Las instituciones globales como el FMI y el Banco Mundial han fallado en cumplir su promesa de reducir la pobreza y promover el desarrollo económico en todo el mundo. Sus políticas de libre mercado y austeridad han exacerbado la desigualdad y provocado crisis financieras. Se necesitan reformas para que estas organizaciones tengan en cuenta los impactos sociales y ambientales de sus acciones y trabajen para mejorar las vidas de las personas en todo el mundo.