2. Is 40, 1-5.911 Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro
Dios. Hablad al corazón de Jerusalén y decidle bien alto que
ya ha cumplido su condena, y que está perdonada su culpa,
pues ha recibido del Señor castigo doble por todos sus
pecados. Una voz grita: « Preparad en el desierto un camino al
Señor, allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios.
Que se eleven los valles, y los montes y colinas se abajen; que
lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se
revelará la gloria del Señor y toda criatura a una la verá. Lo
ha dicho la boca del Señor. Súbete a un alto monte, alegre
mensajero de Sión; alza tu voz con brío, alegre mensajero de
Jerusalén, álzala sin miedo. Di a las ciudades de Judá: « Aquí
está el Señor. » Aquí está el Señor que viene con poder y
brazo dominador. Viene con Él su salario, le precede la paga.
Apacienta como un pastor a su rebaño y amorosamente lo
reúne: : lleva en sus brazos los corderos y conduce con
delicadezas a las recién paridas
3. Salmo 103
Bendice al Señor, alma mía;
¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
Envuelto en un manto de luz,
Tú despliegas los cielos como una tienda.
4. Bendice al Señor, alma mía;
¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
Haces de las nubes tu carroza,
avanzas sobre las alas del viento;
tomas a los vientos por mensajeros,
a las llamas ardientes por servidores.
5. Bendice al Señor, alma mía;
¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
¡Cuántas son tus obras, Señor!
Todas las hiciste con sabiduría,
La tierra está llena de tus criaturas.
Ahí está el vasto y ancho mar,
hervidero de animales incontables,
grandes y pequeños.
6. Bendice al Señor, alma mía;
¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
Todos, Señor, están pendientes de ti,
y esperan que les des la comida a su tiempo.
Tú se la das y ellos la toman,
abres tu mano y quedan saciados.
7. Bendice al Señor, alma mía;
¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
Mas si ocultas tu rostro se estremecen;
si retiras tu soplo, expiran y vuelven al polvo.
Envías tu espíritu, los creas,
y renuevas la faz de la tierra.
8. Tito 2, 11-14 Porque se ha manifestado la gracia
salvadora de Dios a toda criatura, que nos enseña a
renunciar a la vida sin religión, y a los deseos del
mundo, para que vivamos en el tiempo presente con
moderación, justicia y religiosidad aguardando
nuestra bienaventurada esperanza: la
manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo; el cual se entregó por
nosotros para redimirnos de todo pecado y
purificarnos, a fin de que seamos su pueblo
escogido, siempre deseoso de Practicar el bien.
Esto es lo que tienes que enseñar, predicar y
defender con toda autoridad. Que nadie te
menosprecie.
9. Juan les dijo: viene el que es más
fuerte que yo. Él os bautizará con
Espíritu Santo y fuego. Lc 3,16
10. Lucas 3, 15-16. 21-22
El pueblo estaba a la expectativa y todos se
preguntaban si no sería Juan el Mesías. 16
Entonces Juan les dijo: « Yo os bautizo con
agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a
quien no soy digno de desatar la correa de sus
sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y
fuego. Un día en que se bautizó mucha
gente,también Jesús se bautizó. Y mientras
Jesús oraba se abrió el cielo, y el Espíritu
Santo bajó sobre él en forma corporal, como
una paloma, y se oyó una voz del cielo: « Tú
eres mi Hijo amado; en ti me complazco. »
Río Jordán