Este documento habla sobre cómo Dios, como el alfarero, trabaja en nuestras vidas para formarnos y reformarnos. Explica que cuando pecamos, nuestra vida se "echa a perder" como la vasija de barro en manos del alfarero. Sin embargo, Dios prefiere perdonarnos y volver a trabajarnos para transformarnos en nuevas criaturas y vasijas de honor para su gloria.