La minería a gran escala ha dañado el medio ambiente y aterrorizado a la humanidad debido a sus grandes impactos. Los administradores públicos y los grandes empresarios parecen pensar y trabajar como máquinas, en lugar de seres humanos, planeando proyectos exploratorios y de explotación sin considerar sus consecuencias. Su enfoque en la producción por encima de todo lo demás es comparable a la "valvulina" que circula por sus cerebros en lugar de líquido encefálico.