Un grupo de hormigas se reía de una hormiguita llamada Mila porque era de color rosa. Mila intentó jugar con ellas de nuevo pero volvieron a reírse. Otra hormiga le dijo que el rosa era un color bonito y la invitó a unirse, haciendo que Mila se sintiera contenta. Las demás hormigas quedaron impresionadas con el color de Mila y la aceptaron como una más del grupo.