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Amar si n comdicion ……….Una historia que fue contada por un soldado que pudo
regresar a casa después de haber peleado en la guerra de Vietnam:
Un soldado le habló a sus padres desde San Francisco.
- "Mamá, Papá. Voy de regreso a casa, pero les tengo que pedir un favor:
Traigo a un amigo que me gustaría que se quedara con nosotros."
- "Claro," le contestaron, "Nos encantaría conocerlo."
- "Hay algo que deben de saber", - el hijo siguió diciendo, "él fue herido en la guerra. Piso en
una mina de tierra y perdió un brazo y una pierna. Él no tiene a donde ir, y quiero que se venga
a vivir con nosotros a casa."
- "Siento mucho el escuchar eso hijo. A lo mejor podemos encontrar un lugar en dónde él se
pueda quedar."
- "No, Mamá y Papá, yo quiero que él viva con nosotros."
- "Hijo," le dijo el padre, "tú no sabes lo que estás pidiendo. Alguien que esté tan limitado
físicamente puede ser un gran peso para nosotros.
Nosotros tenemos nuestras propias vidas que vivir, y no podemos dejar que algo como ésto
interfiera con nuestras vidas. Yo pienso que tú deberías de regresar a casa y olvidarte de esta
persona. Él encontrará una manera en la que pueda vivir él solo."
En ese momento el hijo colgó la bocina del teléfono. Los padres ya no volvieron a escuchar de
él. Unos cuantos días después, los padres recibieron una llamada telefónica de la policía de
San Francisco. Su hijo había muerto después de haber caído de un edificio, fue lo que les
dijeron. La policía creía que fue un suicidio.
Los padres destrozados por la noticia volaron a San Francisco y fueron llevados a la morgue de
la ciudad para identificar a su hijo. Ellos lo reconocieron, para su horror descubrieron algo que
no sabían, su hijo tan solo tenía un brazo y una pierna.

Amar la vida

Un profesor fue invitado a dar una conferencia en una base militar, y en el aeropuerto lo recibió
un soldado llamado Ralph.
Mientras se encaminaban a recoger el equipaje, Ralph se separó del visitante en tres
ocasiones: primero para ayudar a una anciana con su maleta; luego para cargar a dos
pequeños a fin de que pudieran ver a Santa Claus, y después para orientar a una persona.
Cada vez regresaba con una sonrisa en el rostro.
"¿Dónde aprendió a comportarse así?", le preguntó el profesor. "En la guerra", contestó Ralph.
Entonces le contó su experiencia en Vietnam. Allá su misión había sido limpiar campos
minados. Durante ese tiempo había visto cómo varios amigos suyos, uno tras otro, encontraban
una muerte prematura.
"Me acostumbré a vivir paso a paso" -explicó. "Nunca sabía si el siguiente iba a ser el último;
por eso tenía que sacar el mayor provecho posible del momento que transcurría entre alzar un
pie y volver a apoyarlo en el suelo.
Me parecía que cada paso era toda una vida".
Nadie puede saber lo que habrá de suceder mañana. Qué triste sería el mundo si lo
supiéramos. Toda la emoción de vivir se perdería, nuestra vida sería como una película que ya
vimos.
Ninguna sorpresa, ninguna emoción. Pienso que lo que se requiere es ver la vida como lo que
es: una gran aventura.
Al final, no importará quién ha acumulado más riqueza ni quién ha llegado más lejos. Lo único
que importará es quién lo disfrutó más.
Ama más quien más ha servido, porque aprecia su vida y la de los demás.

Aprende a penasar……
Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio
Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:
Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner
un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de
física, pese a que este afirmaba con rotundidad que su respuesta era
absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje
de alguien imparcial y fui elegido yo.
Leí la pregunta del examen y decía: Demuestre como es posible determinar la
altura de un edificio con la ayuda de un barómetro.
El estudiante había respondido: lleva el barómetro a la azotea del edificio
y átale una cuerda muy larga. Descuélgalo hasta la base del edificio, marca
y mide. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio.
Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución
del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y
completamente.
Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el
promedio de su ano de estudios, obtener una nota mas alta y así certificar
su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante
tuviera ese nivel.
Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos
para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia
de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.
Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le
pregunte si deseaba marcharse, pero me contesto que tenia muchas respuestas
al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excuse por
interrumpirle y le rogué que continuara.
En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: coge el
barómetro y lánzalo al suelo desde la azotea del edificio, calcula el tiempo
de caída con un cronometro. Después se aplica la formula altura = 0,5 por A
por T2. Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunte a
mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota mas alta.
Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me
contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas
maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura
del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la
longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción,
obtendremos también la altura del edificio.
Perfecto, le dije, ??y de otra manera? Si, contesto, este es un
procedimiento muy básico: para medir un edificio, pero también sirve. En
este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en
la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del
barómetro y cuentas el numero de marcas hasta la azotea. Multiplicas al
final la altura del barómetro por el numero de marcas que has hecho y ya
tienes la altura. Este es un método muy directo.
Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas sofisticado, puede
atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si
calculamos que cuando el barómetro esta a la altura de la azotea la gravedad
es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al
descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular
del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla
formula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del
edificio.
En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo
descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes
calcular la altura midiendo su periodo de precesión. En fin, concluyo,
existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea coger el barómetro
y golpear con el la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle:
señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura
de este edificio, se lo regalo. En este momento de la conversación, le si no conocía la
respuesta convencional al problema (la diferencia
de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos
proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares) evidentemente, dijo
que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían
intentado enseñarle a pensar.
El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en
1922, mas conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con
protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente
un innovador de la teoría cuántica. Al margen del personaje, lo divertido y
curioso de la anécdota, lo esencial de esta historia es que LE HABÍAN
ENSEÑADO A PENSAR.

Aprende de las aguilas….
Entre las aves, el águila es la que vive mas tiempo, cerca de 70 años.
Pero para alcanzar esta edad, ella debe tomar una difícil decisión; nacer de nuevo.
A los 40 años sus uñas se encogen y se ablandan, dificultándole agarrar las presas de las
cuales se alimenta. El pico alargado y puntiagudo, se encorva. Las alas envejecidas y pesadas,
se le doblan sobre el pecho, impidiéndole emprender vuelos ágiles y veloces.
Le quedan al águila dos alternativas:
Morir o pasar por una dura prueba a lo largo de 150 días. esta prueba consiste en volar a la
cumbre de una montaña y buscar abrigo en un nicho cavado en la peña. Alli golpea el pico viejo
contra la peña hasta quebrarlo. Y espera hasta que le crezca el nuevo y pueda con el
arrancarse las uñas. Cuando despuntan las uñas nuevas, el águila extirpa las plumas viejas y
despues de cinco meses, crecidas las plumas nuevas, arranca a volar de nuevo, decidida a
vivir otros 30 años.
A lo largo de la existencia, la posibilidad de sobrevivir depende muchas veces de imitar el
ejemplo del águila. El que se entrega, abatido, al peso del sufrimiento y de las dificultades,
tiende a abreviar sus dias.
Buena voluntad..
Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino.
Se escondió y miró para ver si alguien quitaba la tremenda piedra. Algunos pasaron
simplemente dando una vuelta. Muchos culparon al rey por no mantener los caminos
despejados, pero ninguno hizo nada para sacar la piedra del camino.
Un campesino, que pasaba por allí con una carga de verduras, la vio. Al aproximarse a ella,
puso su carga en el piso y trato de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y
fatigarse mucho, con gran esfuerzo, lo logró.
Mientras recogía su carga de vegetales, vio una bolsa en el suelo, justo donde había estado la
roca.
La bolsa contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey diciendo que el oro era la
recompensa para la persona que removiera la piedra del camino.
El campesino aprendió ese día que cada obstáculo puede estar disfrazando una oportunidad.

Como crecer..
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se
estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo
halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer
como la Rosa.
La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una
planta, una Fresia, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó:
- ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
- No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías
fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En
aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda".
Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mirate a vos
mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Podes disfrutarlo y florecer regado
con tu propio amor por ti, o puedes marchitarte en tu propia condena...
Un cuento de Jorge Bucay
Enviado por Izaskun Zurbitu Aldama

Cuento de navidad..
Era la noche de Navidad. Un ángel se apareció a una familia rica y le dijo a la dueña de la casa:
_ Te traigo una buena noticia: esta noche el Señor Jesús vendrá a visitar tu casa.
La señora quedó entusiasmada: Nunca había creído posible que en su casa sucediese este
milagro. Trató de preparar una cena excelente para recibir a Jesús. Encargó pollos, conservas
y vino importados.
De repente sonó el timbre. Era una mujer mal vestida, de rostro sufrido, con el vientre hinchado
por un embarazo muy adelantado.
_ Señora, ¿no tendría algún trabajo para darme?
Estoy embarazada y tengo mucha necesidad del trabajo.
_¿Pero esta es hora de molestar? Vuelva otro día, respondió la dueña de la casa. Ahora estoy
ocupada con la cena para una importante visita.
Poco después, un hombre, sucio de grasa, llamó a la puerta.
_Señora, mi camión se ha arruinado aquí en la esquina. ¿Por casualidad no tendría usted una
caja de herramientas que me pueda presta?
La señora, ocupada como estaba limpiando los vasos de cristal y los platos de porcelana, se
irritó mucho:
_¿Usted piensa que mi casa es un taller mecánico? ¿Dónde se ha visto importunar a la gente
así?. Por favor, no ensucie mi entrada con esos pies inmundos.
La anfitriona siguió preparando la cena: abrió latas de caviar, puso champaña en el
refrigerador, escogió de la bodega los mejores vinos, preparó unos coctelitos.
Mientras tanto alguien afuera batió las palmas. Será que ahora llega Jesús, pensó ella
emocionada y con el corazón acelerado fue a abrir la puerta. Pero no era Jesús. Era un niño
harapiento de la calle.
_Señora, deme un plato de comida.
_¿Cómo te voy a dar comida si todavía no hemos cenado?
Vuelve mañana, porque esta noche estoy muy atareada.
Al final, la cena estaba ya lista. Toda la familia emocionada esperaba la ilustre visita. Sin
embargo, pasaban las horas y Jesús no parecía. Cansados de esperar empezaron a tomar los
coctelitos, que al poco tiempo comenzaron a hacer efecto en los estómagos vacíos y el sueño
hizo olvidar los pollos y los platos preparados.
A la mañana siguiente, al despertar, la señora se encontró , con gran espanto frente a un ángel.
_¿Un ángel puede mentir? Gritó ella. Lo preparé todo con esmero, aguardé toda la noche y
Jesús no apareció. ¿Por qué me hizo esta broma?
_No fui yo quien mentí, fue usted la que no tuvo ojos para ver, dijo ángel. Jesús estuvo aquí
tres veces, en la persona de la mujer embarazada, en la persona del camionero y en el niño
hambriento. Pero usted no fue capaz de reconocerlo y de acogerlo.

Donde esta la felicidad
En cierta ocasión se reunieron todos los dioses y
decidieron crear al hombre y a la mujer; planearon
hacerlo a su imagen y semejanza, entonces uno de ellos
dijo:
"Esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y
semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro,
fuerza e inteligencia igual a la nuestra. Debemos
pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no
ser así, estaríamos creando nuevos dioses. Debemos
quitarles algo, pero, ¿Qué les quitamos?"
Después de mucho pensar uno de ellos dijo: "
Ah!! ya sé!. Vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde esconderla para
que no la encuentren jamas".
Propuso el primero: "Vamos a esconderla en la cima del
monte mas alto del mundo"; a lo que inmediatamente
respondió otro: "no, recuerda que les dimos fuerza, alguna
vez alguien subirá, y la encontrará; y si la encuentra
uno, ya todos sabrán dónde está".
Otro dijo: "Escondámosla en un planeta lejano a la
Tierra". Y le dijeron: "No, recuerda que les dimos
inteligencia, y un día alguien construirá una nave en
la que pueda viajar a otros planetas y la descubrirán,
y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a
Nosotros ".
El último de ellos, era un Dios que había permanecido
en silencio escuchando atentamente cada una de las
propuestas de los demás dioses, analizó en silencio
cada una de ellas y entonces rompió el silencio y dijo:
"Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la
encuentren"; todos voltearon asombrados y preguntaron
al unísono: "¿Dónde? ".
"La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan
ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán".
Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido
así, el hombre se pasa la vida buscando la felicidad
sin saber que la trae consigo...

No te des convencido
Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente
acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona
muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un "chivo
expiatorio", para encubrir al culpable.
El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas esperanzas de
escapar al terrible veredicto: ¡La horca! El juez, también comprado, cuidó no obstante, de dar
todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: "Conociendo tu fama de hombre
justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de él tu destino: Vamos a escribir en dos
papeles separados las palabras 'culpable' e 'inocente'. Tú escogerás y será la mano de Dios
la que decida tu destino". Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con
la misma leyenda: 'CULPABLE'. Y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba
cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.
El juez ordenó al hombre tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente,
quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala
comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los
papeles y llevándolo a su boca, lo engulló rápidamente.
Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon... "pero, ¿qué hizo...?, ¿y ahora...?,
¿cómo vamos a saber el veredicto...?" "Es muy sencillo, respondió el hombre... es cuestión
de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué". Con un gran coraje
disimulado, tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo...
Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida, ni de
luchar hasta el último momento. Muchas veces creemos que los problemas no tienen
solución y nos resignamos a perder y no luchar, olvidando aquellas palabras de: "Lo que es
imposible para el ser humano, es posible para Dios".

Sopa de piedra
correctamente vestido que le pedía algo de comer.
Lo siento -dijo ella-, pero ahora mismo no tengo nada en casa.
No se preocupe, dijo amablemente el extraño, tengo una piedra de sopa en mi cartera. Si
usted me permitiera echarla en una olla de agua hirviendo yo haría la más exquisita sopa del
mundo. Consiga una olla muy grande por favor.
A la mujer le picó la curiosidad, puso la olla al fuego y fue a contar el secreto de la piedra a
sus vecinas. Cuando el agua rompió a hervir, todo el vecindario se había reunido allí para ver
a aquel extraño y su piedra de sopa.
El extraño dejó caer la piedra en el agua, luego probó una cuchara con verdadera
delectación y exclamó: ¡Deliciosa! Lo único que necesita es unas cuantas papas.
- ¡¡Yo tengo unas papas en mi cocina!!, gritó una mujer.
Y en pocos minutos estaba de regreso con una gran fuente de papas peladas que fueron
derecho a la sopa. El extraño volvió a probar el brebaje:
¡Excelente! dijo y añadió pensativamente:
- Si tuviéramos un poco de carne, haríamos un cocido más apetitoso.
Otra ama de casa salió zumbando y regreso con un pedazo de carne que el extraño tras
aceptarlo cortesmente introdujo en el puchero.
Cuando volvió a probar el caldo, puso los ojos en blanco y dijo:
- ¡Ah , qué sabroso! Si tuviéramos unas cuantas verduras, sería perfecto, absolutamente
perfecto...
Una de las vecinas fue corriendo hasta su casa y volvió con una cesta llena de cebollas y
zanahorias; después de introducir las verduras en el puchero, el extraño probó nuevamente
la sopa y con tono autoritario dijo: - la sal.
Aquí la tiene, le dijo la dueña de casa. A continuación dio otra orden: ¡¡Platos para todo el
mundo!!.
La gente se apresuró a ir a sus casas en busca de platos.
Algunos regresaron trayendo incluso pan y frutas.
Luego se sentaron todos a disfrutar de la expléndida comida, mientras el extraño repartía
abundantes raciones de su increible sopa.
Todos se sentían extrañamente felices mientras reían, charlaban y compartían por primera
vez su comida. En medio del alborozo, el extraño se escabulló silenciosamente, dejando tras
de si la milagrosa piedra de sopa, que ellos podrían usar siempre que quisieran hacer la más
deliciosa sopa del mundo...

Vencido por el miedo

En una tierra en guerra, había un rey que causaba espanto. Siempre que hacía prisioneros, no
los mataba, los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado y una inmensa
puerta de hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de
sangre. En esta sala el rey les hacía formar un círculo y les decía entonces... "Ustedes pueden
elegir entre morir atravesados por las flechas de mis arqueros o pasar por esa puerta
misteriosa".
Todos elegían ser muertos por los arqueros. Al terminar la guerra, un soldado que por mucho
tiempo sirvió al rey se dirigió al soberano y le dijo:
—"Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?"
Y le responde el rey:
—"Dime soldado".
—"¿Qué había detrás de la horrorosa puerta?".
—"Ve y mira tú mismo", respondió el rey.
El soldado entonces, abrió temerosamente la puerta y, a medida que lo hacía, rayos de sol
entraron y aclararon el ambiente... y, finalmente, descubrió sorprendido que la puerta se abrió
sobre un camino que conducía a la libertad.
El soldado admirado sólo miro a su rey que le decía:
—"Yo daba a ellos la elección, pero preferían morir que ariesgasrse a abrir esta puerta".
¿Cuántas puertas dejamos de abrir por el miedo de arriesgarnos?.
¿Cuántas veces perdemos la libertad y morimos por dentro, solamente por sentir miedo de
abrir la puerta de nuestros sueños?

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  • 1. Amar si n comdicion ……….Una historia que fue contada por un soldado que pudo regresar a casa después de haber peleado en la guerra de Vietnam: Un soldado le habló a sus padres desde San Francisco. - "Mamá, Papá. Voy de regreso a casa, pero les tengo que pedir un favor: Traigo a un amigo que me gustaría que se quedara con nosotros." - "Claro," le contestaron, "Nos encantaría conocerlo." - "Hay algo que deben de saber", - el hijo siguió diciendo, "él fue herido en la guerra. Piso en una mina de tierra y perdió un brazo y una pierna. Él no tiene a donde ir, y quiero que se venga a vivir con nosotros a casa." - "Siento mucho el escuchar eso hijo. A lo mejor podemos encontrar un lugar en dónde él se pueda quedar." - "No, Mamá y Papá, yo quiero que él viva con nosotros." - "Hijo," le dijo el padre, "tú no sabes lo que estás pidiendo. Alguien que esté tan limitado físicamente puede ser un gran peso para nosotros. Nosotros tenemos nuestras propias vidas que vivir, y no podemos dejar que algo como ésto interfiera con nuestras vidas. Yo pienso que tú deberías de regresar a casa y olvidarte de esta persona. Él encontrará una manera en la que pueda vivir él solo." En ese momento el hijo colgó la bocina del teléfono. Los padres ya no volvieron a escuchar de él. Unos cuantos días después, los padres recibieron una llamada telefónica de la policía de San Francisco. Su hijo había muerto después de haber caído de un edificio, fue lo que les dijeron. La policía creía que fue un suicidio. Los padres destrozados por la noticia volaron a San Francisco y fueron llevados a la morgue de la ciudad para identificar a su hijo. Ellos lo reconocieron, para su horror descubrieron algo que no sabían, su hijo tan solo tenía un brazo y una pierna. Amar la vida Un profesor fue invitado a dar una conferencia en una base militar, y en el aeropuerto lo recibió un soldado llamado Ralph. Mientras se encaminaban a recoger el equipaje, Ralph se separó del visitante en tres ocasiones: primero para ayudar a una anciana con su maleta; luego para cargar a dos pequeños a fin de que pudieran ver a Santa Claus, y después para orientar a una persona. Cada vez regresaba con una sonrisa en el rostro. "¿Dónde aprendió a comportarse así?", le preguntó el profesor. "En la guerra", contestó Ralph. Entonces le contó su experiencia en Vietnam. Allá su misión había sido limpiar campos minados. Durante ese tiempo había visto cómo varios amigos suyos, uno tras otro, encontraban una muerte prematura. "Me acostumbré a vivir paso a paso" -explicó. "Nunca sabía si el siguiente iba a ser el último; por eso tenía que sacar el mayor provecho posible del momento que transcurría entre alzar un pie y volver a apoyarlo en el suelo. Me parecía que cada paso era toda una vida".
  • 2. Nadie puede saber lo que habrá de suceder mañana. Qué triste sería el mundo si lo supiéramos. Toda la emoción de vivir se perdería, nuestra vida sería como una película que ya vimos. Ninguna sorpresa, ninguna emoción. Pienso que lo que se requiere es ver la vida como lo que es: una gran aventura. Al final, no importará quién ha acumulado más riqueza ni quién ha llegado más lejos. Lo único que importará es quién lo disfrutó más. Ama más quien más ha servido, porque aprecia su vida y la de los demás. Aprende a penasar…… Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota: Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que este afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo. Leí la pregunta del examen y decía: Demuestre como es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro. El estudiante había respondido: lleva el barómetro a la azotea del edificio y átale una cuerda muy larga. Descuélgalo hasta la base del edificio, marca y mide. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio. Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su ano de estudios, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel. Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física. Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunte si deseaba marcharse, pero me contesto que tenia muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excuse por interrumpirle y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: coge el barómetro y lánzalo al suelo desde la azotea del edificio, calcula el tiempo de caída con un cronometro. Después se aplica la formula altura = 0,5 por A por T2. Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunte a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota mas alta. Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción,
  • 3. obtendremos también la altura del edificio. Perfecto, le dije, ??y de otra manera? Si, contesto, este es un procedimiento muy básico: para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el numero de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el numero de marcas que has hecho y ya tienes la altura. Este es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro esta a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla formula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio. En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de precesión. En fin, concluyo, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con el la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo. En este momento de la conversación, le si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares) evidentemente, dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar. El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, mas conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica. Al margen del personaje, lo divertido y curioso de la anécdota, lo esencial de esta historia es que LE HABÍAN ENSEÑADO A PENSAR. Aprende de las aguilas…. Entre las aves, el águila es la que vive mas tiempo, cerca de 70 años. Pero para alcanzar esta edad, ella debe tomar una difícil decisión; nacer de nuevo. A los 40 años sus uñas se encogen y se ablandan, dificultándole agarrar las presas de las cuales se alimenta. El pico alargado y puntiagudo, se encorva. Las alas envejecidas y pesadas, se le doblan sobre el pecho, impidiéndole emprender vuelos ágiles y veloces. Le quedan al águila dos alternativas: Morir o pasar por una dura prueba a lo largo de 150 días. esta prueba consiste en volar a la cumbre de una montaña y buscar abrigo en un nicho cavado en la peña. Alli golpea el pico viejo contra la peña hasta quebrarlo. Y espera hasta que le crezca el nuevo y pueda con el arrancarse las uñas. Cuando despuntan las uñas nuevas, el águila extirpa las plumas viejas y despues de cinco meses, crecidas las plumas nuevas, arranca a volar de nuevo, decidida a vivir otros 30 años. A lo largo de la existencia, la posibilidad de sobrevivir depende muchas veces de imitar el ejemplo del águila. El que se entrega, abatido, al peso del sufrimiento y de las dificultades, tiende a abreviar sus dias.
  • 4. Buena voluntad.. Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Se escondió y miró para ver si alguien quitaba la tremenda piedra. Algunos pasaron simplemente dando una vuelta. Muchos culparon al rey por no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo nada para sacar la piedra del camino. Un campesino, que pasaba por allí con una carga de verduras, la vio. Al aproximarse a ella, puso su carga en el piso y trato de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, con gran esfuerzo, lo logró. Mientras recogía su carga de vegetales, vio una bolsa en el suelo, justo donde había estado la roca. La bolsa contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey diciendo que el oro era la recompensa para la persona que removiera la piedra del camino. El campesino aprendió ese día que cada obstáculo puede estar disfrazando una oportunidad. Como crecer.. Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una Fresia, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó: - ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío? - No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda". Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mirate a vos mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Podes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por ti, o puedes marchitarte en tu propia condena... Un cuento de Jorge Bucay Enviado por Izaskun Zurbitu Aldama Cuento de navidad.. Era la noche de Navidad. Un ángel se apareció a una familia rica y le dijo a la dueña de la casa: _ Te traigo una buena noticia: esta noche el Señor Jesús vendrá a visitar tu casa. La señora quedó entusiasmada: Nunca había creído posible que en su casa sucediese este milagro. Trató de preparar una cena excelente para recibir a Jesús. Encargó pollos, conservas y vino importados.
  • 5. De repente sonó el timbre. Era una mujer mal vestida, de rostro sufrido, con el vientre hinchado por un embarazo muy adelantado. _ Señora, ¿no tendría algún trabajo para darme? Estoy embarazada y tengo mucha necesidad del trabajo. _¿Pero esta es hora de molestar? Vuelva otro día, respondió la dueña de la casa. Ahora estoy ocupada con la cena para una importante visita. Poco después, un hombre, sucio de grasa, llamó a la puerta. _Señora, mi camión se ha arruinado aquí en la esquina. ¿Por casualidad no tendría usted una caja de herramientas que me pueda presta? La señora, ocupada como estaba limpiando los vasos de cristal y los platos de porcelana, se irritó mucho: _¿Usted piensa que mi casa es un taller mecánico? ¿Dónde se ha visto importunar a la gente así?. Por favor, no ensucie mi entrada con esos pies inmundos. La anfitriona siguió preparando la cena: abrió latas de caviar, puso champaña en el refrigerador, escogió de la bodega los mejores vinos, preparó unos coctelitos. Mientras tanto alguien afuera batió las palmas. Será que ahora llega Jesús, pensó ella emocionada y con el corazón acelerado fue a abrir la puerta. Pero no era Jesús. Era un niño harapiento de la calle. _Señora, deme un plato de comida. _¿Cómo te voy a dar comida si todavía no hemos cenado? Vuelve mañana, porque esta noche estoy muy atareada. Al final, la cena estaba ya lista. Toda la familia emocionada esperaba la ilustre visita. Sin embargo, pasaban las horas y Jesús no parecía. Cansados de esperar empezaron a tomar los coctelitos, que al poco tiempo comenzaron a hacer efecto en los estómagos vacíos y el sueño hizo olvidar los pollos y los platos preparados. A la mañana siguiente, al despertar, la señora se encontró , con gran espanto frente a un ángel. _¿Un ángel puede mentir? Gritó ella. Lo preparé todo con esmero, aguardé toda la noche y Jesús no apareció. ¿Por qué me hizo esta broma? _No fui yo quien mentí, fue usted la que no tuvo ojos para ver, dijo ángel. Jesús estuvo aquí tres veces, en la persona de la mujer embarazada, en la persona del camionero y en el niño hambriento. Pero usted no fue capaz de reconocerlo y de acogerlo. Donde esta la felicidad En cierta ocasión se reunieron todos los dioses y decidieron crear al hombre y a la mujer; planearon hacerlo a su imagen y semejanza, entonces uno de ellos dijo: "Esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra. Debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no ser así, estaríamos creando nuevos dioses. Debemos quitarles algo, pero, ¿Qué les quitamos?" Después de mucho pensar uno de ellos dijo: "
  • 6. Ah!! ya sé!. Vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la encuentren jamas". Propuso el primero: "Vamos a esconderla en la cima del monte mas alto del mundo"; a lo que inmediatamente respondió otro: "no, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien subirá, y la encontrará; y si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está". Otro dijo: "Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra". Y le dijeron: "No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien construirá una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la descubrirán, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a Nosotros ". El último de ellos, era un Dios que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses, analizó en silencio cada una de ellas y entonces rompió el silencio y dijo: "Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren"; todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono: "¿Dónde? ". "La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán". Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así, el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo... No te des convencido Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un "chivo expiatorio", para encubrir al culpable. El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas esperanzas de escapar al terrible veredicto: ¡La horca! El juez, también comprado, cuidó no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: "Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de él tu destino: Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras 'culpable' e 'inocente'. Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino". Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: 'CULPABLE'. Y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria. El juez ordenó al hombre tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo engulló rápidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon... "pero, ¿qué hizo...?, ¿y ahora...?, ¿cómo vamos a saber el veredicto...?" "Es muy sencillo, respondió el hombre... es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué". Con un gran coraje
  • 7. disimulado, tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo... Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida, ni de luchar hasta el último momento. Muchas veces creemos que los problemas no tienen solución y nos resignamos a perder y no luchar, olvidando aquellas palabras de: "Lo que es imposible para el ser humano, es posible para Dios". Sopa de piedra correctamente vestido que le pedía algo de comer. Lo siento -dijo ella-, pero ahora mismo no tengo nada en casa. No se preocupe, dijo amablemente el extraño, tengo una piedra de sopa en mi cartera. Si usted me permitiera echarla en una olla de agua hirviendo yo haría la más exquisita sopa del mundo. Consiga una olla muy grande por favor. A la mujer le picó la curiosidad, puso la olla al fuego y fue a contar el secreto de la piedra a sus vecinas. Cuando el agua rompió a hervir, todo el vecindario se había reunido allí para ver a aquel extraño y su piedra de sopa. El extraño dejó caer la piedra en el agua, luego probó una cuchara con verdadera delectación y exclamó: ¡Deliciosa! Lo único que necesita es unas cuantas papas. - ¡¡Yo tengo unas papas en mi cocina!!, gritó una mujer. Y en pocos minutos estaba de regreso con una gran fuente de papas peladas que fueron derecho a la sopa. El extraño volvió a probar el brebaje: ¡Excelente! dijo y añadió pensativamente: - Si tuviéramos un poco de carne, haríamos un cocido más apetitoso. Otra ama de casa salió zumbando y regreso con un pedazo de carne que el extraño tras aceptarlo cortesmente introdujo en el puchero. Cuando volvió a probar el caldo, puso los ojos en blanco y dijo: - ¡Ah , qué sabroso! Si tuviéramos unas cuantas verduras, sería perfecto, absolutamente perfecto... Una de las vecinas fue corriendo hasta su casa y volvió con una cesta llena de cebollas y zanahorias; después de introducir las verduras en el puchero, el extraño probó nuevamente la sopa y con tono autoritario dijo: - la sal. Aquí la tiene, le dijo la dueña de casa. A continuación dio otra orden: ¡¡Platos para todo el mundo!!. La gente se apresuró a ir a sus casas en busca de platos. Algunos regresaron trayendo incluso pan y frutas. Luego se sentaron todos a disfrutar de la expléndida comida, mientras el extraño repartía
  • 8. abundantes raciones de su increible sopa. Todos se sentían extrañamente felices mientras reían, charlaban y compartían por primera vez su comida. En medio del alborozo, el extraño se escabulló silenciosamente, dejando tras de si la milagrosa piedra de sopa, que ellos podrían usar siempre que quisieran hacer la más deliciosa sopa del mundo... Vencido por el miedo En una tierra en guerra, había un rey que causaba espanto. Siempre que hacía prisioneros, no los mataba, los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado y una inmensa puerta de hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre. En esta sala el rey les hacía formar un círculo y les decía entonces... "Ustedes pueden elegir entre morir atravesados por las flechas de mis arqueros o pasar por esa puerta misteriosa". Todos elegían ser muertos por los arqueros. Al terminar la guerra, un soldado que por mucho tiempo sirvió al rey se dirigió al soberano y le dijo: —"Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?" Y le responde el rey: —"Dime soldado". —"¿Qué había detrás de la horrorosa puerta?". —"Ve y mira tú mismo", respondió el rey. El soldado entonces, abrió temerosamente la puerta y, a medida que lo hacía, rayos de sol entraron y aclararon el ambiente... y, finalmente, descubrió sorprendido que la puerta se abrió sobre un camino que conducía a la libertad. El soldado admirado sólo miro a su rey que le decía: —"Yo daba a ellos la elección, pero preferían morir que ariesgasrse a abrir esta puerta". ¿Cuántas puertas dejamos de abrir por el miedo de arriesgarnos?. ¿Cuántas veces perdemos la libertad y morimos por dentro, solamente por sentir miedo de abrir la puerta de nuestros sueños?