2. Tango en Argentina
Sentimiento que se baila, que se cuela por los cordones de los cien
barrios porteños. Hasta el día de hoy, desde intelectuales a orilleros
crean, sienten y hablan de tango. Y si bien pasó mucho desde 1880, la
esencia del tango, desfachatado, irrefrenable y sanguíneo, permanece
latente en las cantinas de la Boca y en los salones de Recoleta.
3. Tango en Uruguay
El tango uruguayo es una forma de sentir y ser del ciudadano uruguayo. Los
fanáticos del tango en el mundo son millones, y muchos de ellos se llegan a
Uruguay para conocer el tango uruguayo, aprender a bailarlo y contactarse
con la realidad que rodea al tango. El tango uruguayo sirve como puente
para unir a los fanáticos de todas partes del mundo, mediante su baile de
pareja entrelazada, superando la barrera lingüística con la música universal.
Ciudadanos de todas partes viajan al Río de la Plata, para conectarse
directamente con las raíces del tango.