3. Anhelar estar en la casa de Dios
¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová
de los ejércitos! 2 Anhela mi alma y aun
ardientemente desea los atrios de Jehová;
Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
Salmos 84:1-2
4. Jehová, la habitación de tu casa he
amado, Y el lugar de la morada de
tu gloria.
Salmos 26:8
5. Una cosa he demandado a Jehová,
ésta buscaré; Que esté yo en la
casa de Jehová todos los días de
mi vida, Para contemplar la
hermosura de Jehová, y para
inquirir en su templo.
Salmos 27:4
6. Fueron mis lágrimas mi pan de día y de
noche, Mientras me dicen todos los días:
¿Dónde está tu Dios? 4 Me acuerdo de estas
cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De
cómo yo fui con la multitud, y la conduje
hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y
de alabanza del pueblo en fiesta. 5 ¿Por qué
te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de
mí? Espera en Dios; porque aún he de
alabarle, Salvación mía y Dios mío.
Salmos 42:3-5
7. Sere saciado del bien
Bienaventurado el que tú
escogieres y atrajeres a ti, Para
que habite en tus atrios; Seremos
saciados del bien de tu casa, De
tu santo templo.
Salmos 65:4
8. Aun el gorrión halla casa, Y la
golondrina nido para sí, donde
ponga sus polluelos, Cerca de tus
altares, oh Jehová de los ejércitos,
Rey mío, y Dios mío.
Salmos 84:3
10. Porque mejor es un día en tus
atrios que mil fuera de ellos.
Escogería antes estar a la puerta
de la casa de mi Dios, Que habitar
en las moradas de maldad.
Salmos 84:10
11. Yo me alegré con los que me
decían: A la casa de Jehová
iremos. 2 Nuestros pies
estuvieron Dentro de tus puertas,
oh Jerusalén.
Salmos 122:1
12. Aunque ande en valle de sombra
de muerte, No temeré mal alguno,
porque tú estarás conmigo; Tu
vara y tu cayado me infundirán
aliento.
13. Atravesando el
valle de lágrimas
lo cambian en
fuente, Cuando la
lluvia llena los
estanques.
17. Por tanto, hermanos, tened
paciencia hasta la venida del
Señor. Mirad cómo el labrador
espera el precioso fruto de la
tierra, aguardando con paciencia
hasta que reciba la lluvia
temprana y la tardía.
18. Hijos de Sion, regocijaos y
alegraos en el SEÑOR vuestro
Dios; porque El os ha dado la
lluvia temprana para vuestra
vindicación, y ha hecho descender
para vosotros la lluvia, la lluvia
temprana y la tardía como en el
principio.
19. La lluvia (del lat. pluvĭa) es un fenómeno
atmosférico de tipo acuático que se inicia
con la condensación del vapor de agua
contenido en las nubes.
La lluvia se mide en milímetros al año,
menos de 200 son pocos, entre 200 y 500
son escasos, entre 500 y 1.000 son
normales, entre 1.000 y 2.000 son
abundantes y más de 2.000 son muchas.
20. La lluvia depende de tres factores:
la presión atmosférica .
la temperatura.
y especialmente, la humedad
atmosférica.
22. La temperatura es una magnitud
referida a las nociones comunes
de caliente, tibio, frío que puede
ser medida, específicamente, con
un termómetro.
23. La humedad del aire es la
cantidad de vapor de agua que se
encuentra presente en la
atmósfera terrestre. El vapor
procede de la evaporación de los
mares y océanos, de los ríos, los
lagos, las plantas y otros seres
vivos.
24. La cantidad de vapor de agua que puede absorber el
aire depende de su temperatura. El aire caliente
admite más vapor de agua que el aire frío. El aire
caliente que contiene vapor de agua se eleva en la
atmósfera. La temperatura de la atmósfera disminuye
una media de 0,6 ºC cada 100m. Al llegar a zonas
más frías el vapor de agua se condensa y forma las
nubes (de gotas de agua o cristales de hielo).
Cuando estas gotas de agua o cristales de hielo
pesan demasiado caen y originan las precipitaciones
en forma de lluvia o nieve.