El documento define el suelo como la capa superficial de la corteza terrestre, que puede variar de espesor desde unos pocos centímetros hasta varios metros. Explica que el suelo está compuesto de componentes abióticos como rocas, minerales, aire y agua, y de componentes bióticos como hongos, bacterias, animales y vegetales. Finalmente, identifica algunos agentes contaminantes comunes del suelo como metales pesados, emisiones ácidas, agua de riego salina y fitosanitarios.