1. Los primeros registros escritos del hombre se hallan en las cuevas de Lascaux
(Francia), son dibujos rupestres con los cuales se retrataron eventos
cotidianos del hombre primitivo como la caza. Sin embargo, es en
Mesopotamia donde a aparecen los primeros signos gráficos, éstos
representaban objetos concretos y su intención era preservar cuentas
agropecuarias. Esta forma de representación fue evolucionando y los
caracteres utilizados se redujeron de 1500 pictogramas a 600 y significaban
según el contexto en el cual se producían. Pero el hombre necesitaba facilitar
aún más su forma de expresión, pues no resultaba práctico aprender tantos
símbolos a la hora de elaborar una idea de forma escrita, es así como se inicia
una forma de escritura a través de jeroglíficos, tratando de representar cada
fonema o sonido emitido por el hombre; así para representar, por ejemplo, la
palabra caracol, se dibujaba una cara y una col.
2. Por otra parte en Egipto, se introduce el papiro, láminas extraídas de un árbol
que se enrollaban para almacenar los registros escritos. En esta cultura
también se introducen elementos tipográficos importantes tales como:
resaltar los títulos con color rojo y la letra cursiva.
Con el tiempo surge el alfabeto en la
cultura Fenicia, este invento redujo el
número de caracteres y permitió que esta
actividad fuera mucho más fácil, pues a
través de elementos limitados como las
consonantes y vocales, se pueden elaborar
infinitos mensajes; por ello, algunos teóricos opinan, que esta invención
facilitó el acceso al conocimiento.
Aunque la escritura evolucionó a través del tiempo, no deja de ser una
actividad compleja, es por ello que esta labor siempre estuvo encomendada
sólo a personas especializadas. En la antigüedad sólo “los escribas” se
preparaban en escuelas para tal oficio, en la actualidad, únicamente las
personas alfabetizadas pueden acceder a ella. Este conocimiento por tanto,
es sinónimo de privilegio y poder.