1. Encuentro de Dos Mundos
“ De lo ibérico, no podría prescindirse sin una espantosa mutilación”
Alfonso Reyes.
El 12 de octubre se conmemora la llegada del navegante genovés Cristóbal Colón a tierras
americanas y el inicio del encuentro entre dos culturas.
El 3 de agosto de 1492 Colón zarpó del puerto de Palos con una tripulación total de cien hombres;
el 12 de octubre avistaron tierra en la isla de Guanahaní, que Colón llamó San Salvador y de la que
tomó posesión en forma inmediata, convencido, como estaba, de que había llegado a Oriente.
La trascendencia de este hecho histórico no tiene parangón en la historia y sus implicaciones han
dado cabida a innumerables disertaciones, interpretaciones y polémicas a algunas de las cuales
nos referiremos más adelante. Por lo pronto, baste recordar que, en efecto, en 1492 no sólo se dio
el descubrimiento de un nuevo continente y con él el inicio del conocimiento de todo el planeta,
sino también se dio el encuentro de dos mundos. Cambiaron estructuras políticas, económicas,
sociales y culturales en los dos hemisferios y, en forma arrolladora se dio un trasplante de modelos
del viejo al nuevo mundo, lo que devino en el atropello de las culturas autóctonas. Ciertamente,
también surgió el mestizaje racial y cultural que nos dio origen y que es la base del ser constitutivo
de la mayoría de las naciones americanas.
Volviendo sobre el tema de las interpretaciones históricas recordemos que, entre la muy variada
materia de análisis sobre este suceso los historiadores se han centrado, a veces, en las intenciones
de los protagonistas y postulan que Colón no pudo haber descubierto lo que no buscaba y lo
que nunca reconoció. Otras interpretaciones restan importancia a la hazaña colombina aduciendo
pruebas de navegantes europeos que tocaron tierras de América antes que Colón. En muchos
casos
prevalece la teoría del poblamiento ancestral, gradual y anónimo, previo a la visión eurocentrista
de un descubrimiento. La tesis que invocó el sentido mesiánico y providencial del descubrimiento
según la cual Dios asignó a España la misión de propagar el evangelio y salvar del paganismo
2. demoníaco a una parte de la humanidad fue, durante casi dos siglos, la principal apología del
imperialismo español.
Pero el tema verdaderamente central en cuanto a los significados y consecuencias del
descubrimiento
europeo de América es, sin duda, el que atañe a las implicaciones de toda índole que trastocaron
el propio mundo de los pueblos originarios. Los análisis y reflexiones que historiadores, filósofos
y escritores han dedicado a este último aspecto son un valioso compendio de las interpretaciones
y significados del histórico viaje que hace ya más de cinco centurias modificó la idea que se tenía
del mundo y trastocó su organización. Démosle lectura algunas de ellas.En el libro se dice que
América fue descubierta el 12 de octubre de 1492, con un cañonazo de la nave capitana
comandada por Colón, lo que equivale conferirle al hecho una categoría mágica. Se subraya con la
metáfora del
cañonazo, que al tocar isla aparece el continente. Así surge la idea del descubrimiento de América,
de golpe, como
obra y arte de magia.
Sin embargo, las cosas no fueron de esa manera...fue Américo Vespucio quien conoció que las
nuevas tierras no
podían ser asiáticas.
La tesis llegó al ornamento de los navíos de la Academia de Saint Dié, y el cosmógrafo alemán
Waldesmüeller
grabó un mapamundi con base en la información de Vespucio y publicó un pequeño folleto
llamado “Introducción
a la cosmografía”. En dicho folleto se reconoce la tradicional división tripartita de Europa, Africa y
Asia, pero
también se reconoce la existencia de una cuarta parte; una tierra no contigua a las otras tres, para
mantenerle se le
dio el nombre de América. Esto sucede en 1507. En su folleto tenemos, pues el acta de nacimiento
de América...
Hubo un proceso que culmina con la seguridad en la existencia de otra parte del mundo. A ese
proceso he llamado
3. “La invención de América”.
Edmundo O’Gorman
La coincidencia de hombres de orígenes muy distintos que chocan y se enfrentan en el continente
americano
marca el inicio de lo que, desde la perspectiva indígena, fue invasión y, desde la española,
conquista.
Una secuencia de interacciones se produjo luego, en amplísima gama de encuentros: violentos y
de sojuzgamiento,
imposición y muerte; y también de mestizaje biológico y cultural. En el caso de pueblos como el
mexicano y otros
de América Latina, un nuevo ser se fue forjando a partir de tales confrontaciones y acercamientos,
mestizaje de
sangre y surgir de nuevas formas de cultura afincadas en las culturas indígenas y también
hispánica. Marginadas
quedaron a la vez las comunidades indígenas sobrevivientes.
La expresión “Dos Mundos” se entiende referida a dos hemisferios terrestres. Los invasores venían
de Europa
que, con Africa y Asia, integraba lo que pronto iba a llamarse “Viejo Mundo”. En contraste, se tuvo
luego como
“Nuevo Mundo” al gran continente donde estaban las tierras nombradas Tahuantisuyo (Cuatro
rumbos del Mundo)
por los incas y Cemanáhuac (Cuanto rodea el agua) por los antiguos mexicanos...
La perspectiva del encuentro se ha abierto camino, sin embargo, a pesar de variadas polémicas,
entre ellas la
promovida con gran ruido por quien la rechazó al sostener que no pudo haber ni descubrimiento
ni encuentro
entre dos mundos debido a que América sólo adquirió su ser cuando fue inventada como tal por
los europeos.
Seguramente Hegel, que declaró a América fuera de la historia universal, aplaudiría desde su
tumba el tardío eco
de ese anacrónico eurocentrista..
4. Miguel León Portilla
Cómo no va a creer un descendiente de los imperios europeos que el hecho hoy conmemorado
fue benéfico a sus
antepasados y a él mismo, y recordarlo con algo de nostalgia por pasadas presuntas grandezas?
Consecuentemente
consigo mismo partirá de la base que las culturas indígenas no eran más que unas acumulaciones
de salvajes a las
que la cultura universal dotó de lengua y religión. Cerrará los oídos a cualquier prédica que trate
de convencerlo
de que los indios tenían sus propias religiones y lenguas y que éstas se atesoraban al igual que en
otros mundos
en el prodigio de los libros...
Roberto Moreno de los Arcos
Para la cabal interpretación de ese panorama social que tan distante y enigmático resulta a
muchos europeos, qué
útil sería que algunos de los comentaristas que desde su respetable confort juzgan con
intolerancia revoluciones
y hambres ajenas saltaran un día sobre la imponente valla de las agencias internacionales y se
internaran en la tremenda realidad del continente mestizo, hasta compenetrarse con sus penurias,
sus urgencias, sus posibilidades
efectivas, sus rencores ancestrales, sus frustraciones en cadena, sus heridas no cicatrizadas, sus
descreimientos,
su desesperanza, y, en definitiva su capacidad de insurrección...
Por lo general, el juicio sobre la América del subdesarrollo tiene en cuenta las dictaduras militares,
la represión
desenfrenada, el envilecimiento de la tortura, la institución de los desaparecidos, el genocidio.
Pero en la América
nuestra hay también una disponibilidad de inteligencia, de tesón, de trabajo, de solidaridad, de
imaginación, que
todavía está por descubrirse, al menos desde Europa.
En Estados Unidos sí la conocen, pero el inconveniente es que no les gusta....
5. Mario Benedetti.
Llamar descubrimiento a lo que estaba no sólo descubierto sino habitado y contaba con una
cultura anterior
a la Era Cristiana es simple y llanamente prepotencia europea. Para el piel roja, el azteca, el
purépecha, el
inca, el gigantón de la Patagonia no hubo sino el encuentro con inventos desconocidos como la
pólvora y la
rueda, el caballo que convertiría al conquistador en centauro, un sistema diferente de escritura y
una ambición
de proporciones nunca vistas, un Dios distinto aunque semejante al imaginado (Quetzalcóatl), y
una guerra
perdida.
Elena Poniatowska
Cuando pienso en el descubrimiento de las Américas, una vez enviadas a la bodega de la utilería
las carabelas con
la cruz izada a los cuatro vientos, los caballos enjaezados, las armaduras centellantes o inmundas,
las espingardas,
los trabucos, las escopetas por un lado y por el otro, los penachos abigarrados y los taparrabos, las
plumas de
colibrí y de quetzal, los tambores y los cuchillos de obsidiana, la ablación de corazones y los muros
hechos con
calaveras, lo primero que me viene a la mente es el roce de dos miradas. No pienso en el hiato
entre los españoles
del fin de la Edad Media, con frecuencia incultos y con taras diversas –pero también, un puñado de
caracteres bien
templados, almas feroces, bravos, de una pieza- , y los indios molidos por los rituales, que jamás
habían conocido
otra raza ni otro continente. No repaso en cámara lenta la película de los primerísimos encuentros
con los caribes
de las Antillas, que pronto caerían en la catástrofe o bien, el arribaje a tierra firme, en las costas
afiebradas de
6. Veracruz. La imaginación no queda satisfecha con las convergencias entre el altiplano mexicano y
la meseta
española, ni con sus diferencias irreductibles: la extrema dilatación, la prolijidad del espacio
americano, la estufa
húmeda de la Costa del Golfo comparada con el tufo de Extremadura, la selva lujuriosa con el
paisaje austero y
calcinado del sur de la península. No, la imaginación ve dos miradas: ojos que se asombran, se
espían, se tasan,
se fijan, se bajan, se elevan. El peso de dos mundos sostenido por un hilo invisible...
Jean Claude Masson
Mercedes Certucha
IIH UAT
Bibliografía.
Jaime Alvar Ezquerra (coord.) Diccionario de la historia de España, Madrid, Ediciones Istmo, 2003.
En torno al V Centenario del 12 de octubre de 1492, México, Instituto Matías Romero de Estudios
Diplomáticos. Secretaría d Relaciones Exteriores, 1992.
Nuestra América frente al V Centenario. Emancipación e identidad de América Latina (1492-1992).
Introducción Heinz Dietrich, México, Joaquín Mortiz-Planeta, 1989.
Enrique Plasencia de la Parra, La Invención del quinto centenario. Antología. México, INAH,
1492: ENCUENTRO DE DOS MUNDOS
Postedon 12 octubre, 2008 | 31 comentarios
Venciendo prejuicios e intereses, temores e ignorancias, el hábil y
ambicioso marino genovés Cristóbal Colón arribó a América por la
Isla Guanahaní, imponiendo su primera determinación colonialista al
renombrarla San Salvador.
Este primer encuentro de dos mundos constituye un acontecimiento
de profundas consecuencias, pues anterior a él, no se conocía que
hubiera entre Europa y Asia y del lado opuesto del Océano Atlántico,
7. esta enorme masa de tierra, una de las cinco partes del mundo, y vasta extensión de 42 millones de
kilómetros cuadrados.
Que Américo Vespucio, a quien se debe el nombre de nuestro continente, solo exploró lo que otros
habían descubierto, y que Cristóbal Colón no es el descubridor de América, son algunas de las
conclusiones obtenidas por los historiadores que, sin embargo, no logran derribar el relato oficial que
aprendimos en la escuela…
Descubrimiento de América: La historia cuestionada
Por Rosario Mena
Un 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón llegó a una de las islas Bahamas (aún no se sabe cuál) que él
creyó cercana al Japón. Desde el comienzo de la expedición su intención fue llegar al extremo oriental
de Asia abriendo una nueva ruta para el comercio desde Europa y, hasta el día de su muerte, estuvo
convencido de haber desembarcado en el continente asiático. Sin embargo, el avance de los
conocimientos geográficos, junto a una serie de circunstancias históricas e interpretaciones más o menos
interesadas, condujeron a la atribución a Colón del Descubrimiento de América, adjudicándole, además,
la intención de encontrar este nuevo continente.
Fabricando al descubridor
La idea, inicialmente, se habría gestado en un mito: la “leyenda del piloto anónimo”, del cual da cuenta
en sus testimonios el padre Bartolomé de las Casas. Este señala que el motivo que determinó a Colón
para hacer la travesía, fue el deseo de mostrar la existencia de unas tierras desconocidas de las que tenía
noticia por el aviso que le dio un piloto cuya nave había sido arrojada a sus playas por una tempestad. En
este mito se concibe, por primera vez, el viaje de 1942 como una “empresa de descubrimiento” y su
función es ocultar el “objetivo asiático” de la travesía, según explica O’Gorman.
Resuelto este asunto, aún queda por justificar por qué él, y no el llamado piloto anónimo, pasa a la
historia como “el descubridor”. Es su hijo, el bibliófilo y humanista don Fernando Colón , quien, en la
biografía de su padre “Vida del almirante” se encarga de negar la existencia del misterioso piloto y
establecer que nadie antes que Colón supo de las tierras que éste halló en 1492 y que es falso que alguien
le haya dado noticias de ellas. El viaje de su padre, sería, en su versión, motivado por su propia hipótesis
de que podía existir este continente, inferencia a la que habría llegado gracias a su gran talento, erudición
y conocimientos científicos.
8. Ante el hecho de que el continente haya recibido el nombre de “Indias”, el hijo argumenta que esto no se
debió a que su padre creyera que habia llegado a Asia, sino a una estrategia para convencer a los reyes
de España de patrocinar su empresa.
Los que llegaron antes
Pero esto no es todo. Aún desacreditada la leyenda del “piloto anónimo” se han encontrado pruebas de
expediciones normandas que habrían llegado a América en el siglo XI y de chinos que se adelantaron a
Colón al menos 70 años. Según escribe O’Gorman, “desde un punto de vista cronológico, es forzoso
concluir que los normandos fueron los descubridores de América y que el viaje de 1492 no fue sino un
re-descubrimiento. Lo que hace que la empresa colombina sea el acto significativo que se conoce como
el descubrimiento de América, es que en esa empresa se realizó uno de esos avances de los
conocimientos científicos en que estriba la esencia misma de la marcha del hombre hacia su destino
histórico”. En efecto, tras el viaje de Colón se dio a conocer, al mundo y a los estudiosos, una porción
desconocida del globo terrestre.
En el nombre de Américo
Maravillado por los relatos de Colón sobre las “Indias” recién descubiertas, Américo Vespucio embarcó
en 1499 en una expedición que pretendía seguir la ruta del tercer viaje de Colón. Vespucio,
aparentemente abandonó al grupo cuando este tocaba las costas de Guyana y enfiló hacia el sur, siempre
pensando que lo que estaba recorriendo no era más que el extremo oeste de Asia.
Sin embargo, lo trascendental de este viaje es que reportó importantes descubrimientos y el
convencimiento de la unidad continental.
Fue en 1507, cuando el “Nuevo Mundo” empezó a ser conocido como América por iniciativa del
humanista alemán Martin Waldseemüller, quien, tras la muerte de Colón, además de reescribir las cartas
de Vespucio, les añadió un planisferio que incluía los países descubiertos, completamente separados de
Asia. Según él, el continente del Sur, debía llamarse América, en honor a Vespucio, a quien atribuye su
descubrimiento.
Numerosas contradicciones encontradas en los textos de Vespucio generaron más tarde, por parte de los
historiadores españoles y portugueses, la acusación de que se había limitado a usurpar los méritos de
otros navegantes y que sólo exploró lo que otros habían descubierto. Años más tarde, Waldseemüller se
dio cuenta de su error y trató de subsanarlo, pero el nombre de América gozaba ya de aceptación
general. Inicialmente, esta denominación correspondía sólo a América del Sur. La central y la del norte
se añadieron tiempo después.
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31 RESPUESTAS A 1492: ENCUENTRO DE DOS MUNDOS
1. alejo9719 | 11 febrero, 2009 en 7:52 pm | Responder
En conclusión Colón no descubrió América
o palomitha | 5 octubre, 2011 en 12:39 am | Responder
noesso es sobre las ideas de los españoles y los mexicanos por eso son dos mundos de ideas
o Susy | 10 julio, 2012 en 5:31 pm | Responder
creo que los mas interesados son los niños por su tarea, pero nos sirve a todos para incrementar algo
mas en nuestros conocimientos generales de historia y cultura
2. sabrinu | 4 agosto, 2009 en 3:19 pm | Responder
ssssssssssssssfdsssss
3. palomitha | 5 octubre, 2011 en 12:38 am | Responder