Los jóvenes de hoy en día se alejan de Dios y la fe debido a malas amistades, ocuparse en actividades no productivas como fiestas, y estar demasiado ocupados con el trabajo o estudio. Algunos jóvenes y adultos son ateos porque dicen nunca haber visto a Dios físicamente o porque les va mal en la vida y creen que si Dios existiera no permitiría tanto sufrimiento.