El documento describe la búsqueda de oro que se está llevando a cabo en la montaña de Corcoesto, en Cabana de Bergantiños, España. Un equipo de 6 geólogos y 2 ingenieros de minas de la empresa Mineira de Corcoesto están realizando sondeos y muestras de roca para determinar si hay suficiente oro en la montaña para justificar una inversión de 100 millones de euros en una mina a gran escala. Hasta ahora, las muestras han mostrado la presencia de cuarzo y arsenopirita
Sierra Metals announces first proven and probable ore reserves at the Bolivar...
01052012 la voz de galicia
1. LaVozdeGalicia
MARTES, 1
DE MAYO DEL 2012
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... EN LA MINA DE CORCOESTO. Cuarzo y arsenopirita. Esos son
los minerales que marcan el rastro del oro. Unas huellas que ya
descubrieron los romanos en la montaña de Cabana de Bergantiños.
1
HORA...
El rey Midas pudo haber pa-
sado por Corcoesto, en el mu-
nicipio coruñés de Cabana de
Bergantiños. De no ser un per-
sonaje de fábula, podría haber
parado por ahí porque, en la
montaña que abarca el Pozo
do Inglés, Cova Crea, Petón do
Lobo y Picotos, hay oro. Seis
geólogos, dos ingenieros de
minas y en torno a una cua-
rentena de operarios de la em-
presa Mineira de
Corcoesto (antes
conocida como
Río Narcea Gold
Mines), filial de
la compañía ca-
nadiense Edge
Water, empren-
dieron la aventura de buscar-
lo hace ya varios años. Su la-
bor es certificar que hay mi-
neral como para lanzarse a
una aventura mucho mayor,
la de poner en marcha una mi-
na que requiere una inversión
estimada de unos cien millo-
nes de euros.
La explotación va acompa-
ñada de un proyecto de re-
cuperación del medio. «Re-
poblaríamos con árboles au-
tóctonos y también lo com-
binaríamos con una zona de
pradería y un lago artificial.
Estamos en contacto con gru-
pos naturalistas para que nos
aconsejen y asesoren a la ho-
ra de recuperar el medio», ex-
plica el responsable de la em-
presa en España, Lluís Boixet.
El trabajo que hacen es cui-
dadoso, distinto al que hacían
los pioneros del Lejano Oeste
o los garimpeiros de la Amazo-
nía. En Corcoesto no hay pla-
tos de cobre que hacer girar
y girar para hallar una pepi-
ta. Hay un total de cinco má-
quinas para hacer sondeos. El
banco pide que se hagan cada
25 metros para tener la garan-
tía de que invertir en el pro-
yecto es seguro.
Las máquinas están distri-
buidas en puntos diferentes de
la montaña. Y cada cata que
hacen estas perforadoras con
boca de diamante en la punta
se marca en un mapa colorido
que cuelga dentro de la nave
en la que los geólogos descri-
ben las características del mi-
neral extraído.
Son trozos cilíndricos que,
ordenados en varias cajas de
madera, son trasladados des-
de la montaña a la nave. En ca-
da una va marcada con rotu-
lador la distancia a la que fue
hallada cada prueba. La mayor
parte de las rocas son esquis-
tos —piedra parecida a la pi-
zarra que es marrón y gris—
y neis —con aspecto de gra-
nito deformado— y cada una
tiene que ser descrita al deta-
lle por los geólogos.
Trabajan con una pequeña
lupa que permite ver al milí-
metro el tipo de mineral. Son
los modernos buscadores de
oro. Y cuando hallan un ras-
tro que puede conducirles a
unos gramos de ese precia-
do metal lo marcan en rotula-
dor rojo para luego mandarlo
a analizar. «Cada muestra va
a Sevilla», explica David Ro-
dríguez, uno de los geólogos.
Los testigos de roca que se en-
vían cada mes son unos 2.000.
Las huellas del oro son fáci-
les de ver. El material puro no
está a la vista. Lo que se ob-
serva es el cuarzo y la arseno-
pirita, que son minerales que
conviven en la roca asociados
al oro. «El cuarzo que hay en
esta zona tiene un color azu-
lado», concluye.
E indica una muestra. Es un
trozo de roca bastante ancho.
Más de diez centímetros de
cuarzo flanqueado por dos ve-
tas gris plata. «Es un buen fi-
lón», explica este experto.
El testigo de roca, igual que
todos los que envían a anali-
zar, se corta a la mitad. Una
parte viaja a Sevilla y la otra
se queda en Cabana. «Aun-
que es el laboratorio el que
concluye el oro que hay, ha-
cemos la estimación ya antes
de enviar la prueba, porque
hay que enviar los resultados
a Canadá», dice.
El resultado es bueno. En
Corcoesto, en Cabana de Ber-
gantiños, parece que está la
montaña de oro.
La montaña de oro
David Rodríguez, geólogo, y Lluís Boixet señalan los indicios de mineral en las muestras. J. M. CASAL
EN Corcoesto
(Cabana de
Bergantiños)
UN Jueves
DE 11.30 a
12.30 horas
MARÍA CEDRÓN
Día de la utopía
oy es el día de la
utopía: encontrar
trabajo se ha con-
vertido en objetivo
utópico para quie-
nes se han quedado
sin empleo. Con una
recesión que no se irá hasta bien
avanzado el 2012, según las pre-
visiones más optimistas; un Go-
bierno decidido a hacer de ca-
da viernes una nueva estación
del doloroso viacrucis de los re-
cortes, y una oposición bajo el
síndrome de la derrota electo-
ral, todo apunta a que el paro va
a seguir creciendo, aunque sus
cifras nos sitúan ya al borde de
la tragedia griega.
Casi nadie discute hoy la ne-
cesidad de situar el déficit pú-
blico en cifras que no nos pon-
gan a los pies de los mercados
cada vez que el Estado sale a pe-
dir prestado. Ni la de reducir la
deuda privada, de la que se ha-
bla menos aunque sea mucho
mayor aún y amenace la esta-
bilidad de nuestro sistema fi-
nanciero.
Lo que se discute, cada día
más, es la senda escogida: una
sucesión de recortes que afectan
casi exclusivamente a los traba-
jadores por cuenta ajena y a los
sectores más débiles de la so-
ciedad, frenan aún más nuestra
depauperada economía y hacen
subir cada día las listas del paro.
Poca esperanza genera que el
ministro de Economía apueste
por un crecimiento que ha de
venir de la mano de un hipotéti-
co cambio de uso de fondos eu-
ropeos, si aquí y ahora lo que ha-
ce el Gobierno es reducir drás-
ticamente los escasos recursos
que se dedicaban a la investiga-
ción y recortar en educación.
Todo apunta a que trabajo se-
rá aquí cada día más sinónimo
de utopía. Salvo que adquiera
intensidad el por ahora ligero
movimiento, con epicentro en
Francia, que cuestiona la soli-
dez de la doctrina que emana
de Berlín y está asfixiando al
sur de Europa.
EL PUENTE
H
Alfredo
Vara