1. COLOMBIA, DIVERSA POR NATURALEZA
Fúquene, Cucunubá y Palacio.
Conservación de la biodiversidad y manejo sostenible
de un ecosistema lagunar andino
Lorena Franco Vidal y Germán Andrade Pérez
(Editores)
2. F 4ue~e. (ccurubá y F alac..~. amentos ¡Ja! .1ura h1storta am01entJ.I Je la reglón d::. a 11-gl..nl: Je I·Uquenc er :UI dinamar-a y Boy< ;cá
C.o: o;eJVJC- m 'e lo bi;")divers;dr:d y manejo sosterible de un ecos1ster a lagt,nar ~m.;il o f<1.·"'~rt~ Franco Garr
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frente al cambio climático global, riesgo y posibilidades de adapta-
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Introducción
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Elaborar una historia ambiental de la región de la laguna de
Márquez, G. (1996). Ecosistemas estratégicosy otros estudios de ecología ambiental.
Fúquene constituye un acertijo, pues los ecosistemas de la región
Bogotá: Instituto de Estudios Ambientales -IDEA- 1 Universidad Na-
han sido utilizados por poblaciones humanas desde hace al menos
cional de Colombia ..
3.000 años y no se sabe con certeza que tanto fueron transforma-
Rivera, D.; Rangel, J. O. y Soriano, I. (2004). "Pastizales xerófitos del mu- dos o aún destruidos durante este largo período. Por tal razón no
nicipio de Ubaque y Norte del Altiplano de Bogotá". En: T/III Congreso se puede creer que a la llegada de los españoles este complejo de
Latinoamen'cano y JI Colombiano de Botánica. Bogotá, pp. 156-190. humedales y su área circundante se encontraban poco intervenidos
o cosa parecida. Es factible pensar que los bosques nativos estaban
Santos, E. (2000). Fúquene, el lecho de la zorra. Bogotá: Corporación Autóno- ya muy degradados y que aquellos subsistentes fueran santuarios
ma Regional de Cundinamarca -CAR-. o reservas de importancia ritual y religiosa. La escasez de madera
debió sentirse desde tiempos precolombinos, pues hoy día los bos-
Useche, F. (2003). "Optimización de la operación hidráulica de la laguna
ques de la región no son de porte muy alto, no proporcionan mucha
de Fúquene". En: Memon'as del comité de expertos para la recuperación de la
biomasa y no tienen maderas muy duras, con excepción de cedros,
laguna de Fúquene. Bogotá: Corporación Autónoma Regional de Cundi-
namarca -CAR-, pp.57-66.
robles y encenillos que debieron existir por esa época. Sin duda, la
explotación colonial de la sal, el carbón y la fabricación de ollas en
Van der Hammen, T. (2003). "Bases para un plan de manejo de la laguna de mayor escala y para mercados más extensos, así como la extracción
Fúquene y su cuenca hidrográfica". En: M emon'as del comité de expertos para de leña para las ciudades españolas, aceleraron los procesos de de-
la recuperación de la laguna de Fúquene. Bogotá: Corporación Autónoma gradación que estaban en camino y causaron graves problemas de
Regional de 'Cundinamarca -CAR-, pp. 33-56. deforestación y erosión en diversos sectores de la cuenca. Más aún,
la pérdida de las mejores tierras a manos de los encomenderos y
después de los hacendados, obligó a los indígenas a sobreexplotar
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3. Fúquene, Cucunubá y Palacio Elf n1entos p< ra L ll.l ~~~o:',J: ,;rrb1ental d1 ¿¡ n: d !;,UI ;:;¡ rjt F quene er Culldtn< m::-c.J y E.c
Conservación de la biodíversidad y maneJO scstenible de un ecosistema iagunar andino ..._ ·Fr. ~·:o .3arr ...
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las lomas y las islas, acentuando la degradación de los ecosistemas. bosques de las lomas han jugado un papel en esta complementari-
De esta forma el presente texto se limitará a ilustrar lo que se sabe a dad. Además la población campesina de las lomas sirvió de mano
partir de fuentes escritas y orales para la época Republicana, perío- de obra esencial para las haciendas.
do en el cual ocurrieron importantes trasformaciones en los paisa-
jes y los usos de las especies en la zona. Las haciendas se ongmaron sea en encomiendas, en mercedes
coloniales de tierras, adjudicación de baldíos o desecamiento de la
En particular, este trabajo alude al lapso comprendido entre 1850 laguna. También con la extinción de los conventos menores duran-
y la actualidad, e incluye hitos relevantes como la llegada de las ca- te 1831 y la desamortización de bienes de manos muertas de 1861,
rreteras y el ferrocarril en el siglo XX, el deterioro del régimen de las las haciendas de los curas agustinos o dominicos, como Gachetá,
haciendas por las reformas liberales de los años 30 y 40, múltiples San José o Quicagota, cambiaron de manos en remates públicos.
intentos de desecación de la laguna y los títulos de propiedad sobre
la misma, entre otros eventos que explican cambios sustanciales en En un comienzo las haciendas se establecieron en las tierras pla-
los paisajes y las especies de la región. nas y secas, expropiando a los indios. "Es evidente que las mejores
tierras que rodeaban los asentamientos muiscas más grandes al mo-
Las fuentes utilizadas para recabar la información necesaria fue- mento de la llegada de los españoles muy pronto se convirtieron en
ron bibliográficas y entre ellas se destacan crónicas de viajeros, do- partes de grandes haciendas" (Langebaek, 1995: 138). Después se
cumentos geográficos y monografías sobre los departamentos de avanzó sobre la laguna y se apropiaron sectores de loma o montaña,
Boyacá y Cundinamarca, consultas al Archivo General de la Nación en donde se encontraban recursos claves como leña y pastos en
en su Fondo de Notarías, las notarias y oficinas de registro de ins- tiempos de inundación. También menciona Langebaek cómo las
trumentos públicos de Ubaté y Chiquinquirá, el Instituto Colom- islas sirvieron de refugio y como tierras agrícolas a los indios hasta
biano de Desarrollo Rural-Incoder-, los trabajos científicos previos finales del siglo XVII, cuando fueron expulsados de allí y obligados
sobre el área, las revistas Pan, El Gráfico, Cromos y Anales de Ingeniería a vivir en tierra firme. En éstas se cumplían actividades rituales que
de los años 20 a 40 del siglo pasado. Además se realizaron largos incomodaban a los españoles. El destierro de los indígenas de los
recorridos a pie, a caballo, en carro y por agua para reconocer los buenos suelos los forzó a cultivar en las lomas, causando graves
diversos paisajes y conversar con campesinos y hacendados. Los procesos de erosión desde entonces.
alcances de este documento aunque limitados, pretenden sentar las
bases para adelantar futuros estudios que ilustren de forma deta- Por su parte, las fincas tuvieron su origen en diversos fenómenos,
llada, la transformación de los paisajes y los cambios en el uso de el principal de los cuales fue la partición de los resguardos indígenas
especies clave a partir de un estudio de las haciendas y su comple- de finales del XVIII y comienzos del XIX, y en las parcelaciones
mento, las fincas campesinas. que se hicieron principalmente a partir de los años 40 de este siglo
en diversas partes de la cuenca. Mediante dichos procedimientos se
sujetó a los indígenas y luego a los campesinos, a tierras de hacien-
das, por lo general en las lomas, en donde vivían como arrendata-
laciendas, fincas y biodiversidad . . . . . , .... _,,,_,,,,.,,.._, ............................. rios. Ya en el siglo XX, con las mencionadas parcelaciones, la mayo-
ría de arrendatarios compró dichas tierras. También en los años 60,
Las haciendas y las fincas del valle de la laguna de Fúquene tuvie- el Incora en sus propósitos de reforma agraria, parceló porciones
ron orígenes diversos, pese a ello han funcionado como elementos de algunas haciendas. Las haciendas han dependido históricamente
complementarios dada la oposición entre plano-inundación y loma- de las fincas o estancias, siendo en ellas donde encuentran la mano
buen drenaje. Los cursos de agua que bajan de las montañas y los de obra necesaria para sus actividades de producción. En un inicio
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tal dependencia se manifestó en los tributos y servicios que tenían E n la actualidad, la finca o hacienda ideal es aquella que tiene
que prestar los indios a los hacendados y encomenderos. Posterior- plan y loma, pues así puede rotarse el ganado durante el verano e
mente, con la abolición del tributo indígena en la Independencia, invierno, sin embargo pocas fincas cumplen con ello. La paradoja
los campesinos cercanos o próximos a las haciendas fueron atados es la siguiente: las tierras planas sujetas a inundaciones periódicas
a éstas mediante el permiso para establecerse en las lomas de la son buenas en verano y las tierras de la loma en invierno. De hecho,
misma hacienda y construir alli un rancho de paja y bahareque y cuando las inundaciones afectan las tierras planas de Quintoque en
tener algún pequeño cultivo, a cambio de estar disponibles para el municipio de San Miguel de Serna, la gente adinerada debe pedir-
les a los pobres de la loma sus tierras en arriendo, pastaje, empeño o
laborar por un mísero salario o jornal, lo cual se llamaba la obligación.
venta. Además, con las inundaciones, las tierras de la loma se valo-
Los campesinos eran arrendatarios o concertados que podían perder su
rizan y las del plan se desvalorizan. También el ganado pierde valor,
rancho si no trabajaban para la hacienda, algo así como una especie
pues es tiempo de vender ante la ausencia de pastos. No obstante,
de terrqje similar al que pagaban los indígenas en el Cauca. Algunos
las tierras de la loma han perdido buena parte de su fertilidad por
testimonios recuerdan esa época como un tiempo de esclavitud y la erosión. Otra desventaja de las fincas del plan son las heladas.
servidumbre a un patrón todopoderoso. Adicionalmente, debe destacarse también que en el plan los dueños
de la tierra mantienen los jarillones y vallados con el fin de impedir
Un evento relacionado y que agudizó esa dependencia, lo cons- inundaciones, lo que implica que aquellos que no levantan sus jari-
tituyó la ley que permitió a los indígenas vender sus resguardos en llones son más susceptibles a la inundación.
1838, cuyos resultados fueron que
( .. .) inmediatamente los vendieron a vil precio a los gamonales de sus
pueblos, los indígenas se convirtieron en peones de jornal, con un salario Hitos históricos determinantes de los cambios en los paisajes
de cinco a diez centavos por día, escasearon y encarecieron los víveres, las de la cuenca de Fúquene
tierras de labor fueron convertidas en dehesas de ganado, y los restos de
la raza poseedora se dispersaron en busca de mejor salario en las tierras
calientes, en donde tampoco ha mejorado su triste condición. (Camacho
E n adelante se verá cómo eventos de tipo económico, político,
Roldán, sf:103) legal o social tuvieron consecuencias definitivas sobre los cambios
del paisaje en la región de Fúquene y sobre el uso de las especies,
Un efecto inmediato fue que los hacendados al comprar las tie- observándose la sustitución de las nativas por otras exóticas, o sim-
rras de los resguardos, dejaron a los indios allí con el objeto de plemente la caída en desuso de algunas debido a su disminución o
asegurarse la mano de obra para las haciendas, todo a cambio del desaparición. El paisaje cultural del siglo XIX era muy diferente al
derecho a permanecer en sus ranchos y cultivar una pequeña parce- que se impuso en el siglo XX, en el cual predominan las expecies
la, como se mencionó anteriormente. exóticas.
El impacto ambiental de esta situación, aparte del impulso a la ga- Los robledales
nadería en las haciendas, se reflejó en la degradación de los bosques
y suelos de las lomas, dada la necesidad de producir en pequeños lo- La percepción inicial sobre la vegetación a ambos lados de la la-
tes comida indispensable para la subsistencia. Este proceso parece guna, es que los robledales del sector oriental -Guachetá, Ráquira
haber sido más intenso en los sectores occidental y sur de la laguna y San Miguel- se encuentran en mejor estado que los del sector
que en el sector oriental de la misma. occidental -Fúquene, Susa y Sirnijaca-. El elemento del paisaje que
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sustenta esta afirmación lo constituyen los robledales que todavía En la segunda mitad del siglo XIX, en la época en que Ancízar re-
se observan en el sector orientaP. Ello debido con gran certeza, a corrió la región, el escritor José Caicedo Rojas describió su travesía
que la región oriental estuvo más aislada de las principales vías de por la laguna en una balsa de juncos con una
comunicación, como lo fue el camino de Bogotá a Chiquinquirá,
( ... )amable compañera [a quien invita a que] sigamos al oriente y suba-
el cual salía de Ubaté, subía a Fúquene y de allí atravesaba por las mos la suave cuesta de aquella cordillera, nos internemos en los inmensos
lomas hasta llegar a Simijaca. Posteriormente, por el mismo cos- oquedales que la coronan, que si no son un segundo tomo del famoso
tado occidental, se construirían la carretera y el ferrocarril hasta Líbano, a lo menos darán una idea de él y por últimq que descendamos al
lado opuesto para llegar a uno de los sitios más románticos y tristemente
Chiquinquirá.
bellos que pueden imaginarse. (1945: 3).
Otrora, el citado camino era el que tomaban todos los promese-
La definición de oquedal publicada por el diccionario VOX alude
ros que se desplazaban de a pie o a caballo en romería a Chiquinqui- a "monte de árboles altos, sin matas". Se tiene pues la descripción
rá. Cuenta Manuel Ancízar, el cronista de la Comisión Corográfica, romántica de los bosques de robles, comparables a los cedros del
que se calculaba en 30.000 el número de personas que cada año Líbano, que se encontraban y todavía se encuentran, en parte de los
viajaban a dicha población 2 • Si se supone que la mitad venían del municipios de Ráquira, San Miguel y Guachetá. El escritor continuó
sur, se tiene entonces a 15.000 peregrinos recorriendo el costado su viaje hacia el convento y desierto de La Candelaria.
occidental de la laguna cada año, particularmente hacia el mes de
diciembre. Para ilustrar lo anterior, dice Ancízar que en el Volador Curiosamente este fenómeno de presencia de robles en el sector
de Fúquene, desde donde se divisaba Chiquinquirá: oriental se sucede otra vez en Chiquinquirá, en donde para 1913,
el padre Mesanza decía que estaba "rodeada de tierras altas. Las
[Volvió los ojos al suelo y] le vi cubierto en todas sus alturas por innu- del este, cubiertas de hermosos robledales, las faldas de occidente,
merables cruces formadas por ramas de arbolillos y sembradas de tres en
bordeadas de verdes plantíos hasta el territorio de Saboyá" (1913:
tres. Un poco más abajo, del lado que el escarpado cerro hace frente a Chi-
quinquirá, las cruces se multiplican con una profusión que dará mucho que 225).
pensar al diablo. Ya no guardan orden ni simetría, sino se apiñan y juntan
como matorrales, y la invasión es tal, que las modernas derriban las antiguas El roble o encino sirve para leña, es maderable y de él se extrae
y se alza sobre un espeso montón de sus predecesoras... (1983: 34)
carbón de palo. Las siguientes notas sobre el uso de esta especie son
el fruto de entrevistas con pobladores locales. En ellas salió a relucir
La vegetación debió sufrir el paso continuo de la gente que por
que la primera iglesia de San Miguel se levantó con vigas de roble,
necesidad hubo de utilizar madera para hacer las cruces y también
al igual que la primera escuela. También se elaboraban lanchas de
para cocinar o calentarse. Muy seguramente por esa acentuada
roble y fue utilizado durante muchos años como combustible en la
afluencia, la zona estuvo más expuesta a incendios involuntarios. A
fabricación de sal en Tausa, Nemocón y Zipaguirá. Cuenta Nel-
modo de anécdota, se afirma que por este mismo camino Bolívar
son Sanchez, poblador de la vereda de Sirigay que en la quebrada
pasó tres veces.
Cascadas en San Miguel, hay nacederos que nunca se secan pues a
ésta "la sostienen los roblecitos de las cabeceras y del borde de la
Los muiscas tenían bosques y lagunas sagradas. En estos bosques "no dejan cortar un árbol ni tomar una poca de agua por todo quebrada" .. y que el roble fue destruido en la vereda Sirigay para
el mundo. En estos bosques van a hacer también sus sacrificios y entierran oro y esmeraldas en ellos, lo qual está muy seguro
cocinar. La falta de leña en algunas partes del altiplano obligó a al-
que nadie tocará en ello porque pensarían que luego se habían de caer muertos" (Patiño, 175: 23). Por tal razón las autoridades
españolas talaron los bosques o árboles que los muiscas reverenciaban. gunos campesinos en tiempos pasados, a cocinar incluso con tusas
Los padres dominicanos que usufructuaban de las misas y objetos religiosos vendidos a los peregrinos, cuyo monto Ancizar calculó
en 40.000 pesos anuales, tenían varias haciendas en Chiquinquírá y el río Suárez, donde emprendieron labores de desecación.
de maíz (Patiño, 1975: 149).
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6. [ 1 paro w ,.1 h arrbiental di• ~ re¡,10n de la .:gu~a de F ~Lere 81 . C~ndin
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Cuentan los campesinos de la región de San Miguel y Tinjacá que (... )transpuesto el boquerón [de Tausa], se baja un trecho de dos leguas
los robledales se utilizaban no sólo para sacar carbon de palo, sino hasta el pueblo de Sutatausa, dejando a su izquierda a Tausa envuelto en
la niebla y en el humo de su salina, que sólo a raros descubren las humil-
que "tocaba explotarlos pues era todo monte y tocaba abrir para
des casas de paja, agrupadas en torno a la iglesia. El terreno que corta el
sembrar. El capote del robledal o se mezclaba con la tierra o se camino en este espacio es árido, revuelto y trastornado, minado hasta lo
utilizaba para tapar los hornos de carbón". profundo por la filtración de las aguas, e inútil hasta que adquiera su defi-
nitivo carácter... (1983: 24)
Doña Betulia Mendieta (2004) afirma que hace 35 años (1970),
su padre Tiberio Mendieta sacaba carbón de palo de roble en el Por su lado Boussingault, quien viajó por Colombia en la segunda
sector de San Isidro-Quintoque. Tumbaban el palo, lo trozaban, lo década del siglo XIX, refiriéndose a la cuenca de Fúquene, hizo no-
encarraban, se tapaba con helecho o barbaja de roble, por encima
tar que había abundancia de madera para en otros tiempos:
se cubría con tierra. Por una esquina quedaba el quemadero y por
la contraria el respiradero. Diez costales de carbón constituian una (... ) construir las casas, y las montañas de uno y otro lado del valle
partida que valía 1O pesos, con dos árboles grandes se sacaba una estaban cubiertas de encinas y de laureles (myrica), de que se sacaba gran
partida. El carbón lo llevaban para los asaderos de Chiquinquirá cantidad de cera. Ahora han desaparecido casi enteramente y la explota-
o "lo echaban para Bogotá. Después se arborizó con eucaliptus y ción de la sal de Nemocón y Tausa ha causado principalmente la destruc-
ción rápida de los bosques en las inmediaciones de Ubaté y de Fúquene.
pino". De Quicagota y San Cayetano en Ráquira, Guachetá y Quin- (Boussingault, 1991: 9)
toque se sacaba carbón de palo. Hoy día, en cercanías a las veredas
de Valero,Farfán y Quicagota en Ráquira, y Gacheta Alto en Gua-
Con los anteriores apartados puede evidenciarse que la explota-
chetá, queda un robledal que cubre un área de unas doscientas hec- ción de los robledales del sector occidental de la laguna ocurrió por
táreas que se encuentra en diferentes estados de degradación. lo menos desde tiempos coloniales, aspecto que explica en buena
medida su desaparición en la actualidad.
Danilo Espitia (2004) de San Isidro señala que el negocio del car-
bón de palo en San Miguel, Guachetá y Ráquira comenzó en 1926
Proyectos de desecación de la laguna de Fúquene
cuando llegó el tren a Chiquinquirá y finalizó hace unos 10 años, en
1996. Dos robles regulares daban 1O cargas de carbón que se ven-
Los testimonios de tres viajeros que conocieron la región en el
dían para los asaderos de Bogotá. Las cargas de carbón de roble se
embarcaban en Paso Real o en el vallado del Toche- , y se llevaban siglo XIX, ponen de relieve que ya para esa época se percibía un
a la estación del ferrocarril de El Santuario o Guatancuy. proceso de desecamiento de las lagunas del valle de Ubaté y Chi-
quinquirá.
La salina
Boussingault, quien estuvo en Colombia entre 1822 y 1832, plan-
La salina de Tausa pudo ser la causante de la erosión en el alto río teó en su texto, tal vez por primera vez en el país, una correlación
Suta, dado que el método de fabricación de la sal incluía la hechu- entre desmontes y desecamiento de los lagos. Narró cómo en cer-
ra de las gachas u ollas de barro y la cocción de las aguas saladas, canías de Ubaté había dos lagos que "hace como sesenta años" eran
dos procesos que empleaban leña para la quema. Además tal labor uno solo, permitiéndo calcular que su divisón ocurrió hacia 1770.
requería de la explotación de arcillas, con el consiguiente proceso Reafirmando este hecho, Ancízar destacó que los conquistadores
de erosión del suelo. La leña debía ser de fácil acceso y provenir hablaban de la laguna de Cucunubá y Ubaté; con ello puso de pre-
de bosques nativos, pues hasta mediados del siglo XIX no se había sente que ambas conformaban un cuerpo de agua continuo.
introducido el eucaliptus. Ancízar, en 1850, dijo que:
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José Caicedo Rojas consignó en sus Apuntes de Ranchería (1884), en una anchura media de tres mil metros y todos los que siguen el
que las aguas de Fúquene o laguna de Tinjacá como se le conocía río de La Balsa.(...) están más o menos anegados formando panta-
antiguamente, nos y ciénagas a veces inaccesibles" (Ibíd., 4). Simultáneamente esti-
mó la existencia de 15 mil fanegadas de tierras inundadas, es decir,
(... ) han bajado paulatinamente, a causa sin duda de los grandes des- tres veces más que el área misma del cuerpo de agua en esa época.
montes hechos en las inmediaciones: en términos que, casi a la vista de
Por otra parte, también afirmó que la Compañía de Fúquene, la
la generación presente, se han formado nuevas playas, y que hay en el
dia tierras de pan llevar, sumamente feraces, en terrenos completamente cual dirigía, era dueña de 7.660 fanegadas más la laguna misma. Las
inundados treinta años ha. dos propuestas de su tiempo para desecarla fueron ensanchar el río
La Balsa (alto río Suarez) y modificar su curso hasta el Monte del
El mismo Ancízar fue consciente del desecamiento paulatino de Moro, o hacer un canal a cielo abierto o un túnel que desde el sitio
Fúquene, al mencionar que el camino de Ubaté a Fúquene y de ésta de El Hatico (al lado del actual San Miguel) pasara la Serranía de
a Susa podía hacerse bordeando la laguna, en vez de subirse a las Serna para caer a la cuenca del río Moniquirá.
montañas para después volver a bajar. Las posibles explicaciones
para un desecamiento marcado de las lagunas durante los siglos
Hacia 1884, el viajero alemán Alfred Hettner viajó de Bogotá a
XVIII y XIX serían: procesos climáticos que afectan o son afec-
Chiquinquirá y por el camino se embarcó en la laguna de Fúquene,
tados por la vegetación; procesos de colmatación del lecho debido
a la erosión causada por los demontes y las obras humanas como en el sitio de Chinzaque tomó en alquiler
vallados, terraplenes o el ahondamiento del cauce del río Suárez
( ... ) una de aquellas canoas angostas pero pesadas, construidas de ma-
emprendido por José Ignacio París en la segunda y tercera décadas dera, que usualmente se destinan a la pesca y a la cacería de patos. Des-
del siglo XIX. pués de atravesar con alguna dificultad la faja ancha de junco y caña que
por todas partes viene enmarcando la superficie de la laguna y para cuyo
Al respecto de los proyectos de desecación posteriores a los in- paso se han cortado verdaderos canales a través de aquel juncal, al fin
alcanzamos el agua abierta, de color pardo turbio (... ) Cantidades de patos
tentos de José Ignacio París, Enrique París y José María Saravia Fe-
animan la laguna, que por tal motivo a veces atrae a los aficionados de la
rro que más adelante se abordarán, cabe decir que durante muchos
cacería desde Bogotá. En masa se ofrecen los animales en el mercado de
años se arguyó la conveniencia de desecar lagos, lagunas y pantanos la capital ( ... ) Continuamente sondeando nos acercamos a las islas que
para aprovechar las tierras en agricultura y ganadería o simplemente surgen en medio del lago y que constan en parte de tierra plana y en parte
para sacar de allí los tesoros ocultos de los muiscas. Por su lado, los de roca arenisca( ... ) A falta de una vegetación abundante, el clima, de por
padres dominicos en sus haciendas "comenzaron y prosiguieron sí melancólico, dista mucho de sacar efectos de color de las pendientes
peladas... (1976: 289)
con bastante éxito el trabajo de secar los ricos terrenos que están
ubicados desde Coca hasta el puente de la Balsa" (Mesanza, 1913:
Los sondeos de Hettner en su mayoría marcaron de dos a tres
285), en el curso del alto río Suárez.
metros de profundidad "con 8,9 metros como máximo medidos
En 1880 el ingeniero Manuel H. Peña escribió sobre el desagüe por mí delante de las orillas acantiladas de las islas(...)" (1976: 290).
de la laguna y sus pantanos, subrayando que en esa época había Es interesante la observación sobre las "pendientes peladas" y la
tres islas que sin embargo "toman el nombre de islas aún cuando mención a la canoa, pues esto implica que fuera de un solo palo, se-
las rodea sólo por un lado la laguna; seguramente porque los otros guramente roble o cedro. Hettner aludió a un canal en el lado orien-
costados son de pantanos casi impenetrables" (Peña, 1880: 3). Este tal de los juncales de la laguna, por donde se pretendía desecarla;
mismo ingeniero calculó unas cinco mil fanegadas a la laguna, aun- éste debió ser obra de la Compañía de Fúquene por aquella época.
que sostuvo igualmente que "todos los terrenos situados alrededor
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C .m.. IV8CIÓC d~ at r'.,c' y ~r::j~"l FJ::.~eni.:>!:_: .,1e ._n e1 lSiStema agun¡:r clrdino
En 1890 el señor Orencio Fajardo Páez publicó un artículo en la hoy. Santos Potess hizo dos planteamientos interesantes, en prime-
revista Anales de Ingeniería titulado Fúquene, Terrenos anegadizos. Allí ra instancia sugirió que los materiales arrastrados por los ríos Len-
estimó que para aquel tiempo, la laguna como tal tenia 3.203 hec- guazaque, Susa, Simijaca y Ubaté se utilizaran "para llenar por de-
táreas, la laguna del Letrado contaba con 123 hectáreas y los terre- cantación porciones muy bajas de tierras inundables" y en segundo
nos anegadizos correspondían a 15.963, para un total de 19.290 lugar planteó la conveniencia de "construir canales de penetración
has. Esta era el área de la superficie cubierta por las inundaciones a los predios ganaderos derivados de la laguna y del río Suárez para
extraordinarias. Mencionó además, que las antiguas haciendas de conducir el agua necesaria para los ganados"(Santos, 1936: 146).
Ticha y Guatancuy se inundaban, ya fuera por el derrame del lago o hAdemás recomendó el dragado de los ríos Ubaté, Guachetá, Susa,
por el represamiento de las corrientes (1890: 381). Sirnijaca y Madrón, y los canales derivados, poner diques de tierra en
las orillas de la laguna, en fin, toda una serie de obras que se fueron
En 1919 Max Grillo dio su voz de alarma en E/ Gráfico Qunio 7 realizando poco a poco tanto por el gobierno como por los particu-
de 1919), al enterase de un proyecto de desecación del Ministerio lares, y que han conducido a la situación actual. La suma de pequeñas
de Agricultura. Arguyó que: 1. "Un pais es tanto más rico cuanta y a veces inocuas intervenciones sobre un ecosistema en el transcurso
mayor sea la cantidad de aguas que posea su suelo", 2. La laguna de del tiempo, genera un impacto muy grande a largo plazo.
Fúquene "es un valor económico, un valor de belleza", 3. Se pue-
den desecar los pantanos sin que desaparezca la laguna, y 4. "Que Más adelante, Wenceslao Cabrera Ortiz (19 57) se refirió a la for-
la laguna de Fúquene es de la Nación y no de los particulares". La ma acorazonada de la laguna y su extensión de 3.000 hectáreas. Dijo
suya fue una voz en el desierto. que era muy panda y por ende su navegación se dificultaba; también
estimó que por ella circulaban aproximadamente unas 150 o 200
En 1936 Santos Potess publicó su investigación sobre la hidrolo- embarcaciones de remo y 8lanchas de motor (3 del IGAC y el resto
gía de la laguna, en donde aparecen los antecedentes básicos como de propiedad de los hacendados). Manisfestó que dada la longitud
el estudio efectuado por la Julius Berger Consortium y realizado para del alto río Suárez (30 kms), su dragado era muy costoso y que:
el Ministerio de Industria y Trabajo, aparte de la serie de leyes que
hicieron posible la creación de una junta y la contratación de ese (... )la voladura de los lechos de arenisca dura que se está haciendo en
La Copetona, no solucionará sino que aumentará la velocidad del agua
mismo estudio: Ley 15 de 1921, la ejecución de los planes de dese- aligerando un tanto el canal París y permitiendo quizá una mayor descarga
cación; Ley 71 de 1924 y Ley 51 de 1926, la cual ordenó al gobierno del río Chiquinquirá que se represa produciendo inundaciones en algunos
regular, desecar y evitar inundaciones desde Cucunubá hasta Sabo- de los barrios de Chiquinquirá. (Cabrera, 1957: 40)
yá. El trabajo de la Julius Berger planteó dos alternativas para desecar
la laguna: un túnel a través de la colina de San Miguel que "tenia por La propuesta de Cabrera era hacer el túnel de San Miguel cuidan-
objeto bajar el nivel medio de las aguas de la laguna 8,30 m. derra- do de no secar la laguna, mediante el manejo de compuertas con el
mándolas a la quebrada Los Cerezos y por ésta al río Moniquirá", y fin de evitar la inversión de cuantiosos recursos financieros que no
la segunda alternativa que consistía en hacer un "canal a lo largo del resolvían el problema de las inundaciones anuales. Cabrera anotó
río Suárez de profundidad y capacidad suficiente para bajar el nivel que para 19 57, la entidad encargada de la desecación era la Corpo-
de las aguas de la laguna 2,30 m" (Santos, 1936: 11 ). ración de Servicios Públicos, la cual tenía un campamento en el sitio
de Tolón, lugar en donde se encuentran hoy día las compuertas en
En ese entonces ya se sabía que el nivel del Suárez en el ver- el río Suárez, y que contaba con "8 palas mecánicas y buen material
tedero de La Copetona definía parcialmente la medida en que se con el que atiende debida aunque escasamente a las obras de ende-
podía bajar el nivel del río mismo. En su época, la laguna y su zona rezamiento del río, apertura de canales, etc." (1957: 42).
inundable de forma periódica, cubrían 19.000 has, 6 veces más que
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Carreteras y ferrocarril contar el inevitable desperdicio. Se supone que al menos tuvieron
que derribarse 100.000 árboles para sentar los durmientes en todo
A partir de la segunda década del siglo XX se adelantaron dos el trayecto, y que además éstos se deterioraban con el tiempo y de-
proyectos que determinaron cambios sustanciales en el uso y ma- bían ser reemplazados a una tasa de recambio que se desconoce. Es
nejo de los recursos naturales, entre los que se cuenta la contruc- curioso que no se nombren ni el roble ni el eucaliptus como fuen-
ción de infraestructura de transportes en la región, y en particular te de durmientes. El árbol conocido como chuguacá parece haber
la carretera y el ferrocarril a Chiquinquirá. Tales actividades además provenido de la tierra templada, de la zona de Muzo. Esta especie
de facilitar y hacer accesibles mercados y productos, aumentaron la maderable es muy escasa hoy.
explotación maderera y de otros productos. Su construcción causó
impactos significativos en el entorno, especialmente por la cons- Uno de los problemas más graves que enfrentaron los ingenieros
trucción de terraplenes que divideron los pantanos y facilitaron su fue el paso de los pantanos de Gacha en territorio de Guachetá.
posterior desecación y por el uso de grandes cantidades de madera Q uién sabe cuánta madera enterraron allí, pues se decía en bro-
para los durmientes del ferrocarril. ma que los citados pantanos se habían tragado una locomotora.
Cientos de metros del terraplen con sus durmientes y rieles fueron
Inicialmente, la construcción de la carretera Ubaté-Chiquinquirá destruidos en un invierno. Además, cuenta la tradición oral que al
que fue culminada en 1918, se realizó bordeando la laguna y levan- pasar por ese sector el tren desaceleraba casi completamente y muy
tando terraplenes que atravesaban zonas de pantano, como en Susa. despacio pasaba la estructura de madera instalada, mientras se me-
Hasta los años 60 todavía el sector plano cercano a dicha población cía levemente (Entrevista a Polidoro Pinto, septiembre de 2004.).
se inundaba y hacía difícil el paso de los carros en invierno. Sin Existen fotos de la época en El Gráfico que muestran la estructura
duda la carretera cumplió una función clave en el mayor desarrollo de madera del paso de Gacha y locomotoras andando sobre ésta a
del sector occidental, facilitando los intercambios y aumentando través del pantano.
su velocidad. Las tierras tuvieron que valorizarse y aparentemenete
hubo una mayor subdivisión de la propiedad en las lomas del sector El Ferrocarril Central del Norte llegó a Zipaquirá en 1898 y para
occidental que en las del oriental (CAR, s.f., Comité de Expertos). 1925 ya se extendía hasta Chiquinquirá. Las estaciones del tren des-
de Zipaquirá hasta Barbosa eran: Nemocón, Laguna (de Suesca),
En segundo lugar se construyó el Ferrocarril del Norte que unió Crucero, Rhur, Lenguazaque, Rabanal, La Isla, Fúquene, Roble,
a Bogotá y Zipaquirá con Chiquinquirá, y que llegó a esta última Santuario, Susa, Simijaca, Chiquinquirá, Saboyá, Garavito, Los Ro-
población a finales de 1925. Un año antes, El Gráfico (diciembre bles, Guayabo, Providencia, La Capilla y Barbosa. No sobra recalcar
27 de 1924) publicó dos fotografías del tren con su locomotora la existencia de la estación del Roble en un sector en donde actual-
encima del terraplén de la carrilera, en los pantanos de Ubaté, reco- mente no se encuentra un solo espécimen de tal familia.
mendando emprender la desecación de los pantanos para garantizar
la permanencia y estabilidad de los terraplenes. En un documento El arribo del ferrocarril a la región suscitó el reemplazo de una
sobre el contrato del Ferrocarril del Norte desde Zipaquirá hasta ganadería dedicada a la carne y los quesos por una ganadería le-
Chiquinquirá (105 kms) aparece la siguiente nota: "los durmien- chera, pues permitió sacar el producto a centros urbanos de forma
tes serán de la mejor madera que se encuentre en la región como rápida.
chuguacá, ensenillo (sic) o susca, y tendidos por lo menos a razón
de mil seiscientos cincuenta (1650) por kilómetro" (Minhacienda, Además, la extracción maderera cobró auge como se evidencia
1925: 83), lo que da un total de 173.250 durmientes para la obra, sin en la siguiente lista de movimiento de carga del año 1935, en donde
aparte de productos agrícolas se incluyen 2 toneladas de aves (po-
10. .'ll<.ntos p~r _, ora h1storo~ amt>iental·le ,,., regléc 1.1~ ~!~gen~ Je ~IJ~uene er Cu~dínamdr"<l y Boy:c.
n de d·:: un erosistema aaurar ardin1.. RL~3rt~ Fra
siblemente más que gallinas pudieron ser patos), carbón, sal, 9.252 del municipio de Guachetá se comunicó hasta los años cincuentas
toneladas de carbón vegetal, 665 toneladas de leña, 12.232 tonela- con Lenguazaque y Chocontá, pues los pantanos de Ubaté impe-
das de maderas aserradas, 3.419 toneladas de maderas rollizas y 464 dían la comunicación por tierra con esta última población hasta los
toneladas de otros productos forestales (Contraloría General de la años 50. Otras vías como las carreteras San Miguel-Chiquinquirá
República, 1936: 501). El dato de más de 9 mil toneladas de carbón en 1957 y San Miguel-Guachetá en 1965, unieron definitivamente
vegetal en un año es indicativo del impacto que tuvo el tren sobre el sector oriental de la laguna con las vías nacionales.
las comunicaciones con Bogotá y Zipaquirá, y sobre los robledales
subsistentes y otras formaciones vegetales con encenillos, arrayanes Con anterioridad a las carreteras, la comunicación desde San Mi-
y laureles. Buena parte del carbón vegetal provenía de robles, fenó- guel, Ráquira o Tinjacá con la vertiente occidental de la laguna de
meno que explica, otra vez, la ausencia de robledales en el sector
Fúquene se hacía en canoas y barquetas que partían desde Paso Real
occidental de la laguna. Santos Potess señaló que los bosques de
en la punta de la Serranía de Sirigay, sobre el juncal del río Suárez,
la cuenca eran "casi exclusivamente eucaliptus y robles", haciendo
hasta Susa o la estación del tren de El Santuario. También existió
referencia muy seguramente a la persistencia de dicha especie en el
un embarcadero en la vereda San Cayetano de Ráquira. Posterior-
sector oriental (1936: 119).
mente fue utilizado el canal de Chibabá. En los últimos 10 años se
El ferrocarril promovió también otros procesos extractivos como ha cubierto buena parte de la laguna con junco, tifa y plantas acuá-
la cacería, que se acentuó enormemente con el fácil acceso a la lagu- ticas, disminuyendo las posibilidades de navegación, y se cerró el
na en unas pocas horas. El presidente Abadía Méndez hacia 1926, desaguadero del río Suárez, impidiendo la navegación río-laguna y
se escapaba de sus funciones y tomaba el tren para cazar en Fúque- viceversa, con severos impactos sobre la comunicación y la navega-
ne (CAR, 2000: 81). Acerca de una cacería en Fúquene, Lucio Sorel ción para la población local.
(seudónimo de Borda Fergusson) narró que no mataron ni un solo
pato a pesar de estar en sus puestos (escondites de junco) desde la Árboles exóticos
madrugada:
Sin duda la introducción de árboles exóticos a la región cumplió
Cuando principia a amanecer, salen bandadas de patos silvestres. Son
miles y miles, pero demasiado esquivos. Vuelan a alturas fantásticas y con
una función trascendental para el aprovisionamiento de leña para
una velocidad increíble. Se les hacen disparos de todos los puestos, sin cocinar y madera para construcciones y cercas, pues como anterior-
resultado alguno ( ... ) En los juncales de la laguna ponen las hembras en mente se anotó, desde tiempo atrás ya los bosques subsistentes eran
determinada época del año, pero los naturales han establecido tal pillaje en
pequeños y su biomasa no era suficiente para las necesidades de la
los nidos que hay años en que se aprovechan doscientos mil huevos ( ... ).
población. Así, el eucaliptus que llegó a la región a mediados del
(Cromos, enero 19 de 1929)
siglo XIX, se expandió lentamente por el costado occcidental, y a
Las vías de comunicación que sacaron del aislamiento al sector mediados del siglo XX se extendió al sector oriental de la cuenca,
oriental de la laguna fueron la carretera de Simijaca a San Miguel, convirtiéndose en elemento característico del paisaje. Los sauces
culminada en 1953 y ia carretera Ubaté-Guachetá construida por fueron, tal vez, los únicos árboles que existían en la llanura, aunque
la misma época. Ambas fragmentaron dos superficies grandes de se discute si fueron traídos del Perú en tiempos coloniales, mientras
juncales y pantano al norte y sur de la laguna, sobre los ríos Suárez y que los pinos exóticos y las acacias son de reciente inclusión, esto
Ubaté respectivamente, facilitando su desecación e incorporación a es durante los últimos cincuenta años. En la Peregrinación de Alpha,
la economía ganadera. La parte plana aledaña a la laguna de Fúquene Ancízar cuenta que tras pasar Susa,
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(... ) se siente un verdadero placer al entrar en la alameda de Simijaca, En San Miguel se observa la existencia de parches de bosques
fresca y sombreada por alúsimos sauces que oscilan con agradable susurro compuestos por robledales contiguos a pineras, en donde los se-
a impulsos de la brisa, recibiéndose de cuando en cuando un torrente de gundos aparentemente le ganan terreno a los primeros. De no ser
perfumes emanados de las rosas silvestres y de los borracheros que llenan
por la introducción de especies exóticas arboreas, el paisaje de la
los intervalos de sauce a sauce (...). (1983: 36)
región de Fúquene estaría mucho más desprovisto de vegetación y
Hettner, al respecto, aportó: los suelos erosionados serían más evidentes.
( ... ) las altiplanicies que no obstante muestran en la actualidad [1884) Cercas, linderos y vallados
algo de vegetación arbórea en las huertas de árboles frutales, alrededor de
las casas, y a lo largo de los vallados sembrados de sauces y eucaliptus, ini-
cialmente eran carentes de árboles, porque el carácter pantanoso del suelo
Un último elemento a destacar relacionado con los cambios en
era adverso al desarrollo de árboles. (1966: 215) los paisajes desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad, tie-
ne que ver con los linderos entre propiedades y las cercas. Por lo
Fals Borda, en su estudio sociológico clásico de la vereda Saudo general los linderos antiguos, de mediados del XIX, eran piedras,
de Chocontá, realizado en los años 50 del siglo pasado, acotó que árboles, filas de sauces o de robles, quebradas y zanjas o vallados.
fue durante el gobierno de Manuel Murillo Toro (1864-1866) que También había cercas vivas de fique o motua o de higueras. Las
"se inició la reforestación de las altiplanicies orientales con eucalip- cercas de piedra deben ser las estructuras permanentes más viejas
tus". También mencionó que el carácter del paisaje se modificó con de la región y se encuentran en terrenos cercanos a las lomas, pues
la introducción de acacias, cipreses y pinos y que "la importación es allí donde se halla la materia prima necesaria para alzarlas. Ade-
del eucaliptus australiano en la segunda mitad del siglo XIX alejó más tales cercas o cimientos de piedra como son llamados localmente,
aún más el paisaje de sus características preconquista". Sin embargo fueron construidos para hacer corrales. Igualmente fueron muy co-
manifestó también que los eucaliptus han sido de gran valor para los munes las estructuras de tapia pisada para encerrar las huertas en
campesinos, como maderables y medicinales (Fals Borda, 1978: 38). cercanías de las casas de la haciendas y como corrales para trabajar
el ganado.
Por su parte, José Ignacio Perdomo apuntó que en el sitio de la
Batalla de La Culebrera, donde fue herido Juan José Neira a finales Los vallados fueron y son zanjas anchas y profundas construidas
de 1840, "se levantaba un enorme eucaliptus, que desgajado por el en la zona desde la Colonia. Ya para 1860 estaban presentes en casi
paso de los años recuerda la sangrienta acción de la guerra del40 .. ." todas las escrituras revisadas en los dos costados de la laguna. Su
(1972:1 04-1 05). De esta forma los árboles australianos fueron plan- propósito era desecar sectores de pantano. Posteriormente éstos
tados en Colombia por lo menos desde la Independencia. se construyeron cada vez más rápido debido a la facilidad para el
transporte de la maquinaria requerida, la cual fue movilizada por las
La introducción de pinos, acacias y eucaliptus, empezó de forma carreteras y el ferrocarril. Cabe anotar que si la tierra de los vallados
sistemática con la gestión de la CAR y el Inderena durante los años se establece en sus bordes alzándolos por encima del nivel del agua,
60 del siglo XX. La reforestación de la zona de Sutatausa, erosiona- estos promontorios alargados se denominan jarillones. Cuando se
da de acuerdo con Ancízar y Hettner desde mediados del siglo XIX, levanta tierra por encima del nivel del suelo o pantano para posibi-
se llevó a cabo por la CAR a partir de 1982. Además de reforestar litar el paso a pie o a caballo, éstos se conocen como camellones.
con pinos y acacias se realizaron labores de manejo del suelo. Sola- Cuando tales camellones son anchos y más altos se les dice terra-
mente hasta hace muy pocos años se han adelantado esfuerzos por plenes y sobre ellos se alzaron las mentadas carreteras y la línea del
reforestar con árboles nativos, como alisos y robles. ferrocarril.
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12. •
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Los vallados y zanjas sirvieron de linderos entre propiedades, di- del desaguadero del río Suárez por vegetación acuática. Según la
visiones de potreros, canales de desagüe para el invierno o canales tradición oral, hace 15 años, es decir desde 1990, comenzó a taparse
con tambres para mantener el agua en tiempos de verano y servir el desaguadero del río Suárez. Hace 40 años, para 1964, la laguna
de bebederos para el ganado. era totalmente abierta. La fotografía aérea publicada por el libro de
la CAR sobre Fúquene (2000: 132) y tomada en 1955, presenta un
Aunque el alambre de púas llegó a Colombia hacia 1870 su in- espejo de agua en donde las plantas acuáticas ocupan una mínima
troducción tardia en la zona se explica por la ausencia de comuni- extensión. Hoy se navega, cuando se puede, por entre canales cir-
caciones vía terretre (carretera o ferrocarril), pero también por la cundados de vegetación acuática.
existencia misma de la laguna que facilitó hacer las divisiones de
potreros y heredades con zanjas y vallados. Ancízar narró en su Otro de los fenómenos más notorios en el terreno plano circun-
viaje de 1850, desde la hacienda de Aposentos de Sirnijaca hasta las dante a la laguna es la geometrización del paisaje por la construcción
antiguas islas de Simijaca que: de zanjas y vallados rectos, y la forma de los potreros por lo general
rectangular. Los cursos bajos de los ríos han sido canalizados como
Hechos los preparativos necesarios salimos en demanda de la laguna. An-
en los casos del Susa, Ubaté, Simijaca y Suárez (este último en su
tecédele una considerable extensión de terreno anegadizo, apenas desocu-
pado por las antiguas aguas permanentes. Embarcámonos en una canoa, y curso alto). Así, de ríos meándricos han pasado a ser ríos rectos.
por las zanjas abiertas para el desagüe nos dirigimos a dos pequeños cerros,
antes islas, en uno de los cuales, según leí en las noticias y escrituras de la
El kikuyo y el ganado
encomienda de Simijaca, se refugiaron los indios, huyendo del pueblo, hasta
que en 1791 los redujo a salir de allí el dueño de la hacienda. (1983: 86-87)
Antes del kikuyo y con el ánimo de mejorar las pasturas para el
De acuerdo con Orencio Fajardo (1890), se sabe que el cauce del ganado en tierra fría en el país, el precursor Antonio Nariño intro-
río Ubaté era más alto que el lago, dujo el carretón y José Ignacio París, a comienzos del siglo XIX,
trajo el Rye Grass.
( ... ) debido tan sólo a los diques artificiales que a una y otra orilla sos-
tienen constantemente en el invierno los propietarios correspondientes Se sabe que a partir de la década de los 20 del siglo pasado empezó
( ... ) Todos estos diques están formados con cespedones y no es raro que
la siembra de kikuyo en Colombia, gramínea de origen africano que
se encuentren trayectos de más de un hectómetro con una alrura mayor
se adaptó muy bien a las zonas frías del trópico americano. El kiku-
de 4 metros. (381)
yo reemplazó toda una serie de plantas y gramíneas entre las que se
contaban la lengua de vaca, la altamisa, la guayacana, la rupa y otras
En la actualidad el problema radica en que dado el bajo nivel de
especies. De acuerdo con la tradición oral, esta especie se trajo a la
la laguna, las aguas tienden a explayarse más, y por otro lado, cada
región de Fúquene para estabilizar el terraplén del ferocarril.
jarillón o vallado que se construye para proteger una propiedad, por
lógica de vasos comunicantes, inunda los jarillones más bajos y las
El kikuyo llegó a San Miguel hacia 1945. José Alvarado, habitan-
tierras más desprotegidas. Esta labor de desecación continua hoy
te de este pueblo, cuenta que antes los potreros en la loma tenían
ante la indefinición de la propiedad de los particulares y de la nación
"pasto tigrillo, yaraguá, maciega, paja de puntero (que sirve para
sobre el área misma de la laguna y sus juncales.
techar), ichi (para amarrar la paja de las vigas una vez convertido en
cuan), esparto (con el cual se elaboraban las esteras para hacer los
Los últimos cambios perceptibles en los paisajes de la laguna y
quesos)". Querubín Pineda, poblador de la vereda Sirigay en San
su entorno inmediato son la construcción del canal perimetral a
:Miguel, cuenta que para mediados del siglo XX: "en lo plano había
partir de 1987, vallados y jarillones secundarios y el cerramiento
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kikuyo en partes y carrizo en partes". Con su papá cogía carrizo rotación empezó a hacerse dentro del plan o la loma, tratando de
para empajar casas por contrato. En el plan también había jupa que tener disponibilidad de pastos mediante la rotación de potreros. A
sirve para hacer enjalmas, guayacana, paja de zorro que se mezclaba partir de los 80, las cercas eléctricas se utilizan para evitar el pisoteo
con el barro para embarrar las casas, la grama y el carretón blanco. del ganado y los potreros han sido delimitados con líneas de sauces
Por su lado, Pedro Juan Salinas, de la vereda Quintoque en San Mi- 0 eucaliptus, árboles que dominan actualmente en el plan . También
guel, menciona que las siguientes hierbas o pastos existían antes de se observan en las tierras planas alrededor de la laguna, pero en
la llegada del kikuyo: poa, plegadera, la ter, carretón, lengua de vaca, mucha menor medida, hileras de saucos e incluso de alisos.
jupa, barbasco, junco, inea y yerba de rejo.
En 1857 Enrique París introdujo en su hacienda de Simijaca "dos
Para los años 20 y 30, la gente cogía el kikuyo de los terraplenes toros heriford, despachados de Inglaterra". Posteriormente vendrían
del ferrocarril y a hurtadillas lo sembraba en sus fincas y haciendas las razas durham, red poli, charolais y jersry (Fals Borda, 1978: 40). Ya
sin sospechar que después sería casi imposible erradicarlo. Las gra- para los años 40 del siglo pasado, empezó la introducción del gana-
mas o hierbas nativas fueron reemplazadas paulatinamente en todo do holstein que hoy es hegemónico en el plan, mientras el norman-
el plan, primero en el sector occidental de la laguna y después en el do cruzado con criollo domina en la loma. En la actualidad, la in-
oriental. Ya para los años 50 en Simijaca y Susa, el kikuyo invadía los dustria del ganado lechero implica fumigaciones con agroquímicos
potreros con el beneplácito de los dueños de las tierras. Las hierbas para controlar la peor plaga del kikuyo, el chinche del pasto, fertili-
nativas subsisten en bordes de potreros y aparecen con gran profu- zación de potreros con abonos orgánicos y químicos, concentrados
sión en los terrenos en barbecho, tras los cultivos de maíz o alverja. para el ganado como suplemento alimenticio y manejo técnico de
En las lomas todavía se observan parches de pastos nativos entre la reproducción por medio de inseminación. La introducción de
los que se destaca el pasto blanco. agroquímicos data de los 50 y 60, con la Revolución Verde. Frente
a este aspecto Cabrera (1957) menciona que de las 100.000 has. del
El ganado, los caballos, las ovejas y otros animales domésticos valle de Ubaté y Chiquinquirá:
fueron introducidos por los españoles desde los inicios de la Con-
quista y durante la Colonia. Su desarrollo fue lento y es evidente (... ) aproximadamente un 10% se dedica a la agricultura y el resto a la
que la cantidad de ganado en Fúquene era mucho menor en los ganadería, g ran parte de leche y en menor escala de levante o engorde; a
más de los pastos naturales se ha ido vistiendo la región con los tréboles,
años 50 del siglo pasado que ahora. La Revolución Verde, el predo- kikuyo, y rye grass los cuales alimentan e erca de 9.000 vacas de las razas
minio del ganado holstein, la implantación definitiva del kikuyo y la Holstein, N ormando y Red Poli. (43)
desecación de la laguna explican este gran aumento.
La cantidad de ganado estimada podría aumentar a 12.000 o cifra
Se sabe que hacia el siglo XVIII, en la Hacienda Santa Bárbara parecida, si se suman los machos de cría y engorde. En esa época
de Serna (Vargas, 2004), los potreros sobre la laguna eran utiliza- los machos no iban al matadero recién nacidos como hoy, práctica
dos en verano para que pastara el ganado y en invierno lo subían establecida por los ganaderos del plan, pues calculan que vale más
a las lomas y colinas pues la planicie se inundaba. De esta forma el la leche producida en nueve meses que la cría del macho. De cual-
ganado era rotado encontrando complementariedad en invierno y quier manera, el hecho de que en la actualidad haya más de 180.000
verano, entre loma y plan. Ya en los siglos XIX y XX, las hacien- cabezas de ganado bovino indica un crecimiento espectacular en la
das más grandes gozaban también de dicho privilegio, hasta que la cuenca, cerca de 18 veces más que en aquella época. Según Cabrera
parcelación y subdivisión de la propiedad hicieron de este sistema (1957), las vacas producían en promedio 10 botellas diarias, mien-
algo imposible o realizable apenas en pequeña escala. Las zanjas tras que hoy producen 20 litros o más cada una. Se debe resaltar que
o vallados sirvieron entonces de límites entre las propiedades y la antes del trazado de las carreteras, 1918 en el costado occidental de
14. E.ILmentos ¡;=rcl .. _nr 'listcria -mbiertal de la ~gión (e IR laguna rte F úauene en Cundinamarca y Boya~_;á
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la laguna y 19 53 en el oriental, el ganado era principalmente de cría, tumbaban bosques de robles para sembrar y aprovechar el capote y
levante y engorde, y se producían quesos y en menor medida man- la hojarasca como abonos. Cuenta Ana Betulia Mendieta, de la ve-
tequilla. Hettner muchos años antes, en 1882, afirmaba que: reda Quintoque en San Miguel, que la gente se dedicaba principal-
mente a la agricultura aunque mantenía una vaca y dos bueyes, estos
La producción de carne para el consumo interno del país es el objetivo últimos indispensables para los agricultores como animales de la-
principal de la ganadería vacuna; los cueros son un bien recibido produc-
bor. E l sistema agrícola consistía en rozar el charrasca, compuesto
to adicional y en su mayoría son expo rtados. La capacidad lechera de las
vacas es poca, la producció n de mantequilla no tiene importancia y sólo por lo general de ayuelos, laureles, cucharos, ciros, tunos, gaques y
la preparación del queso tiene, especialmente en las regiones altas, cierta otros arbustos, con los cuales se hacían pilas y se quemaban. Luego
importancia. (1966: 293) se araba con bueyes y se sembraba. Después de algunos cultivos se
dejaba descansar y el charrasca invadía poco a poco, devolviéndole
La leche tenía poco valor comercial por su condición de pere- fertilidad al suelo. Se sembraba papa (pepina que ya no se siembra,
cedera. Para los años 40 del siglo pasado, en San Miguel, la familia y de año que se continúa sembrando), maíz (duro amarillo y maíz
Ospina de la Hacienda Cascadas sacaba leche en barquetas a la es- blanco misero), habas, rubas, ibias, calabazas, coles, fríjol (sangre-
tación de El Santuario. En pocas palabras, durante los últimos 60 toro grande y sangretoro de arbolito y andino). Actualmente, entre
años con la llegada de las carreteras y el ferrocarril, la introducción los campesinos entrevistados, existe una percepción generalizada
del kikuyo y el ganado holstein, y el acentuado avance en la deseca- de pérdida de fertilidad de las lomas, así como la aparición de plagas
ción, se dio el cambio hacia la lechería que predomina hoy dia en (en particular en la siembra de papa), que hace muy difícil cultivar
toda la región, tanto en el plan como en la loma. Del mismo modo, sin plaguicidas.
el kikuyo reemplazó toda una serie de plantas nativas que desapare-
cieron en buena medida. Desde los años 60 comenzó a implantarse la agricultura comer-
cial en la región, especialmente en los sectores planos y secos de
Agricultura de loma y del plan los valles de Ubaté, Simijaca y Guachetá, zonas destacadas por la
presencia de maíz y alverja, donde se cultivaba a gran escala con
La agricultura en la región de Fúquene debió tener preponderan- tractores, fumigaciones y fertilizantes. Todavía hoy en estas áreas
cia en las lomas y cordilleras hasta la década de los 50 del siglo XX, se cultiva en el plan, incluyendo eso si otros productos como za-
pues alli había buen drenaje y algunos suelos tenían una apreciable nahoria, y últimamente la siembra de tomates en invernaderos. En
capa vegetal. El sector plano circundante de la laguna estaba muy la carretera que de Ubaté conduce a Chiquinquirá, cada vez es más
inundado o carecía de buen drenaje, elemento indispensable para frecuente la presencia de estructuras de madera para los invernade-
los cultivos. Hettner anotó que el trigo se cultivaba "en la parte ros, las cuales cambiarán seguramente el paisaje de forma radical en
occidental de la planicie Ubaté-Chiquinquirá, mientras el resto de el fu turo. En el sector oriental de la cuenca todavía no se observa
las altiplanicies muchas veces todavía es demasiado pantanoso (...)" este fenómeno.
(1966: 295).
Las islas y ex-islas
Aunque este trabajo no pretendió abordar el tema de las plantas
cultivadas, es relevante considerar el tema por sus efectos sobre los E n primer lugar debe destacarse que la gran cantidad de islas que
suelos y la erosión. La agricultura en la loma, a comienzos del siglo tuvo la laguna de Fúquene, que se calculan en más de doce, des-
XX y hasta mediados del mismo, estaba fundamentada en la rota- aparecieron como tales y hoy son morros que emergen en medio
ción de terrenos, dentro de los rastrojos o charrascos. Incluso se de los potreros de kikuyo. El Santuario y Villeta son las únicas que
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Chiguy es una eminencia rocosa bastante alta, unos 60 metros apreciati-
subsisten hoy día. Las demás eran: Sutapeya, Natacupa, Cabachoya, ·amente, con pequeño recubrimiento terroso por el occidente y por esto
Chiguy, Cerro Gordo o Bachué, Península o Aguilar, Isla Gran- ligeramente cultivada. (1957: 37)
de, Isla Pequeña o Puta, Bernardo, Colorada. Aparte de ellas, otros
promontorios o cerros fueron islas y hoy se encuentran en tierra Agregó además que la isla Villeta estaba por unirse a las tierras
firme. al oriente, evento que no ha ocurrido todavía. Respecto de la isla
de El Santuario, le calculó 25 metros de altura y mencionó que se
El paisaje de las islas, por los años 40 del siglo pasado, era de encontraba íntegramente vestida de arbustos, sauces, pinos y mul-
morros erosionados con vegetación arbustiva, debido a que fueron titud de gramíneas y matas de monte, pequeños cultivos de flores y
sometidas a quemas, cultivos y al establecimiento de viviendas du-
comienzos de jardín (Cabrera, 1957).
rante largo tiempo. El mismo Ancízar en 1850, describía la laguna
como:
Esta vegetación fue el resultado de la obra del Jetón Ferro duran-
( ... ) de hermosa y alegre apariencia, y encierra cuatro islas, dos de ellas te 30 o 40 años, como lo confirma E. E. de Brigard en su relato para
cultivadas por unos pocos habitadores que, con los de los lindos valles del PAN de 1936: "[Las manos del Jetón Ferro] han labrado la roca,
litoral, forman una población extraña a cuanto agita la República, y feliz en triturado la piedra, machacado el concreto; han poblado los antes
su pintoresco retiro. El trigo, el maíz, las papas, unas pocas reses y ovejas
y el abundante pescado de la laguna suministran a aquellos po bladores áridos flancos y orillas de eucaliptus, de sauces y de pinos" (No 8).
segura subsistencia y sobrantes de fácil cambio en los mercados vecinos, Aparte de El Santuario, la otra isla subsistente hoy día es Villeta,
a los cuales salen en balsas compuestas de haces de junco, formando un en la orilla raquirense, que es una sola arboleda de eucaliptus rodea-
conjunto estrambótico, semejante a una gran torruga. (1983: 37-38) da de juncos y comunicada por canales entre los juncales, con el
continente y con la laguna. El impacto humano sobre las islas, ade-
En fotos de la Revista PAN de febrero de 1937, así como en las más de hacerlas desaparecer como tales, ha afectado principalmente
viejas fotos impresas en el libro sobre Fúquene (CAR, 2000), en
su vegetación, debido a la siembra de cultivos, la extracción de leña
términos generales los contornos de las lomas de la laguna aparecen
y madera, y la extracción de materiales para los terraplenes del fe-
bastante pelados y la vegetación de la ex-isla de Chiguy presenta
rrocarril y las carreteras, como en el caso de la isla de la estación de
matorral bajo, mientras que en Santuario ya se veían eucaliptus y
Susa que fue utilizada para construir el terraplén del ferrocarril jun-
posiblemente pino ciprés. Hoy en el Chiguy, aunque persiste ve-
getación nativa, dominan el pino pátula, el eucaliptus globulus y la to con materiales provenientes de Punta de Cruz. Del mismo modo
acacia. Del mismo modo, las ex-islas de los municipios de Simijaca la Isla Grande de Simijaca y la isla Colorada en San Miguel fueron
y Susa están cubiertas de eucaliptus y pinos, al igual que la isla Colo- utilizadas en 1950 para la construcción del terraplén de la carretera
rada en San Miguel. Las islas de Bachué y Península tienen parte de de Simijaca a San Miguel, culminada en 19 53.
matorral nativo y se destaca la presencia de algunos grandes árboles
de gaque en Bachué. En un texto sin fuente del libro de Libio Silva E n términos generales en la región pueden verse las canteras en
sobre San Miguel, se menciona que la isla del Santuario era "un las lomas, por donde se construyeron las carreteras de Capellanía
peñasco yermo, desprovisto de plantas, sitio codiciado por las aves a San Miguel en los años 60 y la vía San Miguel-El Recodo en los
migratorias" (2003, Prólogo: 14). Por su parte Cabrera Ortiz, al re- 70. No obstante, tanto las actuales como las desaparecidas islas de
ferirse al aspecto de las antiguas islas de Susa y Simijaca, anotó: la región de Fúquene ofrecen oportunidades para restaurar su vege-
tación nativa en condiciones controladas, ello debido a su relativo
[Es] descarnada como el resto de las que quedaron en seco, como si los aislamiento.
vientos hubieran removido las escasas y removidas tierras ( ... )La isla de
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