2. Rock argentino:
El rock llegó a la Argentina en la década del 50; como reflejo de la explosión musical que se
expandía por el mundo entero. Pero ese furor ágil, rebelde y descontraído, llegaría como una
nueva música de moda. El verdadero rock argentino tardaría todavía una década más en nacer.
El panorama musical de la Argentina estaba gobernado por cantantes románticos.
Por ese entonces el bolero todavía cubría un lugar importante en las pistas de baile y obviamente,
el tango y el folklore eran herencias respetadas de otros tiempos.
La influencia de Elvis Presley, Bill Halley & The Comets y otros despertó en los artistas argentinos
ganas de rockear. Ya en los 60’ y con la incorporación del twist de la mano de Chubby Checker, el
género ganó más adeptos entre cantantes y músicos locales.
Con Los Beatles a la cabeza las escalas comenzaron a alterarse.
En la Argentina, programas televisivos como "Ritmo y Juventud" y "El Club Del Clan" proclamaba la
llegada de la nueva ola musical. Palito Ortega, Jhony Tedesco, Jolly land, Violeta Rivas, Nicky Jones,
Chico Novarro, Lalo Fransen y varios más asumieron la vanguardia juvenil del momento, pero el
cambio no pasaría por ellos.
Un grupo no numeroso de jóvenes rebeldes e inquietantes asumió esa nueva filosofía de vida que
a partir del rock se expandía por todo el mundo. Las pautas eran distintas, opuestas a todo lo
establecido.
Las premisas de los rockeros argentinos se basaban en conceptos éticos y estéticos opuestos a
todo lo conocido.
La idea consistía en tomar el nuevo mensaje musical y cantar en castellano los sentimientos y
vivencias de quienes no estaban de acuerdo con el modelo establecido por la sociedad.
Como reflejo de la Beatlemanía, los pelos largos comenzaron a aparecer y la imagen sufrió
cambios notables.
Pero el gran cambio no pasaba simplemente por el aspecto: en bares, plazas, pensiones y otros
puntos de encuentro, el rock en castellano comenzaba a ser una realidad. Allí estaban Javier
Martínez, Miguel Abuelo, Tanguito, Pajarito Zaguri y otros que, sin ser músicos, también
compartían la flamante filosofía.
Las primeras épocas fueron realmente duras: carentes de medios, perseguidos por la policía,
ignorados por los productores, incomprendidos por la prensa y el resto de los jóvenes, su radio de
acción se vio circunscripto a escasos puntos de reunión.