían en la existencia de siete cielos,
planos y superpuestos, y de otros tantos niveles
subterráneos, donde residían dioses y demonios,
respectivamente.
Algunas observaciones mayas son bien conocidas,
como el eclipse lunar del 15 de febrero de 3379
a.C. Tenían su propio calendario solar y conocían la