La crisis del antiguo régimen en España se debió a la impopularidad de la guerra entre España y Francia, lo que llevó a motines populares y al nombramiento de José Bonaparte como nuevo rey. Esto provocó la guerra de independencia española contra Napoleón, que terminó en 1813 cuando Fernando VII recuperó la corona. Durante este periodo, las Cortes de Cádiz aprobaron una constitución liberal en 1812.