1. El amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarlo, se sabe el valor que tiene.
Desciende a las profundidades de ti mismo, y logra ver tu alma buena. La felicidad la hace
solamente uno mismo con la buena conducta.
La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia.
El orgullo engendra al tirano. El orgullo, cuando inútilmente ha llegado a acumular
imprudencias y excesos, remontándose sobre el más alto pináculo, se precipita en un
abismo de males, del que no hay posibilidad de salir.
Yo sólo sé que no sé nada.