El tango acompañó el desarrollo de la Argentina moderna desde 1880, reflejando los procesos sociales y la inmigración que moldearon al país en el siglo XX. Sus letras, originadas entre los inmigrantes de los puertos de Buenos Aires y Rosario, expresaban la "argentinidad" y fueron populares internacionalmente gracias a figuras como Gardel. Finalmente, aunque el tango representa la identidad argentina, en 2009 la UNESCO lo declaró patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.