El 12 de mayo se dejaron notar los primeros efectos del ataque del virus wannacry (quiero llorar, en inglés) del tipo ransoware, un programa malintencionado que restringe el acceso a determinadas partes o archivos del sistema infectado y pide un rescate a cambio de quitar esta restricción. Algunos expertos lo han calificado como el mayor ataque de la historia.