La bioética surgió en 1960 en Norteamérica en un contexto de desconfianza hacia la medicina y la industria. Los abusos cometidos en seres humanos en investigaciones médicas a finales del siglo XIX y durante el régimen nazi provocaron crisis éticas que llevaron a la necesidad de una nueva ética médica y de derechos humanos. Esto impulsó la creación de la bioética para regular la experimentación con principios como la autonomía, beneficencia y justicia.