1. ¡AYUDA!
Después de terminar la asamblea y los trabajitos sobre el proyecto del espacio, tocaba la hora de
salir al recreo. La campana sonaba…¡riiinnnnn, riiiinnnn!
-¡Al recreo! Dijo la seño.
Todos los niños se pusieron en fila cantando la canción: “para salir y para entrar una fila hay que
formar”.
¡Chicos, vamos a jugar!- dijo Cervantina.
A Cervantina le encantaba jugar con cubos y palas con todos sus amiguitos. A Miguelín, le
encantaba subir y bajar por el tobogán pero como era martes sabía que ese día podía jugar en la
placita del patio del cole al balón.
¡Bien, bien!. , gritaba Miguelín.
(EMOCIÓN TRABAJADA: LA ALEGRÍA)
2. ¡Pásame la pelota, por favor!. Decía Miguelín a sus compis.
¡Ya te la he pasado antes!- decía un amiguito suyo.
Entonces, Miguelín se enfadó porque no le pasaban la pelota tantas veces como él quería.
¡No te enfades!- le decían.
¡Tenemos que pasarle la pelota a todos los niños, y a tí ya te la han pasado!- le volvían a decir.
Miguelín entendió que hay que compartir y que es importante que todos jueguen y volvió a
disfrutar del juego.
(EMOCIÓN TRABAJADA: LA RABIA, EL ENFADO)
3. Al ratito, Miguelín tropezó con la pelota y ¡zas!, cayó al suelo.
Otras veces, se había caído y no había pasado nada, se levantaba como un campeón y a seguir
jugando, pero hoy la cosa cambiaba un poquito y es que se dio cuenta que se había hecho un poquito
más de daño.
¡Ay, ay, ay! Lloraba.
¡Me he caído! gritaba Miguelín.
Los niños del Comando Cervantes , que vigilan y ayudan en el patio al que lo necesite, acudieron
hacia donde estaba.
¿Qué te ha pasado, Miguelín?-dijeron
¡Me he hecho daño!- dijo Miguelín.
(EMOCIÓN TRABAJADA: LA TRISTEZA)