1. LOS ESPECIALES ROBOTS
Hace poco tiempo y no fue ayer, una señora con su hijo de unos 11 años,
fueron a la ciudad más cercana de donde vivían.
Fueron al dentista, y resulta que había cambiado todo porque llamaron al
portero automático del dentista y les pidió todos sus datos, el niño estaba
flipando, porque le abrieron la puerta y el robot Señorita Recepción le mandó a
la sala de espera robot.
Allí había: un robot con cara de televisión y un robot que le pedías una revista o
un periódico y en un momento te lo daba y cuando acababas de leer, la metías
otra vez por la boca, la trituraba y hacía otras nuevas.
Una vez acabada la revista, la Señorita recepción te mandaba a la sala de
operaciones.
El doctor era súper guay, aunque fuese un robot porque se ponía una peluca
hecha de cables y cada vez que se movía salían lucecitas de las puntas.
Cada uno de sus dedos eran una herramienta para el cuidado de los dientes.
Cogía el material necesario y ¡¡¡punn!!! en un momento hecho.
Enchufado le dijo que tendría que volver dentro de un mes.
El niño se lo dijo a la Señorita Recepción y le dio cita para el siguiente mes.
Al día siguiente fue al colegio y les contó a todos sus compañeros que en el
dentista le habían atendido unos robots.
2. Como a todos los niños de su clase les gustaban los robots querían ir todos a
ese dentista, y al día siguiente, un niño, al siguente otro y así hasta que fueron
todos los niños.
La profesora se pensaba que no eran muy buenos pero aun así fue,y se quedó
allí a vivir, hasta que los niños la echaban de menos entonces fueron a
buscarla, y la contaron que se habían portado muy bien.
El lunes siguiente tenían todos los dientes superbien.
Y todos contentos así acabó el cuento.