SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 12
Descargar para leer sin conexión
CHIPICHIPIla tortuga cantora
e
inteligente
Chipi era una tortuga macho que tenía su hogar en una pradera. El reptil, de carácter
tranquilo y conformista, siempre se había sentido muy orgulloso de vivir en ese her-
moso lugar hasta que las cosas cambiaron y empezó a plantear emigrar para no
volver. La razón era que por culpa de la sequía de ese lugar casi no crecía hierba
fresca y apenas se encontraban bichitos entre las piedras. Debido a la escasez de
comida, chipi pasaba mucha hambre.
Una mañana que caminaba con el ánimo por los suelos se cruzó con peluche, un
pájaro que solía volar por los alrededores. El ave levantó la cabeza y saludó muy ca-
riñoso.
– Buenas tardes, chipi , ¡cuánto tiempo sin saber de ti! ¿Qué tal? Me da la sensación
de que estas más flaco y ojeroso… ¿Te encuentras bien?
Chipi se sentía débil y no tenía muchas ganas de ponerse a charlar, pero respondió
con cortesía.
– Buenas tardes, peluche. La verdad es que estoy pasando una mala situacion. ¿te
puedes creer que por más que busco no encuentro ni un gusano que llevarme a la
boca? Como no llueva me temo que muchos animales acabaremos yéndonos de estas
tierras.
La tortuga negó con la cabeza.
– No, no, no, ahí no quiero ir. Ese hombre se pasa horas vigilando con una escopeta y si
me descubre estoy perdido. Tenga en cuenta que yo camino, como es obvio, a paso de
tortuga, y que no tengo alas para salir volando en caso de peligro.
Peluche se mostró un poco ofendido.
– ¡Por favor, chipi, no te preocupes por eso! ¿Para qué estamos los amigos?… Yo seré
como un guardaespaldas para ti. En caso de que aparezca el granjero te avisaré por el
caparazón y le llevare por los aires a un sitio seguro.
Chipi no acababa de converserce y temía que la cosa acabara mal para él.
– No sé, El tipo del que hablamos no se anda con tonterías y a la mínima nos mete un dis-
paro a cada uno en el trasero.
– ¡Callate, no sea agorero! Venga, hombre, se tú un poco más valiente. Son las mejores
semillas de la zona y te van a encantar, te lo aseguro.
El pobre chipi tenía tanta hambre que empezó a salivar y se dejó convencer.
– ¡Está bien, iré y que la suerte nos acompañe!
Peluche puso cara de tristeza al conocer la complicada situación de su querido amigo.
– ¡Oh, vaya, cuánto lo siento!… Se me ocurre que, si te apetece, puedes acompañar-
me a buscar semillas.
– ¿Semillas?
– Sé que para una tortuga como tú no son un manjar, pero al menos llenará la tripa
con algo de alimento.
Peluche tenía toda la razón: las semillas no eran ni de lejos su comida favorita, pero
aceptó la oferta y le pareció una oportunidad que no podía rechazar.
– ¡Ah, pues muchas gracias, menos es nada! Y díme, ¿a dónde tenemos que ir?
El pájaro señaló con el ala hacia el sur.
– Detrás de esos árboles hay una granja enorme y el granjero ha plantado un montón
de granos. ¡Podremos comer hasta estallar!
El pájaro y la tortuga se dirigieron juntos a la enorme granja. Al llegar, cada uno atrave-
só la valla a su manera, peluche sobrevolándola y chipi escarbando un pequeño túnel
para pasar por debajo de ella. Una vez dentro empezaron a desenterrar semillas y a co-
merselas con avidez.
– ¿Qué me dices, chipi? ¿Tenía yo razón o no?
Con la boca llena y masticando, la tortuga exclamó:
– ¡Oh, peluche , estoy disfrutando de lo lindo! ¡Están tan ricas que creo que me voy a
hacer vegetariano!
De repente, en plena degustación, casi se atragantan al escuchar unos pasos, los gritos
de un hombre… ¡y el sonido de tres disparos!
Sin pararse a pensar que dejaba a su amigo tirado en la granja , peluche salió volando a
la velocidad del rayo y desapareció del mapa en un santiamén. Por el contrario el pobre
chipi se quedó quieto como una estatua, observando asustado cómo su supuesto colega
defensor se iba sin mirar atras.
Tras unos instantes de confusión se percató de que estaba completamente solo e inde-
fenso y se puso a temblar. Un minuto después, el rudo granjero apareció ante él con los
brazos en cruzados y cara enojada.
– ¡jajajá! ¡¿Con que tú eres el animal que me roba las semillas cada día? ¡Pues al saco
vas! Esta noche mi mujer y yo cenaremos una riquísima sopa de tortuga macho.
Sin decir nada más, agarró a chipi por el cogote y lo metió en una bolsa de tela que lle-
vaba colgada en el cinturón. El pobre animal, absolutamente horrorizado, empezó a pa-
talear mientras gritaba:
– ¡Señor, por favor, no lo haga, no lo haga!
El hombre le contestó con retintín.
– Perdone , señorito, ¿que no haga qué?
– Déjeme libre, por favor. Es la primera vez que entro en su propiedad, se lo prometo. De
hecho yo no quería pero un pájaro que dijo ser mi amigo insistió y yo tenía tanta
hambre que me convenció
– No me sirven las excusitas de última hora ¡Cazado estás y al puchero irás!
Ignorando las súplicas del animal el granjero puso rumbo a casa,mientras chipi dentro
del saco, empezó a maquinar algo para salvar el pellejo y evitar un final atroz.
– Solo dispongo de unos minutos para idear un plan… ¡Ay, creo que no tengo escapato-
ria!
Estaba a punto de rendirse cuando la bombilla de las ideas que tenía dentro de su cabe-
cita se iluminó. Sin perder tiempo, desde el interior del saco, gritó lo más alto que
pudo:
– ¡Señor, atiéndame un momento, por favor! Usted no lo sabe, pero soy un gran cantan-
te. ¿Quiere escuchar mi dulce voz?
Al granjero no le interesaba en absoluto oír cantar a una tortuga ladrona, pero no quiso
parecer insensible.
– ¡De acuerdo, a mí me da igual, canta si quieres!
Chipi tenía mucha imaginación e inventó rápidamente una simpática canción que le per-
mitió sacar a relucir todo su talento.
El granjero, sorprendido, empezó a partirse de risa.
– ¡Ja, ja, ja! ¡Ay, qué gracioso eres! No se puede negar que tienes ingenio y cantas estu-
pendamente.
Chipi había conseguido captar su interés y aprovechó la oportunidad. ¡Era ahora o
nunca!
– Me encantaría poder cantársela a su esposa también. Si le parece, será mi último
deseo.
– Por mí no hay problema, pero ya sabes que después te cenaremos.
El granjero llegó al hogar, pero no vio a su mujer por ninguna parte.
– Por la hora que es debe estar en el río haciendo la lavanderia ¡Iré a enseñarle el
botín!
Enseguida la encontró, aclarando la ropa sucia en el agua.
– ¡Querida, mira lo que traigo para ti!
El granjero abrió la bolsa y chipi asomó la carita para respirar un poco de aire fresco.
– ¡Oh, qué suerte, una tortuga! En cuanto termine nos iremos a casa y prepararemos un
caldo especial.
En ese momento, chipi miró al hombre.
– Recuerde que me prometió que podría cantar a su esposa.
Él le respondió.
– Cierto, y yo siempre cumplo lo que prometo.
La granjera puso cara de asombro.
– ¿He oído bien? ¿Esta tortuga sabe cantar y quiere que yo la escuche?
– ¡Es toda una artista, ahora lo verás! Tortuguita, demuéstrale a mi mujer lo que sabes
hacer.
Chipi trató de ocultar el nerviosismo que le invadía.
- Señora, será un placer actuar para usted, pero aquí dentro hace tanto calor que estoy
a puntito de desmayarme. Déjenme en el suelo junto a la orilla para que se me pase el
sofoco y me pondré a cantar. Después yo mismo regresaré al saco sin rechistar.
A ambos les pareció que no había inconveniente porque sabían que un animal tan lento
jamás podría escapar. Confiado, el granjero colocó a chipi en la orilla del río.
– Oxigénate un poco aquí fuera y canta la dichosa canción de una vez que se está ha-
ciendo tarde.
La tortuga se mostró agradecida.
– Muchas gracias, señores. Esta brisa es maravillosa y ya me encuentro mucho mejor.
Seguidamente, carraspeó para afinar la voz y canto
A la granjera también le dio un ataque de risa.
– ¡Ja, ja, ja!! No sabía que existían tortugas capaces de inventar canciones tan diverti-
das.
– ¿A que es increíble? ¡Sin duda estamos ante una tortuga extremadamente lista!
La mujer, entusiasmada, miró a chipi y le rogó:
– ¡Por favor, cántala de nuevo para que mi esposo y yo podamos bailar! Hace tanto que
no lo hacemos…
– ¡Faltaría más, señora!
La tortuga empezó a repetir la canción, que era de lo más pegada, y los esposos se pu-
sieron a dar palmas y a danzar juntos.
Se lo estaban pasando tan bien que ni se fijaron que, mientras cantaba, chipi iba dando
pasitos hacia atrás hasta casi tocar el agua con las patas traseras.
Entonó el último verso, se tiró al río de espaldas y se dejó arrastrar por la corriente,
utilizando su caparazón como si fuera el casco de un barco. Mientras se alejaba vio
cómo el granjero y su mujer dejaban de bailotear y se ponían a hacer aspavientos con
los brazos, furiosos por haber sido engañados por una simple tortuga macho.
Cuando los perdió de vista, el inteligente chipi salió del agua y, sin dejar de cantar gra-
cias a la cual se había salvado de una muerte segura, buscó un lugar confortable donde
pasar la noche y vivir feliz para siempre.
Al fin la tortuga macho Chipi pudo encontrar su maravillo lugar para vivir.

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Con Pombos y platillos. Rafael Pombo
Con Pombos y platillos. Rafael PomboCon Pombos y platillos. Rafael Pombo
Con Pombos y platillos. Rafael Pombosbmalambo
 
Alarmaen el pesebre
Alarmaen el pesebreAlarmaen el pesebre
Alarmaen el pesebremjluquino
 
Fabulas de rafael pombo
Fabulas de rafael pomboFabulas de rafael pombo
Fabulas de rafael pomboBrandon Guzman
 
Alarmaen el pesebre.pptx 2
Alarmaen el pesebre.pptx 2Alarmaen el pesebre.pptx 2
Alarmaen el pesebre.pptx 2mjluquino
 
La isla de Susú
La isla de SusúLa isla de Susú
La isla de Susúlmminarro
 
El patito feo-hans_christian_andersen
El patito feo-hans_christian_andersenEl patito feo-hans_christian_andersen
El patito feo-hans_christian_andersenManuelSuarez97
 
Un gran susto en pajonal
Un gran susto en pajonalUn gran susto en pajonal
Un gran susto en pajonalmanueloyarzun
 
La casa que se dejo ser tomada
La casa que se dejo ser tomadaLa casa que se dejo ser tomada
La casa que se dejo ser tomadaArturo Jara Ureta
 
1288133962 la gata_queria_volver_casa_parte2
1288133962 la gata_queria_volver_casa_parte21288133962 la gata_queria_volver_casa_parte2
1288133962 la gata_queria_volver_casa_parte2silviagrasa
 
cuentos populares rusos Afanasiev aleksandr nikolaevich
cuentos populares rusos Afanasiev aleksandr nikolaevich cuentos populares rusos Afanasiev aleksandr nikolaevich
cuentos populares rusos Afanasiev aleksandr nikolaevich kyozhi
 
Cuánta tierra necesita un hombre
Cuánta tierra necesita un hombreCuánta tierra necesita un hombre
Cuánta tierra necesita un hombreteresa martinez c
 

La actualidad más candente (15)

Con Pombos y platillos. Rafael Pombo
Con Pombos y platillos. Rafael PomboCon Pombos y platillos. Rafael Pombo
Con Pombos y platillos. Rafael Pombo
 
Pomboyplatillos
PomboyplatillosPomboyplatillos
Pomboyplatillos
 
Alarmaen el pesebre
Alarmaen el pesebreAlarmaen el pesebre
Alarmaen el pesebre
 
Fabulas de rafael pombo
Fabulas de rafael pomboFabulas de rafael pombo
Fabulas de rafael pombo
 
Alarmaen el pesebre.pptx 2
Alarmaen el pesebre.pptx 2Alarmaen el pesebre.pptx 2
Alarmaen el pesebre.pptx 2
 
La isla de Susú
La isla de SusúLa isla de Susú
La isla de Susú
 
El patito feo-hans_christian_andersen
El patito feo-hans_christian_andersenEl patito feo-hans_christian_andersen
El patito feo-hans_christian_andersen
 
Un gran susto en pajonal
Un gran susto en pajonalUn gran susto en pajonal
Un gran susto en pajonal
 
La casa que se dejo ser tomada
La casa que se dejo ser tomadaLa casa que se dejo ser tomada
La casa que se dejo ser tomada
 
Fabulas de samaniego
Fabulas de samaniegoFabulas de samaniego
Fabulas de samaniego
 
1288133962 la gata_queria_volver_casa_parte2
1288133962 la gata_queria_volver_casa_parte21288133962 la gata_queria_volver_casa_parte2
1288133962 la gata_queria_volver_casa_parte2
 
Ideas de cuentos
Ideas de cuentosIdeas de cuentos
Ideas de cuentos
 
cuentos populares rusos Afanasiev aleksandr nikolaevich
cuentos populares rusos Afanasiev aleksandr nikolaevich cuentos populares rusos Afanasiev aleksandr nikolaevich
cuentos populares rusos Afanasiev aleksandr nikolaevich
 
Cuánta tierra necesita un hombre
Cuánta tierra necesita un hombreCuánta tierra necesita un hombre
Cuánta tierra necesita un hombre
 
Con Pombo y Platillos
Con Pombo y PlatillosCon Pombo y Platillos
Con Pombo y Platillos
 

Similar a Chipi La Tortuga Cantora e Inteligente (20)

Cuentos sugeridos grado primero
Cuentos sugeridos grado primeroCuentos sugeridos grado primero
Cuentos sugeridos grado primero
 
Cuentos sugeridos grado primero
Cuentos sugeridos grado primeroCuentos sugeridos grado primero
Cuentos sugeridos grado primero
 
Cuentos valor
Cuentos valorCuentos valor
Cuentos valor
 
Cuentos
CuentosCuentos
Cuentos
 
Cuentos
CuentosCuentos
Cuentos
 
El cuento
El cuentoEl cuento
El cuento
 
Antología de cuentos
Antología de cuentosAntología de cuentos
Antología de cuentos
 
Cuento el asno y el caballo - grado primaria
Cuento el asno y el caballo - grado primariaCuento el asno y el caballo - grado primaria
Cuento el asno y el caballo - grado primaria
 
CUENTO DEL ASNO Y CABALLO.pdf
CUENTO DEL ASNO Y CABALLO.pdfCUENTO DEL ASNO Y CABALLO.pdf
CUENTO DEL ASNO Y CABALLO.pdf
 
Mi abuelo y yo
Mi abuelo y yo Mi abuelo y yo
Mi abuelo y yo
 
Lecturas divertidas 2 grado
Lecturas divertidas 2 gradoLecturas divertidas 2 grado
Lecturas divertidas 2 grado
 
Cuento patito feo
Cuento patito feoCuento patito feo
Cuento patito feo
 
22. CUENTO PATITO FEO.pptx
22. CUENTO PATITO FEO.pptx22. CUENTO PATITO FEO.pptx
22. CUENTO PATITO FEO.pptx
 
22. CUENTO PATITO FEO.pptx
22. CUENTO PATITO FEO.pptx22. CUENTO PATITO FEO.pptx
22. CUENTO PATITO FEO.pptx
 
Fabulas
FabulasFabulas
Fabulas
 
Fabula la familia topo y el lirón
Fabula la familia topo y el lirónFabula la familia topo y el lirón
Fabula la familia topo y el lirón
 
Don Segundo Sombra
Don Segundo SombraDon Segundo Sombra
Don Segundo Sombra
 
El primer beso
El primer besoEl primer beso
El primer beso
 
El primer beso
El primer besoEl primer beso
El primer beso
 
Mi día de suerte
Mi día de suerte Mi día de suerte
Mi día de suerte
 

Último

Programación de las Fiestas de San Isidro 2024.pdf
Programación de las Fiestas de San Isidro 2024.pdfProgramación de las Fiestas de San Isidro 2024.pdf
Programación de las Fiestas de San Isidro 2024.pdf20minutos
 
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdfCode name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdfnaladosol
 
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdfCode name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdfnaladosol
 
Mujeres que corren con los lobos en la noche.pdf
Mujeres que corren con los lobos en la noche.pdfMujeres que corren con los lobos en la noche.pdf
Mujeres que corren con los lobos en la noche.pdfKeilly Merlo
 
Matemática universitaria de AlgebraLineal.pdf
Matemática universitaria de AlgebraLineal.pdfMatemática universitaria de AlgebraLineal.pdf
Matemática universitaria de AlgebraLineal.pdfFAUSTODANILOCRUZCAST
 
RESUMEN DE LA PELÍCULA DE CHERNOBYL ENFOCADO A MEDICINA DEL TRABAJO
RESUMEN DE LA PELÍCULA DE CHERNOBYL ENFOCADO A MEDICINA DEL TRABAJORESUMEN DE LA PELÍCULA DE CHERNOBYL ENFOCADO A MEDICINA DEL TRABAJO
RESUMEN DE LA PELÍCULA DE CHERNOBYL ENFOCADO A MEDICINA DEL TRABAJOLuisFigueroa230128
 
TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...
TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...
TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...univerzalworld
 
20 poemas de amor y una canción desesperada.pdf
20 poemas de amor y una canción desesperada.pdf20 poemas de amor y una canción desesperada.pdf
20 poemas de amor y una canción desesperada.pdfalbertozb15
 
(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...
(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...
(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...patriciooviedo3
 

Último (9)

Programación de las Fiestas de San Isidro 2024.pdf
Programación de las Fiestas de San Isidro 2024.pdfProgramación de las Fiestas de San Isidro 2024.pdf
Programación de las Fiestas de San Isidro 2024.pdf
 
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdfCode name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-3.pdf
 
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdfCode name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdf
Code name Anastasia parte - 1(1)-páginas-1.pdf
 
Mujeres que corren con los lobos en la noche.pdf
Mujeres que corren con los lobos en la noche.pdfMujeres que corren con los lobos en la noche.pdf
Mujeres que corren con los lobos en la noche.pdf
 
Matemática universitaria de AlgebraLineal.pdf
Matemática universitaria de AlgebraLineal.pdfMatemática universitaria de AlgebraLineal.pdf
Matemática universitaria de AlgebraLineal.pdf
 
RESUMEN DE LA PELÍCULA DE CHERNOBYL ENFOCADO A MEDICINA DEL TRABAJO
RESUMEN DE LA PELÍCULA DE CHERNOBYL ENFOCADO A MEDICINA DEL TRABAJORESUMEN DE LA PELÍCULA DE CHERNOBYL ENFOCADO A MEDICINA DEL TRABAJO
RESUMEN DE LA PELÍCULA DE CHERNOBYL ENFOCADO A MEDICINA DEL TRABAJO
 
TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...
TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...
TRIFOLIO DIA DE LA TIERRA.pdf Perdida libertad y educación social. • Pérdida ...
 
20 poemas de amor y una canción desesperada.pdf
20 poemas de amor y una canción desesperada.pdf20 poemas de amor y una canción desesperada.pdf
20 poemas de amor y una canción desesperada.pdf
 
(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...
(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...
(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...
 

Chipi La Tortuga Cantora e Inteligente

  • 2. Chipi era una tortuga macho que tenía su hogar en una pradera. El reptil, de carácter tranquilo y conformista, siempre se había sentido muy orgulloso de vivir en ese her- moso lugar hasta que las cosas cambiaron y empezó a plantear emigrar para no volver. La razón era que por culpa de la sequía de ese lugar casi no crecía hierba fresca y apenas se encontraban bichitos entre las piedras. Debido a la escasez de comida, chipi pasaba mucha hambre. Una mañana que caminaba con el ánimo por los suelos se cruzó con peluche, un pájaro que solía volar por los alrededores. El ave levantó la cabeza y saludó muy ca- riñoso. – Buenas tardes, chipi , ¡cuánto tiempo sin saber de ti! ¿Qué tal? Me da la sensación de que estas más flaco y ojeroso… ¿Te encuentras bien? Chipi se sentía débil y no tenía muchas ganas de ponerse a charlar, pero respondió con cortesía. – Buenas tardes, peluche. La verdad es que estoy pasando una mala situacion. ¿te puedes creer que por más que busco no encuentro ni un gusano que llevarme a la boca? Como no llueva me temo que muchos animales acabaremos yéndonos de estas tierras.
  • 3. La tortuga negó con la cabeza. – No, no, no, ahí no quiero ir. Ese hombre se pasa horas vigilando con una escopeta y si me descubre estoy perdido. Tenga en cuenta que yo camino, como es obvio, a paso de tortuga, y que no tengo alas para salir volando en caso de peligro. Peluche se mostró un poco ofendido. – ¡Por favor, chipi, no te preocupes por eso! ¿Para qué estamos los amigos?… Yo seré como un guardaespaldas para ti. En caso de que aparezca el granjero te avisaré por el caparazón y le llevare por los aires a un sitio seguro. Chipi no acababa de converserce y temía que la cosa acabara mal para él. – No sé, El tipo del que hablamos no se anda con tonterías y a la mínima nos mete un dis- paro a cada uno en el trasero. – ¡Callate, no sea agorero! Venga, hombre, se tú un poco más valiente. Son las mejores semillas de la zona y te van a encantar, te lo aseguro. El pobre chipi tenía tanta hambre que empezó a salivar y se dejó convencer. – ¡Está bien, iré y que la suerte nos acompañe!
  • 4. Peluche puso cara de tristeza al conocer la complicada situación de su querido amigo. – ¡Oh, vaya, cuánto lo siento!… Se me ocurre que, si te apetece, puedes acompañar- me a buscar semillas. – ¿Semillas? – Sé que para una tortuga como tú no son un manjar, pero al menos llenará la tripa con algo de alimento. Peluche tenía toda la razón: las semillas no eran ni de lejos su comida favorita, pero aceptó la oferta y le pareció una oportunidad que no podía rechazar. – ¡Ah, pues muchas gracias, menos es nada! Y díme, ¿a dónde tenemos que ir? El pájaro señaló con el ala hacia el sur. – Detrás de esos árboles hay una granja enorme y el granjero ha plantado un montón de granos. ¡Podremos comer hasta estallar!
  • 5. El pájaro y la tortuga se dirigieron juntos a la enorme granja. Al llegar, cada uno atrave- só la valla a su manera, peluche sobrevolándola y chipi escarbando un pequeño túnel para pasar por debajo de ella. Una vez dentro empezaron a desenterrar semillas y a co- merselas con avidez. – ¿Qué me dices, chipi? ¿Tenía yo razón o no? Con la boca llena y masticando, la tortuga exclamó: – ¡Oh, peluche , estoy disfrutando de lo lindo! ¡Están tan ricas que creo que me voy a hacer vegetariano! De repente, en plena degustación, casi se atragantan al escuchar unos pasos, los gritos de un hombre… ¡y el sonido de tres disparos! Sin pararse a pensar que dejaba a su amigo tirado en la granja , peluche salió volando a la velocidad del rayo y desapareció del mapa en un santiamén. Por el contrario el pobre chipi se quedó quieto como una estatua, observando asustado cómo su supuesto colega defensor se iba sin mirar atras. Tras unos instantes de confusión se percató de que estaba completamente solo e inde- fenso y se puso a temblar. Un minuto después, el rudo granjero apareció ante él con los brazos en cruzados y cara enojada.
  • 6. – ¡jajajá! ¡¿Con que tú eres el animal que me roba las semillas cada día? ¡Pues al saco vas! Esta noche mi mujer y yo cenaremos una riquísima sopa de tortuga macho. Sin decir nada más, agarró a chipi por el cogote y lo metió en una bolsa de tela que lle- vaba colgada en el cinturón. El pobre animal, absolutamente horrorizado, empezó a pa- talear mientras gritaba: – ¡Señor, por favor, no lo haga, no lo haga! El hombre le contestó con retintín. – Perdone , señorito, ¿que no haga qué? – Déjeme libre, por favor. Es la primera vez que entro en su propiedad, se lo prometo. De hecho yo no quería pero un pájaro que dijo ser mi amigo insistió y yo tenía tanta hambre que me convenció – No me sirven las excusitas de última hora ¡Cazado estás y al puchero irás!
  • 7. Ignorando las súplicas del animal el granjero puso rumbo a casa,mientras chipi dentro del saco, empezó a maquinar algo para salvar el pellejo y evitar un final atroz. – Solo dispongo de unos minutos para idear un plan… ¡Ay, creo que no tengo escapato- ria! Estaba a punto de rendirse cuando la bombilla de las ideas que tenía dentro de su cabe- cita se iluminó. Sin perder tiempo, desde el interior del saco, gritó lo más alto que pudo: – ¡Señor, atiéndame un momento, por favor! Usted no lo sabe, pero soy un gran cantan- te. ¿Quiere escuchar mi dulce voz? Al granjero no le interesaba en absoluto oír cantar a una tortuga ladrona, pero no quiso parecer insensible. – ¡De acuerdo, a mí me da igual, canta si quieres! Chipi tenía mucha imaginación e inventó rápidamente una simpática canción que le per- mitió sacar a relucir todo su talento.
  • 8. El granjero, sorprendido, empezó a partirse de risa. – ¡Ja, ja, ja! ¡Ay, qué gracioso eres! No se puede negar que tienes ingenio y cantas estu- pendamente. Chipi había conseguido captar su interés y aprovechó la oportunidad. ¡Era ahora o nunca! – Me encantaría poder cantársela a su esposa también. Si le parece, será mi último deseo. – Por mí no hay problema, pero ya sabes que después te cenaremos. El granjero llegó al hogar, pero no vio a su mujer por ninguna parte. – Por la hora que es debe estar en el río haciendo la lavanderia ¡Iré a enseñarle el botín! Enseguida la encontró, aclarando la ropa sucia en el agua.
  • 9. – ¡Querida, mira lo que traigo para ti! El granjero abrió la bolsa y chipi asomó la carita para respirar un poco de aire fresco. – ¡Oh, qué suerte, una tortuga! En cuanto termine nos iremos a casa y prepararemos un caldo especial. En ese momento, chipi miró al hombre. – Recuerde que me prometió que podría cantar a su esposa. Él le respondió. – Cierto, y yo siempre cumplo lo que prometo. La granjera puso cara de asombro. – ¿He oído bien? ¿Esta tortuga sabe cantar y quiere que yo la escuche? – ¡Es toda una artista, ahora lo verás! Tortuguita, demuéstrale a mi mujer lo que sabes hacer. Chipi trató de ocultar el nerviosismo que le invadía.
  • 10. - Señora, será un placer actuar para usted, pero aquí dentro hace tanto calor que estoy a puntito de desmayarme. Déjenme en el suelo junto a la orilla para que se me pase el sofoco y me pondré a cantar. Después yo mismo regresaré al saco sin rechistar. A ambos les pareció que no había inconveniente porque sabían que un animal tan lento jamás podría escapar. Confiado, el granjero colocó a chipi en la orilla del río. – Oxigénate un poco aquí fuera y canta la dichosa canción de una vez que se está ha- ciendo tarde. La tortuga se mostró agradecida. – Muchas gracias, señores. Esta brisa es maravillosa y ya me encuentro mucho mejor. Seguidamente, carraspeó para afinar la voz y canto
  • 11. A la granjera también le dio un ataque de risa. – ¡Ja, ja, ja!! No sabía que existían tortugas capaces de inventar canciones tan diverti- das. – ¿A que es increíble? ¡Sin duda estamos ante una tortuga extremadamente lista! La mujer, entusiasmada, miró a chipi y le rogó: – ¡Por favor, cántala de nuevo para que mi esposo y yo podamos bailar! Hace tanto que no lo hacemos… – ¡Faltaría más, señora! La tortuga empezó a repetir la canción, que era de lo más pegada, y los esposos se pu- sieron a dar palmas y a danzar juntos. Se lo estaban pasando tan bien que ni se fijaron que, mientras cantaba, chipi iba dando pasitos hacia atrás hasta casi tocar el agua con las patas traseras. Entonó el último verso, se tiró al río de espaldas y se dejó arrastrar por la corriente, utilizando su caparazón como si fuera el casco de un barco. Mientras se alejaba vio cómo el granjero y su mujer dejaban de bailotear y se ponían a hacer aspavientos con los brazos, furiosos por haber sido engañados por una simple tortuga macho.
  • 12. Cuando los perdió de vista, el inteligente chipi salió del agua y, sin dejar de cantar gra- cias a la cual se había salvado de una muerte segura, buscó un lugar confortable donde pasar la noche y vivir feliz para siempre. Al fin la tortuga macho Chipi pudo encontrar su maravillo lugar para vivir.